Está en la página 1de 6

INDICE

CHANEOMETRICO
DELOS
INDIGENAS
PREHISPANICOS
YACTUALES
llELAMESA
CENTRAL
DEMEXICO.
POR PAUL 81LICEO PAUER

N/hncro de agruj>adoncs que existieron. -Varios i nvestigaclores pa11ame-


ricanisfas como Holmes, Boas, Spinden, \Vissler, etc., que han efectuado
numerosas investigaciones arqueológicas en el valle de México durante los
últimos quince años, corno resnltaclo de las mismas han llegado a la conclu-
sión de que en la Mesa Central, en épocas prehispánicas, solamente existie-
ron tres tipos ele civilización, representados por tres estratificaciones geoló-
gico-culturales superpuestas por orden de antigüedad, siendo la primera o
superficial correspondiente al tipo azteca, la segunda, al teotihuacano y la
tercera o nní.s profunda, al arcaico o snbpedregalense."* Este último tipo de
civilización antiguamente era conocido con los nombres de "tipo de mon-
taña,'' por encontrarse sus vestigios especialmente en las faldas de éstas, pe-
ro en la actualidad está aceptada de manera uniforme la denominación ele
arcaico y principalmente subpeclregalense, por ser en el Pedregal ele San An-
gel, D.F., el primer sitio donde se han encontrado vestigios de la citada cultu-
ra, enteramente aislados e independientes de los de las 9tras, y sirven, por
tanto, de base para toda clase ele comparaciones.
}tsta conclusió11, que ha sido tomada en cuenta por la mayoría de los in-
vestigadores panamericanistas, fue confirmada posteriormente al hacerse el
estudio integral de la población del valle de 'l'eotil111acán, 0 quedando por
tanto reducidas a sólo tres, e1 sinnúmero de agrupaciones sociales quemen-
cionan los cronistas coloniales, tales como tepanecas, acolhuas, 11ahoatlacas,
chichimecas, etc. Se han desechado las denominaciones con que eran cono-
cidas tales agrnpaciones por carecer de significación positiva y estar deriva-

" Véa.nsela.s notas l 2 3 4 y 5.


das de condiciones lingüísticas, geogrificns, cttlturales, etc. y 110 J)Or dife·
renciació11 racial.
Así, por ejemplo, se les dió el término de nahoatlacas a ciertas agrupa-
ciones que hablaban un idioma melodióso, chichimecas a las retntsadas o
salvajes, xochimilcas a las orinndas de Xochimilco, etc.
Hstablecido q uc desde el pu nlo de vista arqueológico deben ~er referidas
las numerosas agTupaciones que la historia menciona a solamente las tres que
se han clasificado de modo con el nyc11te, veamos ahora desde el punto de vi_sta
histórico por qué agrupaciones han estado representados esos tres tipo:-.
Como hemos dicho. el Pedregal de San Angel fue el primer sitio donde
se encontraron de modo aislado e independiente los vestigios de la cultura
arcaica, es decir, sin aparecer co11currie11do con los de otras civilizac::iones,
como sncede con la teoti!iuacana y la azteca. Esto permite asegurar qt-.e fa
citada cult\Ha arcaica es la más antigua del valle de México, pues esverda·
dernmente imposible que si coexistió con otras civilizaciones, .s11svestigios
uo se hubieran mezclado con los delas demás.
Por otra parte, en la exploración ql1e efectíia el Dr .. Byron Ctlt1rn1ings,
Director del l\Inseo ele Arizona, New l\fexico, H. U. A., en colaboración con
la Direccióll de Anlropología, en d pnnto denominado Cuicuiko, del Pedre·
gal de 'I'lalp:111, se han descubierto, aislados también, una piró.mide y nu111e~
rosos vestigios pertenecientes a ese tipo de civilización, lo q11econfirma ui;i.a
vez más la antigiit·dad de la tan tas veces ci tacla cu ltt1rH arcaica.
Ahora bien, todos los cronistas están anuentes en afinnar que la agru•
pación prehispánica indígena mfo; antigna de la Mesa Central es fa otonH.
I.,uego, si arqueológicamente la cultnra arcaica es la más antigua.y (tesde el
punto de vista histórico, la otomi, aquélla no representa sino las matiifesta.
ciones de la civilización otomí citada.
Dilucidado este punto, que antes era obscuro, p11esto c¡tte con fa5 cultu·
ras teotihuacana y azteca ha sido fácil investigar las denomi11acioneS histó-
ricas qne corresponden a las arqueológicamente crm1cterizadas como tales,
estudiaremos lo que se refiere a Jas c11racterístícas antropométricasde todas
ellas, no sin antes hacer constar qne cuento con pocos datos osteotnétricos
y que con ellos he generalizado quizá ei;cageradamente.
No obstante, debo advertir que ning·{rn prejuic.io me ha gttiado para 1-\a,
cer concordar determinado tipo físico con los indígenas prehispánicos yac-
tuales, tanto más cuanto que la mayor parte de los elatos qne expo11go son
recopilados de diversos autores, y, el.resto, de.observación personal. Por úl-
timo, me he concretado a hacer la comparación del índice craneométrico, pcr
contar con este solo dato ep la mayoría de los casos.

Agrupaciones prehisjJánicas. -Comenzaré con la cultura arcaica, q.ue.es


la más antigua, pero antes de entrar en materia me referiré someramenJeal
origen de los indígenas americanos.
Sabido es .. perfectamente qne el indígena no es originario ele ,.,..·""''·""''•
es decir, autóctono, .no obstante las apreciacion_es de con,tados
H40

res, sino que sus ancestros cmip;raron desde hace mncho tiempo, dnral!le d
período neolítico, del Viejo Continente, probablemente del Asiático, afirma -
ción esta que estú comprobada por nnmerosns pruebas paleontológicas, autro-
7
pológicas, etnológicas, etc., etc. Pues bien, segúu el doctor Alcs Hrdlicka,
exi'ste la presunción de que aquellos ai1tecesores, aun cuando pertenecían a
la· misma rar.a, no eran homogéneos en el sentido estricto de la palabra, sino
que representaban varios subtipos de la familia amarillo-cobrir.a, con cliver-
sid~1d t!e cultura y de lenguaje.
Según el mismo autor, hubo dos grandes corrientes de inmigración, sien-
do la primera o más antigua correspondiente al indio de tipo dolicocéfalo y
la segunda o posterior al tipo braquicéfalo.
Ahora bien, indígenas otomís de cultura arcaica que son los más anti-
guos del valle de lVféxico y qui;,.á de la América, aun cuando por sns mani-
festacioues de cu1tura 11<) se remontan a la época neolítica qne fue cuando sns
a11cestros emigraron a este Continente, sí deben considerarse como descen-
dientes directos ele ese tipo de indio dolicocéfalo, tanto por razón de su an-
tigüedad como porque no se han descubierto hasta la fecha otros vestigios
aiS!ados más antig11os que vengan a demostrar lo contrario.
Aclemús, de individuos de esta cultura arcaica cuento con el dato de un
cráneo masculino que fue medido · por el que suscribe y el cual se descubrió
en. los sepulcros situados debajo de la lava del Pedregal de San Angel, elato
que aun cuando no es suficiente para una conclusión, sí confirma lo anterior-
. mente expuesto.
Según las 111edici9nes, resulta. ser dolicocéfalo, haciendo constar que se
encuentra un poco deformado debido a la presión ejercida por el peso ele la
lava sobre el mismo. Sin embargo, tomando en consideración el error que
pudiera llaber, cle.bido a esta deformación, obtuve i11dicesde 60. 9, 66. 6 y 72.4
que están comprendidos dentro del tipo dolicocéfalo. 8
Existe, por otra parte, una apreciación del citado doctor Hrt!licka que
comprueba Jo anterior y qne está expuesta en su artículo "An ancient Se-
pnlcbre at San Juan Teotihuacan, with Anthropological Notes on the Teo-
. tih.uacan People'' u en la cual dice lo siguiente: ''Pero también se ha en-
contrado en Teotihuacán otro tipo de cráneo particular que no está deformado:
.crán.eo dolicocéfalo. Este es el cráneo de los aztecas u o!omis que cotJ toda
probabilidad presentó el pueblo que ocupó posteriormente la ciudad." .
Este tipo craneal sin duda se refiere a los o~.omís o subpedregalenses, ya
que por las razones expuestas; deben ser desechados los aztecas.
Sin duda el tipo dolicocéfalo que se nota en Teotihnacán procede de los
oto111ís que subsistieron y vivieron con los teoti_huacanos a la llegada de
éstos .
. Viene en seguida de la cultura arcaica, como intermedia entre ésta y la
azteca, la teotihuacana, correspondiendo al segundo tipo craneométrico, es
decir, al braquicéfalo, tipo que también vemos confirmado con las excava-
' cio11es hechas en 'I'eotihnacán por el mismo Hrdlicka, quien descubrió en un
sepulcw de la époc ,a, dos esqueletos humanos, masculino y femenino, cuyos
341

cr,íneos correspom1cn al tipo braquicéfalo, no obstante la deformación plana


que presentan.
Ademús, corno conclnsión de stt estudio, el mismo doctor corroboro. lo
antes dicho al afirmar qne ''en la temprana historia de esta ciudad sagrada
de Teotihnadn, la masa de habitantes perteneció a lo:,; indio~ d~ cabeza más
redonda .... '' 'ºtodos ellos formaron plenamente, parte de la misma grau
corriente del antiguo pueblo mexicano.'' ·
Por último, en nn crúneo masculino medido por el que :-uscribe y des -
cubierto también en un :-epnlcro arqueológico ele esa ciudad, encontré qt1e
era braquicéfalo, presentando la misma deformación plana mencionada.
Hl doctor Max Uhle, en su artículo '''foltecas, Mayas y Civiliznciones
Sudamericanas,'' publicado en el Boletín de la t\C'ademia Nacional de .His-
toria (Vol. VII, N 9 18, Jnlio-Agosto de l 923, Qt1ito, Ecuador), no estií. de
acuerdo con que los teotih11acrtnos o llamado:- toltecas hnyan sido lqs cons, _
trnctores de la ciudad de Teotihuacán, y por con:-igníente no' los considera
con la antigüedad que nosotros les asignnmo:-, sino manifiesta que los totO·
nacos, que derivaron :-u cultura de la maya, fueron los que la construyeron
y habitaron, emigrando de las costas hacia la meseta.
Sin embargo, sea que los con:-.tructores de Teotibnacún se llamen teoti-
hnacanos o toltecas, o como dice el doctor Uhle, totonacos, y que en1igraron
o nó de la costa, las conclusiones referentes a que hubo en 'l'eotihttad.n un
grnpo de población de tipo braquicéfalo que ¡mcliera llevar aquellos nombres,
no se desvirtúa, sino qne por el contrario, se robustece, ya que los totona-
cos, tanto pre11ispáuicos como actuales, son braquicéfalos.
Para terminar con las agrupaciones prebispánicns, veamos que índice
craneométrico corresponde a la agrnpación azteca, q11e es la última de las
tres citadas, y por tanto la más moderna.
Según las mediciones efectuadas por el que suscribe en 1111 cráneo. mas-
culino descubierto en Coyoacán, D. F., y perteneciente a esa cultura, co-
rresponde al tipo braquicéfalo, teniendo nn índice de 80.5. lO
El señor Eduardo Noguera, 11 ' Profesor de la Dirección de Antropolo·
gía, en una colección de diez y nueve cráneos, masculinos y femeninos, des-
cubiertos en Culhuacán, ·D. F., indica qne son braquicéfalos, tenitndo co'rno
índice medio el de 91.2.
Po; último, de acuerdo con el doctor Hverardo I{anda, 12 en tres cráneos
masculinos descubiertos en las ruinas arqueológicas de la 1? calle ele Santa
Teresa de esta ciudad, corre:-pondientes al último período cultural de tipo
azteca, dos de ellos son braquicéfalos y el tercero dolicocéfalo, cráneo este
último que debe haberpertenecido a algún otomí.
Así pues, tenemos dos tipos craneométricos que corresponden a las tres
diferentes culturas prehispánicas que hemos citado:
Tipo dolicocéfalo: subpedreg·alense u otomí.
Tipo braquicifalo: tc&tihuacanos.y aztecas.
De esto último se desprende que tanto los teotihuacanos como los azte-
cas deben haber pertenecido a la segunda gran corriente inmigratoria de ti 0
3,1,2

po braquicéfalo. Una fracción de esa gran corriente denominada teotihna-


cana emigró primero o al mismo tiempo que la azteca, adquiriendo durante
el desarrollo de su cultura, determinadas características y aconteciendo lo
mismo con el segundo grupo de esa misma gran corriente, conocido con la
denominación de aztecas, quienes siendo del mismo tipo físico que los ante-
riores adquirieron a su vez, en el transcurso del tiempo, determinada cultura.
ttsta variación de cultura y permanencia ele tipo físico se encuentra co-
rroborada con las observaciones dél doctor Franz Boas, expuestas en st1 obra
''Hand Book of American Indian I,anguages'' 1 :; que cita entre otros ejem-
plos el de los negros norteamericanos.

Agrupaciones adua/es .-En lo que se refiere a las tres agrnpaciones ac-


tua.le~. otomís, teotil111aca11os y aztecas, cuento con mayor número de datos
que de.las ag-ntpaciones prehispánicas, Así tenemos qne de los otomís, el
doctor Federico Starr H ha hed10 mediciones sobre cien iudígenas teniendo
t1t1 índice cefálico medio de 77.6 y deduciendo dos unidades para obtener el
índice craneouiétrico, 75.6 correspondiendo, en ambos casos, al tipo mesa-
ticéfalo,
Por lo qt1e respecta a los teotihtwcanos, fueron medidos por el que sus-
cribe cincuenta varones indígt,nas, habitantes de la región, obteniendo nn
índice medio c~fálico de 79.5 i:; y craneométrico de 77.5 siendo como losan-
teriores, mesaticéfalos.
Por fütimo, de los aztecas medidos por Starr, sobre cien individuos ob-
tuvo un índice medio cefálico de 78. 9 o sea de 76. 9 craneométrico, quedan-
dó igualmente comprendidos en ,el tipo mesaticéfalo,
De lo anterior se desprende. q ne todas las tres agrupaciones indígenas re/e.
fidas presentan d tipo de cráneo mcsatirijalo,

CONCLUSIONES.

En épo<;:as prehispánicas existieron en el valle de México tres agrupa-


ciones indígenas: otomís o subpedregalenses, teotihtrncancs y aztecas, siendo
los primeros de tipo dolicocéfalo y los segundos braquicéfalos.
ltll la época actual estas mismas ng-:·npaciones presentan el tipo mesa·
ticéfalo,
. Recordando lo que dice Kean 1 {, con respecto a que la mesaticefalia inclic;:a
crnzanüento de razas y si tomamos en cuenta qne entre las agrupaciones
prehispánicris existieron los tipos brnquicéfalo y dolicocéfalo, se puede ase-
gur~r que del cruce de aquellas entre sí, descienden las actuales poblaciones
indígenas antes citadas.
BIHJ,IOGRAFIA

\V11.1,1AM11. llrn.T111,:s . .·/11!i,¡11i~1·o/ Jla11 ,111//11· .':>'ili',:/ t/11' Ci{v ,y' ,1/cxico.
Eu Tr,111sadi1J11su( //1,· .·lnt/1r,1J,,.1/i>.i.!Ítl/! .\i,rfr(I' o/ ti i1H1h1.1:
·tán. Vol, III .
Washi11glo11. ISS5.
2 II1rnn1,:wl' J. SP1:-.:ni,::,.; . • .J11i:i1'1d Ci:-ili :·a/i,,,,s ,>/.'l!txico a11d Ci·,itra/ Awe ,
rim. N ew York. 1917 .
.3 A lb11111d,: Co/{'(d u1u·s .-[ rq11f',1/1í,.-fras. IA111inas J-69. Sel eccio11ad:1s .'( ntte-
gladas por Franz Boas. Ilu~trncioncs por Atlnlfo lh·st. En Publirncimirs
de la h:1·011-/a/11ftnurci,>11a! d,· A n¡utolo.r.:ía_JI Htnolo.{tfa A m ericauas. Mé-
xico. 1911 -12.
4 JORGE ENnERRANn. Director. Jhsnoso Inaugural J' Rtscña de la Exposi-
ción A1111a! de la Esmda flllenwrional de Arr¡ueología_y Et,w/og-fa Ames
ricanas. México. 191.3. ·
5 CLAHK \V1ss1.ER . Tlu· Amalean !11dian. New York. 1917.
6 La Poblaá611 del Va!l<t de Tcolihu,rnín. Dirección de Antropología. Méxi.~
co. 1922.
7 AtES H1<Dl,ICK.\. an lndian. De Procl'edi1tgs Seconds
Cenes is <?lTl1c A 111cric
Pan A111crim11 "':,ric1tli}irGmgrl'ss. Section l. Anthropology. Vol. l. ·
Washington. 1917.
8 MANur,;r. GA~IIO. Las Erm,,ado11cs del Pedre,{;al de San Angel y/a C":ttlltt~
rn A rmi ca dd 1··atle de ;1Jéxico. Reprin ted from the · American .-{nllirq·
j)o/ogisl. (N.S . ) Vol. 22. No. 2. April-June. Wáshington. 1920. ·
9 En el XVII Cong-reso Internacional de Americanistas, efectuadó en la
ciudad de Méxi co en el mes de septiembre de 1910.
10 PAUL Su.1c1w P ,\1/f~R. Estudio Alllro,bo111étrico y Anaf6mico de ios Res/os
f/11manos de Tipo .Azlt ca, descubicrlos m ·C.oyoacán, JJ. F. En Ethuos.- ·
Tercera Epoca. Tomo · l. Núuis . 3 y 4. !\léxico, D. F. 1.925 :.
11 Enu,\ R DO Nu;; u 1,;!,A. E~tndio sobre crúneo~ procedentes de Culh nacán,
(]ne se conserva en el Departamento de Antropología. (Inédito.)
12 EvERARDO LA:srn,\. Informe cp1e se conserva en el D cÍ>;lftamento de An·
tropnlogía. (In~dito.)
13 FRANZ J3;). ,S. lbndbook <>/Am t'rican lndiali Lan_1ruages. En Burcau ef
Ameritan Etlmology. Bulletin 40. \Váshington- 1911.
14 FREDJWICK STARR. Pl1ysical Cliaracters of lndians ef Soúthcrn Mcxico,
Chicago. 1902 .
15 PAur, Srr ,ICE O PAu1rn. Condiciones Físico-Biológicas de los Habitantes del
. Valle de Teotíhuacán. En La ·Poblaci6n del Valle de Tcolihuacán. Direc"
ción de Antropología. México. 1922.
16 A. H. KEANE. l:.:t!mology. Cambridge. 1911.

También podría gustarte