No pasa un día —nos dice John Kenneth Galbraith— sin que haya un comentario, en la prensa, en la radio o en la televisión, en un artículo, un libro o un discurso, sobre lo que está mal en la sociedad y sobre cómo remediarlo.» Sin embargo, hay algo que debería hacerse al propio tiempo y no se hace: investigar y determinar qué estaría bien, cómo debería ser una sociedad «buena», esto es, una sociedad mejor. Tal es el propósito de este libro, que empieza por distinguir lo que podría ser perfecto de lo que es factible. Porque el ejercicio de imaginar una sociedad perfecta, practicado a lo largo de los siglos por muchos pensadores, suele conducir al rechazo del modelo «utópico» por inviable. Lo que Galbraith se propone es definir una sociedad mejor que sea factible: un programa posible para alcanzar, en las circunstancias actuales, libertad personal, un bienestar esencial y la posibilidad de acceder a una vida satisfactoria.
No pasa un día —nos dice John Kenneth Galbraith— sin que haya un comentario, en la prensa, en la radio o en la televisión, en un artículo, un libro o un discurso, sobre lo que está mal en la sociedad y sobre cómo remediarlo.» Sin embargo, hay algo que debería hacerse al propio tiempo y no se hace: investigar y determinar qué estaría bien, cómo debería ser una sociedad «buena», esto es, una sociedad mejor. Tal es el propósito de este libro, que empieza por distinguir lo que podría ser perfecto de lo que es factible. Porque el ejercicio de imaginar una sociedad perfecta, practicado a lo largo de los siglos por muchos pensadores, suele conducir al rechazo del modelo «utópico» por inviable. Lo que Galbraith se propone es definir una sociedad mejor que sea factible: un programa posible para alcanzar, en las circunstancias actuales, libertad personal, un bienestar esencial y la posibilidad de acceder a una vida satisfactoria.
No pasa un día —nos dice John Kenneth Galbraith— sin que haya un comentario, en la prensa, en la radio o en la televisión, en un artículo, un libro o un discurso, sobre lo que está mal en la sociedad y sobre cómo remediarlo.» Sin embargo, hay algo que debería hacerse al propio tiempo y no se hace: investigar y determinar qué estaría bien, cómo debería ser una sociedad «buena», esto es, una sociedad mejor. Tal es el propósito de este libro, que empieza por distinguir lo que podría ser perfecto de lo que es factible. Porque el ejercicio de imaginar una sociedad perfecta, practicado a lo largo de los siglos por muchos pensadores, suele conducir al rechazo del modelo «utópico» por inviable. Lo que Galbraith se propone es definir una sociedad mejor que sea factible: un programa posible para alcanzar, en las circunstancias actuales, libertad personal, un bienestar esencial y la posibilidad de acceder a una vida satisfactoria.
Alfredo López Austin, Leonardo López Luján - Monte Sagrado. Templo Mayor - El Cerro y La Pirámide en La Tradición Religiosa Mesoamericana-InAH, UNAM, Instituto de Investigaciones Antropológicas (2009)