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1. ¿Qué papel cumple la evaluación curricular?

La evaluación curricular tiene la finalidad de hacer un análisis reflexivo de los resultados obtenidos
al final de la aplicación del contenido programático del currículo. La evaluación curricular se centra
en los éxitos obtenidos, cómo se dirigió la evaluación, la participación del cuerpo docente y de los
estudiantes, para eventualmente ofrecer una valoración formal de todos estos aspectos que
consecuentemente permitan innovar en la determinación de los contenidos del currículo. Hay que
destacar que en la evaluación del currículo no se centra en el desarrollo metodológico, es decir, la
práxis educativa, sin embargo, es el componente práctico de la evaluación curricular.

2. ¿Por qué consideramos a la evaluación como mejora de la actividad escolar?

A priori es un cuestionamiento bastante obvio en el que se podría explicitar que la evaluación no


consiste únicamente en parámetros numéricos que nos sirven para medir competencias, sino en
un proceso trascendental en la mejora del proceso del ejercicio docente. Sin embargo, la
evaluación es más que eso. Es bien sabido que la evaluación escolar hace mucho tiempo dejó de
ser una herramienta para visualizar el resultado académico obtenido por el estudiante, donde esta
únicamente reflejaba una valoración cuantitativa que le decía al docente si el estudiante consiguió
los conocimientos oportunos y por ende recibía la aprobación de la asignatura. Este método de
evaluación es bastante rústico y desaprovechable ya que se omitían aspectos fundamentales que
son de gran utilidad para el docente. La evaluación evolucionó entonces a un instrumento para
juzgar el proceso de enseñanza, articulada al proceso y no sólo al producto, se consigue una
mejoría amplia a la enseñanza, aun así, esta técnica para que sea integral debe a su vez confluir
con el currículo para perpetuar la calidad de la enseñanza de acuerdo a los resultados prácticos y
no sólo a la perspectiva teórica ofrecida por “especialistas” en formulación de currículos.

3. ¿Por qué decimos que la evaluación fortalece el proceso de investigación?

Continuando con la línea de la evaluación como actividad intrínseca del ejercicio educativo y por
tanto del currículo, la evaluación condiciona todos los procesos de investigación que tienen lugar
dentro de la formulación de objetivos. Nos permite tomar acciones en pro de la mejora de las
acciones seguidas y fundamentalmente ligar la práctica educativa con la finalidad curricular. La
investigación permanente tiene lugar en diferentes momentos de la praxis educativa,
especialmente en los momentos ulteriores a la evaluación, que es donde toma lugar la verdadera
reflexión y recolección sistemática de datos que propendan por la eficacia de cada uno de los
momentos del proceso enseñanza-aprendizaje.

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