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INNOVACIÓN EMPRESARIAL

EN SOSTENIBILIDAD PARTE I
GERENCIA DE DESARROLLO SOSTENIBLE
AUTOR: Juan Carlos Quintero
INICIO

1. Desmaterialización: Factor X

1.1 Características y estrategias de la desmaterialización débil

1.2 Medir la ecoeficiencia

1.3 La desmaterialización fuerte incluye al consumidor

2. Sistemas Producto Servicio (SPS)

2.1 Definición y componentes de un SPS

2.2 Una clasificación para los SPS

2.3 Estructura para analizar Sistemas Producto Servicio

INTRODUCCIÓN

En esta cartilla se exponen contenidos que paulatinamente se están imponiendo en la gerencia actual.
Cada vez más la sociedad exige que las organizaciones no solo generen utilidades financieras a los dueños,
sino que es posible y deseable generar un valor compartido con la sociedad y con el ambiente. En esta
cartilla se podrá observar cómo las empresas pueden dar respuesta a esta tendencia global a través de los
Sistemas Producto Servicio que son modelos de negocio que generan valor económico, valor social y valor
ambiental. Para comprender su esencia, se parte del estudio preliminar de la teoría de la
desmaterialización que consiste en producir menos con menos, es decir, usar menos materia y energía en
la producción y el consumo en una lógica que migra de la posesión al uso del objeto a la función de
consumidor a usuario.
Esta cartilla propone los elementos esenciales de la gerencia sostenible actual. Sin embargo, es preciso
ahondar en textos seminales como el libro Sistemas Producto Servicio, una estrategia diferente de negocio
de los Profesores Boada y Mont (2005) y el blog de la profesora Mont para ver algunos desarrollos
recientes del tema: http://oksanamont.blogspot.com.co/

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RECOMENDACIONES ACADÉMICAS

Es preciso estudiar con particular atención el diseño de los Sistemas Producto Servicio pues incluyen
procedimientos que son secuenciales y que forman un conjunto de elementos interrelacionados.
Finalmente, vale la pena recordar que es fundamental estudiar de manera sistemática los contenidos pues
permiten ver el enganche de los temas y con ello su aplicabilidad y pertinencia.

DESARROLLO DE CADA UNA DE LAS UNIDADES TEMÁTICAS

1. Innovación empresarial en sostenibilidad parte I

Desmaterialización: Factor X

En esta unidad avanzamos en el camino de reconocer herramientas que promuevan la sostenibilidad más
allá de lo que lo haría la gestión ambiental tradicional. La clave está en el concepto de productividad. Esta
se define en su forma más simple como la proporción entre la cantidad de producto final (PF) y los insumos
requeridos (IR) para producirlo. La productividad se puede incrementar por alguna de estas tres
alternativas:

�����⃗
𝑃𝑃𝑃𝑃
i) ↑ 𝑃𝑃 = Se reducen los insumos mientras que el producto final no cambia. En otras palabras,
↓𝐼𝐼𝐼𝐼
producir lo mismo con menos.

↑𝑃𝑃𝑃𝑃
ii) ↑ 𝑃𝑃 = ����⃗ Se incrementa el producto final pero los insumos permanecen constantes. En otras
𝐼𝐼𝐼𝐼
palabras, producir más con los mismos insumos.

↑𝑃𝑃𝑃𝑃
iii) ↑ 𝑃𝑃 = Se reducen los insumos mientras se incrementa el producto final o lo que es lo
↓𝐼𝐼𝐼𝐼
mismo, hacer más con menos.

La desmaterialización se define como la reducción absoluta en la cantidad de materiales requeridos para


la producción (reducir la intensidad en el uso de materiales) (Sun, 2000). La desmaterialización tiene
efectos positivos para el medio ambiente como la reducción del volumen de desechos generados y con
ello mejorar la eficiencia de los procesos. Al mismo tiempo hay menor exposición a materiales y desechos
tóxicos y peligrosos, se conservan los paisajes, se ahorran inventarios planetarios de recursos naturales no
renovables como combustibles fósiles y minerales (Boada, Rocchi, & Kuhnt, 2005). Sin embargo, la

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desmaterialización para ser completa debe ser una estrategia en dos vías: se incrementa la eficiencia de
los recursos, pero evitando el efecto rebote. Con el efecto rebote ocurre una mejora de la ecoeficiencia
implicando un ahorro en los materiales pero dado ese ahorro la empresa aumenta la producción
desboronando la mejora ambiental (Schettkat, 2009) 1

También se busca un consumo consciente para evitar que los avances en tecnología e innovación se vean
superados o materializados por consumo excesivo.

Al respecto, vale la pena traer aquí una ilustración del problema del consumo a nivel global. A partir del
indicador de huella ecológica que muestra cuántas hectáreas de tierra son necesarias para mantener una
persona. De acuerdo con el portal Footprintnetwork.org, para vivir dentro de los medios que nuestro
planeta provee, la huella ecológica debería ser igual a la biocapacidad disponible que es 1,7 hectáreas
globales. Por ejemplo, un país como Estados Unidos en 2012 tiene una huella per cápita de 8,2 mientras
que la biocapacidad de su propio territorio es 3,8, es decir tiene un déficit de 4,5 hectáreas globales. En
cambio, en Colombia teníamos ese mismo año 1,9 hectáreas globales de huella con una biocapacidad de
3,6, es decir, un superávit de 1,7.

Es entonces clave distinguir entre la desmaterialización parcial o débil y la desmaterialización fuerte o


profunda. La desmaterialización es débil si solo ocurre del lado de la producción. Tomando las definiciones
de productividad citadas arriba; es cuando se hace más con menos. A largo plazo esa estrategia materializa
la economía porque al proporcionar un ahorro en insumos, las empresas tenderán a aumentar la
producción y facilitarán el aumento del consumo vía reducción del precio. Un ejemplo para reflexionar
sobre esta idea es la comparación entre vehículos relativamente antiguos y los actuales.

En los años 80 en Colombia había muy pocos carros circulando por las vías. De acuerdo con la firma
Econometría (Quiroga, Munar, & Peña, 2012) se vendieron durante esta década 636.564 vehículos.
Durante ese periodo no se vendían vehículos que fueran ambientalmente amigables. Por el contrario, casi

1
• Más formalmente, los efectos rebote se definen como ahorros no realizados en el uso de recursos relativos a un potencial de
ahorro en el uso de estos recursos. RE = 1 –(SR/PR) Donde RE es efecto rebote, SR es recursos ahorros; PR es recursos
potencialmente ahorrados.

• Los efectos rebote pueden ser directos o indirectos. Directos, cuando una ganancia en eficiencia se traduce en una reducción de
precio lo cual genera, vía efecto-precio, un incremento de la demanda por bienes ambientales; esto compensa, a veces más que
compensa, la ganancia de eficiencia. El efecto rebote indirecto ocurre cuando una ganancia de eficiencia causa una reducción del
precio lo cual es un aumento relativo del ingreso del consumidor el cual usa el excedente para comprar bienes y servicios basados
en el recurso natural que tuvo la ganancia de eficiencia.

• Hay efectos rebote en la demanda y en la oferta. En la demanda como los que se acaban de explicar y en la oferta cuando en razón
de la posibilidad de sustitución entre capital y energía que se puede entender como el bien ambiental en este caso. Aquí como con
la demanda, un aumento de la eficiencia hace que se eleve el uso relativo del factor que experimenta ganancias de eficiencia lo que
hace que aumente la cantidad de recurso natural. El primer caso de efecto rebote es posiblemente de Jevons, 1865, cuando afirmó
que el aumento en el uso de carbón condujo a más y no menos uso de carbón.

• Se puede criticar la CAK puesto que no mide completamente el uso de energía total. Esto en razón que, si bien hay un decrecimiento
en el uso de energía en economías enfocadas en el servicio, no se está teniendo en cuenta en el conteo, la energía contenida en los
productos intermedios (energía incorporada) que debe ser sumada al consumo de energía directo en el uso final.

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todos eran de inyección no computarizada por lo cual se quemaba de manera muy ineficiente combustible
generando cada carro grandes cantidades de emisiones de efecto invernadero. Ahora bien, en años
recientes los carros tienen catalizadores, inyección computarizada y más

válvulas por pistón para minimizar el consumo de combustible, además de que ahora los son más
pequeños. Pero de 2005 a 2011 se vendieron según el Dane (Quiroga, Munar, & Peña, 2012) 1’252.635
automóviles, es decir, en media década más del doble de lo que se vendió 20 años atrás durante 10 años.
La cuestión para analizar es: ¿qué es mejor ambientalmente, pocos carros donde cada uno contamina
bastante o muchos carros donde cada uno contamina solo un poco? El hecho de que ningún tratado para
controlar emisiones haya funcionado hasta ahora 2, muestra que de nada sirve hacer vehículos con muy
bajo impacto ambiental si se producen cientos de miles cada año como ocurre en la actualidad.

1.1. Características y estrategias de la desmaterialización débil.


Una forma adicional de definir sostenibilidad débil es usando el término desintensificación que es el
decrecimiento del uso de materia por unidad producida en un periodo de tiempo dado. En este enfoque
es típico aplicar la eco-eficiencia, es decir, “la eficiencia en el uso y en la reducción del consumo de recursos
en los procesos productivos, en los productos y en la prestación de servicios” (Boada & Mont, 2005, pág.
47).
La ecoeficiencia se caracteriza por 4 aspectos clave:
i) Las empresas sustituyen flujos de materia por flujos de conocimiento. Por ejemplo, el caso de
una empresa proveedora de insumos químicos en Estados Unidos. La empresa proveedora
planteó el siguiente negocio a sus clientes: un paquete completo de servicios donde se ofrece
la experiencia de la compañía en el manejo eficiente de sustancias químicas. Con ello la
empresa cliente obtenía ahorros significativos en el consumo de insumos y la empresa
proveedora obtenía ingresos por la venta de producto, pero sobre todo por el conocimiento
facilitado para producir de manera más eficiente (White, Stoughton, & Feng, 1999).
ii) Cerramiento de ciclos de producción. Inspirados en los ciclajes de materiales de la naturaleza.
Los ciclos cerrados de producción aplican el principio de la tumba a la tumba para indicar que
los productos descartados después de ser consumidos pueden volver a ingresar al circuito de
la producción y el consumo luego de procesos como la remanufactura de manera que se
extraen cada vez menos materias nuevas. Un caso que ilustra esto es el de la empresa Collins
and Aikman Floorcovering (ahora parte de Tandus Group) quienes fueron de los primeros
negocios en la industria de los tapetes en atreverse a cerrar el ciclo recogiendo y
reincorporando los materiales de tapetes viejos en la producción de los nuevos. Para sorpresa
de la compañía, hacer tapetes a base de los viejos no solo fue más barato que tomar nuevos
materiales, sino que el producto final también fue más estable, suave y fácil de limpiar. Con

2
A partir del 4 de noviembre de 2016 entró en vigor el COP21 que es el primer acuerdo mundial para evitar la
agravación del cambio climático. Para ahondar en este nuevo acuerdo pos-protocolo de Kyoto se sugiere revisar:
http://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/marcha-el-primer-acuerdo-mundial-evitar-
empeoramiento-d-articulo-663915

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este hallazgo se redujo el costo de materias primas de la organización y permitió un
crecimiento de doble digito en sus utilidades cuando en general la industria crecía al 4% (Scott,
2015).
iii) Extensión del servicio: significa agregar servicio a la propuesta de valor a los clientes. Por
ejemplo, Safechem (parte de Dow Chemical) es una compañía de distribución de disolventes
que amplía las opciones de servicio al ofrecer en su portafolio servicios que incluyen la
recolección y aprovechamiento de residuos, lavado de partes, recolección de aceites y
recuperación y disposición final de químicos. Sus clientes no tienen que pagar por los
disolventes que necesitan ni por el costoso uso de equipos, o los cargos por disposición final.
Más bien, la compañía cobra metro cuadrado de limpieza más que por galones de disolvente.
Las ventajas son varias: 1) amplía la vida útil de sus materiales 2) se enfoca en buscar los
beneficios de sus clientes y 3) reduce residuos y costos al reusar sus materiales en lugar de
tener que hacer (o comprar) más (Scott, 2015).
iv) Extensión funcional: las empresas hacen productos más inteligentes con nuevas
funcionalidades. Cada nueva función requiere mínima adición de materia y energía. Los relojes
de pulso que ahora monitorean los signos vitales del usuario miden distancia recorrida de la
marcha, velocidad de desplazamiento, quema de calorías además de dar la hora. A partir del
internet, las neveras ya no solo conservan los alimentos, sino que si se acaban las existencias
generan un pedido al supermercado para que los usuarios nunca tengan que desplazarse.

1.2. Medir la ecoeficiencia

Con el objetivo de lograr la desmaterialización de la economía es claro que hay que desmaterializar la
producción (desintensificación). Igualmente, claro debe ser la necesidad de medirlo adecuadamente para
evaluar si se está alcanzando o no.
A escala de la economía de los países, algunos expertos en desmaterialización como el instituto Wuppertal
(Alemania), The International Institute for Industrial Environmental Economics (IIIEE) (Suecia) o Finland
Futures research Centre (Finland) coinciden en considerar el proceso de medir la ecoeficiencia de los
países empezando por observar las economías como organismos vivos. Como tales, ellas intercambian
materiales y energía con el medio ambiente que los rodea (Metabolismo). Los bienes y servicios que
consumimos y descartamos, así como la energía transformada, son subproductos del proceso (Salidas).
Así, para medir la ecoeficiencia hay que medir las razones y balances entre entradas y salidas. En otras
palabras, se realiza una contabilidad del flujo de materiales. La idea central de esta contabilidad es analizar
los compuestos de un producto complejo (televisores, celulares, etc.) no tanto midiendo sus efectos
después de liberados al medio ambiente, sino aguas arriba donde se determinan las rutas de las sustancias
liberadas. El objetivo es, por ejemplo, relacionar las sustancias tóxicas con procesos y productos en la
economía (Boada & Mont, 2005).
Ha habido ejercicios de contabilidad de flujos para nuestra economía. Para el caso colombiano Vallejo,
Pérez y Martínez-Alier elaboran el perfil metabólico de la economía colombiana (Vallejo, Pérez Rincón, &
Martinez-Alier, 2011). Los autores calculan entre otros indicadores el volumen de insumos materiales

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domésticos y el consumo doméstico de materiales entre 1970 y 2007. Uno de los resultados principales es
que Colombia ha doblado el uso de materiales desde 1970. Su composición muestra una participación
creciente del sector de los recursos naturales no renovables.
En 2013, West y Schandl analizaron el uso y eficiencia de materiales en América latina y el Caribe. Uno de
los casos detallados fue el colombiano. Ellos afirman que el consumo doméstico de materiales permaneció
relativamente bajo (66% y 52% del promedio mundial y de la región respectivamente) y creciendo solo
marginalmente a lo largo del periodo (1970-2007). Sin embargo, resalta el caso de los combustibles fósiles
los cuales han persistentemente incrementado la salida neta de materiales al exterior generando poco
impacto sobre el consumo interno de materiales pero deteriorando el balance físico de comercio exterior
del país (West & Schandl, 2013 ).
Finalmente, (Chavarro, 2015) encuentra que para el periodo completo (1980 - 2009) hubo un incremento
neto de 261.587.992 toneladas en insumos materiales para la economía colombiana. El incremento se
puede atribuir a un incremento de 265.004.024 toneladas provenientes de la dependencia de la economía
para generar valor de los recursos naturales no renovables. Este incremento se reduce en 11.286.567
debido a un ahorro parcial de materiales en el sector de agricultura y minerales no metálicos, pero se
incrementa en 7.870.534 toneladas de nuevo por el consumo interno de insumos materiales. Ello sugiere
que la economía colombiana desde finales del siglo pasado no ha logrado desvincular su crecimiento
económico del uso de la naturaleza. Por el contrario, cada vez es más dependiente.
En el mismo sentido, las empresas pueden hacer contabilidad del uso de materiales para identificar las
oportunidades de mejora en la eficiencia de uso de insumos. La herramienta desarrollada para ello se
conoce como la MIPS (Material Input per Unit Service o entrada de materia por unidad de servicio)
incluyendo los flujos ocultos de materia.
El cálculo del MIPS está basado en la contabilidad de todos los flujos, los materiales y energía que se activan
a lo largo del ciclo de vida de un producto (Boada & Mont, 2005). (Ritthoff, Rhon, & Liedtke, 2003) explican
que un análisis MIPS consiste en medir la entrada de materia (MI) en cinco categorías:
• Materiales abióticos (como minerales, energía)
• Materiales bióticos (biomasa cultivada, no cultivada y animal)
• Movimientos de tierra
• Agua: extracción superficial y subterránea
• Aire: empleado en combustión, conversión química o física

Por ejemplo, la intensidad de materiales de un kilo de cuero es 531kg (Wuppertal Institut, 2014). La MI
calculada se refiere siempre al producto como un “servicio prestado al usuario final” (S). Una chaqueta de
cuero satisface una necesidad de abrigo y presta ese servicio durante su vida útil. El objetivo de este flujo
de información es aumentar la productividad de los recursos bien por la reducción en la entrada de
material o un incremento en las unidades de servicio.

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Una vez se tiene el método para medir la eficiencia en el uso de materiales se establece un objetivo para
inducir la mejora. En la literatura especializada ese objetivo se denomina factor X. X representa cualquier
valor de desmaterialización asumiendo que un factor 10 es el ideal. Así, si una organización se propone un
factor 4, busca una desmaterialización del 75% o lo que es lo mismo, reducir a ¼ el uso de materia y energía
en la producción. En consecuencia, factor 10 implicaría una desmaterialización del 90%.

Desvinculación del crecimiento económico


del uso de recursos
Actividad
Incremento de la productividad de los ambiental
recursos (PIB)

Uso de
recursos

Impacto
Desvinculación del impacto ambiental del
ambiental
uso de recursos

reducción de impactos específicos

tiempo

Figura 1. Imagen de una economía que se desmaterializa


Fuente: Adaptación del autor a partir de (Bringezu, 2006, pág. 8)

1.3. La desmaterialización fuerte incluye al consumidor

En la actualidad, nuestro modelo de consumo es de carácter masivo. En Colombia hay más celulares que
personas; la producción de vehículos crece más rápido que la población; los zapatos importados de China
han desplazado la producción local, pero sobre todo facilitando que la personas accedan a calzado de 4
dólares que, si bien es de muy baja calidad, está disponible en cantidades más que suficientes. En general,
muchos productos son baratos y otros que no, se puede acceder a ellos vía crédito haciendo soñar a las
masas con comprar en diciembre y empezar a pagar en febrero.

Otras características del sistema de consumo actual (Boada & Mont, 2005):

• Mercados dominados por grandes corporaciones que producen en masa y promueven el


consumo masivo a niveles de opulencia, ayudados por el exceso de publicidad.

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• La movilidad de las personas. En general, los sistemas de transporte están basados en el carro.
La infraestructura de la habitación, el trabajo, las compras y el ocio se ordenan de conformidad
con su uso.
• Prima la cultura del usar y botar, exacerbada por la obsolescencia programada. Por ejemplo,
la reducción en la expectativa de vida útil de muchos productos electrónicos actualmente
como televisores de plasma en comparación con aquellos viejos aparatos que podían durar 20
o 30 años.

Figura 2. Vieja televisión CTR


Fuente: Wilfredo Rodríguez (2013).

• La creciente consciencia de los consumidores. Las preocupaciones ambientales y sociales de los


consumidores han aumentado en los últimos años. De acuerdo con (Ottman, 2011, págs. 4-6) cada
generación es verde 3.
Los baby boomers (generación nacida entre 1946 y 1964) han liderado el movimiento verde desde
hace tiempo al instalar valores y actitudes en la sociedad.
La Generación X (nacidos entre 1964 y 1977). Ellos siguieron por la televisión algunos de los
desastres ambientales más importantes como el incendio en la planta de Union Carbide (Bopal,

3
En la cartilla 7 se amplía la discusión sobre los atributos ambientalistas de las generaciones recientes.

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India), la explosión de Chernobyl y la devastación del Exxon Valdez; probablemente estuvieron
interesados en los eventos de la cumbre de Río en 1992.
La generación Y (Millenials). Son los nuevos líderes del movimiento verde. Nacidos entre principios
de los 80’s y principios de los 90’s crecieron con computadores e internet. Son desconfiados del
gobierno y las figuras de autoridad. Son capaces de expresar sus opiniones en blogs, por mensajes
de texto y redes sociales que impulsan respuestas de millones en todo el planeta. Esta generación
cree que el cambio climático global es causado por las actividades humanas y son el doble de
propensos a comprar más productos verdes que aquellos que piensan que el cambio climático
ocurre de manera natural.

Figura 3. Generation Y
Fuente: Anne Fiedler (2013)

Para la generación Z lo verde es una parte natural de sus vidas. Son aquellos menores de 16 años (2010-
actual). Aprendieron sobre temas ambientales en el colegio y seguramente vieron la Historia de las cosas,
video que muestra el impacto ambiental de nuestro consumo diario. Para ellos, las tres R (Reducir, Reusar
y Reciclar) son palabras tan comunes como leer, escribir o matemáticas.

• Se transfiere la propiedad a los consumidores. A través del traslado de la propiedad a los


consumidores se les hace responsables de los productos, sus ineficiencias, su calidad y sus
impactos ambientales durante las fases de uso y disposición final; no obstante, ellos, como
individuos, no son totalmente responsables por los desechos y la contaminación debido a su poco
conocimiento sobre la problemática y su reducido poder en la cadena del producto.
La desmaterialización fuerte requiere minimizar el consumo. Volviendo a las definiciones del inicio
de la cartilla, es hacer menos con menos. Ello suena en primera instancia como algo desquiciado
porque los empresarios perderían ingresos y los consumidores disminuirían su nivel de vida. Sin

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embargo, el objetivo debe ser suplir las verdaderas necesidades de los clientes, mejorar el nivel
de vida, no deteriorar el medio ambiente y mantener la estabilidad del mercado. ¿Cómo lograrlo?

Hay varias posibles estrategias que no se contraponen. La primera desarrolla el Sharing (consumo
comparto) y el pooling (consumo grupal). Por ejemplo, la venta de minutos celular en las calles es
un consumo comparto. Una clase en un salón es un consumo grupal. Dado que este tipo de
consumo desgasta más rápido los productos, la opción es reemplazarlos por otros más eficientes
que tengan una vida más larga y que estén diseñados para actualizarse.

La segunda opción son el leasing y el alquiler. La idea es que al final del contrato de arrendamiento,
sea devuelto al arrendador, y el arrendador lo reúsa, lo remanufactura o recicla sus materiales, lo
que también representa ventajas si el producto fue diseñado desde el principio para estas
funciones.

El leasing mediante el pago, por el cual los clientes cubren la amortización de los productos
arrendados, es un incentivo para prolongar la vida de los productos, de manera que en ciclos
posteriores de uso se obtengan sólo ganancias netas. El leasing permite el uso de productos más
caros con un desempeño ambiental más elevado que, de otra manera, no serían rentables.
Finalmente, el leasing como el alquiler podría llevar a una disminución en la responsabilidad del
consumidor y a un mejor mantenimiento e intensificación de uso por parte del propietario-
arrendador (Boada & Mont, 2005).

Complementariamente, desde el punto de vista del diseño se pueden sumar las siguientes alternativas:

• Utilización sin propiedad. Se busca que el consumidor se convierta mejor en un usuario y que
busque más la función que el valor físico o material de la posesión. Ejemplos de esta idea son
empresas como Xerox que redefinieron su negocio al pasar de vender fotocopiadoras a vender el
servicio de copiado o Interface. Ellos creen que los clientes no tienen que comprar sus tapetes
para disfrutar del color, la textura, el confort bajo los pies, la higiene y la funcionalidad; por ello
desarrollaron su llamado “Ever Green Lease”, en el cual la compañía se enfoca en rentar el tapete
que se supone iba a vender (Scott, 2015). Con ello retiene la propiedad de sus productos y el valor
de los materiales, el trabajo y la energía que se emplearon en hacerlos.

• Aumento en la intensidad del servicio. Esta iniciativa incluye: sustitución del producto (la música
en streaming sustituye la compra del disco físico), extensión de vida (el esfero Space pen II cuya
tinta dura 30 años), multifuncionalidad e integración del producto (las impresoras que imprimen
escanean, y fotocopian).

• Las interacciones entre productos, servicios y usuarios. Una posible ilustración está en el
teletrabajo

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2. Sistemas Producto Servicio (SPS)

2.1 Definición y componentes de un SPS


Llegamos al punto central de esta cartilla: desarrollar la idea de un Sistema Producto Servicio como un
modelo de negocio sostenible diferente a las opciones usuales hoy en día.

“Un SPS es un sistema de productos, servicios y redes de actores implicados en el sistema y la


infraestructura de soporte necesaria, el cual se diseña para ser competitivo, satisfacer las necesidades del
consumidor y ser ambientalmente más sano que los sistemas tradicionales de hacer negocios” (Boada &
Mont, 2005, pág. 85).

Analicemos cada parte de la definición. “Un SPS es un sistema de productos, servicios y redes de actores
implicados en el sistema y la infraestructura de soporte…”

Producto. Un producto en un SPS debe tener al menos tres características:

Ciclo cerrado. Los productos vuelven al productor y la sociedad no asume los costos de recolección de
residuos y reciclaje. Así, los productos son sustituidos por productos durables, tratados como activos de
capital, que obligan a adoptar un mecanismo de recogida o logística inversa.

Productos con capacidad de actualización técnica. Esta característica va atada a que tengan una alta tasa
de desarrollo tecnológico y que exista la posibilidad de retornar el producto al proveedor del SPS después
del uso para ser actualizado.

Productos con alternativas de sustitución de propiedad. Se transfieren las responsabilidades de


mantenimiento o reparación a compañías especializadas que ofrecen ventajas por escala y competencia.

Servicio. Los servicios deben incluir:

Disponibilidad de todos aquellos servicios ofrecidos en conexión con el producto. Incluye las opciones de
retorno del producto para su reciclaje o remanufactura.

Flexibilidad. Se manifiesta no solo en la disponibilidad sino en la posibilidad de cumplir los requerimientos


del consumidor en cuanto a funcionalidad.

La comparabilidad comprende la consistencia que deben poseer los nuevos SPS con sus infraestructuras,
redes, valores, actitudes y comportamientos.

Infraestructura. Comprende los sistemas existentes, ya sean colectivos o privados: carreteras, líneas de
comunicación, sistemas de recolección de desechos, etc.

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Redes de trabajo. Formadas y creadas por los actores involucrados en un SPS. A mayor número de actores,
mayores costos de transacción. Menos partes participando en un SPS significa menos tiempo para alcanzar
el consenso y menos puntos de error.

“…se diseña para ser competitivo, satisfacer las necesidades del consumidor y ser ambientalmente más
sano que los sistemas tradicionales de hacer negocios”

Cuando se dice competitivo se indica que debe ser rentable económicamente para todos los grupos de
interés: los dueños deben ganar para tener incentivos de seguir prestando el servicio; los clientes deben
experimentar beneficios económicos en el sentido de ahorro por evitar comprar y más bien alquilar; los
participantes en las redes de trabajo también deben ganar.

Satisfacer las necesidades del consumidor quiere decir las verdaderas necesidades; es decir, la pregunta
es: ¿una persona necesita ropa limpia o lavadora? ¿Un carro o un sistema de movilidad? Etc.

Ser ambientalmente más sano sugiere que mediante un SPS la manera tradicional de uso de productos de
alta intensidad de material es reemplazada por la opción de satisfacer las necesidades del consumidor
mediante una solución lo más desmaterializada posible.

2.2 Una clasificación para los SPS.


Los SPS se pueden clasificar por su orientación al cliente final. Si están orientados a otros negocios se
denominan B2B (Business to Business). Si por el contrario el SPS se orienta a los consumidores no a las
empresas, se denominan B2C (Business to Consumer).

Siguiendo a Boada y Mont (2005) se presentan algunos ejemplos de cada tipo de SPS.

Ejemplos de SPS tipo B2B.

1) Gestión de la demanda y planeación del costo mínimo. Este es el caso de una empresa de energía
eléctrica que entendió cómo aumentar sus beneficios facilitando que sus consumidores reduzcan la
demanda. La clave estuvo en observar que si se reducía la demanda disminuían los muy altos costos de
mantenimiento y ampliación de redes a largo plazo (en ciertos casos es más barato ahorrar una unidad de
energía que generarla). La estrategia usada por la empresa para persuadir a sus clientes industriales fue el
negawatt una especie de unidad de medida de reducción de consumo. Con cada watt ahorrado el cliente
se beneficiaba de un descuento adicional en su factura.

2) Diseños funcionales y venta de electrodomésticos. Electrolux AB de Suecia, uno de los más grandes
productores de electrodomésticos del mundo. EletroluxEuroclean es un nuevo modelo de negocios
dirigido hacia los servicios. Ellos no venden el producto sino la función. El servicio incluye el manejo de los
equipos al final de su vida útil para su reúso y manufactura.

3) Servicios de muebles. German Miller es una compañía de muebles para oficina en Estados Unidos; Coro
es una subsidiaria. Los servicios de Coro consisten en la coordinación y administración de movimientos de
muebles y equipos, almacenaje temporal y provisión de mueblería adicional. Si bien no está la opción de

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leasing, si cuenta con un sistema de logística inversa para la recolección de los muebles desechados, cuyo
objetivo es retomar los materiales para la producción de nuevos muebles por parte de Herman Miller.

Ejemplos de SPS tipo B2C

1) Esquemas de Car-Sharing. Statt auto Berlín (Alemania) ofrece un sistema de automóviles compartidos
que posee 150 carros. Un punto clave de éxito del negocio fue poder hacer frente a la sobre demanda para
los fines de semana. La forma de lograrlo fue a través de una campaña de telemercadeo para ofrecer sus
vehículos a varias empresas privadas como empresas de ventas y servicios de reparación. Mediante un
descuento del 20% de lunes a viernes pudo atraer a más de 200 empresas a su portafolio de clientes
regulares.

2) Lavanderías. Wash’n Tumble de Australia es una lavandería donde el cliente puede lavar y secar su ropa
o aún más, puede dejar la ropa y el personal de empresa puede plancharla. La empresa también ofrece
reparaciones menores y servicio de lustrado y reparación de calzado. En Colombia, hay un ingenioso
negocio de lavandería a domicilio. El dueño de la lavadora va por las calles en bicicleta. Cuando un cliente
lo solicita, el equipo se instala en la casa, asumiendo este los costos de agua, detergente, energía y
desagüe. Esta rutina se repite en tantos hogares como se solicite.

3) Uso colectivo de herramientas. Es el caso de Homecenter quien les propone a sus clientes que no
compren las herramientas como taladros, pulidoras o compresores, sino que las alquilen. La otra línea de
alquiler aplica para conjuntos residenciales consistente en cuartos de herramientas que pueden ser usados
por alquiler por los residentes.

2.3 Estructura para analizar Sistemas Producto Servicio


Mont en 2003 desarrolló un instrumento que permite discernir la composición y funcionamiento de los
SPS. Dicho instrumento se conoce como la estrella de Mont (Mont, 2003).

Ámbitos institucionales
C

SC CA
P S

I RT Estructura del SPS


N R

Factibilidad del SPS


Figura 4. Estructura para analizar Sistemas Producto Servicio
Fuente: (Mont, 2003, pág. 908)

14 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
En esta estructura cada letra significa lo siguiente:
C: Cognitivo; CA: Conveniencia Ambiental; R: Regulatorio; V: Viabilidad del Negocio; N:Normativo;
SC: Satisfacción del cliente; P: Producto; S:Servicio; RT: Redes de Trabajo; I: Infraestructura.
Los ámbitos institucionales articulan los aspectos regulatorios, normativos y cognitivos. Los
aspectos regulatorios se refieren a leyes y reglamentaciones formales expedidas por las
autoridades de un país. Lo normativo son las normas y reglas sociales que no son expedidas por
ninguna autoridad pero que moldean el comportamiento de las personas y frenan o potencian
las opciones de servicio. Lo cognitivo se refiere a cómo individualmente las personas conocen y
entienden un SPS.
La factibilidad del SPS agrupa la viabilidad, la satisfacción del cliente y la conveniencia ambiental.
La Viabilidad indaga sobre la rentabilidad de la propuesta. La satisfacción del cliente mide el
resultado esperado, los efectos inesperados derivados de la complejidad del SPS, las quejas y el
grado de educación.
La estructura ya la hemos abordado en páginas anteriores.
Tomemos como caso para aplicar dicha estructura un ejercicio que realizaron estudiantes
colombianos en su tesis de grado (Centenaro & Torres, 2006).
Ellos se propusieron establecer la viabilidad de la comercialización de minutos a la luz de la
estructura de análisis de un SPS. En este modelo de negocio no se vende el producto, sino que se
provee comunicación, por lo cual no hay transferencia de propiedad del celular. Otras
características que lo hacen verse como SPS son: el cliente prueba el servicio y luego paga por su
uso, muy diferente a la venta tradicional de celulares donde primero se paga para poder acceder
al servicio. Otro atributo es que el cliente no hace inversión inicial para satisfacer sus necesidades.
El negocio se basa en el consumo comparto.
En términos de viabilidad los autores evaluaron tanto los aspectos financieros (costo de inversión,
precio de venta) como la satisfacción del cliente (con la metodología importancia dual).
Consideran que la venta de minutos en la calle si es viable inclusive un poco mayor a la de la venta
en cabinas debido que no se tienen que afrontar los costos de infraestructura. En referencia a
conveniencia ambiental se apoyaron en los datos suministrados por indicadores clave de
desempeño ambiental: un nuevo acercamiento a la valoración ambiental. Aplicado al caso
particular, el modelo de negocio mitigaría los efectos producidos por la etapa de uso del celular
en tanto se comprarían menos aparatos. Sin embargo, según la encuesta que practicaron, menos
del 15% de las personas preferirían usar este servicio en lugar de comprar un celular.
En los ámbitos institucionales, en el componente regulatorio se detectó que el modelo de negocio
en las calles no es legal. En el aspecto cognitivo se observa una amplia tendencia de los
compradores de minutos a poseer celular. De todas formas, por su perfil de ingresos, hay

GERENCIA DE DESARROLLO SOSTENIBLE 15


personas que no pueden pagar planes que se ajusten a sus necesidades y usan el servicio como
una acción complementaria.
Finalmente, los autores encuentran que este SPS merece que las leyes abran el espacio a
iniciativas como estas pues son fuente de inclusión digital y de innovación social lo cual mitiga un
poco la inequidad al ser un negocio del tipo Gana-Gana y una oportunidad de beneficios sociales
en tanto propone una forma de consumir servicios que al mismo tiempo no impacta fuerte y
negativamente la capacidad económica de la base de la pirámide al tiempo que constituye una
alternativa de trabajo.

16 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
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LISTA DE FIGURAS

Figura 1.

Chavarro (2016) basado en Bringezu, S. (2006). Imagen de una economía que se desmaterializa. [figura].
Materializing Policies for Sustainable Use and Economy-wide management of Resources: Biophysical
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No. 160, 1-37.

Figura 2.

Rodríguez, W. (2013). Vieja Televisión CTR. [Fotografía]. Recuperado de:


https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Old_TV.jpg?uselang=es

Figura 3.

Fiedler, A. (2013). Generation Y. [Figura]. Recuperado de:


https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Generation_Y.jpg?uselang=es

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