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EL FUTURO DEL LIBRO: DEL PAPEL AL BYTE

Por: Marcelo Quiroga


manara39@yahoo.com.ar

1. INTRODUCCIÓN: DEL LIBRO IMPRESO A LOS LIBROS EN LÍNEA

El surgimiento de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (N.T.I.C.) plantea un nue-


vo interrogante a los profesionales de la información: ¿Cuál será el futuro del libro impreso?

Muchos han planteado su desaparición y otros la coexistencia del soporte tradicional y los nuevos me-
dios. El profesor del Departamento de Estudios de la Información (Universidad de Sheffield), Tom Wilson,
es uno de los que apoya esta última teoría.

Estas ideas han surgido ante la aparición de las redes telemáticas (en particular Internet) que están revo-
lucionando la forma de concebir al libro. Ya no se habla de texto sino de hipertexto (texto que remite a
otro texto, sonido o imagen).

Surgen nuevos conceptos: bibliotecas digitales y bibliotecas virtuales. En este último caso se hace hinca-
pié en la ‘referencia remota’.

¿Cómo será el rol del bibliotecario en ‘la era de Internet’? ¿Qué función cumplirán las bibliotecas a partir
de ahora? Éstos y otros interrogantes serán respondidos a lo largo de esta monografía.

El propósito de este trabajo es realizar una aproximación teórica a un tema cuyo debate recién comienza.

2. EL IMPACTO CULTURAL DE LA IMPRENTA DE TIPOS MÓVILES

En esta ‘sociedad del conocimiento’ en la que vivimos se ha olvidado el impacto que generó la invención
de la imprenta de tipos móviles en la Humanidad. El hallazgo del alemán Johann Gutenberg cambió la
forma de entender el mundo. La transmisión oral del conocimiento dio lugar a la fijación del mismo en
papel.

La producción masiva de material impreso abarató los costos y permitió la alfabetización de la mayoría de
la población. Se terminó el monopolio del saber por parte de unos pocos. Antes de la imprenta los predi-
cadores cumplían el papel de transmisores del saber en forma oral. La gente comenzó a autoinstruirse y
acceder a la información sin importar las distancias de los grandes centros urbanos.

Con el tiempo se fueron perfeccionando los métodos de impresión y la calidad del papel. Empezaron las
revisiones a los escritos para buscar la mayor veracidad en las publicaciones.

La Revolución Francesa y las guerras de independencia americanas fueron el producto de los ideales
libertarios transmitidos a través de los libros prohibidos. Las reformas sociales trajeron consigo socieda-
des más justas y equitativas. El saber pasó de las clases altas a los sectores populares.

La difusión del conocimiento científico a través de los libros –durante los siglos XVII al XX– favoreció el
progreso de la civilización. La gente común pudo tomar conciencia de los avances que cambiarían su
vida para siempre.
3. LOS TIEMPOS CONTEMPORÁNEOS Y EL LIBRO

En el siglo XX, los libros tuvieron un rol fundamental en el mundo occidental a pesar de la gran influencia
de los medios masivos de comunicación. Durante el siglo pasado la edición de libros sufrió una nueva
serie de mejoras y el abaratamiento del papel favorecieron la difusión de la lectura. Un ejemplo de ello
fueron los libros de bolsillo que produjeron aumentos masivos de ventas en todo el mundo.

Los grandes avances científicos y técnicos que vieron la luz durante esa centuria facilitaron la divulgación
del conocimiento a través del papel impreso. Asimismo, la educación masiva de la población dio lugar a la
publicación de textos escolares de todo tipo. Las obras de referencia bibliográfica se perfeccionaron tanto
en la forma como en el contenido.

La actividad bibliográfica internacional fue auspiciada por la UNESCO (Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). En los países desarrollados se editaron bibliografías
nacionales retrospectivas y en curso de publicación. Por su parte, los países subdesarrollados hicieron
algunos esfuerzos bibliográficos aislados con el apoyo de organismos internacionales.

La aplicación de computadoras en el diseño de libros a partir de los ’70 y ’80 contribuyó a reducir los pre-
cios y aumentar las tiradas de libros comerciales.

Un fenómeno reciente son las librerías-shopping, los videoclubes y los quioscos que constituyen puntos
de venta no tradicionales de libros comerciales.

4. LA AUTOMATIZACIÓN DE BIBLIOTECAS

Desde mediados del siglo XX las bibliotecas han ido incorporando la informática a diversas tareas y pro-
cesos técnicos.

En principio, se creó en los Estados Unidos el primer catálogo colectivo automatizado en torno a la Biblio-
teca del Congreso de Washington. Los catálogos colectivos permiten centralizar la información bibliográ-
fica de dos o más bibliotecas en un catálogo central y facilitan el préstamo interbibliotecario. En los países
desarrollados la implementación de los catálogos colectivos informatizados se convirtió en práctica co-
mún mientras en los países subdesarrollados sólo se produce de manera aislada.

En 1965 nació en los Estados Unidos el proyecto MARC (Catalogación Legible por la máquina) para uni-
ficar los formatos de descripción bibliográfica. Actualmente tiende a extenderse en todo el mundo.

Desde el surgimiento de la computadora personal en 1981, la automatización de todos los procesos bi-
bliotecarios se incrementó paulatinamente: catalogación de libros, revistas y materiales especiales, prés-
tamo, compras, donaciones y demás procesos administrativos.

Un gran aporte a la informatización bibliotecaria fue la generalización del uso del software CDS-ISIS aus-
piciado por la UNESCO. Esta aplicación favorece la normalización de los procesos técnicos a escala
mundial.

Actualmente se están generalizando los Catálogos Públicos en Línea (OPAC) para facilitar el acceso de
la gente al patrimonio bibliográfico de las bibliotecas.

También se está extendiendo el uso de los CD-ROM’s para la distribución de bases de datos, catálogos,
revistas y como una nueva forma de acceder al conocimiento.

Asimismo, se tiende a la creación de páginas Web de bibliotecas como una forma de difundir información
institucional y facilitar el ingreso a los catálogos en línea.
5. LOS NUEVOS SOPORTES DE INFORMACIÓN

La incorporación en las bibliotecas de nuevos soportes como el CD-ROM y los DVD’s está cambiando la
forma de concebir el saber.

Los CD-ROM’s son discos ópticos que pueden albergar hasta 200 mil páginas de texto con sus corres-
pondientes gráficos y explicaciones. La lectura de la información almacenada en los mismos se hace por
medio de un haz de rayo láser. Las ventajas de este nuevo soporte están vinculadas a sus características
multimedia: permite reunir textos, sonidos e imágenes fijas y animadas. El texto contiene enlaces hiper-
textuales: pueden vincular un artículo determinado a otro escrito, gráfico, sonido o animación. También se
da el vínculo hipermedial, es decir, enlazar cualquiera de los elementos mencionados entre sí.

Se considera que la multimedia permite interactuar con los contenidos al azar y no secuencialmente co-
mo sería el caso de un libro impreso. Muchos enfatizan el carácter interactivo de los CD-ROM’s como un
gran avance en el proceso del conocimiento. Es evidente que su gran capacidad de almacenamiento
(650 megabytes) los hacen aptos para la comercialización de bases de datos y obras de referencia: dic-
cionarios, enciclopedias, etc.

Recientemente se ha inventado un nuevo soporte multimedia: el DVD (Disco Versátil Digital) con una
capacidad de 17 gigabytes, o sea, 26 veces más que el CD-ROM. Esta nueva invención ya se está co-
mercializando para la difusión de películas y promete ser el sucesor natural del CD-ROM. Algunas enci-
clopedias multimedia como la Britannica ya se están ofreciendo al público en formato DVD. Lo mismo
ocurriría con distintos tipos de softwares.

6. INTERNET Y SU INFLUENCIA EN LA NUEVA CONCEPCIÓN DEL LIBRO

La interconexión de computadoras conformando redes telemáticas –en especial Internet– constituye un


avance sin precedentes en la historia. La telemática combina las redes de comunicación telefónica y sate-
lital con las computadoras para facilitar la transmisión de información a distancia.

La Red Global (WWW) –la cara más conocida de Internet– permite:

Consultar catálogos de bibliotecas distantes.


Visitar museos y pinacotecas virtuales.
Comunicarse con otros usuarios por medio del correo electrónico.
Conversar directamente o mediante el uso del teclado (CHAT).
Participar de videoconferencias.
Formar parte de listas de correo o grupos de discusión.
Experimentar la denominada ‘realidad virtual’.
Buscar cualquier información deseada a través de portales temáticos o buscadores: Yahoo, Altavi sta,
Google, Terra, Radar, etc.

Pero la Web es sólo una parte de la Red de Redes:

– FTP (Protocolo de Transferencia de Archivos): este sistema facilita el acceso gratuito a programas o
archivos ubicados en servidores remotos.

– Gopher (sólo texto): fue una de las primeras formas de comunicación previas al nacimiento de la
WWW.
– Telnet: este protocolo permite la interconexión con supercomputadoras aún no conectadas a la Red
Global.

Sin dudas, la Red Global está cambiando nuestra forma de percibir el mundo y también nuestra manera
de comprender la literatura. Internet siempre fue un medio libertario por naturaleza y esto es lo que favo-
rece la producción escrita. Cualquier persona con inquietudes literarias puede publicar sus obras en la
Web. De este modo, se eliminan los intermediarios: editor, impresor, distribuidor, librero. El individuo pue-
de concentrar en sí mismo todos esas funciones.

Asimismo, están surgiendo páginas Web personales e institucionales sobre determinados autores que
despiertan la simpatía popular. También surgen las denominadas ‘editoriales virtuales’ que impulsan la
publicación de nuevos autores.

Los denominados ‘proyectos’ literarios como el Gutenberg y el Cervantes Virtual nos plantean una nueva
forma de acceder a la literatura. Ambos son ambiciosos proyectos de digitalización de obras clásicas de
la literatura universal. El Gutenberg rescata textos de todo el mundo en idioma inglés y el Cervantes Vir-
tual hace lo mismo con publicaciones en lengua española.

Lo revolucionario de este tipo de emprendimientos es la posibilidad de conseguir una copia gratuita del
libro de nuestra predilección. En estos y otros sitios denominados de ‘dominio público’ las obras están
alojadas en una computadora que hace las veces de servidor. Miles de personas de todo el planeta pue-
den ingresar a esas bibliotecas vi rtuales y ‘bajarse’ una copia del Quijote, Facundo o La Metamorfosis.

Un párrafo aparte merecen las bibliotecas digitales y las virtuales, por tanto, serán tratadas con mayor
detenimiento en el último capítulo. Las primeras son un gran depósito de textos acompañado de elemen-
tos multimedia que hacen más atractiva la lectura. Las segundas añaden a los elementos tecnológicos la
denominada ‘referencia remota’ realizada –vía correo electrónico– por profesionales de la información.

7. ¿LIBROS ELECTRÓNICOS VERSUS LIBROS IMPRESOS?

El libro electrónico puede ser hipertextual o hipermedial –a través de Internet– o estar almacenado en un
CD-ROM, DVD o en un ‘libro artificial’. Baker lo definió como: “una colección de páginas de información
1
dinámica e interactiva implementadas en una metáfora de libro” .

Sus características serían:

1. “La facilidad para cambiar y actualizar la información contenida”.

2. “La capacidad que dispone para almacenar información, que afecta todos los tipos y la forma de
uso”.
2
3. “La interactividad”.

La tendencia indica que todas aquellas disciplinas que requieren una actualización permanente de sus
contenidos han elegido la Web para la difusión de los mismos. Esto ocurre en el campo científico y en el
ámbito universitario donde la dinámica del conocimiento es tal que necesita de un medio acorde a la
misma.

En 1998 se creó el prototipo de un libro electrónico con la apariencia de un libro normal pero con la posi-
bilidad de almacenar en él varios miles de obras a la vez. Obviamente, el mismo sería actualizable por
Internet y tendría todas las cualidades del soporte papel: similar textura y formato. Las páginas podrían
cambiarse automáticamente o de acuerdo al gusto del lector. Hasta el día de hoy no ha sido posible co-
mercializarlo a un costo accesible.
Más allá de las ventajas innegables de los medios digitales hay cosas irremplazables: la cualidad táctil del
papel, su textura y olor. Por otra parte, es posible leer un libro en cualquier parte sin necesidad de usar
pilas o conectarse a la red eléctrica o telefónica. Los libros sólo necesitan de una buena luz ambiental o a
lo sumo de un par de anteojos para su lectura.

Sin embargo, más allá de cuestiones físicas hay que considerar también los factores económicos. Mucha
gente gusta de leer novelas, cuentos, poesías, biografías o libros de divulgación científica y tiene que
pagar muy poco para poder hacerlo. El costo de tener una computadora portátil que haga factible una
lectura ‘cómoda’ no baja de mil dólares: un precio demasiado caro para la mayoría. Es mucho más eco-
nómico asociarse a una buena biblioteca pública o bien adquirir por poco dinero los libros más deseados.

Existe otra cuestión vinculada a la preservación del material impreso: un libro puede durar varios siglos y
se lo puede restaurar de ser necesario. Por el contrario, no hay ninguna garantía sobre la posibilidad de
leer un CD-ROM dentro de 10 años: es probable que ya no existan ni los programas ni las máquinas que
puedan acceder a la información contenida en ellos.

Es evidente que ambos soportes: el digital y el impreso coexistirán por bastante tiempo. Cada uno tiene
sus ventajas y por ello no son excluyentes. Todavía hay un gran mercado para libros en papel que no
necesitan actualización vía Internet. Por el contrario, ya han surgido publicaciones hipertextuales que sólo
circulan en la Web y se van renovando periódicamente.

8. LAS BIBLIOTECAS DEL FUTURO

Antes de especular sobre las bibliotecas del futuro es necesario analizar las nuevas bibliotecas del pre-
sente: digitales y virtuales. Las bibliotecas digitales o electrónicas reúnen en un mismo servidor de Inter-
net: texto, imágenes, voz, sonido, 3D y, en algunos casos, holografías.

No se trata sólo de dar acceso a catálogos en línea sino que se busca generar un nuevo entorno bibliote-
cario. Las bibliotecas electrónicas utilizan sofisticadas técnicas de digitalización de textos e imágenes
para preservar y difundir el conocimiento. Es una nueva forma de cumplir el papel clásico de la biblioteca:
clasificar, catalogar, indizar, conservar y, sobre todo, difundir información de alto nivel. En estas bibliote-
cas se pone énfasis en el acceso a la información. Para ello es necesario fomentar el uso de las Nuevas
Tecnologías de la Información y la Comunicación (N.T.I.C.).

En los Estados Unidos y en Europa se están llevando a cabo varios proyectos de bibliotecas digitales en
museos, pinacotecas, y todos los sectores vinculados al proceso informacional. Un proyecto digno de
destacar es el sitio de la Biblioteca Pública de Internet (Internet Public Library): http://www.ipl.org. El sitio
está dedicado exclusivamente a concentrar información de interés bibliotecario. Es un gigantesco portal
que reúne todo lo que necesita un profesional de la información pero sólo en idioma inglés.

Las bibliotecas virtuales agregan a sus repertorios digitales la atención especializada de referencistas a
distancia. Entra en juego aquí el elemento humano brindando servicios informativos a usuarios remotos.
Un ejemplo de este tipo de biblioteca es la iniciativa española Pregunte, las bibliotecas responden. Dicho
proyecto conforma una red de bibliotecas vinculadas por correo electrónico que contestan cualquier in-
quietud a usuarios dentro o fuera de España. Para acceder al mismo hay que tipear la siguiente dirección
Web: http://pregunte.carm.es/pregunte. Una vez en el sitio se puede llenar un formulario con la pregunta
que será contestada en un plazo máximo de 3 días.

Teniendo en cuenta estas loables iniciativas y otras ya mencionadas como el proyecto Gutenberg y el
Cervantes Virtual cabe preguntarse por el futuro de las bibliotecas. Es evidente que las bibliotecas debe-
rán incorporar a Internet como una herramienta más de acceso a la información.

Sin embargo, es erróneo creer que la Red de Redes es una gran biblioteca: sólo es un gigantesco alma-
cén de información totalmente desorganizada. Entre los profesionales de la información se está hablando
de la ‘bibliotecarización’ de la Red. Es decir, aplicar las mismas normas de normalización y organización
informativas que rigen en las bibliotecas. Dicho plan contará, sin duda, con la oposición de los intereses
económicos que han convertido a la Red Global en un gran negocio.

En fin, más allá de los proyectos, se hace necesario encarar en las bibliotecas públicas un plan de forma-
ción de usuarios de Internet. Una vez más, las bibliotecas están llamadas a cumplir una función educati-
va. Combatir el ‘analfabetismo cibernético’ es un desafío para el futuro inmediato. Aquellas bibliotecas
que sigan cumpliendo un rol de conservación de sus colecciones bibliográficas están condenadas a la
extinción.

9. CONCLUSIÓN

El libro impreso no ha llegado al fin de su vida útil ni mucho menos. Se estima que por unos 30 años co-
existirán los soportes y medios digitales con el papel. A medida que pase el tiempo la balanza se irá incli-
nando a favor de los primeros. Mientras tanto, los libros impresos seguirán siendo la forma más económi-
ca de acceso al conocimiento.

Estamos en ‘la era de Internet’ y este no es un eslogan publicitario. Esta Red de Redes está cambiando
al mundo. La posibilidad de publicar cualquier texto, acompañado de imagen y sonido, constituye un
cambio fundamental en la forma de comunicarnos. Cualquier programa como el Word permite crear una
página Web en un rato y ‘subirla’ a la Red sólo requiere el pago de la comunicación.

Los servicios gratuitos de difusión de páginas Web se cuentan por decenas. Existen iniciativas económi-
cas y políticas para facilitar el acceso al nuevo medio. En una década la Red habrá alcanzado la mayoría
de edad y se habrá generalizado su uso.

En este contexto, los bibliotecarios se están adaptando a los nuevos tiempos más rápido de lo que mu-
chos creen. Usan las nuevas tecnologías y las aprovechan para rescatar lo mejor de ellas. Las páginas
Web de bibliotecas se van incrementando día a día. Los catálogos en línea basados en este medio mar-
can una tendencia clara. Muchos profesionales de la información aprenden a utilizar el hipertexto y otras
aplicaciones telemáticas.

Sin embargo, no se sobrestima a Internet: no es ‘la biblioteca digital universal’ que muchos soñaron. En
este aspecto la ‘bibliotecarización’ de la Red es el desafío de los próximos años.

Los profesionales de la información deberán:

– Organizar los documentos disponibles de una manera racional.


– Garantizar el acceso y disponibilidad permanente de la información.
– Eliminar la información ‘basura’ y cubrir los baches existentes.
– Gestar métodos eficaces de recuperación de la información (por autor, titulo y materia, como mínimo).
– Crear buscadores basados en el uso de vocabularios controlados.
– Clasificar y catalogar todos los documentos disponibles en Internet.
– Utilizar criterios documentales de selección y evaluación serios.
No cabe duda que el trabajo que tienen por delante los bibliotecarios es titánico. De él depende el futuro
de los profesionales de la información.

Una nueva era ha llegado y la aceptación del desafío es la única alternativa posible. Las bibliotecas vol-
verán a cumplir –una vez más– su función de transmisoras del conocimiento en el nuevo entorno digital.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

1. La biblioteca digital / Dora Pérez. -- En: Seminario I, módulo 2, artículo 7. (listateleworks de los
egroups de ABGRA).

2. La contribución de la imprenta / Alexa Nosal. -- En: Bibliología y Bibliotecnia I, módulo I. -- p. 4-5.

3. Edición de libros. -- En: Enciclopedia Encarta 1999.

4. Historia de las bibliotecas del mundo : desde la invención de la escritura hasta la era de la computa-
ción / Fred Lerner. -- Buenos Aires : Troquel, 1999. -- p. 249-58.

5. Impacto de la automatización en bibliotecas / Silvia Mónica Rodríguez Lagos. -- En: Bibliografía y Refe-
rencia II, selección de textos. -- p. 23-9.

6. La Internet: una nueva frontera para los profesionales de la información y la documentación : un enfo-
que sistémico / Francisco Javier García Marco. -- En: Bibliografía y Referencia II, módulo 1. -- p. 151-5.

7. Libro. -- En: Enciclopedia Encarta 1999.

8. Libro (definición). -- En: Nuevo Larousse Básico / Ramón García-Pelayo y Gross. -- Buenos Aires :
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9. Nuevos soportes documentales / Ernest Abadal Fagueras. -- En: Fuentes y Servicios de Información I,
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10. La publicación electrónica y el futuro del libro / Tom Wilson. -- En: Congreso Internacional sobre Cien-
cia del Libro en conmemoración del 450 aniversario del primer libro lituano, Universidad de Vilna, Litua-
nia, 24-28 de septiembre de 1997. -- En: http://www.bibnal.edu.ar

11. ¿Qué es un CD ROM? : el soporte de almacenamiento de la multimedia. -- En: Fuentes y Servicios de


Información I, módulo 1. -- p. 98-1.

12. La saga de Internet. -- En: Suplemento Informática de La Nación del 31 de agosto de 1998. -- p. 20-1.

13. Ser digital = being digital / Nicolás Negroponte. -- Buenos Aires : Atlántida, 1995. -- p. 117.

14. Ibídem. -- p. 120.

15. Los servicios de información en el próximo milenio / Victórico Rodríguez Reyes. -- En: Bibliografía y
Referencia II, selección de textos. -- p. 1-9.

1
Del papiro al byte / Daniel Spina y Eduardo Giordano. -- En: Revista de la 24ª Feria del Libro de 1998.
2
Ibídem.

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