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La Importancia de un Autoliderazgo Eficiente sobre las Prácticas de Liderazgo en la

Actualidad

(Gamarra, 2018)

Hoy en día el liderazgo es un concepto transversal en diversa índole de actividades

del ser humano. Organizaciones, actividades recreacionales, deportivas, educativas,

políticas, entre otros; son solo algunos ejemplos en los cuales se puede evidenciar esta

práctica. Teniendo en cuenta los diversos campos de acción en los que se puede ejercer

liderazgo, es importante destacar que esta diversidad conlleva a concebir al liderazgo desde

varias ópticas en función a las peculiaridades de los seguidores o liderados. La importancia

de avocarse al estudio del liderazgo no solo versa en la diversidad de actividades en que

puede desplegarse, sino más bien surge la necesidad de analizarlo en virtud a las

necesidades y cualidades que debe tener un líder para gestionarse eficiente mente en la

actualidad. El presente ensayo pretende sustentar la importancia de un autoliderazgo

eficiente por sobre cualesquiera prácticas de liderazgo. A continuación, se mostrará la

evolución del liderazgo desde una perspectiva orientada a la empresa hasta la perspectiva

actual que tiene como objetivo la satisfacción de los colaboradores, por otro lado, se

comentará sobre las nuevas tendencias de liderazgo en la actualidad, asimismo se

reflexionará sobre las cualidades que un líder debe tener para lograr un óptimo desarrollo

en su labor. Finalmente se comentarán las desventajas que mantienen los lideres, las cuales

no permitirían el éxito de ningún estilo de liderazgo si acaso no son superadas de manera

constante.
El ejercicio del liderazgo se ha manifestado a lo largo de la historia, sin embargo,

los estudios sobre esta práctica son relativamente recientes. En la antigüedad el liderazgo

estaba asociado a una concepción de sacralidad, es decir un poder otorgado por la

divinidad, esta concepción perduro hasta formación de lo que hoy conocemos como

empresas, las cuales fueron forjadas como instituciones aparte de la monarquía, la nobleza

y el ejército (Barber, 2014). Posteriormente a finales del siglo XIX y comienzos del siglo

XX, Frederick W. Taylor manifestó que el líder empresarial satisface las necesidades de la

empresa, mas no de los individuos que la conforman (Barber, 2014). Sin duda es un

concepto evidentemente centrado en hacer prevalecer los intereses de las organizaciones

empresariales por sobre las necesidades de las personas que la conforman. En épocas

posteriores Fayol resaltó la solidaridad como cualidad esencial para lograr el éxito en las

compañías, dándole un rostro más humano a la dirección y el liderazgo. (Barber, 2014). En

otras palabras, la esencia del liderazgo se ha forjado a lo largo de los años, centrando cada

vez más sus objetivos en lo que hoy conocemos como colaboradores y equipos de trabajo,

tal es así que surgen nuevas tendencias de liderazgo las cuales se pasaran a comentar a

continuación.

Dentro de las nuevas concepciones de liderazgo se menciona al liderazgo resonante

(Goleman, Boyatzis & McKee, 2005). Al respecto se afirmó que, para el liderazgo

resonante, la tarea fundamental del líder es despertar los sentimientos positivos de los

subordinados, esto sucede cuando el líder sintoniza con los demás y mantiene relaciones

transparentes. (Beltrán, Parra & Peña, 2014) . Esta tipología de líder guarda correlación con

la premisa mencionada en el párrafo precedente respecto a la evolución de las tendencias


del líder orientadas ahora a su equipo de trabajo. Se hace evidente que un ambiente positivo

permite capitalizar las relaciones interpersonales hacia el logro de eficiencias. En otras

palabras, la importancia de que un líder tenga resonancia con sus equipos de trabajo,

favorece el desarrollo de valores positivos para las compañías, lo que conlleva a la

formación de una buena cultura organizacional. Por ejemplo, si un líder logra resonancia

con sus liderados, surge una preocupación real por ellos y su bienestar, no solo laboral sino

a nivel personal. Esto colabora en gran medida con la identificación de los colaboradores

hacia la compañía. Sin embargo, no solo se debe tener en cuenta el enfoque en los

liderados, en los tiempos actuales se pueden encontrar factores como el riesgo y la

incertidumbre para los cuales un líder debe estar preparado.

Hasta hace algunos años se podía establecer una comparación entre una compañía

con una orquesta sinfónica en la cual hay un director y músicos ejecutantes, sin embrago

hoy en día las empresas se asemejan a una banda de jazz. (Pereira, 2014). Tal como se

mencionó en el párrafo precedente, las organizaciones en la actualidad están sometidas a

ambientes de cambio e incertidumbre. La analogía con una banda de jazz se refiere a

aspectos de improvisación los cuales deben afrontar las compañías en los tiempos actuales.

En respuesta a esto surge el liderazgo liquido el cual representa la adaptabilidad y dicha

adaptabilidad en torno a las competencias no de un sujeto, sino de la organización (Pereira,

2014). Esto pretende sostener que el liderazgo debe adaptarse al entorno. Así, los co-

liderazgos, liderazgos múltiples, trabajo en equipo participativo y otros modelos que

implican compartir el poder (Bennis & Heenan, 2006) o inclusive difuminarlo, declarando

la ausencia de ellos (Senger& Käufer, 2000). En consecuencia, se le considera al líder

como el arquitecto un arquitecto social (Pereira, 2014), generando pilares culturales que

permitan un desempeño flexible de la organización. Asimismo, surge la inquietud sobre


cuáles deben ser las características de los lideres actuales que les permitan lograr el éxito a

través estas nuevas teorías de liderazgo.

Respecto a las cualidades de un líder en los tiempos actuales se propuso que el

activo más valioso de los líderes del siglo XXI será la capacidad de soñar, pues en la

medida en la que mayores sueños se tengan, y más compartidos sean, mejores posibilidades

de diferenciación y generación de ventajas competitivas sostendrán las organizaciones

(Chowdhury ,2000). En este sentido el líder debe ser un generador de cambios, es decir

debe aprovechar la problemática a nivel personal y estructural en las organizaciones y

capitalizarlas en oportunidades de mejora (Pereira, 2014). En otras palabras, la capacidad

de visionar nuevos horizontes para la compañía acompañado de un apetito por generar

cambios tangibles y realistas son las cualidades que debe tener un líder en la actualidad. Por

ejemplo, fraguar una nueva forma de gestión de conflictos de manera innovadora que

permitan llegar a la toma de conciencia por parte de los liderados para no replicar

situaciones de error. Para ilustrar mejor se postula a manera de ejemplo, que la utilización

de técnicas creativas como las asociaciones forzadas podrían aplicarse al ámbito del

liderazgo mezclado conceptos y atributos teóricos para obtener nuevos resultados acordes

con la visión de un líder del siglo XXI. En conjunto todas las teorías sobre liderazgo nos

mencionan la capacidad de influenciar a los demás para lograr un objetivo en común. Al

respecto comentaremos a continuación un factor que según la presente investigación se

considera como el más determinante para realizar con éxito este proceso de influencia.
Sintetizando las acepciones de liderazgo anteriormenete mencionadas, se puede

inferir que un líder efectivo es aquel que es capaz de transformar su entorno. Al respecto se

propone que una de las practicas más importantes es lo que se conoce como tener luz

interna, al respecto se mencionó que:

Konosuke Matsushita, fundador de National Panasonic, quien fuera reconocido

como persona altamente importante y venerada. En alguna ocasión se le acercó un

trabajador y él dijo que Konosuke era como el monte Fuji: sagrado, venerado como

símbolo, y el señor Matsushita contestó: “así se ve el monte Fuji desde lejos, pero

de cerca fácilmente se alcanza a ver la basura que han dejado los paseantes; de igual

manera, como persona, también tengo mis defectos. (Kotter, 1998)

Del extracto anterior se puede ilustrar que una característica preponderante en los

liderazgos que logran trascendencia, es aquella conocida como luz interna, que no es más

que contar con un ideal carismático que llegue a ser idealizado. (Barber, 2014). En otras

palabras, la cualidad principal que hace que un líder logre sus objetivos es poder contar con

el carisma que le permita forjar una imagen de integridad hacia sus liderados. Habiendo

revisado las nuevas tendencias de liderazgo, los retos como la incertidumbre y el riesgo a

los cuales están expuestas las organizaciones y proponiendo cualidades y perfiles óptimos

para el éxito en la práctica de liderazgo, a continuación, se cuestionará si es suficiente

contar con estos conocimientos y habilidades o es que acaso todo lo anteriormente dicho es

inútil si finalmente un líder no puede autogobernar sus ímpetus.

Las desventajas de las prácticas de diversos estilos e liderazgo se encuentran

circunscritas bajo algunos de los siguientes escenarios, los cuales van orientados al campo

de autoconocimiento. Por ejemplo, un líder que se involucra demasiado en los problemas


de sus subordinados (Beltrán, Parra & Peña,2014). Sobre lo anteriormente mencionado se

considera a la empatía como una fortaleza, sin embargo, el manejo inadecuado de esta

habilidad podría devenir en una excesiva presión por exceso de involucramiento, y lo que

fue concebido como una cualidad, se convierte en una desventaja. Por lo anteriormente

expuesto se puede acotar que un líder debe contar con fortalezas físicas y psíquicas. Los

líderes también son presa del llamado síndrome del sacrificio, que consiste en entregar más

de lo que uno puede. (Beltrán, Parra & Peña,2014). En consecuencia, pueden entrar en

situaciones de stress al no manejar adecuadamente sus emociones. Finalmente, un líder que

no se encuentra bien emocionalmente puede transmitir este estado de animo a sus

subordinados, si acaso no muestra un autogobierno de sus emociones. En otras palabras,

muy aparte de las competencias personales tales como la empatía, vocación de servicio

entre otras, es el autogobierno sobre las emociones la que se constituye como la piedra

angular sobre la cual se edifica cualquier estilo de liderazgo.

En síntesis, en el presente ensayo se mencionó la evolución del concepto de

liderazgo y la forma en como paso de centrase en la organización como fin principal para

orientar sus esfuerzos, hasta la actualidad en la cual se busca lograr eficiencias con un

óptimo manejo de relaciones interpersonales. Se comentaron algunas cualidades necesarias

para los líderes del presente siglo quienes se manejan en organizaciones con ambientes de

incertidumbre, asimismo se reflexionó sobre el carisma como característica primordial que

permite capitalizar problemas en oportunidades de mejora. Todo lo anteriormente

mencionado se decanta en una necesidad de mantener altos niveles de energía. Esto

refuerza la tesis de que es necesario contar por sobre todo con un autoliderazgo eficiente.

Para ilustrar mejor se propone que el autoliderazgo debe ser una práctica fundamental para

lograr el éxito en cualquier estilo de liderazgo. Sin un autoliderazgo sostenido no se puede


lograr ningún resultado en ninguna práctica, ya que como se pudo apreciar en el presente

documento son necesarios el autoconocimiento y fortalezas mentales, físicas para poder

mantener claridad en las decisiones como líder. Complementando lo anteriormente

mencionado se indicó que los líderes de máximo desempeño sobreestiman sus fortalezas en

al menos una habilidad de inteligencia emocional (Goleman, 1998), es decir los lideres no

tienen un autoconocimiento pleno de sí mismos. Para ilustrar mejor podría hacerse la

analogía con mirarse al espejo y verse mucho más atlético de lo que uno es realmente.

Finalmente es necesario poder lograr un autoconocimiento pleno de sí mismo, además de

forjar una disciplina férrea para poder constituirse como un líder eficiente en el siglo XXI.
Referencias
Barber, C. (2014). Liderazgo Inspiracional. McGraw-Hill Interamericana. Página 50.

Tomado de http://www.ebooks7-24.com.ezproxybib.pucp.edu.pe:204

Bennis, W.; Heenan, D. (2006). Co-Liderazgo: La nueva constelación del Poder. Harvard

Deusto Review, 152 (diciembre). Madrid.

Beltrán M.A., Parra M.C & Peña B., (2014). Liderazgo Resonante. Un análisis a través de

Grupos de discusión. Historia y Comunicación Social, Vol. 19. Nº Esp. Enero

(2014) 143-151. Recuperado de

http://dx.doi.org/10.5209/rev_HICS.2014.v19.44947

Chowdhury, S. (2000). Management Siglo XXI. Madrid: Prentice Hall.

Goleman (1998). Liderazgo que obtiene resultados. Harvard Business School Publishing

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https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1708875

Goleman D., Boyatzis R.E., Mckee, A. (2004; 2002). Primal leadership: Learning to lead

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Kotter, J. P. (1998). El liderazgo de Matsushita. México: Granica

Pereira S.A (2014). Liderazgo líquido: una propuesta para enfrentar la incertidumbre y

riesgo. Pensamiento & Gestión. 37. Universidad del Norte, Vol. 97-113,

2014.Recuperado de

http://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/pensamiento/article/view/7022

Senger, P.; Käufer, K. (2000). Las comunidades de líderes o la ausencia de liderazgo. En

Chowdhury, S. Management Siglo XXI (pp. 201-221). Madrid: Prentice Hall.

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