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Alcoholismo familiar* Estudio en padres

alcohólicos y en hijos menores


J. Rico Irles; J. L. del Árbol Navarro;
M. I. Contreras Fernández; M. E. Rniz Requena

Introducción Material y métodos

Como se conoce desde muy antiguo (Hi­ Se han investigado 25 familias no in­
pócrates1), «las mujeres alcohólicas gresadas en hospital, en las que bien
traen al mundo hijos como ellas mis­ el padre, la madre, o ambos, eran al­
mas». Por otra parte, ya en trabajos an­ cohólicos, y en los que el consumo de
teriores hemos podido comprobar que alcohol era mayor de 100 g/día. En
los sujetos alcohólicos tienen unos ni­ 20 familias, el padre o la madre (sólo
veles de (3-endorfinas por debajo de los un miembro de la pareja) era alcohó­
encontrados en sujetos sanos, incluso lico manifiesto. En este primer grupo,
hasta más de un año después de haber se pudieron recoger muestras del
abandonado la ingesta de alcohol.23 padre (en 10 casos, 8 de ellos alcohó­
En el presente trabajo, intentamos licos) o de la madre (en 13, 5 de las
aportar una prueba más de la rela­ cuales eran alcohólicas). Asimismo, se
ción entre padres e hijos respecto a la recogieron muestras de (3-endorfinas
inclinación al alcoholismo. Multitud en 27 hijos de edades entre 2 y 14
de estudios revelan que el tema del años. En otras 5 familias, tanto el
alcoholismo es un problema multifac- padre como la madre eran alcohóhcos.
torial, pero la búsqueda de un factor Se obtuvieron muestras de 3 padres y
determinante de esta predisposición 5 madres y de 6 hijos. Ninguno de los
sigue estando en el aire.4’5’6 miembros de familiares estudiados pre­
Por este motivo, y siguiendo nuestras sentaban enfermedad psiquiátrica, he­
investigaciones, hemos estudiado un pática ni de otra índole aparente.
grupo de familias en las que se exami­ Todos ellos habían acudido a la consul­
naron niveles de (3-endorfinas tanto en ta con motivo de revisiones habituales.
padres (varón o mujer) como en hijos Como grupos controles, hemos utili­
menores que no habían tenido aún ac­ zado las muestras de 80 sujetos de
ceso al alcohol. Los resultados de este es­ ambos sexos (68 varones y 12 muje­
tudio se exponen a continuación. res) de edades entre 33 y 55 años, que
Palabras clave: Alcoholismo familiar. |3-endorfinas.
Fecha de recepción: Noviembre 2 0 0 6 .
Seminario M édico Año 2 0 0 6 . Volumen 5 8 , N.° 3. Págs. 1 2 -15
no habían consumido nunca alcohol y Resultados
no utilizaban sedantes ni neurolépti-
Los resultados vienen indicados en la
cos. Asimismo, incluimos 35 niños de
tabla 1 y gráfica 1.
edades entre 3 y 15 años (27 varones
Todos los padres alcohólicos (tanto va­
y 8 mujeres), que fueron aportados
rones como mujeres) tenían míos valores
por el Servicio de Pediatría de nues­
de (3-endorfinas por debajo de los en­
tro hospital y que tampoco habían re­ contrados en los controles (media de 4.31,
cibido psicofármacos ni padecían en­ máximo 7.35 y mínimo 1.72 pmoles/L).
fermedad importante. Sorprendentemente, todos los hijos
En todos estos sujetos, las muestras de de alcohólicos (tanto de un solo padre
sangre fueron tomadas entre las 8 y las como de los dos) tenían unos valores
11 de la mañana (horario habitual para muy bajos de (3-endorfinas respecto a
las extracciones). Se extrajeron 8 mi de los controles (media de 5.43, máximo
sangre de cada sujeto, que se introdu­ 13.28 y mínimo 298 pmoles/L).
jeron en un tubo con 0.1 mi de solu­ Aún quisimos apurar más los resul­
ción de EDTA dipotásico. El plasma se tados. En las familias en las que tanto

Tabla 1
media máx. mín. n.°
Controles adultos 11'47 58'60 2'83 80
Controles niños 9'53 12'88 6'68 35
Padres alcohólicos (ellos solos) 445 881 1'31 8
Padres alcohólicos (padre y madre) 2'5 3'28 1'05 3
Padres abstemios 107 1
madres alcohólicas (ellas solas) 3'49 6'67 1'28 5
madres alcohólicas (con ellos) 307 3'98 1'02 5
madres abstemias 3'63 5'65 1'28 4
Hijos de 1 alcohol 543 13'28 2'21 27
Hjos de 2 alcohol 3'35 5'29 1'92 6

guardó en hielo mantenido a 4o, y lle­ el padre como la madre eran alcohó­
vado al laboratorio donde se centrifugó licos (media 2.61, máximo 3.66 y mí­
y almacenó a -20° hasta su lectura. nimo 1.03), los hijos presentaban una
media de 3.35, con valor máximo 5.29
Los niveles de (3-endorfinas se deter­
y mínimo 1.92, es decir, siempre va­
minaron por técnicas de RIA (INCS-
lores de endorfinas por debajo de los
TAR fi-endorfin RIA) previa purifica­ controles y similares a los encontra­
ción y extracción. Los niveles normales dos en sus padres.
hallados tanto en controles adultos
como en niños control, oscilaron entre Discusión

12.08 y 6.68, con una media de 11.47 A la vista de los resultados obtenidos,
pieomoles/L en adultos y 9.53 en niños. se afirma una vez más que los aleo-
Gráfica 1

Valores de (3-endorí'inas en Pm/L.


11,47

C .A .: C ontroles adultos.

C.N.: C ontroles niños.


(valor m edio) E A .: P adres a lcoh ólicos.
5,4,1 M .A .: M adres alcoh ólicas.

H .l : H ij os de un p ro g e n ito r al­
c o h ó lico .

H .2: H ij os d e u n p a d r e y una
m adre a lcoh ólicos.

hólicos crónicos presentan cifras de (>- dopamina, serotonina, EEG), insisten


endorfinas inferiores a los sujetos en la importancia de los progenitores
sanos no alcohólicos, cosa que ya respecto a la predisposición genética
habíamos encontrado en trabajos an­ al alcoholismo en los hijos.
teriores23. Pero lo más importante de Cada uno de los autores menciona­
este estudio es que en los hijos de al­ dos utiliza marcadores o indicadores
cohólicos los valores de (3-endorfinas distintos. Nosotros, con la determina­
también son bajos y similares a los de ción de (3-endorfinas en plasma, en­
los padres. Es muy improbable que contramos en forma incontestable esta
en estos hijos (todos en edades entre relación padres-hijos. Una última re­
11 meses y 10 años, salvo un solo caso visión13, insiste una vez más en la ge­
de una niña con 14 años) hubieran nética del alcoholismo aportando nue­
entrado en contacto con el alcohol. vos datos sobre el problema.
Dada la importancia de los hallazgos,
Aunque se habla de factores plurie-
y a pesar del número limitado de
tiológicos en el alcoholismo (en lo que
casos aportados, creemos que es digna
todos parecen estar de acuerdo4’5’6), y
de tener en cuenta la investigación
aunque autoridades como Jellinek7,
realizada por nosotros. Estimulamos
que tanto aportó al estudio de la en­
a otros investigadores a que afiancen
fermedad alcohólica, se aventura a
o descarten esta aparente realidad,
indicar que no parece haber una base
siguiendo los procedimientos que no­
genética en el problema del alcoho­
sotros hemos empleado.
lismo, hay otros autores que una y
otra vez inciden en esta base genética. J. Rico Irles; J. L. del Árbol Nava­
Baste recordar a Blum8, Gianoulakis9, rro; M. I. Contreras Fernández; M.
Cloninger10, Tabakoff11 o Schukit12, E. Ruiz Requena, Grupo de Trabajo
que por caminos distintos (estudio de «Alcohol y Drogadicción» de la Fa­
la adenil-ciclasa, receptores opioides, cultad de Medicina de Granada.
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