El turismo puede crear una plataforma de desarrollo que pueda convertirse en una de las
primeras fuentes generadoras de empleo y, en consecuencia, de armonía social, además de
coadyuvar al conocimiento y difusión de valores culturales.
La actividad turística en Venezuela puede convertirse a muy corto plazo en un factor de
crecimiento económico, de mejoría social y de generación de divisas. Al ser considerada como una actividad económica ya debe transformarse en una de las primeras fuentes generadoras de empleo y, en consecuencia, de armonía social. Además contribuye al conocimiento y a la difusión de valores culturales ya que, debido a diversos factores no están al alcance del venezolano; es apenas en los últimos años cuando se empieza a considerar la actividad turística como generadora de los recursos. A tal extremo se ha llegado, que en las regiones caracterizadas como turísticas en Venezuela (Región de los Andes: Mérida, Trujillo, Táchira; Región Centro-oOccidental: Falcón, Portuguesa, Aragua, Yaracuy; o Región Oriental: Nueva Esparta, Cumaná y Puerto La Cruz, por nombrar algunas) la asignación del presupuesto a nivel central se realiza en función de la cantidad de turistas que atiende la región
Venezuela representa un multidestino para el mercado internacional debido a la variedad de
su oferta. Se destacan los segmentos motivacionales de negocios y convenciones, de naturaleza, de aventura, de sol y playa, culturales, médicos y educativos. Venezuela también ofrece destinos turísticos únicos en el mundo como son los Llanos, los tepuyes y el Delta del Orinoco, aun cuando no todos los estados del país cuentan con atracciones idóneas para atender el mercado internacional (Francés, 2003).
El turismo forma parte de uno de los principales sectores económicos a
nivel mundial, siendo objeto de estudio en diversos destinos geográficos. Esta actividad económica opera como fuente de oportunidades para la modernización socioeconómica y cultural de un área geográfica, siendo el patrimonio un factor de cohesión social por las importantes sensibilidades a las que afecta. En consecuencia, son más frecuentes los modelos que giran en torno al desarrollo sostenible del turismo de un destino.
En este sentido, los recursos culturales, naturales y patrimoniales forman
parte de una red de gran valor y riqueza, que deben promocionarse y comercializarse de forma sostenible, con el objetivo de mejorar el desarrollo socioeconómico de las poblaciones locales en los destinos y la conservación de los recursos
El concepto contemporáneo de sostenibilidad, además de tomar en
cuenta el cuidado del entorno, considera que todas las instalaciones turísticas, al estar enclavadas en comunidades, tienen la obligación de promover su desarrollo.
El turismo sostenible como estrategia de desarrollo
Según la OMT, los principios que definen el turismo sostenible son:
Los recursos naturales y culturales se conservan para su uso continuado en el
futuro, al tiempo que reportan beneficios; El desarrollo turístico se planifica y gestiona de forma que no cause serios problemas ambientales o socioculturales; La calidad ambiental se mantiene y mejora; Se procura mantener un elevado nivel de satisfacción de los visitantes y el destino retiene su prestigio y potencial comercial; y Los beneficios del turismo se reparten ampliamente entre toda la sociedad. Estas características hacen que el turismo sostenible sea una herramienta estratégica en el desarrollo económico local y nacional. Por un lado, el turismo supone una gran oportunidad en algunas zonas urbanas y rurales, en las que no existen otras alternativas de actividad económica. A su vez, como parte del sector servicios, ofrece más oportunidades para el surgimiento de empresas locales (hay que tener en cuenta que incluso en los países más desarrollados, este sector está compuesto principalmente por PYME). Y a pesar de ser un sector que requiere de fuertes inversiones en infraestructura y equipamientos, también utiliza mano de obra de forma intensiva por lo que ofrece numerosas oportunidades de trabajo y negocio, indistintamente para hombres, mujeres y jóvenes. Esta tendencia del turismo denominada turismo Sostenible, es también respaldada por la UNESCO, quién argumenta que "El desarrollo del turismo sostenible debe ser ecológicamente sostenible a largo plazo, económicamente viable, así como éticamente y socialmente equitativo" (BRESCE, 2009).
El turismo ha sido presentado tradicionalmente como un eficiente motor del desarrollo
económico, capaz de generar empleo, modernizar las infraestructuras, impulsar otras actividades productivas, revalorizar los recursos autóctonos o equilibrar balanzas de pagos nacionales. Antes de la década de 1970, asumidas estas premisas y con el turismo internacional de masas recién estrenado, pocos investigadores se habían parado a estudiar los costes económicos que suponía para las sociedades anfitrionas esta actividad. Pero en esa década empezaron a ser evidentes. Así, es cierto que el turismo genera empleo, pero en muchas ocasiones para la población local es un empleo de índole estacional y poco cualificado, que suele competir directamente con la oferta de mano de obra de tipo migratorio. Además, suele tratarse de un empleo inestable: el turismo es un sector con grandes vaivenes, denominados coloquialmente como "temporadas baja y alta", además las zonas turísticas tienen que competir con nuevos destinos que surgen a causa del gran auge del desarrollo de los medios de transporte, el marketing y mejores ofertas económicas para el turista. También es verdad que se modernizan las infraestructuras, pero enfocadas a las prioridades turísticas y no siempre en concordancia con un desarrollo endógeno y equilibrado con las otras actividades productivas. concurrencia La revalorización de los recursos autóctonos se materializa muchas veces en procesos inflacionarios derivados de un aumento de la demanda de la tierra, el agua o los alimentos; el resultado es el encarecimiento del coste de la vida, la dificultad de acceder a una vivienda o la expulsión de campesinos por la falta de competitividad de las rentas agrarias. El turismo impulsa algunas actividades productivas, como la construcción, pero también pone en peligro otras tradicionales, como las agropecuarias. Igualmente, es discutible la capacidad del turismo para generar ingresos en los países de destino, ya que son los países de origen los que más se benefician de esta actividad: las compañías de aviación y los grandes establecimientos hoteleros suelen pertenecer a multinacionales de los países de origen, además de que los operadores de estos países tienen capacidad de imponer precios a sus “socios” del destino. Ernest Cañada, miembro de Sodepau-ACASC, comenta que, a modo de ejemplo de estos procesos, nos podemos referir a primigenias zonas de atracción turística como las Antillas o Hawái en la década de 1960 y principios de la siguiente. El desarrollo turístico llevó a sustituir tierra agrícola por tierra urbanizable, y al campesino por el albañil o el trabajador del sector servicios. En pocos años, se redujo la soberanía alimentaria y fue necesaria la importación de los alimentos, más caros y a los que sólo se podía acceder en el mercado. En el caso de Hawái, dos de sus ocho islas mayores acabaron siendo propiedad privada, igual que más del 70% de las mil millas costeras hasta entonces propiedad del estado. Por último, las pequeñas industrias turísticas autóctonas fueron substituidas por otras foráneas con mayor capacidad de competencia. Finalmente, cabe señalar que, en determinadas zonas donde se ha hecho una apuesta por el turismo como principal medio de desarrollo, se ha observado que genera problemas semejantes a los de economías basadas en la agricultura de monocultivo para la exportación, tales como la dependencia de los precios del mercado internacional, muy fluctuantes, o un alto nivel de riesgo derivado de la escasa diversificación. La actividad turística presenta gran relevancia a nivel mundial, sólo basta con observar indicadores como el número de personas desplazadas fuera de su región por motivos de placer o negocios, el producto interno bruto y el nivel de inversiones que propicia. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) para el año 2003, los ingresos generados por la actividad turística en los países en desarrollo alcanzaron un 42% del total de los servicios ofrecidos, con un pronóstico de crecimiento explosivo. Efectivamente, para el año 2005, los ingresos por actividades turísticas en la mayoría de destinos (países) crecieron en términos absolutos en 49.000 millones de dólares de EEUU, para alcanzar 682.000 millones de dólares de EEUU (548.000 millones de Euros), con un crecimiento en los ingresos turísticos, a moneda local y a precios constante, del 3,4%. Según especialistas, el rápido crecimiento de las corrientes turísticas de las últimas décadas continuará hasta llegar a ser la actividad comercial más importante del planeta con un volumen de transacciones mayor que la del petróleo. Son tantos los beneficios económicos reportados por el turismo, como factor de arrastre económico y generador de divisas, que dicha actividad es considerada piedra angular del desarrollo económico de muchas regiones, capaz de dinamizar la economía de muchas regiones y países, hasta el punto de convertirlas en dependientes •Ámbito económico: con la viabilidad económica de largo plazo y la distribución de los beneficios.
Recientemente, la Organización Mundial del Turismo ( OMT,
2010) ha mostrado que luego de la crisis financiera mundial que redujo la demanda del servicio durante los años 2008 y 2009, en el 2010 se produjo un incremento en la tasa de arribos internacionales que superó con creces las caídas acaecidas en los años anteriores, llegando a los 448 millones de turistas y concentrándose este aumento, especialmente, en economías en desarrollo. Esta industria ha pasado a ser la principal fuente de ingreso de divisas de las 48 economías menos desarrolladas del mundo (excluida la exportación de petróleo), el generador de 45% de las exportaciones de servicios de los países en desarrollo y la principal exportación en 80% de estos casos. Reconociendo la importancia del turismo como generador de empleo e ingresos y en concordancia con las Metas de Desarrollo del Milenio fijadas por Naciones Unidas en el 2000, a fin de erradicar la pobreza extrema para el 2015, la OMT respondió con la iniciativa de Turismo Sustentable-Eliminación de la Pobreza ( ST-EP por sus siglas en inglés). Mediante estos lineamientos, el organismo promueve la asistencia técnica y financiera a proyectos de turismo sustentable. Y es que el turismo posee las características de ser una industria con mano de obra intensiva y poseer un gran número de conectividades con otras industrias, así como también generar importantes efectos de spillover entre productores y consumidores. Al mismo tiempo, el turismo se ha desarrollado en los últimos años en países de medianos y bajos ingresos, ligado al alto valor natural y cultural de dichas regiones, lo cual destaca la importancia de la sustentabilidad del turismo. Una conclusión común en estos trabajos es el hecho de que el crecimiento en economías especializadas en turismo parecería “importarse” desde economías más desarrolladas a través de un continuo incremento en la demanda del servicio por parte de estas o mediante el mejoramiento permanente de los términos de intercambio de las economías oferentes. Se concluye del trabajo que las capacidades del turismo para generar crecimiento económico en un país dependen del nivel de competitividad de dicho país y específicamente del sector. Económicos: Recuperación de la economía europea y países beligerantes, economía global en crecimiento, aumento de los niveles de ingreso y calidad de vida, surgimiento de grandes empresas de intermediación turística, surgimiento del marketing.
La generación de divisas y el crecimiento económico basado en «nuevos sectores» –con la
creación de nuevos puestos de trabajo– son dos de los potenciales efectos más importantes del desarrollo del sector turístico en una economía El aumento del turismo influye sobre las variables macroeconómicas de las regiones receptoras, afectando positivamente sobre: Mano de obra que incluye el empleo: directo, como resultado de los gastos turísticos directos (hospedaje y gastronomía); indirecto, como resultado de los gastos de apoyo al sector turístico (transporte); inducido: como resultado de los gastos de residentes debido a los ingresos del turismo (aumento del consumo personal). Balanza de Pagos: al generar entrada y salida de divisas por medio del gasto turístico. Demanda de bienes y servicios relacionados: un aumento en la demanda de bienes y servicios turístico dependen de mayores niveles de ingresos personales y del aumento de demanda de inversión y bienes de consumo que trae aparejado un efecto sobre el resto de los sectores, afectando favorablemente la tasa de actividad económica del país . Los beneficios del aumento del turismo internacional en un país se derivan del mayor ingreso de divisas, del aumento de la recaudación tributaria y, por ende, del aumento de los ingresos del sector público y un mayor nivel de actividad económica debido a los efectos del multiplicador del gasto turístico. Los impuestos, tanto nacionales y provinciales, son percibidos por el sector público en todos sus niveles sin discriminación de la persona que los consume; por lo tanto, los turistas en su calidad de consumidores de bienes y servicios nacionales contribuyen a aumentar los ingresos del Estado a través de los impuestos indirectos.