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Espíritu Alma Y Cuerpo #04

Salmos 102, 3

Todos tuvimos oportunidad de presentar situaciones complejas en la infancia. Todos en alguna


medida tenemos cosas que solucionar en las emociones, heridas que existen. En medio de la
herida, desean cosas malas, y aunque hayan perdonado recuerdan el dolor. No es suficiente
haber perdonado, es necesario que la herida sea sanada. Pero cuando viene el recuerdo hay esta
la ofensa, la herida.

Rechazo en el vientre:
El alma no tiene edad, siempre esta consiente. El alma empezó a recibir el rechazo o la
aceptación. Así sean cosas que no recordemos, queda la impronta en el alma.

La depresión generada por la intención de aborto.

Sentimiento de culpa: a los pies de Cristo se quita todo.

Las heridas se quedan, y aunque el cristiano quiera ser

Ira es ofensa profunda (ira es una manifestación de la enfermedad), la ira no es el problema.


Percepción de una injusticia desde que era pequeña, va acumulando un reclamo, se va sintiendo
impotente y se vuelve violento. Porque percibe injusticia en su entorno, y se cree con la
justificación.

Váyase a la raíz para atacar la ira. Solucionar la injusticia.

Al alma no se le puede engañar, necesita escuchar un verdadero perdón.

Una persona amargada puede llegar a no disfrutar lo que tiene, las heridas no solucionadas, las
ofensas no solucionadas.

Un corazón sano es capaz de amar hasta a su enemigo. Una persona con emociones no sanas
vuelven a añorar el pasado.

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