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PRÁCTICO
FINAL
OBLIGATORIO
(EJE 1 Y 2)
LINGÜÍSTICA – COMISIÓN K
UNLP – PSICOLOGÍA
INTRODUCCIÓN
En las siguientes páginas realizaremos un análisis de discurso de dos textos tomados
del corpus dado por la cátedra de Lingüística General de la Facultad de Psicología de la
UNLP. Estos textos, uno oral y otro escrito, tratan sobre el diagnóstico de Síndrome de Hubris
a la Presidenta de la República Argentina que hizo el doctor Nelson Castro en contexto de una
situación de tensión económica del país a fines del año 2014, y la polémica que esto desató
entre la ciudadanía y los medios de comunicación.
Por último, aunque quizás el lector pueda ya tener conocimientos previos sobre las
características de un discurso y le parezca repetitivo, se hacen pequeñas menciones de los
conceptos y las definiciones utilizadas para clarificar el tema que se está tratando y así
facilitar la lectura del análisis incluso si no se está relacionado a sus metodologías. Si bien
reconocemos que puede llegar a ser un análisis muy general, creemos que ilustra bien los
pasos a seguir para realizar un análisis discursivo válido y representativo de la realidad.
DESARROLLO EJE 1
Punto 1)
Por discurso entendemos una práctica social, una forma de acción entre las personas
que se articula a partir del uso lingüístico contextualizado, ya sea oral o escrito. Construye
piezas textuales orientadas a unos fines y que se dan en interdependencia con el contexto, o
sea, pone en funcionamiento formas lingüísticas para construir forma de comunicación y de
representación del mundo (Calsamiglia y Tusón 1999). Sirviéndonos de esta definición que
nos brindan estos autores, podremos determinar por qué el corpus seleccionado para analizar
son en efecto discursos, qué tipo de discursos son, y cuáles son las estrategias que utilizan
para llegar a esos ‘fines’ que en definitiva, orientan y modelan la totalidad de sus
enunciados.
Punto 2)
El discurso oral (1), como ya hemos dicho, se da por parte de Nelson Castro, médico y
periodista argentino, en el programa "El juego limpio" emitido por la señal televisiva de TN el
15 de agosto de 2013. De este dato podemos identificar la situación de enunciación del
enunciador con respecto a los enunciantes. No hay una participación simultánea por parte de
ambos interlocutores, de hecho no hay diálogo. Dado que los enunciatarios están en sus casas
mirando y escuchando la televisión, no tienen posibilidad de intervenir en el discurso, es decir
que éste se da in absentia del enunciatario, que está en otro lugar (y quizás en otro momento,
si la reproducción del enunciado no es en vivo si no que es una repetición). Por lo que esta
enunciación asimétrica priva al enunciatario de respuesta y convierte el enunciado en un
monólogo.
Como nota adicional al contexto, no fue la primera vez (ni tampoco sería la última)
que esta persona hace manifiesto su argumento de que la Presidenta padece el síndrome de
Hubris en un medio comunicativo.
{Vuelve a mirar la hoja, luego retoma a la cámara}Y yo quiero compartir para que ustedes...
evalúen {a partir desde este momento empieza a mover reiteradas veces la mano} este
objetivo que tiene que ver con esta conducta "hubrística" {hace énfasis en esta última
palabra} de la presidenta que {deja de mirar a la cámara momentáneamente, luego retoma}
está presente a veces en momentos de exaltación. Hay momentos en donde hay una oleada de
Hubris. {Con voz más tranquila y relajada que anteriormente dice lo siguiente} El martes fue
una de ellas. {el movimiento de la mano se detiene, hace una pausa y mira el documento
momentáneamente}
{Retoma a la cámara} Entonces la definición {enfasis en la última palabra, una breve pausa
le sigue} del sindrome de Hubris... {mira la hoja, luego retoma a la cámara} y la descripcion
dice lo siguiente: {baja la mirada para leer el documento con voz neutra} "Los politicos
víctimas del Hubris tienen una propensión narcisista a ver la realidad como una arena en la
que puedan ejercer el poder {hace un silencio, mira a la cámara, arquea las cejas y baja la
comisura de los labios momentáneamente, como haciendo notar la siguiente acción que va a
relatar} y buscar la gloria.{Baja la mirada para leer, y luego la vuelve a levantar} Se
comportan de manera impulsiva, {repite la acción anterior} creen ser infalibles. [...]
[...]{Mirando a la cámara, hace silencio, arquea las cejas y baja la comisura de los labios
previo a lo que va a decir a continuación} ¿Cabe alguna duda que la presidenta padece el
Síndrome de Hubris? {dice esto último aún con las cejas levantadas, y afirmando levemente
con su cabeza a cada palabra que pronuncia}.
Punto 3)
Siguiendo a Reyes (1999) y a Bajtín (1986), podemos definir los géneros discursivos
como un conjunto de textos, que se expresan en forma de hechos comunicativos en un
contexto social determinado y en común, cumpliendo funciones sociales similares y que
tienen ciertas características formales compartidas. A su vez, siguen algunas normas y
convenciones que se adecuan a ciertos fines específicos.
Teniendo esto en consideración, nos damos cuenta de que tanto el discurso oral (1)
como el discurso escrito (2) están dentro del mismo género discursivo, a saber, el género
periodístico, ya que comparten a grandes rasgos los mismos temas y estilo, rasgos que Bajtín
propone como claves para determinar el género discursivo de un enunciado, y se dan en el
mismo ámbito (el de los medios de comunicación). Por eso es que decimos que forman parte
del mismo género, aunque hay que hacer una distinción: el discurso oral (1) es un análisis de
opinión, mientras que el discurso escrito (2) es una noticia. Ambos tienen como fin informar
al enunciatario en torno a un tema específico, la tesis de que la Presidenta Argentina padece
de síndrome de Hubris. Sin embargo, tienen intereses contrarios, tomando posturas contrarias
sobre esta tesis, y abordan la temática de manera diferente. Analizaremos ambos discursos en
base a cómo se insertan en el género discursivo, considerando el tema (aquello de lo que
tratan), el estilo (la forma lingüística en la que se da), y su estructura (el modo en que se
organizan sus enunciados), para luego intentar dar cuenta de cuál es la intención de los
enunciadores en cada discurso.
El discurso oral (1), como ya hemos dicho, aborda la temática del diagnóstico por
parte de su enunciador del Síndrome de Hubris a la Presidenta Cristina Fernández de
Kirchner, y lo hace mediante una estructura al principio de argumentación y luego de
explicación, distintiva del género periodístico, más particularmente del periodismo de
opinión. Si bien se propone la temática desde la subjetividad, se da cuenta de una realidad
aparentemente objetiva, y el autor expone sus pensamientos sobre ella. Se da en un programa
televisivo de noticias y su objetivo es informar sobre la enfermedad, opinar sobre el
diagnóstico y sostenerlo. Consta de pocos párrafos, presentados en aproximadamente dos
minutos, con lo cual es un discurso muy breve. Sin embargo, se alcanza a observar rasgos
estilísticos como un vocabulario bastante coloquial, el uso de la referencia discursiva al citar
una definición, el uso de metáforas como ‘oleadas’ y el cierre con una pregunta retórica, lo
cual evidencia la seriedad del género periodístico pero con los matices subjetivos de un
análisis de opinión.
El discurso escrito (2) consta de título, copete y cuerpo, sumado del elemento
paratextual del video del discurso oral al que hace referencia, con lo cual podemos sin duda
alguna incluírlo en el género periodistico y más particularmente, decir que es una noticia. Se
basa en la estructura de la narración para exponer la temática del diagnóstico hecho por el
discurso oral (1). Su objetivo es informar sobre el diagnóstico y desacreditarlo. El cuerpo
consiste en cuatro párrafos muy cortos, con lo cual, al igual que el discurso que critica, resulta
muy conciso, con la diferencia de que usa un vocabulario más reducido y directo, rasgo
estilístico característico de las noticias.
Punto 4)
El concepto de dialogicidad es un concepto central en la teoría de la enunciación de
Bajtín. Él niega que hablar sea un acto individual, si no que propone un “yo” esencialmente
social, cuya voz está relacionada y entrelazada con los dichos de otros enunciadores. Esta
manera de concebir la funcionalidad del lenguaje y de inscribir al “yo” en el acto del habla,
implica también una modificación en el entero concepto de qué es un discurso y el papel de
los interlocutores en este. Los hablantes toman la palabra de otros discursos, apropiándose de
ella y adaptándola a la propia semántica, a sus propios contextos y a sus propias intenciones.
DESARROLLO EJE 2
Punto 1)
A fines de conseguir un entendimiento completo sobre los discursos que analizamos,
nos vemos en la necesidad de detallar el género discursivo de ellos, dando cuenta de esto
principalmente al caracterizar los contextos en los que se dan. Hacemos esto porque los actos
de enunciación son imposibles de interpretar si sólo se conoce el enunciado empleado y se
ignoran las circunstancias de la situación. Entendiendo “contexto” como el entorno
lingüístico, físico o de situación del cual depende el sentido y el valor de los fragmentos
analizados, haremos uso de la aproximación de Otaola Olano (2006), Charaudeau (2009) y
Maingueneau (2009) sobre la reconstrucción del contexto, dando cuenta de los cuatro
aspectos de éste que los autores proponen para cada uno de los discursos que analizamos, al
mismo tiempo que intentaremos evidenciar en qué género discursivo se dan. Estos son: el
aspecto interaccional-situacional, que hace referencia a la identidad de los interlocutores, el
momento y el lugar en que se enuncia el discurso; el cotexto, referido al entorno textual
inmediato del discurso; el aspecto interdiscursivo, entendido como el conjunto de relaciones
explícitas e implícitas que mantiene un discurso con otros; y el aspecto sociocultural, que
describe el conjunto de saberes previos a la enunciación que nos permite entender el discurso.
Cabe destacar que, aunque mencionamos los aspectos del contexto de manera diferenciada,
están en estrecha relación los unos con los otros, y que no es la suma de éstos los que forman
el contexto, si no la relación que tienen entre sí.
El discurso escrito (2) tiene lugar entre las notas periodísticas y de opinión del Diario
Registrado, de clara orientación oficialista. Sin embargo nace como una respuesta a los dichos
de Nelson Castro detallados en el discurso audiovisual (1), el cual pone en video en el
encabezado del discurso. Este tipo de discursos que analizan y critican la postura de Nelson
Castro se seguirían dando con la misma constancia en que Nelson Castro siguiera hablando,
durante los meses siguientes, del mismo tema.
Puntos 2 y 3)
En el discurso escrito (2) la inscripción del “yo” aparece borrada por el autor, de tal manera
que se intenta generar el efecto de objetividad. Lo mismo sucede con la inscripción del “tú”
en referencia al enunciatario. Esto se condice con el formato de la noticia, que intenta eliminar
los rastros de la subjetividad. Sin embargo, sí hace referencia a otra persona: Nelson Castro,
llamándolo “el ‘doctor’ de TN”, “el periodista”, o por su propio nombre (tercera persona
gramatical). Podemos decir que el hecho de usar comillas a la hora de otorgarle el título
‘doctor’ tiene un carácter predicativo de duda, mostrando inseguridad ante la cualidad de
doctor de la persona a la que se hace referencia. También se nombra con un vocativo a
“aquellos que atacan al país”, presuntamente haciendo referencia deíctica al juez Thomas
Griesa y a la cámara de apelaciones de Nueva York que dio el fallo en contra de la república
Argentina sobre el pago de los fondos buitres, dada la situación de enunciación.
· Índices de espacio y tiempo: El discurso audiovisual (1) cuenta con dos índices temporales:
“el martes” (usado varias veces) para referirse a un evento del pasado, presuntamente el
discurso de la Presidenta por cadena nacional; y “cada vez que digo yo esto” (que también es
una referencia cotextual anafórica) para referirse a cuando el enunciador dice que “la
Presidenta padece claramente Síndrome de Hubris”. No hace uso de índices espaciales.
El discurso escrito (2) propone un mundo narrado para describir lo sucedido casi dos
meses atrás en el programa de Nelson Castro usando el pretérito perfecto simple en tres de los
cuatro párrafos de su extensión. De esta manera consigue tomar la distancia y objetividad
narrada del género periodístico. Sólo en el último párrafo, el enunciador se acerca a los
eventos comentados al utilizar el presente simple, lo cual se aleja de lo objetivo de la noticia y
se acerca a lo subjetivo de la opinión. Si bien este cambio termina tajantemente con las
supuestas intenciones de imparcialidad que llevaba la noticia, el hecho de acercarse a los
temas tratados y emitir un juicio en el presente sobre lo sucedido, termina de cerrar la
estrategia del locutor de transmitirle al lector una idea fija basada sobre lo narrado (en este
caso particular: que los dichos de Nelson Castro no son veraces y defenestrar su figura).
Punto 4)
En el discurso oral (1), la entidad polifónica del sujeto empírico es Nelson Castro, él
es quien pronuncia el enunciado. Aunque signifique que se desdobla en sí mismo, también es
el locutor, pues él es también el autor intelectual de su discurso; sin embargo no ocupa él solo
este lugar, si no que el programa Juego Limpio y la cadena televisiva TN también responden
como locutores de dicho discurso. Sobre esta base decide incorporar varias voces a su
discurso: la principal que podemos nombrar es una referencia discursiva a una definición del
Síndrome de Hubris, orada en forma de cita directa de reliquia, lo que intenta provocar el
efecto de veracidad infalible y adhesión automática al leer una típica ‘definición de
diccionario’, pese a que olvida nombrar la fuente de dicha definición (con lo cual podría
llegar a caer en la categoría de plagio). Podemos nombrar una segunda voz que aparece en el
discurso, que es una metáfora: “hay momentos donde hay una ‘oleada’ de Hubris”. Es un
mecanismo argumentativo con doble sentido, ya que no se refiere a olas en el sentido literal,
si no que hace referencia a una repetición de un evento con una gran fuerza, e incorpora este
recurso para ilustrar mejor y de manera más concisa lo que quiere expresar. Al mismo tiempo,
hace que su discurso sea más rico a nivel literario.
En el discurso escrito (2), la entidad polifónica del sujeto empírico está borrada, no se
sabe quién escribió ese enunciado. El sujeto empírico ha decidido tomar una postura anónima.
Sin embargo, el locutor, a quien se le atribuye la responsabilidad del enunciado, es Diario
Registrado. Con esto de base, se incorporan voces al enunciado: la primera es la de Nelson
Castro, constantemente citado de manera directa (“[…] Castró mencionó una ‘conducta
hubrística de la Presidenta’[…] “). El autor hace esta referencia a otro discurso para tomar una
posición ante éste (en este caso, exponerla al mismo tiempo que desvalorizarla), y elige la
forma de cita directa (cita textual, con comillas, sin modificaciones) para dejar en evidencia
que no está tergiversando los dichos. Es propio que lo use puesto que es un recurso común en
el género periodístico. La segunda voz que se incorpora se contrapone con la del sujeto
empírico: hace uso de la palabra ‘aunque’ para oponer dos ideas en un mismo enunciado,
contrastando una conclusión en un primer momento con la invalidación de dicha afirmación.
Hace esto cuando dice que Nelson Castro “leyó la definición de la supuesta enfermedad,
aunque sin citar ninguna fuente”. El autor hace esto para, si bien concederle a Nelson Castro
el mérito de haber dado una definición formal, restárselo (e incluso en mayor medida) al
denotar que no citó una fuente fiable, y así restarle también creebilidad.
Punto 5)
Reconocemos que toda unidad léxica (sustantivos, adjetivos, adverbios o verbos) tiene
una carga afectiva. Es decir que la forma en que nombramos y nos referimos a las cosas del
mundo se apoya en elecciones, la lengua se construye según un sentido de valores subjetivos.
Así, se hacen manifiestas las evaluaciones acerca del mundo, y la posición hacia éste, que
toma el enunciador (Marín 2008). Esto implica un rasgo de subjetividad que, como los
mencionados en otras partes del análisis, merece ser tenido en cuenta para entender qué es lo
que nos dice el enunciador, por qué nos lo dice y por qué elije decirlo de esa forma.
Analizaremos este rasgo de las cargas valorativas del léxico en los subjetivemas, que es, como
ya hemos dicho, una palabra o elemento léxico que adquiere rasgos afectivos o evaluativos
con los cuales podemos reconstruir una imagen del enunciador. Debemos recordar que para
identificar estas valoraciones, tener en cuenta el cotexto y el contexto de enunciación es algo
fundamental.
Punto 6)
Punto 7)
Benveniste propone que la lengua tiene una forma de construcción de sentido que
conjuga un sistema referencial y un mecanismo de inclusión de valores subjetivos. Si bien
hasta ahora hemos analizado casi en exclusividad el uso del sistema referencial que hacen los
discursos de nuestro corpus, el análisis es inútil si a partir de todos los rasgos observados no
somos capaces de entender cómo se incluyen los valores subjetivos y qué posición toman los
enunciadores en lo que ellos dicen.
A partir del análisis individual de los índices de persona, los índices espacio-
temporales, los tiempos verbales, la polifonía, los subjetivemas, y las modalidades, podemos
realizar una conclusión integradora de análisis, relacionando todos estos aspectos del discurso
y así entender tanto el contenido de éste como su contexto. Teniendo esto podemos
comprender las estrategias que usaron los enunciadores, y los fines a los cuales apuntaban. Es
decir, podemos comprender el sentido de los textos analizados, dejando lo más en claro
posible la intención del enunciador: ¿por qué dice lo que dice?
Consideramos que ambos textos del corpus utilizan los medios de comunicación
masiva de manera no casual, si no que lo hacen porque quieren tener una influencia sobre el
pensamiento de la gente sobre un tema puntual, a saber, el concepto de la Presidenta Cristina
Fernández de Kirchner.
El hecho de que una persona use su status de médico para dar un diagnóstico
psicológico sobre otra persona en un medio de comunicación, aún sin haber estado siquiera
cerca, y que ese diagnóstico sea negativo para la imagen de quien lo padece, resulta ser un
evidente oportunismo por parte de Nelson Castro para injuriar a la Presidenta y, más allá de
que el diagnóstico sea certero o no, la intención de dar una imagen negativa atribuyéndole
aspectos mal vistos socialmente como la vanidad, el egocentrismo y el hambre de poder está
claro.
Por otro lado, poner en duda la calidad de médico de una persona, tildarlo de atrevido
y de carente de sentido común, es también otra forma de injuria en la cual se disfraza el texto
de Diario Registrado, el cual no sólo quiere defender la imagen de la Presidenta al desmeritar
los dichos de quien la ataca, si no que encuentra lugar para insinuar que la Presidenta defiende
los intereses nacionales, alzando su imagen.
Nos parece obvio que si bien ambos textos se sirven de una apariencia periodística e
informativa, en la cual quieren parecer objetivos, los rasgos de su subjetividad dejan en
evidencia (y sin mucho esfuerzo notable) que esta sólo es una estrategia para hacerle llegar al
lector o televidente habitual de los medios de comunicación, de forma disfrazada y formal,
comentarios y opiniones sobre la Presidenta Argentina a fines de darle o restarle apoyo
popular. Esto es parte de un largo juego de intereses políticos y personales en relación al
gobierno de la República Argentina, en la cual los medios de comunicación también se
posicionan para modificar la realidad de los ciudadanos y a fin de cuentas, controlar su
opinión. No es coincidencia que Diario Registrado sea propiedad de funcionarios
kirchneristas, y Nelson Castro trabaje para el Grupo Clarín, opositor del gobierno
kirchnerista.
CONCLUSIÓN
Todos los aspectos hasta aquí trabajados son el resultado de varias horas de análisis
puntilloso, pero por lo general las personas en el día a día interpretan el sentido de los
discursos y enunciados de otras personas de manera instantánea e inconsciente. Esto puede (si
no es lo que más suele) terminar en una fácil maleabilidad de la opinión de las personas y la
forma en la que captan la realidad. Es irreal esperar hacer un análisis completo por cada
pequeño enunciado que percibamos, pero analizar al menos a grandes rasgos aspectos clave
en el contenido y el contexto de ellos sin duda no sólo es muy importante para asegurarse la
correcta comprensión del mundo, si no también es vital para evitar ser engañado.
Así como hemos podido, a grandes rasgos determinar el sentido de los dichos de
Nelson Castro y Diario Registrado, también hemos podido entender la relación que guardan
entre sí y con otros discursos también. Pero hay algunas cosas que no podemos comprender
de manera tan efímera, como tampoco podemos meternos en las cabezas de los locutores.
Pero sí podemos ir juntando de a poco las piezas de los discursos de las partes que nos hablan,
a través del tiempo y de distintas situaciones. Esta labor empírica de la comprensión de
discursos disfrazados a lo largo del tiempo inevitablemente termina en concepciones muy
variadas sobre los mismos discursos. Por eso, aunque tendríamos que preguntarnos qué es lo
que han dicho las partes a lo largo del tiempo y en qué contexto lo han hecho, también
tendríamos que saber preguntarnos hasta qué punto está bien tomar posiciones de seguridad
frente a lo que interpretamos de nuestro entorno lingüístico.
Podríamos hacer este ejercicio con el análisis realizado preguntándonos por qué cada
parte quiere defender o atacar a la Presidenta, a quién beneficiaría que la Presidenta siga en el
poder o deje de estarlo, por qué han elegido explicitar sus puntos de vista en medios de
comunicación masivos. No podemos hacer esto sin adentrarnos muy profundo en la
subjetividad, lo cual escapa a este análisis. Pero sin tomar partido por ninguno, podríamos
preguntarnos: ¿por qué nos dicen todas estas cosas de manera disfrazada, siendo que
claramente quieren decírnoslas, en vez de hacerlo de forma directa? ¿hasta dónde es culpa del
lenguaje que las intenciones estén disfrazadas? Me temo que estas preguntas no favorecerían a
ninguna de las partes.
BIBLIOGRAFÍA
CALSAMIGLIA, H. y A. TUSÓN ([2008]1999) Las cosas del decir. Manual de análisis del
discurso. Madrid, Ariel. Cap. 2 y 3. Adaptación como documento de estudio de Cátedra.
ARNOUX, E. (2006) Cap. 1. “El análisis del discurso como campo interdisciplinario”. En:
Análisis del discurso. Modos de abordar materiales de archivo. Buenos Aires, Santiago
Arcos. Adaptado como documento de estudio de Cátedra.
FREUD, S. (1980) “El Moisés de Miguel Ángel”. En: Obras Completas. Volumen XIII,
Tótem y tabú, y otras obras (1913-1914). Buenos Aires/Madrid, Amorrortu. Selección de
fragmentos.
BAJTIN, M. ([1985] 1976) “El problema de los géneros discursivos”. En: Estética de la
creación verbal. México, Siglo XXI, pp. 245-290.
CALSAMIGLIA, H. y A. TUSÓN ([2008]1999) Las cosas del decir. Manual de análisis del
discurso. Madrid, Ariel. Cap. 2 y 3. Adaptación como documento de estudio de Cátedra.
BENVENISTE, E. ([2010]1971) Cap. XV “De la subjetividad en el lenguaje". En: Problemas
de Lingüística General. México, Siglo XXI. Tomo I, pp. 179-187.
MARÍN, M. (2008) Lingüística y enseñanza de la lengua. Buenos Aires, Editorial Aique. Cap.
III.
ANEXO
(1) Discurso audiovisual elegido: http://youtu.be/pTnH80Tzcz8
Video extraído del programa “El juego limpio” conducido por Nelson Castro y emitido por la
señal TN. Fecha de emisión: 15 de agosto de 2013. (0:30 – 1:42, 2:19-)
a) Nelson Castro volvió a hacer uso de sus conocimientos médicos para operar políticamente.
Mirando a cámara, en su programa El Juego Limpio, volvió a insistir con el “síndrome de
Hubris” que, según el ‘doctor’ de TN, padece la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
c) Castró mencionó una “conducta hubrística de la Presidenta”, explicó que “hay momentos
en que hay una oleada de hubris y el martes fue una de ellas”, y luego leyó la definición de la
supuesta enfermedad, aunque sin citar ninguna fuente.