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Amor.

Relación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad
fisiológica de la satisfacción sexual y en la necesidad psicológica del intercambio afectivo.

PSICOLOGÍA DEL COMPORTAMIENTO. En este ámbito el amor se considera una respuesta aprendida. H.L. Miller y P.S.
Siegel afirman que se trata de una “respuesta a una señal de esperanza genérica, a una difusa y vaga expectativa de
placer. El objeto de amor, ya sea una ‘cosa’ o una ‘persona’, es un elemento de refuerzo generalizado, secundario y
positivo” (1972: 14-15). En otras palabras, en la experiencia de amor, junto a la persona amada, el enamorado
experimenta sentimientos placenteros y una reducción de las ansiedades que lo atormentan. El sentimiento placentero
constituye el refuerzo primario que, como surge en presencia de la persona amada, traduce a esta última a un refuerzo
secundario que permite suponer que, con su aparición, emergerán también los sentimientos placenteros. Esta
interpretación forma parte del cuadro de los “comportamientos de adquisición” en los que la esencia del amor es vista
como el aumento del bienestar para el enamorado y como una reacción positiva para su bienestar

El amor desde la psicología


Desde el punto de vista puramente psicológico, el amor es una experiencia afectiva conformada por un conjunto de
variables muy concretas: necesidad de vincularnos a alguien, necesidades de intimidad, pasión, sexualidad… Todos esos
principios quedan recogidos en la teoría triangular de Stenberg.
Fue en 1986 cuando Robert Stenberg, profesor de la Universidad de Yale, dio una primera definición psicológica en
su libro  La teoría triangular del amor, sobre esas dinámicas que edifican una relación de pareja. Sobre lo que en
esencia, busca y define el amor.
 Intimidad
 Pasión
 Compromiso

Helen Fisher y la neurobiología del amor


Helen Fisher es una conocida antropóloga y bióloga que estudia el comportamiento humano en la Universidad
Rutgers.
Para ella, es un poderoso sistema de motivación, un impulso básico que nos permite satisfacer una serie de necesidades.
 La principal necesidad es la de sentirnos amados. 
El impulso sexual es otro de esos motivantes.
El tercer objetivo del amor desde esta perspectiva neurobiológica es el apego.
Biología
Es un fenómeno que incluye patrones conductuales, cognitivos y emocionales característicos. Desde este punto de
vista, podemos distinguir básicamente dos tipos de amor: el amor de pareja o romántico y el amor filial (maternal o
paternal). Ambos son fundamentales para la supervivencia de nuestra especie, ya que el primero en términos
generales lleva a la reproducción, mientras que el segundo permite que las crías reciban los cuidados adecuados
para su desarrollo. Así, el significado biológico del amor se encuentra en la perpetuación y supervivencia de
nuestra especie

 Umberto Galimberti. Diccionario de psicología. 2002 Buenos Aires, Argentina (pp 61-64)
https://saberespsi.files.wordpress.com/2016/09/galimberti-umberto-diccionario-de-psicologc3ada.pdf
 Rocío San Segundo Alonso. ¿Qué es el amor? 2017. Lamenteesmaravillosa.com
https://lamenteesmaravillosa.com/que-es-el-amor/

Ignacio Camacho-Arroyo ¿Qué es el amor? Respuestas desde la biología*


http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/147/que-es-el-amor-respuestas-desde-la-biologia
(2006: 45), algo que no impide que este impulso de
idolatría del amor que configura el intercambio amoroso
libre pueda contener idealizaciones de los géneros en
ocasiones lastradas en conceptos antiguos.

Además, en este contexto se analiza la experiencia del


amor resultante de un modelo cultural que sitúa la
sexualidad por encima de otros elementos satisfactores
de las necesidades afectivas. El modelo de amor
El amor en la sociedad de consumo romántico dependiente de una interpretación
marcadamente sexual de la pasión tendría como base
Son muchos los acontecimientos ocurridos en los ideológica la reducción de la pluridimensionalidad del
últimos siglos que finalmente han permitido integrar el amor y de la naturaleza humana a una sola de sus
amor romántico y el placer sexual en la unión esferas, la sexualidad, una sexualidad también
matrimonial: la explosión sentimental del siglo XIX interpretada desde parámetros rígidos (3). Este aspecto
paralelamente a una industrialización de la sociedad que no ha eliminado, sin embargo, el deseo de durabilidad
ha necesitado de la familia como refugio afectivo, la de la relación amorosa, lo que puede conducir a nuevas
revolución sexual de los años 60 o, por supuesto, la contradicciones, aceptando la no correspondencia entre
consecución de igualdad jurídica de hombres y mujeres. satisfacción sexual y satisfacción afectiva. Junto con la
Éstos y otros fenómenos se han dado en un proceso de pasión sexual y la libertad de elección, la durabilidad
creciente individualización en las sociedades constituye para Roca otro de los componentes del amor
occidentales que ha tenido como consecuencia la romántico de hoy, intrínseco al conflicto amoroso
experiencia de la intimidad de una forma más intensa característico de la “sociedad electiva”, pues si bien el
(Duch y Mèlich 2009: 80), y la idealización del amor de deseo de fusión se experimenta con más urgencia que
pareja como forma de combatir el vacío de una soledad nunca debido a la pobreza de las relaciones
cada vez más acentuada por el modo de vida actual. La interpersonales de la sociedad postmoderna, la dificultad
transformación del amor romántico en un elemento para llevar a cabo un proyecto de pareja es también
fundamental de la unión estable ha aumentado, de cada vez más notable (Roca 2008: 25-27). A menudo
hecho, en palabras de Linton, “el carácter compulsivo de surge el dilema de cómo hacer compatible el amor con
las necesidades psicológicas que puede satisfacer el una realización personal que exige el máximo respeto a
matrimonio” (1972: 26) en las sociedades occidentales la individualidad y el alcance de estándares sexuales
modernas, aspecto que conlleva “una nueva base de crecientes.
desilusiones y de amargura” (1972: 27), ignorando otros
valores necesarios para el buen desarrollo de las Todos estos aspectos son abordados a su vez en los
relaciones afectivas. análisis críticos que actualmente desvelan el modo en
que el sistema capitalista de consumo influye en las
Los ensayos de Beck y Beck-Gernsheim (2006) y de relaciones humanas. Pues la tendencia a que sean las
Castells y Subirats (2007) analizan muchos de los decisiones e intereses individuales los que prevalezcan
aspectos sociales que actualmente dan el triunfo al amor por encima de las normas tradicionales se integraría sin
romántico en ausencia de otros instrumentos de problemas en el modelo de sociedad de consumo, cuya
expresión espiritual. Beck y Beck-Gernsheim llegan a lógica habría trasladado a las relaciones personales las
hablar del amor como “posreligión”, ya que se construye mismas leyes que rigen un orden económico basado en
sobre la misma fe y búsqueda de sentido. Quizá la el racionalismo consumista subyacente en la dinámica
misma tendencia que nos impone la autorrealización a deseo-posesión-consumo (Bauman 2005: 18-22). La
través del éxito económico-profesional, y sobre la relación entre romanticismo y consumismo quedaría
completa ignorancia o desprecio de las necesidades patente en el carácter compulsivo que adquieren las
psicológicas más elementales, sólo consiga aumentar relaciones amorosas en la actualidad. Para el sociólogo
más el hambre de afecto, volviéndolo a su vez más Zygmunt Bauman, el amor en la sociedad de consumo
inexplicable, y propiciando la búsqueda de consuelo en tiende a la acumulación, llegando a representar un tipo
el amor mágico y salvador que en un contexto de de destreza que se puede aprender y practicar con
represión sexual habríamos encontrado en la religión. asiduidad, y en la que aumentaríamos nuestro nivel de
Estos trabajos también valoran la colisión de intereses especialización con el número de experiencias.
que puede producir la experiencia simultánea de
necesidad de amor y de libertad, incorporando de forma “Y lo mismo ocurre en una cultura de consumo como la
transversal la influencia del sistema ideológico de nuestra, partidaria de los productos listos para uso
género. Así, al conflicto que representa la contradicción inmediato, las soluciones rápidas, la satisfacción
entre deseo de fusión e individualidad, se une el que instantánea, los resultados que no requieren esfuerzos
surge de la colisión entre las expectativas de prolongados, las recetas infalibles, los seguros contra
reciprocidad generadas en la sociedad democrática y las todo riesgo y las garantías de devolución del dinero. La
dinámicas desigualitarias resultantes de los roles de promesa de aprender el arte de amar es la promesa
género tradicionales. Como apuntan Beck y Beck- (falsa, engañosa, pero inspiradora del profundo deseo
Gernsheim, “con la verdadera equiparación de hombres de que resulte verdadera) de lograr ‘experiencia en el
y mujeres se cuestionan los fundamentos de la familia” amor’ como si se tratara de cualquier otra mercancía.
Seduce y atrae con su ostentación de esas
características porque supone deseo sin espera,
esfuerzo sin sudor y resultados sin esfuerzo” (Bauman
2005: 22).

Las relaciones de pareja constituyen desde este


enfoque un elemento más de la vida, determinado por
las dinámicas características de la sociedad de
consumo, cuya función principal sería la satisfacción
inmediata de nuestros deseos a través del amor recibido
del otro. “El amor a uno mismo está edificado sobre el
amor que nos ofrecen los demás” (Bauman 2005: 108).
De esta forma, el prototipo de individuo de la sociedad
consumista es para Bauman el “impotente amoroso”,
cuya falta de conciencia y desarrollo personal en lo que
respecta al amor se adaptaría al mismo estilo de vida
que la sociedad le impone. No obstante, esta falta de
desarrollo constituiría un bloqueo artificial de nuestros
potenciales humanos para el cuidado, la empatía o la
gestión de nuestras emociones y relaciones personales,
por lo que el sociólogo la concibe como una
“incapacidad aprendida” (2005: 20) que surgiría de
forma coherente con la filosofía de la rapidez y la
superficialidad.

La orientación individualista de la pareja, sustentada en


el deseo de alcanzar un interés personal, también la
sometería a una necesidad constante de validación que
trasladaría la inseguridad y la incertidumbre al ámbito
afectivo. Consecuentemente, el modelo de pareja que
surge como característico de la sociedad consumista es
el que representa un vínculo inestable, frágil, cuya
capacidad para proporcionar satisfacción resultará más
vinculada al azar que a la voluntad (Bauman 2005: 31),
y cuya temporalidad viene impuesta por la misma lógica
consumista que hace perder valor al producto
consumido.

Pero, por otro lado, la centralidad del individuo y su


libertad de elección por encima de sus obligaciones
sociales conllevaría al mismo tiempo la mayor garantía
de felicidad en un proyecto de pareja, iniciado
voluntariamente como modo de realización del ser
humano, aunque conlleve la mayor provisionalidad de
éste, al adquirir valor principalmente en función del
bienestar personal que pueda reportar.

Recibido 21 enero 2014    |    Aceptado 4 marzo 2014    |   


Publicado 2014-03

El amor en la sociedad de
consumo
Love in the consumer society

Ana Dolores Verdú Delgado


http://www.gazeta-antropologia.es/?p=4475

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