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- Inaccesible: No accesible

1. adj. Que no tiene fácil acceso los alpinistas superaron el pico inaccesible. abrupto, impracticable

2. Que no puede ser alcanzado o conseguido tus propósitos son ambiciosos e inaccesibles.
Imposible

- Vidente (Derivado del lat. videre, ver.)

adj./ s. m. y f. OCULTISMO Se refiere a la persona que es capaz de adivinar el futuro o cosas


ocultas. adivino, profeta

Gran Diccionario de la Lengua Española © 2016 Larousse Editorial, S.L.

vidente

adj.-com. Que ve.

- personificación

1. s. f. Acción y resultado de atribuir acciones o cualidades de personas a cosas inanimadas,


abstractas o a los animales.

2. Cosa o persona que personifica algo que se expresa el niño era la personificación misma de la
felicidad. representación

3. RETÓRICA Figura que consiste en atribuir a las cosas inanimadas, abstractas o a los seres
irracionales, acciones o cualidades de personas. Prosopopeya

- rito(Del lat. ritus.)

1. s. m. Acción habitual que se realiza siempre de la misma manera afeitarse es uno de sus ritos
matinales; la reunión familiar el día del aniversario de bodas es un rito. costumbre

2. RELIGIÓN Celebración de carácter religioso que se realiza siempre del mismo modo en el
reportaje se mostraban algunos ritos budistas.

3. RELIGIÓN Conjunto de ceremonias que conforman el culto religioso se casaron por el rito
católico.

4. Manera de hacer una cosa siguiendo un orden prescrito ahora que ha terminado la tesis
doctoral tendrá que cumplir con el rito de la defensa. ceremonia

5. rito abisinio RELIGIÓN El que usan los católicos centroafricanos.

6. rito doble RELIGIÓN El más solemne de los ritos, que usa la Iglesia católica en las grandes
festividades.

7. rito semidoble RELIGIÓN El que es menos solemne que el doble.

8. rito simple RELIGIÓN El ordinario.

- orografía
También se encuentra en: Sinónimos.

orografía(Del gr. oros, montaña + grapho , escribir.)

1. s. f. GEOLOGÍA Parte de la geografía física que estudia la descripción de las montañas.

2. GEOLOGÍA Conjunto de las elevaciones y accidentes naturales de un territorio la orografía


peruana es muy accidentada.

- concepción (Del lat. conceptio, -onis.)

1. s. f. FISIOLOGÍA, ZOOLOGÍA Unión del gameto masculino con el femenino para formar un nuevo
ser. concebimiento

2. Creación de una idea, proyecto o plan la concepción del proyecto fue obra de todos.

- hado

También se encuentra en: Sinónimos.

Hado (Del lat. fatum, predicción, oráculo.)

1. s. m. Fuerza sobrenatural que influye y decide sobre los sucesos y las vidas de las personas el
hado hizo que nos encontráramos seis años después. destino, fatalidad, providencia, sino

2. MITOLOGÍA Divinidad de la mitología romana que regía el destino de los demás dioses, las
personas y las cosas.

tiranía

1. s. f. POLÍTICA Gobierno ejercido por un tirano.

2. Abuso de poder, fuerza o superioridad los esclavos soportaban la tiranía de sus señores.
opresión

3. Dominio excesivo ejercido por una idea o sentimiento sobre una persona sufre la tiranía de la
envidia. Obsesión

tiranía

f. polít. Gobierno ejercido por un tirano.

fig.Abuso de poder o fuerza.

fig.Dominio excesivo de una pasión sobre la voluntad.

hist. Sistema de gobierno dirigido por un tirano, así llamado porque gobierna ilegítimamente. En la
Grecia clásica predominaron en los ss. VII y VI a C y aparecieron en ciudades con un cierto
desarrollo comercial.

- aristócrata

También se encuentra en: Sinónimos.

aristócrata
1. s. m. y f. SOCIOLOGÍA Persona que pertenece a la aristocracia muchos aristócratas europeos
fijaron sus residencias en el Caribe.

2. SOCIOLOGÍA Persona que es partidaria de la aristocracia.

Gran Diccionario de la Lengua Española © 2016 Larousse Editorial, S.L.

aristócrata

adj. De la aristocracia.

adj.-com. Partidario de la aristocracia.

- presocrático, a

adj./ s. m. FILOSOFÍA Se refiere a la filosofía y a los filósofos anteriores a Sócrates y los sofistas.

Gran Diccionario de la Lengua Española © 2016 Larousse Editorial, S.L.

presocrático

adj.-m. Díc. del filósofo griego anterior a Sócrates.

m. pl. Conjunto de filósofos anteriores a Sócrates. Su reflexión se centró en la naturaleza. Bajo este
nombre se agrupan la escuela de Mileto, el pitagorismo, Parménides y la escuela de Elea,
Heráclito, los atomistas y los sofistas. Fueron pioneros en el conocimiento realista-científico de la
naturaleza.

Homero

(Siglo VIII a.C.) Poeta griego al que se atribuye la autoría de la Ilíada y la Odisea, los dos grandes
poemas épicos de la antigua Grecia. En palabras de Hegel, Homero es «el elemento en el que vive
el mundo griego como el hombre vive en el aire». Admirado, imitado y citado por todos los poetas,
filósofos y artistas griegos que le siguieron, es el poeta por antonomasia de la literatura clásica, a
pesar de lo cual la biografía de Homero aparece rodeada del más profundo misterio, hasta el
punto de que su propia existencia histórica ha sido puesta en tela de juicio.

Homero

Las más antiguas noticias sobre Homero sitúan su nacimiento en Quíos, aunque ya desde la
Antigüedad fueron siete las ciudades que se disputaron ser su patria: Colofón, Cumas, Pilos, Ítaca,
Argos, Atenas, Esmirna y la ya mencionada Quíos. Para Semónides de Amorgos y Píndaro, sólo las
dos últimas podían reclamar el honor de ser su cuna.
Aunque son varias las vidas de Homero que han llegado hasta nosotros, su contenido, incluida la
famosa ceguera del poeta, es legendario y novelesco. La más antigua, atribuida sin fundamento a
Herodoto, data del siglo V a.C. En ella, Homero es presentado como el hijo de una huérfana
seducida, de nombre Creteidas, que le dio a luz en Esmirna. Conocido como Melesígenes, pronto
destacó por sus cualidades artísticas, iniciando una vida bohemia. Una enfermedad lo dejó ciego, y
desde entonces pasó a llamarse Homero. La muerte, siempre según el seudo Herodoto,
sorprendió a Homero en Íos, en el curso de un viaje a Atenas.

Los problemas que plantea Homero cristalizaron a partir del siglo XVII en la llamada «cuestión
homérica», iniciada por François Hédelin, abate de Aubignac, quien sostenía que los dos grandes
poemas a él atribuidos, la Ilíada y la Odisea, eran fruto del ensamblaje de obras de distinta
procedencia, lo que explicaría las numerosas incongruencias que contienen. Sus tesis fueron
seguidas por filólogos como Friedrich August Wolf. El debate entre los partidarios de la corriente
analítica y los unitaristas, que defienden la paternidad homérica de los poemas, sigue en la
actualidad abierto.

La obra de Homero

La iconografía grecorromana ha consagrado el noble rostro barbado de un anciano ciego como el


de Homero. Esta es la imagen que ha atribuido la tradición al poeta que escribió la Ilíada y la
Odisea, los dos poemas épicos con que se inaugura la literatura griega y la occidental y cuyo vigor
lírico y narrativo permanece fresco desde hace miles de años. Su nombre y sus obras han
alcanzado la gloria y alimentado mitos, narraciones y leyendas a través de los siglos, sin que hayan
perdido su fuerza original.

La mayor parte de la literatura griega se nutrió del inmenso caudal de leyendas y tradiciones que
desde tiempos remotos se transmitía oralmente de generación en generación. También la poesía
épica se transmitía oralmente en sus orígenes: un aedo o un rapsoda la cantaba o recitaba de
memoria ante un público que desconocía la escritura. Los aedos eran músicos ambulantes que
cantaban poemas épicos acompañándose con instrumentos de cuerda; los rapsodas recitaban sin
cantar, llevando el ritmo con los golpes de un bastón.

La perfección y la calidad de la Ilíada y la Odisea, considerados obras maestras de la literatura


occidental, sólo se explica por la existencia de toda una tradición previa sobre la Guerra de Troya
que aedos y rapsodas fueron elaborando y refinando durante siglos y que culmina en los
grandiosos poemas homéricos. A pesar de que Homero se sirve de los procedimientos de la
tradición oral, es indudable que en ambos poemas hay un propósito poético, un plan y una
estructura que revela la actividad de un poeta consciente de su arte.
Fotogramas de Troya (2004), una de las más recientes

producciones basada en los poemas homéricos

La naturaleza oral del estilo de la Ilíada y la Odisea es indudable. Esta certidumbre se debe a la
repetición cada cierto tiempo de unas determinadas fórmulas ("la Aurora de dedos rosados",
"Aquiles, el de los pies ligeros"), siempre en las mismas condiciones métricas. Después de un largo
período de transmisión oral, el texto se habría fijado en su forma definitiva en Atenas durante el
siglo VI a.C., por iniciativa del tirano Pisístrato.

En sus poemas, Homero no trazó una historia completa de la Guerra de Troya (que conocemos por
otros fuentes), sino que escogió dos episodios de la leyenda troyana para recrearlos. Así, en la
Ilíada se narra el último año de la Guerra de Troya, aunque el episodio central sea la disputa entre
dos héroes griegos: Aquiles y Agamenón. La Odisea, que parece ser la más moderna de las dos
composiciones atribuidas a Homero, relata las aventuras y penalidades de Ulises (héroe que
desempeña un papel secundario en la Ilíada) en el viaje de regreso desde Troya hasta su patria,
Ítaca, y el castigo que inflige a los pretendientes de su esposa, Penélope, que le creían muerto.

Homero fue el poeta más admirado de la Antigüedad. Sus obras transmitían conocimientos y
enseñanzas relativas a variados aspectos (estratégicos y militares; los astros y el firmamento;
cuestiones morales y comportamientos de los seres humanos; las relaciones de los dioses con los
hombres) y dieron la forma considerada canónica de la genealogía de los héroes y dioses griegos.
Por todo ello sirvió de referencia cultural y religiosa para las generaciones posteriores.

La Ilíada

La Ilíada relata el décimo año de la Guerra de Troya (o de Ilión, nombre griego de la ciudad, de
donde procede el título de Ilíada). Su núcleo argumental es la célebre Cólera de Aquiles. El héroe
griego Aquiles ha sido despojado de su esclava Briseida por Agamenón, jefe del ejército aliado
griego que tiene sitiada la ciudad de Troya para rescatar a Helena. A causa de esta decisión injusta,
Aquiles se enemista con Agamenón y resuelve no participar más en los combates.
Gracias a su ausencia y a otros sucesos, los troyanos, liderados por Héctor, consiguen importantes
victorias, y aunque el mismo Agamenón se humilla y le pide que regrese a la lucha, Aquiles se
niega. Será precisa la muerte de Patroclo, su mejor amigo, a manos del héroe troyano Héctor (hijo
de Príamo, rey de Troya), para que Aquiles deponga su actitud. Aquiles jura vengar a Patroclo, se
lanza ferozmente a la lucha y vence a Héctor. Su furia parece irrefrenable: ata a su carro por los
pies el cadáver de Héctor y lo arrastra con la cabeza por el polvo alrededor de la tumba de
Patroclo.

Héctor se despide de Andrómaca

(óleo de Luca Ferrari)

Después, frente a las súplicas del padre de Héctor, Príamo, se despierta su compasión y accede a
devolverle el cadáver de su hijo. La obra termina con los funerales que se celebran en honor de
Patroclo y Héctor. A este argumento humano, digamos, es preciso añadir la intervención de los
antropomórficos dioses griegos, que, movidos por pasiones e intereses similares a los de los
hombres, participan en la acción, favoreciendo o perjudicando a personajes de uno y otro bando.

La Ilíada consta de 15.693 versos agrupados en 24 cantos. El Canto I comienza con la cólera de
Aquiles. Es posible que los Cantos II-XI sean interpolaciones de otros poetas, pues se apartan del
núcleo narrativo principal. Hoy se cree que el propio Homero los intercaló deliberadamente para
crear un efecto de retardación, técnica que también se emplea en la Odisea. En los cantos XII-XXIV
se vuelve al tema de principal y la acción se precipita rápidamente hacia el desenlace. La narración
en tercera persona se combina con los diálogos entre los personajes. Los antecedentes y
consecuencias de la guerra y el origen y destino de los personajes se dan por sabidos; porque,
efectivamente, el público al que se dirigía el poema conocía perfectamente la historia completa de
la Guerra de Troya.

Como ya señaló Aristóteles en su Poética, uno de los grandes aciertos de Homero en la Ilíada fue
precisamente no contar toda la Guerra de Troya, sino concentrar la atención del relato sobre un
elemento determinado: la cólera de Aquiles. La sucesión de violentas emociones por las que pasa
el ánimo del héroe (cólera, amistad, odio, sed de venganza, compasión) constituye el motor de la
acción. En realidad la Ilíada, aun siendo un poema heroico, es también y sobre todo un drama. Lo
que domina en él, por encima del heroísmo y la violencia, es la humanidad que trasluce. En los dos
últimos cantos (funerales de Patroclo y de Héctor), prevalecen la piedad y la compasión. No hay
vencedores ni vencidos: hay un duelo por los muertos.

La Odisea
Frente a la Ilíada, calificada siempre de epopeya guerrera, se considera a la Odisea (de Odiseo,
nombre griego de Ulises) como una narración de aventuras marinas. Un poco más breve (12.110
versos en 24 cantos), relata el difícil regreso de Ulises desde Troya hasta su patria, Ítaca.

La Ilíada es una narración lineal; la Odisea, en cambio, presenta una compleja y original
organización temporal, que sería muy imitada. Pueden apreciarse claramente tres partes. Los
cantos I-IV son conocidos como La Telemaquia y relatan las investigaciones que efectúa Télemaco
sobre el paradero de su padre, Ulises. Asimismo se presenta la situación de Penélope, la fiel
esposa de Ulises, asediada por los pretendientes que pretenden casarse con ella para apoderarse
del reino.

Desde el canto V al XII (segunda parte) se cuentan las últimas aventuras de Ulises. Se hallaba
retenido en la Isla de Ogigia por la ninfa Calipso, la cual, por orden del dios Hermes, le permite
marchar. Ulises construye una barca y llega al País de los Feacios, donde es recogido por Nausica,
hija del rey, que lo conduce al Palacio. El rey Alcínoo lo acoge hospitalariamente y le proporciona
un barco con el que Ulises logrará llegar a Ítaca.

El viaje de Ulises

Dentro de este apartado, en los cantos IX-XII Ulises relata a los feacios, en el transcurso de una
cena, todas sus aventuras desde que partió de Troya hasta llegar a la Isla de Ogigia. Estos cantos
constituyen por lo tanto una analepsis, o en terminología moderna tomada del cine, un flashback.
Por ello se dice que la ordenación temporal de la obra es del tipo in media res, es decir, empieza
por el medio, relata luego los antecedentes (creando así un efecto de retardación) y continúa
hasta el final.

Estas dos primeras partes confluyen en la tercera, que relata la venganza. Ulises desembarca en
Ítaca y se reúne con su hijo Telémaco. Ambos trazan un plan para eliminar a los pretendientes.
Ulises, disfrazado de mendigo, vence en un concurso de tiro con arco que había convocado
Penélope para escoger marido, y a continuación se da a conocer y mata a los pretendientes. Y,
finalmente, tiene lugar el feliz reconocimiento de Penélope y Ulises (cantos XIII-XXIV).

En la Ilíada encontramos personajes heroicos, que se guían por su valor militar y su sentido del
honor, sin que sea posible decantarse por ninguno de ellos, ni establecer culpables ni inocentes.
En la Odisea, en cambio, vemos claramente un protagonista, Ulises, que se enfrenta a otros
personajes caracterizados negativamente: los pretendientes.

Las cualidades de Ulises son básicamente dos: la inteligencia, que le permite sortear los peligros y
salir vencedor en todas las situaciones, y la humanidad, que se percibe en su amor a su familia y la
nostalgia por su patria. Pero ya no es un héroe militar, sino un hombre que lucha por su vida y su
familia. Y puede usar engaños y trucos para lograr sus objetivos, lo cual lo distancia de la ética
heroica y militar de la Ilíada. De Penélope destaca su ya proverbial fidelidad, y en Telémaco se
advierte cómo la situación de Ítaca lo curte y lo va haciendo un hombre. Los pretendientes, en
cambio, son un compendio de defectos. Orgullosos y egoístas, sólo buscan apoderarse de las
riquezas del reino de Ulises.

El estilo de ambos poemas se caracteriza por el uso de fórmulas épicas y comparaciones. Las
fórmulas épicas son repeticiones de expresiones, versos o grupos de versos. Héroes y dioses, por
ejemplo, suelen ser siempre descritos con la misma expresión: se habla entonces de epítetos
épicos. Y del mismo modo, el poeta suele emplear las mismas expresiones o incluso los mismos
grupos de versos para describir el amanecer, la preparación de un banquete, la muerte de un
combatiente, el lanzamiento de las flechas o las picas, etc.

Durante mucho tiempo se pensó que ello era una falta del poema, y por esta razón se
consideraban superiores poemas épicos como la Eneida de Virgilio. Sin embargo, el uso de
fórmulas épicas es característico de la poesía épica oral de todas las épocas y países: facilita la
memorización al recitador y sirve como recurso para rellenar el verso manteniendo su métrica (las
fórmulas siempre cumplen los requisitos rítmicos del hexámetro) o cubrir olvidos. Las
comparaciones son también abundantes y a menudo extensas. Por otra parte, las diferencias entre
la Ilíada y la Odisea en materia de lengua y estilo son notables. En la Odisea, por ejemplo, se
observa una mayor sensibilidad hacia el paisaje, que se materializa en frecuentes descripciones.

La cuestión homérica

La concepción de la Odisea por Aristóteles como un trabajo de la vejez de Homero no es para nada
imposible según la crítica actual; y si la Ilíada es el más temprano de ambos poemas (como parece
probable por su estructura más simple y por la mayor frecuencia en la Odisea de formas
lingüísticas relativamente tardías), la Odisea podría haberse creado siguiendo el mismo modelo de
composición monumental que estableció la Ilíada. Como ambas epopeyas difieren no sólo en su
construcción sino en varios otros detalles, no resulta inverosímil considerarlas obra una de la
madurez y la otra de la vejez del poeta, como señalaron algunos eruditos en la Antigüedad.
Pero también es aceptable, sostienen otros, la propuesta de ciertos gramáticos alejandrinos, los
llamados corizontes (separatistas) que atribuyen la Odisea a otro poeta, el cual, siguiendo el
modelo homérico de la Ilíada, habría compuesto esta obra alrededor del año 700 a.C. La llamada
"cuestión homérica" adquirió gran importancia con la escuela alemana, en los trabajos analíticos
de Fiedrich August Wolf (1795), de Karl Lachmann (1837), de Gotfried Hermann y de numerosos
continuadores que negaban, por diferentes razones, la existencia histórica de la figura de Homero,
o bien le reconocían, a lo sumo, una modesta intervención como compilador. Bajo la óptica
histórico-filológica todo aparecía anónimo y Homero sólo era un nombre. La crítica moderna
rectificó esta perspectiva volviendo a considerar la muy probable existencia de un único y
extraordinario poeta, sin que por ello pueda hablarse de unanimidad en las innumerables
cuestiones que suscita el problema de la autoría.

El fondo histórico

No es frecuente encontrar en la historia de las civilizaciones que una de ellas se inicie, en el


terreno literario, de forma tan brillante como la civilización griega. Hoy día se sabe la razón de ello:
los dos poemas atribuidos a Homero, la Ilíada y la Odisea, hunden sus raíces en el mundo
micénico, en esa cultura griega del II milenio a.C. Los poemas de Homero no reflejan ninguna
civilización real, pero en ellos hay indudables vestigios de una sociedad y de unos acontecimientos
que, aunque idealizados, encierran un núcleo de verdad histórica. Así, más que el inicio de la
cultura literaria griega, Homero fue la culminación del mundo griego del II milenio a.C. Es evidente
que la civilización micénica o aquea produjo, entre otras formas de expresión artística, epopeyas
que, transmitidas por tradición oral, fueron el núcleo a partir del cual los poetas jónicos crearon la
Ilíada y la Odisea.

La ciudad de Troya o Ilión se encontraba situada en la parte asiática del Helesponto y controlaba
todo el comercio de la zona al ser ruta obligada en el paso de los Dardanelos. El enfrentamiento
armado conocido como Guerra de Troya, de claro carácter comercial, pudo haber sido el último
esfuerzo del mundo micénico, en franca decadencia, contra un poder extranjero. Sin embargo, en
el relato homérico, la guerra fue entablada por los aqueos, dirigidos por el rey de Micenas,
Agamenón, con la intención de rescatar a Helena, esposa de su hermano Menelao y la mujer más
hermosa del mundo, que había sido raptada por el príncipe troyano Paris. El sitio se prolongó
durante diez años; la Ilíada narra únicamente una parte del décimo año.

Tras la muerte de Aquiles, herido en el talón por Paris, la guerra concluyó gracias a la estratagema
ideada por Ulises, quien construyó un caballo de madera para introducirlo en la ciudad de Troya
con los más valientes de entre los griegos en su vientre. La ciudad fue saqueada, incendiada y
reducida a cenizas. La Odisea es el relato del regreso de Ulises, y su mundo es distinto al de la
Ilíada; el poema parece más tardío e idealiza la experiencia de la colonización griega a lo largo del
Mediterráneo.
Ruinas de Troya

Durante mucho tiempo se creyó que las historias de la Guerra de Troya no eran más que mitos y
leyendas creadas o transmitidas por Homero. Pero en el siglo XIX, el joven alemán Heinrich
Schliemann se sintió tan fascinado por la lectura de la Ilíada y la Odisea que, convencido de que
tenían una base real, se propuso descubrir la antigua Troya.

Se dedicó a los negocios y trabajó duramente para conseguir el dinero para las excavaciones, al
tiempo que estudiaba arqueología y lenguas antiguas para adquirir los conocimientos necesarios.
Finalmente, con cuarenta y ocho años y dueño de una fortuna, Schliemann se estableció en una
aldea de Turquía cerca de la cual supuso que debían hallarse los restos de la ciudad. Inició las
excavaciones en la colina de Hissarlik y poco después descubrió no una, sino seis ciudades
superpuestas. Hubo que rendirse a la evidencia: un arqueólogo aficionado había descubierto
Troya.

Entre los muchos tesoros que encontró, el más famoso es una máscara de oro, a la que
Schliemann llamó la Máscara de Agamenón (sin ningún fundamento, obviamente). No contento
con ello, viajó por la Grecia continental y descubrió nada menos que la antigua Micenas. La muerte
le sobrevino antes de poder establecer cuál de los distintos niveles encontrados en Troya
correspondía a la ciudad del relato homérico. Algunos de sus colaboradores propusieron que la
Troya homérica coincidía con los niveles VI o VIIa. Este último ofrecía evidencias de haber sido
destruido por un incendio en una fecha próxima al año 1250 a.C.

La Máscara de Agamenón

Gracias a los descubrimientos de Schliemann sabemos hoy de la existencia de la llamada


civilización micénica. Ésta se desarrolló entre los siglos XVIII y XI antes de Cristo, y se extendió por
toda la Grecia continental, las islas y Creta. Era una civilización avanzada, que conocía la escritura
(se encontraron inscripciones con nombres de algunos dioses y héroes de la Ilíada), y lo
suficientemente poderosa para medirse con los egipcios y los hititas.

Es casi seguro que, hacia el año 1200 antes de Cristo, las ansias expansionistas de la civilización
micénica toparon con Troya. Troya, por su poder y su situación estratégica, controlaba las ricas
rutas comerciales entre el Mediterráneo y Mar Negro. Al dominar los estrechos que unían ambos
mares, los troyanos podían comerciar libremente e imponer elevados peajes a los barcos
extranjeros, lo cual aseguraba su prosperidad. Los intereses comerciales provocarían, por lo tanto,
numerosos enfrentamientos entre Micenas y Troya.

Con toda probabilidad, pues, la Ilíada nos habla de unas civilizaciones y de unos conflictos que
verdaderamente existieron, y que, al cabo de varios siglos, eran aún conocidos por transmisión
oral. Tanto la Ilíada como la Odisea reflejan en tono épico las gloriosas hazañas de un pasado
poblado de héroes, pero a la vez, aunque sin aludir a un periodo histórico claramente identificable,
encierran un núcleo de verdad histórica: la expansión micénica por Oriente y la colonización
griega.

HESIODO: BIBLIOGRAFIA

Nació en Ascra, cerca de Tebas hacia la segunda mitad del siglo VIII a. C. o la primera del siglo VII a.
C. Fue campesino e hijo de un comerciante. La tradición lo sitúa como contemporáneo de Homero
e incluso rival suyo en certámenes poéticos.

Suele considerarse el más antiguo de los poetas helenos después de Homero y, durante una parte
del siglo XIX, la crítica llegó a dudar de su auténtica existencia, aunque ésta parece fuera de toda
duda en la actualidad. La familia de Hesíodo estableció su residencia en Beocia, procedente de
Cime de Eolia, lugar de origen de su padre. Poco se sabe de su vida; parece que fue fundamental
en su vida la enemistad con su hermano Perses a causa de la herencia paterna, y este tema abordó
en su obra Trabajos y días. Muerto su padre, Hesíodo se estableció en Naupacto, donde pasó su
juventud al cuidado de un rebaño de ovejas y llevando la vida plácida y sencilla de los campesinos
griegos.

El Pensamiento de Hesiodo es religioso: la vida está compuesta de elementos que debemos


aceptar porque así lo dispones los dioses, es decir debemos aceptar nuestras vidas tal como son.
La voluntad de estos se puede identificar con la de Zeus, que es quien dispone la justicia. Junto a él
ocupan un lugar destacado Demeter y Dioniso por su relación con el mundo campesino y Hécate
por el alto grado de superstición que tiene lugar en ese mundo campesino. Como motor básico de
actuación sitúa al Amor, representado en Eros, Afrodita y Filotes.

Al parecer murio en Ascra y sus cenizas se conservaron en Orcómeno, donde se le rindieron


honores como a un fundador de la ciudad.
Sus obras más importantes son: Trabajos y días, de la Teogonía, que explica el origen del universo
y la genealogía de los dioses, y de los cincuenta y cuatro primeros versos del El escudo de
Heracles.

De sus obras restantes solamente quedan títulos y fragmentos, muchos de los cuales son
utilizados por los expertos o imitadores de Hesíodo, y que hoy se conoce como la escuela
hesiódica.

Es el gran y primer compilador de la religión antigua griega. Puso por escrito y ordenó todo el
cuerpo mitológico transmitido hasta entonces de forma oral. En su obra se basaron los mitógrafos
posteriores clásicos, gracias a lo cual ha llegado en gran parte hasta nuestros días.

Nació en Ascra, cerca de Tebas hacia la segunda mitad del siglo VIII a. C. o la primera del siglo VII a.
C. Fue campesino e hijo de un comerciante. La tradición lo sitúa como contemporáneo de Homero
e incluso rival suyo en certámenes poéticos.

Suele considerarse el más antiguo de los poetas helenos después de Homero y, durante una parte
del siglo XIX, la crítica llegó a dudar de su auténtica existencia, aunque ésta parece fuera de toda
duda en la actualidad. La familia de Hesíodo estableció su residencia en Beocia, procedente de
Cime de Eolia, lugar de origen de su padre. Poco se sabe de su vida; parece que fue fundamental
en su vida la enemistad con su hermano Perses a causa de la herencia paterna, y este tema abordó
en su obra Trabajos y días. Muerto su padre, Hesíodo se estableció en Naupacto, donde pasó su
juventud al cuidado de un rebaño de ovejas y llevando la vida plácida y sencilla de los campesinos
griegos.

El Pensamiento de Hesiodo es religioso: la vida está compuesta de elementos que debemos


aceptar porque así lo dispones los dioses, es decir debemos aceptar nuestras vidas tal como son.
La voluntad de estos se puede identificar con la de Zeus, que es quien dispone la justicia. Junto a él
ocupan un lugar destacado Demeter y Dioniso por su relación con el mundo campesino y Hécate
por el alto grado de superstición que tiene lugar en ese mundo campesino. Como motor básico de
actuación sitúa al Amor, representado en Eros, Afrodita y Filotes.

Al parecer murio en Ascra y sus cenizas se conservaron en Orcómeno, donde se le rindieron


honores como a un fundador de la ciudad.
Sus obras más importantes son: Trabajos y días, de la Teogonía, que explica el origen del universo
y la genealogía de los dioses, y de los cincuenta y cuatro primeros versos del El escudo de
Heracles.

De sus obras restantes solamente quedan títulos y fragmentos, muchos de los cuales son
utilizados por los expertos o imitadores de Hesíodo, y que hoy se conoce como la escuela
hesiódica.

Es el gran y primer compilador de la religión antigua griega. Puso por escrito y ordenó todo el
cuerpo mitológico transmitido hasta entonces de forma oral. En su obra se basaron los mitógrafos
posteriores clásicos, gracias a lo cual ha llegado en gran parte hasta nuestros días.

OBRAS:

Teogonía ( explica el origen de mundo, los dioses, los hombres, hasta llegar al equilibrio y
orden actual del mundo)

El escudo de Heracles (descripción el 480 versos que narra la lucha del Héroe Heracles con el
bandido Cinco, hijo de Ares).

Trabajos y días (canto al trabajo y consejos para realizarlos)

Catálogo de mujeres (que narra las hazañas de los héroes nacidos de mujeres mortales.

Consejos de Quirón o Grandes Eeas

Boda de Ceix

Melampodia

Descenso de Pirítoo
Dáctilos ideos

Grandes Trabajos

Egimio

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