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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS


PROGRAMA CURRICULAR DE TRABAJO SOCIAL
ASIGNATURA DE POLÍTICAS SOCIALES II
ENSAYO
Por: Brayan Camilo Betin, 30 de abril de 2020

Acerca de la famosa medida de “pico y género” que por estos días rige en la capital del país

Actualmente, el mundo es testigo de una pandemia a la que la ciencia ha denominado COVID 19, pero que es más
conocida por la población general como CORONAVIRUS. No expondré aquí en qué consiste esta pandemia, ni como
se transmite, ni como prevernirla, pues el objetivo es otro. Pero si trataré de exponer algunas reflexones sobre cómo el
manejo que los Estados le están dando a la situación que vivimos, resulta en mayor medida nocivo para las poblaciones;
siendo las poblaciones que historícamente han sido mayor arrazadas por las desigualdades sociales, las más afectadas.

En esta línea, me propongo exponer un análisis sobre una medida en particular que ya ha tenido cabida en países
latinoamericanos como Panamá y Perú, y que fue adoptada en la capital del país, bajo el decreto 106 de 2020 a partir
del 08 de abril del año en curso; el denominado “pico y género”. Esta medida, aunque es de carácter distrital y no
nacional, trae consigo varias cuestiones que posibilitan la agudización de algunas situaciones problemáticas en las que
se encuentra la población y resulta ser objeto de custionamiento sobre lo eficiente que puede llegar a ser, en relación a
garantizar el pleno goce del derecho a la salud del que somos poseedores como seres humanos.

De este modo, la tesis que respalda este escrito se plantea de la siguiente manera: Ante el panorama actual del COVID
19, la medida de “pico y género” instaurada por la Alcaldía Mayor de Bogotá, desconoce las identidades de las
personas no binarias y con expresión de género no hegemónicas y aumenta la situación de vulneravilidad de derechos
humanos ante la que se encuentran las personas trans permanentemente, además de poner en riesgo el pleno goce del
derecho a la salud de toda la población. En este sentido, los planeamientos que aquí pretendo desarrollar y que
respaldan la anterior afirmación se sintetizan en los siguientes:

(i) La medida contempla una segregación por sexo masculino y femenino, es decir, desconoce la existencia de personas
que han forjado sus identidades fuera de aquellas categorías, y por tanto no comtempla acciones a llevar acabo en
dirección a estas últimas. (ii) La medida le otorga a la institución policial, el poder para regular, controlar y sancionar
a la población a quien va dirigida, a pesar de ser este mismo actor social (el ente policial), un agente que que
historícamente ha incurrido en violación de derechos humanos por medio del abuso de autoridad. (iii) La medida pone
en riesgo el pleno goce del derecho a la salud de toda la población, ya que debido a las desigualdes históricas que han
sido vivenciadas por las mujeres, aquellas son las que en mayor medida se encuantran a cargo de las “cuestiones del
hogar”, hecho que aumenta la probabilidad de que se generaren mayores conglomeraciónes de personas en los días
correspondientes al género femenino.

Lo anterior, se analizará con base en la revisión de fuentes bibliográficas secundarias, correspondientes a artículos de
prensa, comuncados oficiales y denuncias de organizaciones que actuan en pro de la protección de Derechos Humanos
y bibliografía referente a la asignatura. Finalmente, se exponen algunoas reflexiones y conclusiones sobre la
importancia que tienen (y que deberían tener para los gobernntes) las voces y partcipación de las y los ciudadanos en
los procesos de formulación de las medidas que se pretendan implementar, pues al final, es sobre la población misma
que reaeran aquellas políticas.

-¿Es acertado en la contemporaneidad seguir actuando desde una posición de lógica binaria?

La realidad contemporánea es producto de un sin número de hechos que han resultado de procesos históricos. Así,
actualmente el mundo parece estar frente a un escenario donde lo que impera encuentra su sustento con lo diverso, lo
complejo, con lo multicultural. Esto da cabida a la existencia de feminidades, y no de una sola feminidad, de
masculinidades y no de un tipo de masculinidad solamente; es decir, de una gran gama de posibilidades para el ser
humano y su contexto y entorno donde todas son válidas siempre y cuando no se atente contra “el imperativo social
del siglo en el que estamos viviendo”, parafraseando a Roth (2006, p. 9), el paradigma de los derechos humanos
(DDHH).

Sin embargo, a pesar de lo anterior, la toma de decisiones se ha encontrado históricamente en manos de unos pocos,
que se asemejan en cuanto a categorías de clase social, género y raza, y es a partir de aquellas interacciones que se han
puesto en marcha lógicas que responden únicamente a los intereses de unos pocos que poseen el poder, pero que se
expanden alrededor de todo lo social. La mayor arma que se ha utilizado para tal fin se llama discurso, y uno de esos
discursos hegemónicos es el que nos obliga a pensar desde una dinámica binaria. No reconocer la existencia de otras
maneras distintas de ser y estar en el mundo diferente a lo heteronormativo, es violento, ya que va en contra de los
DDHH que cada individuo posee.

Tal es como puede verse en la llamada medida de “pico y género”, pues la medida

Se basa en una concepción binaria de las categorías de sexo y género. La alcaldía señala que la medida no
discrimina porque hombres y mujeres pueden salir por igual. Sin embargo, la discriminación consiste,
precisamente, en adoptar la medida sobre la base de presumir que la diversidad de género se reduce al espectro:
hombre – mujer (sexo masculino, sexo femenino). Esta presunción, que la alcaldía hace explícita en su motivación
y en la medida que adopta en consecuencia, resulta discriminatoria en tanto supone un trato desigual para: (i) las
personas que no se identifican ni como hombre ni como mujer, pues para ellas no se prevé un día en que puedan
salir a hacer sus gestiones; (ii) las personas que se identifican como hombres o mujeres pero cuya apariencia no
coincide con los estereotipos de género que el decreto invita a activar para hacer efectivo su cumplimiento.
(AVAAZ, Peticiones de la Comunidad, 2020)

Debido a lo anterior, esta medida es lesiva contra aquellas personas que no se identifican con respecto a ninguno de
los dos géneros mencionados, pues se niegan sus identidades y existencia y se les obliga a optar por alguna de las
“opciones” de género. “Esto, en sí mismo, es violatorio del derecho a vivir conforme a su identidad de género y supone
una supresión absoluta de la libertad de locomoción para estas personas” (AVAAZ, Peticiones de la Comunidad, 2020),
así mismo, aquello atenta contra la salud de dichas personas, pues la OMS1 define la salud como “un estado de
completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (Citado en
Monroy G, Prieto O & otros, 2019, p. 424), ya que la población en mención, puede ser susceptible de atravesar
situaciones que desestabilicen su salud mental, y física, a razón de las posibles interacciones a las que se tengan que
enfrentar donde constantemente se les cuestione y juzgue por sus identidades.

Ante los hechos que pueden ocurrir con la implementación de la medida de “pico y género”, estas personas recaen en
una situación de vulnerabilidad mayor con respecto a la que ya se encuentran, así lo demuestran las experiencias de
otros países donde la medida (pico y género) ya ha sido implantada, principalmente en Perú. A través de varios
comunicados que han sido publicados por Féminas Perú2, como una acción de denuncia, es visibles el comportamiento
que han tenido las autoridades frente al “control” de la medida, pues se evidencia que a pesar de las directrices dadas
por el gobierno de ese país, (“Las fuerzas armadas y la policía tienen instrucciones para no tener actitudes
homofóbicas”)3 las autoridades se basan en prejuicios y estereotipos que ya poseen frente a estas personas, negando
sus identidades, e imponiendo sanciones y multas a las personas trans, por “no acogerse a las reglamentaciones”,
cuando aquellas han salido a las calles en los días que les corresponde basadas en la identidad de género con la que se
identifican. No obstante, estos comportamientos también son adoptados por quienes vigilan las entradas a los
supermercados, vendedores y otros, donde la principal acción ha sido solicitar el documento de identidad de la persona,
para “constatar” su identidad, y en caso de que no corresponda al sexo que se le ha sido asignado al nacer y que se
encuentra manifiesto en el documento de identidad, no se le permite el llevar a cabo sus diligencias.

En este sentido, se puede observar como la misma autoridad en ocasiones ha sido la que ha distribuido formatos
multimedia haciendo uso de las redes sociales sin ninguna restricción, exponiendo a las personas trans a tratos

1 Organización Mundial de la Salud


2 ONG comunitaria trans en Perú
3 Mesa, J. (2020). El Espectador.
humillantes, como lo demuestra un video4 donde los uniformados obligan a tres mujeres trans a repetir “ quiero ser un
hombre, un hombre quiero ser”, mientras a la misma vez están siendo objeto de burlas y obligadas a realizar un tipo
de “sentadillas”, mecanismos de castigo empleados en las dinámicas militares. Si esto ha ocurrido ya en países con los
que se comparten ciertas características culturales, ¿qué ocurrirá en la capital colombiana?

Por todo lo expuesto, es válido sostener que la medida viola el derecho que poseen las personas a vivir conforme a su
identidad de género, al negar la existencia de identidades que difieran de la lógica binaria heteronormativa. Al negar
la existencia de las identidades que no se “ajustan” a lo contemplado, estas personas quedan a la incertidumbre de lo
que pueda suceder, y aquello ya es un argumento suficiente para reflexionar desde que ópticas se están formulando las
políticas en tiempos de pandemia. La mirada de la realidad social desde los imperativos binarios no parece ser la
acertada en el panorama de la coyuntura que nos atraviesa.

-Algunos elementos operativos de la medida de “pico y género”

La medida le otorga a la institución policial, el poder para regular, controlar y sancionar a la población a quien va
dirigida, a pesar de ser este mismo actor social (el ente policial), un agente que históricamente ha incurrido en violación
de derechos humanos amparado por las leyes estatales y a causa del abuso de autoridad5.

El Decreto 106 de 2020 no se limita a consagrar una diferenciación por sexo e identidad de género de carácter
normativo, sino que otorga a la fuerza pública la función de determinar si la identidad de género o la expresión de
género de una persona, que se encuentre en el espacio público durante la vigencia del decreto, se ajusta o no a la
restricción del día correspondiente”. (AVAAZ, Peticiones de la Comunidad, 2020)

Para el año 2018, según Colombia Diversa6, citado en una petición publicada el 13 de abril de 2020 por distintas
organizaciones que defienden los derechos de las personas trans dirigido a la Alcaldía Mayor de Bogotá, ante la puesta
en marcha de la medida de “pico y género”, hubo un aumento del 167% de casos reportados de violencia policial contra
la población trans en la ciudad de Bogotá, comparando los 11 casos registrados para 2017 y los 29 casos para 2018.
Colombia Diversa, expone de igual manera que de los casos reportados de violencia policial, se considera entre las
causales el prejuicio de los agentes de policía hacia la orientación sexual o la identidad de género de las víctimas, de
manera que en el 25.7% de los casos las víctimas fueron agredidas, detenidas o discriminadas por miembros de la
Policía Nacional por el simple hecho de ser lesbianas, gays, bisexuales o trans (…) el exceso de violencia contra ellas,
las amenazas e insultos por su orientación sexual o su identidad de género, o la recurrencia del acoso policial en un
mismo lugar o en un mismo periodo de tiempo, fueron indicios de que el prejuicio fue determinante.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que aquello son estimaciones construidas con base en las denuncias que la
población realiza, pues no es posible obtener la información total sobre el número de los casos ocurridos, ya que, en la
mayoría de las veces, no se denuncia, pues el denunciar ante las autoridades competentes, es un acto que pone en riesgo
la vida de las personas afectadas, a razón de que son las mismas autoridades policiales los agentes perpetradores.
Aquello genera miedo, pánico e incertidumbre para esta población; así lo demuestran los testimonios de Natalia y
Ángel, expuestos en la petición dirigida a la Alcaldía Mayor de Bogotá mencionada:

Natalia

“El primer día del simulacro salí a la 22 con caracas a trabajar, quería conseguir así fuera un rato pa’ poder pagar
la pieza porque el trabajo había estado picho esa semana. Pasaron como 5 minutos cuando llegó el mismo policía
que siempre nos jode y nos trata de hombres a las pollitas, me empezó a molestar que yo que hacía afuera, que si no
era bruto y que si quería entender de otra manera que no se podía salir a la calle. Ese malparido nos da mucho miedo

4 Féminas Perú. (2020, 06 de abril). [video de Instagram]. Obtenido de: https://www.instagram.com/p/B-


pDHUyBw3h/?igshid=p9nr15fvqbyf
5 El Código Penal Colombiano penalizó la “homosexualidad” desde 1936 hasta 1980, comprendiendo que la categoría hacía

referencia a cualquier persona que no se acomodase a la normativa sexual y de género, siendo las personas trans las expuestas a
dichas sanción, la cual se aplicaba utilizando la expresión de género como criterio de sospecha. (AVAAZ, Peticiones de la
Comunidad, 2020)
6 ONG colombiana, defensora de derechos humanos de las personas LGTB.
porque está aliado con Raúl, el de la olla y ha mandado a darles unas muendas a unas chicas por responderle que no
somos hombres. Yo ese día tenía mucho estrés porque no tenía ni para pagar la pieza ni para comer y lo miré muy
mal y le dije soy una mujer. El malparido se cago de la risa y de una vez mandó la mano pa’ requisarme yo me empute
y le dije que yo tenía derechos y que llamara a una mujer policía. Ese fue mi error machis, el malparido me subió a
la patrulla a patadones y me tuvo dando vueltas y vueltas por toda la ciudad como cuatro horas. Yo tenía mucho miedo
porque pensé que me iba a matar, tú sabes, ya ha habido muchos casos que los policías se llevan a las maricas y las
desaparecen. Yo creo que fueron 4 horas porque el malparido me quito el celular y me robo toda la marihuana, me
dejó tirada como por la 26 con carracas y me decía siga jodiendo marico asqueroso y verá lo que le pasa”

(…) el día que nos estaban entregando los subsidios de vivienda y el mercado ahí en la red comunitaria trans, Raúl,
el de la olla mando a un grupo de hombres a apuñalear a dos trans venezolanas ahí en la 21 con 17 porque ellas
empezaron a grabarlo cuando las estaba maltratando. Un grupo de venezolanos las corretió por todo el barrio y las
apuñalearon en sus senos y en el estómago. ¿Usted cree que la policía hizo algo? Ni mierda, ellos vieron todo y no
hicieron nada porque están aliados con los de las ollas. Son ese mismo grupito de policías los que en las requisas nos
roban los baretos y a muchas les han cobrado impuesto para poder pararse a trabajar. Amor, tenemos miedo… si era
así la situación con la policía tan terrible imagínese ahora con esa ley que saco esa señora, y disque lesbiana, pero
resulto más transfóbica que cualquiera. Nosotras no queremos salir, queremos cuidarnos, pero como comemos
machis, el poder que le dio ese viaje a la policía es muy tremendo. Más de una va a terminar muerta.

Ángel

La tomba no me cuida. Yo soy una persona trans y hace unos años estaba en la calle con una novia que tenía en ese
momento, yo para ese entonces no usaba hormonas entonces mi aspecto era todavía el de una mujer, pero además el
de una mujer lesbiana y machorra, ella y yo íbamos caminando por el centro y nos dimos un beso como lo hace
cualquier pareja en la calle, en ese momento nos calló una policía en una moto, a mi novia le pegaron y a mí me
llevaron a la UPJ y, ¿sabe qué me hicieron allá?, me hicieron quitar la ropa a punta de golpes, yo no me quería
desvestir porque tenía los senos vendados, como me rehusé me golpearon las piernas hasta que caí y no pude más,
cuando ya me tuvieron completamente desnudo me gritaban cosas como “ah, ya no es tan hombre”, “ya no es tan
macho”, luego me tiraron la ropa en la cara, me encerraron no sé cuántas horas porque lloré todas las horas que
estuve allí. La tomba no me cuida. Claudia López, usted no me representa.”

-Derecho a la salud y “pico y género”

La OMS define a la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia
de afecciones o enfermedades”. Para llegar a este estado y garantizarlo como derecho fundamental, es necesaria la
articulación de diferentes entes y políticas en relación con los determinantes sociales de la salud, teniendo en cuenta el
principio de integralidad en donde todos los derechos humanos son indivisibles e interdependientes (Monroy G, Prieto
O & otros, 2019, p. 424). Aunque la salud es considerada como un derecho fundamental de los seres humanos, muy
pocos países en Latinoamérica lo han incluido en su constitución como un derecho, pues para estos mismos autores,
la salud ha sido concebida principalmente como un servicio y desde este lente se han construido las políticas en cada
país. Así mismo, los autores mencionados exponen que, para el caso de Colombia, la salud se encuentra estipulada en
la constitución política, como un derecho fundamental solamente desde 2015 con la Ley Estatutaria 1751, y se
“garantiza” a través del Modelo Integral de Atención en Salud, MIAS, algo bastante reciente.

Para García & Vélez (2013), el goce del grado máximo de salud posible (…) es influenciado por factores como la
desigualdad social en salud que se refiere a las distintas oportunidades y recursos relacionados con la salud que tienen
las personas en función de su clase social, sexo, territorio o etnia, lo que se plasma en una peor salud en los colectivos
socialmente menos favorecidos. Para los autores, esta definición exige pasar de un modelo biomédico en salud a uno
que tenga en cuenta estas desigualdades y el trabajo integral en ellas, perspectiva que retoma los Determinantes
Sociales de la Salud (DSS). De este modo, pueden categorizarse dos tipos de determinantes sociales: los estructurales,
que son los mecanismos productores primarios de estratificación y divisiones sociales, como las políticas
macroeconómicas, las políticas públicas (educación, salud) las políticas sociales, entre otras, que generan como
resultado las diferenciaciones en Ingreso, etnia, clase social, escolaridad; y los determinantes intermedios, los cuales
juegan un papel en el proceso de generación de inequidad, más como moduladores y no como causantes primarios;
son las circunstancias materiales, los factores biológicos y psicosociales y el sistema de salud.

En Colombia, las políticas basadas en los DSS, se reflejan a través de las políticas de Red Juntos y el Programa de
atención psicosocial y salud integral a víctimas, PAPSIVI, pero el país tiene varios retos en pro de mitigar los
problemas estructurales del sistema de salud y financiamiento y barreras de acceso a los servicios. (García & Vélez,
2013, p. 738). Ante este panorama, la medida de “pico y género” al parecer no se ajusta a lo ya mencionado, pues se
contradice en sus fines de “la preservación del orden público y la protección de la salud pública”. La medida pone
en riesgo el pleno goce del derecho a la salud de toda la población, ya que debido a las desiguales históricas que han
sido vivenciadas por las mujeres, aquellas son las que en mayor medida se encuentran a cargo de las “cuestiones del
hogar”, hecho que aumenta la probabilidad de que se generaren mayores conglomeraciones de personas en los días
correspondientes al género femenino7.

Aunque la medida posibilita que no sea necesario un acercamiento de las autoridades hacia las y los ciudadanos para
verificar su sexo y género, y en esta línea es favorable para evitar la propagación del COVID 19, al mismo tiempo es
incoherente con dicho postulado, pues la dinámica en relación con las personas trans, no binarias y con expresión de
género no hegemónica, se desarrolla de manera distinta como ya se mención anteriormente. En este sentido, la medida
aumenta el riesgo de la propagación del virus y pone en peligro a la población en general, ya que las autoridades
están estableciendo contacto con la población mencionada, para solicitar el documento de identidad (en no muy buenos
términos) y “verificar su identidad”, a pesar de que el decreto exponga que esto no debe hacerse.8

No obstante, ante la realidad social colombiana, donde existe un alto índice de hogares con jefatura femenina, y donde
en la mayoría de los hogares, la mujer es la encargada del cuidado del hogar, este es un factor que, al igual que el
anterior mencionado, aumenta el riesgo de contagio para toda la población, ya que los días en que las mujeres salgan
a realizar sus diligencias, las conglomeraciones serán mayores. Precisamente, estas consecuencias se produjeron en el
territorio peruano, y fue la razón para que pocos días después de decretar la medida, aquella fuese derogada por el
ejecutivo. Según Semana (2020), la cifra de contagios del nuevo coronavirus en Perú subió a 5.897, de los cuales 687
fueron hospitalizados en los pocos días que duró la medida, correspondiendo esto a un aumento considerable con
relación a la situación anterior en la que se estaba, y siendo reconocida como una medida ineficiente por el gobierno
de dicho país: "Como pueden haberse dado cuenta, esa distinción en días de la semana para hombres y para mujeres
ha quedado sin efecto porque siempre somos claros y directos con la población (…) Cuando tomamos una medida que
no logra su objetivo, no tiene sentido sostenerla y mantenerla. Por consecuencia, ratificamos el concepto inicial del
estado de emergencia para lo estrictamente necesario: cuando haya urgencia, cuando haya una real necesidad puede
salir una persona independientemente de su género" (Semana, 2020)

Por otro lado, además de lo anterior, la medida de género binario ha traído otras consecuencias para las mujeres. Según
Liñan (2020), las mujeres se han sentido vulnerables y temerosas de salir a la calle, varias cuentan que, al salir a pasear
a las mascotas en las inmediaciones de sus viviendas, ir a la tienda de la esquina por víveres y salir a trabajar el día
impar, que corresponde al género masculino, sufrieron acosos por parte de los hombres que, al saberse en “su día”
reafirmaban conductas acosadoras. Con todo lo expuesto en este aparatado hasta al momento, es válido afirmar que
todas las consecuencias que está desatando la medida de “pico y ´genero”, atenta contra el libre goce del derecho a la
salud. No solamente afecta negativamente y de manera directa contra el bienestar de las personas a nivel físico y
mental, sino que pone en riesgo dicho bienestar en el futuro al posibilitar el aumento de riesgo de ser contagiados.

7
El Espectador, (2020).
8 Así lo demuestran denuncias realizadas por la Red Comunitaria Trans, ONG en Bogotá, en donde a través de formatos
multimedia, es posible observar cómo se está procediendo contra la población trans, no binaria y con expresión de género no
hegemónica. En: Red Comunitaria Trans. (2020, 28 de abril). [Video de Instagram]. Obtenido de:
https://www.instagram.com/tv/B_dhfuMpVjx/?igshid=4esf3yj5f22p
Conclusiones y comentarios finales

A partir del análisis realizado, es válido afirmar que el panorama actual requiere de medidas que posean un enfoque
integral y que sea consciente de las distintas intercepciones que atraviesan a las personas en el contexto social, y así,
propender no agudizar las situaciones problemáticas bajo las que ya se encuentran las poblaciones. Aquello requiere
del diseño de mecanismos que permitan visibilizar y escuchar las voces de las personas, para la formulación de posibles
medidas que permitan preservar la salud de todas y todos ante la emergencia, y contribuir así al bienestar de las y los
ciudadanos.

Los postulados de la medida y los elementos operativos de la misma dan a entender que las voces de la población no
fueron escuchadas ni tomadas en cuenta para su formulación, de lo contrario no se desconocerían las identidades que
quedan por fuera de lo que promueve la medida. No obstante, el suponer que con dar instrucciones a las autoridades
para que se respeten los derechos de la población trans, tal como lo manifestó Hugo Acero, Secretario de Seguridad
del Distrito (El Espectador, 2020), sin disponer de ninguna otra línea de acción, es un mecanismo suficiente para
prevenir posibles violaciones a los derechos humanos de la población afectada, se queda corto ante la magnitud de la
situación.

Por otra parte, las medidas que se han tomado para prevenir situaciones violentas por parte del Distrito contra los
derechos humanos en medio de la pandemia permiten analizar como en medio de todo, se priorizan o adquieren mayor
importancia ciertos grupos de una misma población en comparación a otros que también hacen parte, esto es en sí, no
igualitario. Si comparamos las campañas y líneas de acción que se han tomado por parte de la alcaldía para visibilizar
y manejar las violencias que sufren las mujeres en medio de la pandemia con sus perpetradores en sus hogares al
respaldo de la situación de las mujeres trans, es muy claro constatar que este último grupo no es una prioridad, pues la
medida de pico y género no establece ningún mecanismo para prevenir posibles violencias contra estas mujeres más
allá de denunciar ante los entes policiales. Se desconoce que la situación que en su mayoría alberga a las mujeres trans
es distinta, en comparación a las mujeres cisgénero. El principal perpetrador para las mujeres trans es la misma
autoridad ante la que hay que establecer las denuncias. ¿Es esto acertado?, A este tipo de reflexiones es que debemos
direccionarnos, tal como nos lo propone Viveros (2016, p. 11), cuando nos habla de la consubtancialidad de las
relaciones sociales.

Finalmente, quiero expresar que como sociedad nos falta bastante en pro de aportar al bienestar de toda la población.
El análisis de la medida que analizamos en esta ocasión nos ofrece una mirada sobre algunas de sus implicaciones,
pero es alarmante saber, que estas cuestiones no son las que los gobiernos tienen en cuenta para la toma de decisiones.
Es desalentador saber que en Perú la medida fue retirada no porque se visibilizó lo violenta que la política podía llegar
a ser contra un sector de la población, sino porque la medida era ineficiente para disminuir el riesgo de contagio; esto
ya nos da una luz sobre las prioridades de los mandatarios. No es suficiente con los análisis académicos, si estos no
son fundamentos para quienes gobiernan. Si en una política de nivel Distrital, siendo esta una escala local, es posible
constatar como las decisiones tomadas por los gobernantes pueden llegara a ser altamente violentas, ¿qué podemos
esperar de las políticas macrosociales donde es aún más difícil que se escuchen las voces de las poblaciones?

Referencias:

1. Roth, André-Noel. (2006). Discurso sin compromiso. La política pública de los derechos humanos en
Colombia. Ediciones Aurora.
2. Red Comunitaria Trans, (2020). Petición para modificar inmediatamente el Decreto de “Pico y Género” en
Bogotá. En: AVAAZ, Peticiones de la Comunidad. Obtenido de:
https://secure.avaaz.org/es/community_petitions/claudia_lopez_peticion_para_modificar_inmediatamente_e
l_decreto_de_pico_y_genero_en_bogota/details/
3. Monroy G, Prieto O, Ramírez P, Rivera M & Ortega J. (2019). El derecho a la salud y su impacto sanitario
en Sudamérica 2014-2015. Rev. Fac. Med. 2019;67(3):417-26.
4. Mesa, J. (2020). “Pico y género” : Separar las salidas de hombres y mujeres gana adeptos en la lucha contra
el coronavirus. En: El Espectador. Noticias, el mundo. Obtenido de:
https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/pico-y-sexo-separar-las-salidas-de-hombres-y-mujeres-
gana-adeptos-en-la-lucha-contra-el-coronavirus-articulo-912596
5. Féminas Perú [@feminasperu]. (2020, 06 de abril). #CuarentenaSinTransfobia. Otro video que refleja el
accionar completamente transfóbico de la @policiaperu. Incluso son los propios polícias quienes graban y
difuenden con total confianza en que no recibirán ninguna sanción por sus actos. [video de Instagram].
Obtenido de: https://www.instagram.com/p/B-pDHUyBw3h/?igshid=p9nr15fvqbyf
6. Sitio Oficial Colombia Diversa. (2020). Acerca de. Obtenido de: https://colombiadiversa.org/acerca-de-
colombia-diversa/
7. García, J. & Vélez, C. (2013). América Latina frente a los determinantes sociales de la salud: Políticas
públicas implementadas. Revista de Salud Publica, 15(5), 731–742.
8. El Espectador. (2020). El pico y género no es igualitario. Opinión. Obtenido de:
https://www.elespectador.com/opinion/editorial/el-pico-y-genero-no-es-igualitario-articulo-914410
9. Red Comunitaria Trans. [@redcomunitariatrans]. (2020, 28 de abril). #MisDerechosNoEstánEnCuarentena.
“Nos acaban de sacar de @tiendasmetrocolombia de kennedy. Nos dijeron que no podíamos estar en la tienda
por ser hombres. La @policiadecolombia nos pidió la cédula para “verificar” que fuéramos mujeres”. [Video
de Instagram]. Obtenido de: https://www.instagram.com/tv/B_dhfuMpVjx/?igshid=4esf3yj5f22p
10. Semana, (2020). Perú eliminó el 'pico y género' para salir a la calle "por falta de eficacia". Mundo. Obtenido
de: https://www.semana.com/mundo/articulo/coronavirus-peru-elimino-el-pico-y-genero-para-salir-a-la-
calle-por-falta-de-eficacia/662959
11. Liñan, A. (2020). “Pico y género”: de regreso al género binario y la discriminación (Relatos y reflexiones).
El Espectador. Cultura. Obtenido de: https://www.elespectador.com/noticias/cultura/pico-y-genero-de-
regreso-al-genero-binario-y-la-discriminacion-relatos-y-reflexiones-articulo-915223

12. El Espectador, (2020). “Dimos instrucciones a la Policía para que se respeten los derechos de la población
Trans”: Hugo Acero. Noticias. Bogotá. Obtenido de: https://www.elespectador.com/noticias/bogota/dimos-
instrucciones-la-policia-para-que-se-respeten-los-derechos-de-la-poblacion-trans-hugo-acero-articulo-
914030
13. Viveros, M. (2016). La interseccionalidad: una aproximación situada a la dominación. Obtenido de:
http://www.humanas.unal.edu.co/genero/files/6714/8906/4598/La_interseccionalidad._Una_aproximacion_
situada_a_la_dominacion.pdf
.

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