Conmemorando el día nacional de la conservación de los
suelos (7 de julio) recordamos cual es la importancia de
este elemento.
El suelo es el soporte físico de la vida y fuente de
nutrición de las plantas que se desarrollan en él, e igualmente representa el hábitat de los hongos, bacterias, virus, invertebrados, insectos y animales todos ellos forman un ciclo de nutrientes. Así el suelo regula y distribuye el almacenamiento de agua; inmoviliza y desintoxica materiales orgánicos e inorgánicos; y soporta infraestructuras de ingeniería.
En el caso del departamento del Tolima, los suelos en la
zona plana, son aptos para cultivar algodón, arroz y pancoger; los que tienen mediana pendiente son aptos para el cultivo de café y plátano; también hay suelos en zona de páramos que son de conservación pues son importantes para regular el recurso hídrico y suelos de zona de bosques, propicios para conservar la materia orgánica y la biodiversidad.
Sin embargo, el ser humano (actividades antrópicas) se
ha encargado de debilitar las potencialidades del suelo, mediante la realización de actividades inadecuadas como quemas, tala de árboles, contaminación con sólidos y líquidos, monocultivos y prácticas agrícolas irresponsables, sobrepastoreo, entre otras, que generan tres grandes problemas: la erosión, los deslizamientos y la contaminación; lo que afecta la sostenibilidad de los ecosistemas y limita el uso eficiente de los suelos.
Por esto para mantener la fertilidad de éste elemento y
conseguir que las plantas crezcan sanas se debe propender por un suelo equilibrado, sano y fértil. Hay que tener en cuenta que el suelo es un sistema poroso y como tal, contiene las tres fases posibles de encontrar en la naturaleza: fase sólida, fase líquida y fase gaseosa