Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1 . Marcos y su Evangelio
El autor histórico del segundo Evangelio, al igual que los demás evangelistas,
no escribe a nombre propio. Conocemos su nombre sólo a través del título del
Evangelio, que fue añadido en el siglo II cuando se reunieron los cuatro Evangelios.
En todo caso es bastante verosímil que el autor se llamase así, debido a que Marcos
no es un personaje de grande relieve en el panorama del cristianismo primitivo. El
testimonio más antiguo acerca de Marcos como autor del segundo Evangelio, y
sobre el que se funda posteriormente la tradición de la Iglesia, es el de Papías
alrededor del 130 d.C. que Eusebio de Cesárea (263-369 d.C.) recoge en su Hist.
eccl. III. 39,14-15.
Papías refiere -como tradición del «Presbítero»- que Marcos no había seguido
personalmente al Señor pero, como «intérprete de Pedro», había escrito con
dedicación y exactitud -aunque sin orden cronológico- las palabras y los hechos
prodigiosos del Señor, trayendo a la memoria cuanto había escuchado de Pedro. Se
ha identificado al autor del segundo Evangelio como Juan Marcos de Jerusalén, de
quien se relata en Hech 12,12.25, que fue primero compañero de misión de Pablo y
de Bernabé, y luego sólo del último (Hech 15,36-40). R. Pesch llama la atención
sobre el carácter apologético del testimonio de Papías y que la asociación con Pedro
podría depender de 1 Pe 5,1 3 donde Marcos es llamado «hijo mío». Sin embargo,
que Marcos fuese un testigo de la tradición (¿petrina?) y un judío-cristiano
originario de Palestina (cfr. infra), es difícil de negar.
Prólogo: 1,1-13
Conclusión: 16,9-20
El Evangelio pone una pregunta crucial a todos los lectores: ¿Quién creen que
sea yo? (8,29). Los lectores que se encuentran de frente a esta pregunta pertenecen a
distintas categorías (cf. 1,27; 4,41 ; 6,14-15; 8,27-30; 12,35-37; 14,61; 15,2.32.39).
E inclusive el así llamado «secreto mesiánico» (1,34; 3,12; 8,30; 9,9), que de Wrede
en adelante ocupa un lugar primordial en la discusión acerca de la teología de
Marcos, es un recurso pragmático del autor, quien, para provocar la respuesta de los
lectores, los coloca ante el desafío de la persona de Jesús y de su identidad. Una
identidad que progresivamente se revela al lector llegando al momento culminante
de su manifestación en la cruz. La cristología de Marcos, siendo una «teología
narrativa» y no una «teología sistemática», conduce al lector hasta el momento de la
cruz, donde se proclama al Hijo de Dios en la persona del Mesías crucificado
(15,39).