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Domingo 14 de junio de 2009 | 07:00 hs


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Los Andes ante un acto de censura en San Juan


Como es de público conocimiento, el domingo pasado la totalidad de los ejemplares de diario Los
Andes que se comercializan en la provincia de San Juan fueron vendidos sin la revista Rumbos
que acompaña nuestras ediciones dominicales atacando, quien decidió tal acto de censura, la
libre expresión de las ideas y las opiniones. Un hecho de gravedad manifiesta.
domingo, 14 de junio de 2009
La revista Rumbos del domingo 7 de junio pasado no
llegó a los lectores de diario Los Andes que residen en la vecina provincia de San Juan porque la publicación no fue
distribuida junto a los ejemplares del diario, sin que haya quedado claro quién decidió censurarla.

Al parecer, tal atentado a la libertad de expresión fue motivado porque en ese número de la revista Rumbos se
incluyó una nota crítica sobre algunos aspectos del desempeño de la actividad minera en San Juan, particularmente
en lo referido a los riesgos para la salud de los habitantes de las poblaciones cercanas a donde se desarrollan las
labores.

En la presente edición de Los Andes incluimos -en nuestras páginas centrales- la transcripción completa de la nota
prohibida en San Juan, con el objeto de que nuestros lectores de esa provincia puedan tenerlo y para que la
totalidad de nuestros lectores puedan verlo nuevamente, frente a los eventos sucedidos posteriormente a su
publicación.

Mediante su lectura, se podrá apreciar que se trata de una nota debidamente informada, con la consulta a
especialistas y personas conectadas a la actividad, residentes en San Juan. También se solicitó reiteradamente la
opinión a las autoridades gubernamentales de dicha provincia y a los directivos de las empresas mineras, quienes
una y otra vez se negaron a expresarlas.

El resto de la nota, más allá de la documentación necesaria para que el lector sepa de qué se trata, obedece a
criterios opinables pero fundamentados, que pueden ser discutidos en todo o en parte, pero que no admiten ser
calificados livianamente como falsos y, por lo tanto, arbitrariamente, prohibidos.

En todo caso, quienes disientan con las opiniones de la nota pueden acceder al derecho de refutarlas en
publicaciones posteriores, máxime en un tema polémico en el que todas las voces deben ser escuchadas en pos del
equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente, debate imperioso y necesario que los
argentinos reclaman.

Pero lo que no se puede hacer en ningún caso es pretender callar las voces diversas con el silencio o el
ocultamiento, porque ello sólo contribuye a generar sospechas del más variado tipo, que a la postre terminan
afectando a todos, incluso a aquellos intereses -públicos o privados- que supuestamente se beneficiarían con la no
divulgación de la nota.

Diario Los Andes siempre ha sostenido con fuerza y pasión sus opiniones editoriales, pero ello nunca impidió que
todos los demás pensamientos -incluso los opuestos- se manifestaran en sus páginas, con las solas limitaciones de
mantener el mínimo buen gusto y en tanto y en cuanto no afecten las honras personales.

En nuestras páginas tienen cabida todas las expresiones que deseen ser compartidas con nuestros lectores, sin

http://www.losandes.com.ar/notas/2009/6/14/editorial-429782.asp 14/06/2009
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censura previa alguna, ya que ése es un requisito básico para que la libertad de prensa y de opinión se mantengan
vivas, máxime en un país cuyas circunstancias políticas actuales a veces parecen hacer peligrar tales conquistas
básicas para una democracia plena.

El deber del periodismo independiente es el de no sucumbir a los cantos de sirena de los grupos económicos o de
los poderes políticos cuyos intereses suelen verse afectados cuando la verdad se divulga. Así, haciendo valer esa
concepción, nuestro periódico lucha denodada y diariamente por contener en sus páginas todas las verdades
parciales que, en su sumatoria, contribuyen a la construcción de la verdad general o que, al menos, tienden a ella.

Los Andes no tiene dependencia alguna de ningún partidismo político o gubernamental. No pretende ser oficialista ni
opositor, sino crítico cuando se justifica la crítica y cuando no, apoyar las medidas que contribuyan al bienestar
general, provengan de donde provinieren.

Y cuando de intereses particulares se trata, cree que lo mejor es abrir sus puertas a todas las voces encontradas,
porque está convencido de que sus lectores son lo suficientemente inteligentes para juzgar por sí mismos, sin
paternalismos, ni censuras ni ocultamientos.

En el caso que nos ocupa, personas o grupos no identificados sacaron de circulación una parte de nuestra edición
sin que medie autorización alguna. Por ello, Los Andes inició todas las acciones necesarias para que los
responsables de tamaño vandalismo sean identificados y sancionados, además de avisar a todos los organismos
periodísticos acerca de la censura sufrida, ya que estamos, evidentemente, frente a un ataque artero a la libertad de
expresión.

En respuesta a nuestro reclamo, ya ha sido presentado en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de


declaración firmado por las legisladoras Norma Morandini, Silvana Giúdici, Silvia Lemos y Adriana Marino, donde se
repudia el hecho y se lo incluye dentro de un listado de anteriores intentos de prohibición en San Juan de programas
periodísticos que también se referían a la cuestión minera.

Del mismo modo, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) emitió un crítico comunicado que
finaliza con la siguiente frase: “Reciban, pues, Los Andes y su director las expresiones de nuestra más amplia
solidaridad y la certeza del permanente interés de Adepa por oponerse a todo tipo de atentados a la libre circulación
de un medio”.

Es de esperar que actitudes de este tipo no se repitan, en nombre de los lectores, de la verdad y de las sanas
instancias republicanas que siempre peligran cuando la prensa peligra.
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