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una región montañosa situada al suroccidente de Colombia y al norte de Ecuador. El nombre suele
aplicarse a los residentes de la ciudad de San Juan de Pasto, y por extensión, a aquellos que viven
en la antigua provincia de Pasto, y a los hablantes del llamado español pastuso, que se extienden
también al occidente de Putumayo (especialmente en el valle de Sibundoy), el sur de Cauca (Bota
Caucana) y la provincia ecuatoriana de Carchi.12
Debido a su lealtad, el rey Felipe II le otorgó a la ciudad un escudo de armas en 1559. Sin embargo,
las relaciones con la Corona no siempre fueron amistosas: en 1564 el criollo Gonzalo Rodríguez
(conocido como El Precursor) intentó revelarse contra las autoridades españolas, en 1781 se
produjo un levantamiento comunero en Catambuco, y en 1800 uno más grande en la sabana de
Túquerres.1415
En todo caso, tras el estallido de las guerras de independencia, la región se destacó por ser uno de
los bastiones realistas más obstinados.16
Durante la Campaña de Pasto, los realistas pastusos y sus aliados patianos, se enfrentaron a los
revolucionarios de Quito, al Estado Libre de Cundinamarca (apresando al presidente Antonio
Nariño en 1814), y a las tropas bolivarianas. Finalmente, la ciudad capituló en 1822, sufriendo las
represalias del bando republicano en la Navidad de ese año (Navidad Negra), cuando cientos de
civiles fueron degollados en la que hoy es conocida como Calle del Colorado.17
El caudillo mestizo Agustín Agualongo continuó con la guerra de guerrillas hasta que fue capturado
por José María Obando y ejecutado en Popayán en 1824.
Debido a esta actitud belicosa de los pastusos, el político ecuatoriano Juan Montalvo escribió
(1879):19
En este país vive un pueblo, que por la rareza de su carácter, por sus virtudes y sus defectos se ha
vuelto notable para sus vecinos; este es Pasto, nombrado ya como singular en la historia de
Colombia. Si algún pueblo en Sudamérica pudiera recordarnos a la antigua Esparta, éste sería, sin
duda; rasgos hay en sus costumbres, su complexión, que en verdad nos recuerdan a Lacedemonia.