Está en la página 1de 4

Control natural de plagas

Existen numerosos remedios caseros que combaten, de forma eficaz, las plagas que dañan tus
plantas sin los efectos perjudiciales de los pesticidas de origen químico.

Insecticida de saúco (Sambucus nigra): si queremos acabar con áfidos, mosquitas, escarabajos,
larvas, gusanos y otros insectos blancos tenemos que hervir a fuego lento 220 gramos de hojas en
medio litro de agua durante 30 minutos. Después, colamos y mezclamos con una cucharadita de
jabón de castilla. Las hojas de saúco también tienen propiedades funguicidas por lo que se utiliza en
el control del mildiu.

Aceite de ajo: combate áfidos, saltamontes, ácaros y moscas blancas. Además, es un repelente para
los conejos. Por su contenido en azufre, también actúa como bactericida y funguicida preventivo.
Preparación: molemos 85 gramos de ajo con 30 gramos de aceite vegetal. Dejamos reposar unas 24
horas. Colamos y mezclamos con una cucharadita de emulsión de pescado, una cucharadita de jabón
de castilla y medio litro de agua. Si queremos prolongar la duración de la mezcla durante varios
meses, sólo tenemos que guardarla en un recipiente de vidrio.

Hojas y raíces de Conyza bonariensis: sus hojas y raíces tienen propiedades insecticidas.
Preparación: hervimos una taza de hojas y raíces en un litro de agua, durante media hora. A
continuación, lo tapamos y dejamos reposar unos 10 minutos. Una vez frío, mezclamos con una
cucharadita de jabón de castilla.

Rábano picante (Armoracia rusticana): actúa de forma eficaz contra escarabajos, orugas, mosca
blanca e insectos de cuerpo blando.
Preparación: hervimos 3 litros de agua, le añadimos 2 tazas de pimienta cayena, una porción de tres
centímetros de raíz de rábano picante macerada o molida, dos tazas de hojas de geranio. Dejamos
reposar la mezcla durante una hora para que enfríe; luego colamos y aplicamos.

Hidróxido de calcio o cal hidratada: es un estupendo repelente contra escarabajos, ácaros, etc.
Preparación: necesitamos 140 gramos de hidróxido de calcio por cada 2 litros de agua y una
cucharadita de jabón de castilla. Se aplica dos veces por semana.

Maravilla o caléndula (Calendula officinalis): Repele escarabajos, gusanos e insectos cortadores.


Preparación: molemos una taza de hojas y flores de caléndula, la mezclamos con un litro de agua y
la dejamos reposar durante 24 horas. A continuación, la colamos, la diluimos en 6 litros de agua y,
por último, le añadimos una cucharadita de jabón de castilla.

Cáscara de naranja: la naranja, al igual que otros cítricos, contiene pesticidas naturales como la
limonina y el linalol. Estos compuestos se utilizan contra insectos de cuerpo blando como áfidos,
cochinillas, además de como repelente de hormigas.
Preparación: hervimos dos tazas de agua con la cáscara de una naranja dentro. Dejamos reposar
durante 24 horas. Colamos y mezclamos con una cucharadita de jabón de castilla.

Ají o chile: eficaz remedio contra insectos blancos. El ají posee un compuesto llamado “capsicina”,
el cual irrita y repele a muchos insectos.
Preparación: mezclamos media taza de ajíes molidos con un litro de agua. Lo dejamos en reposo
durante 24 horas. Colamos y añadimos una cucharadita de jabón de castilla.
Por su poder irritante, debemos tener especial cuidado con los ojos, la piel y las mucosas a la hora de
aplicarlo.

Solución de azúcar: además de aportar micro nutrientes al suelo constituye un eficaz remedio en la
lucha contra los nematodos.
Preparación: mezclamos media taza de azúcar con 4 litros de agua. Lo removemos hasta disolver
completamente el azúcar. Se aplica, en el suelo, alrededor de la planta tanto como tratamiento
preventivo como curativo.

Hojas de tomate o papa: repele escarabajos, mata gusanos y larvas, y actúa como inhibidor del
apetito de algunos insectos.
Preparación: maceramos dos tazas de hojas de tomate o papa, las mezclamos con un litro de agua y
la dejamos reposar toda la noche. A la mañana, colamos la mezcla y añadimos una cucharadita de
jabón de castillo y un litro más de agua. Se aplica tanto en el follaje como en el suelo.

Ajenjo: eficaz contra áfidos, orugas, larvas e incluso puede llegar a repeler serpientes.
Preparación: hervimos 250 gramos de hojas de ajenjo en 4 litros de agua durante 30 minutos.
Mezclamos, colamos y dejamos que enfríe. Después añadimos una cucharadita de jabón de castilla.
Debemos tener especial cuidado con el uso de extractos de ajenjo alrededor de las plantas, ya que
puede entorpecer su crecimiento.

Té de milenrama (achillea millifolium): se utiliza para combatir áfidos e insectos de cuerpo


blando. Esta planta tiene propiedades insecticidas y fertilizantes.
Preparación: mezclamos una taza de hojas y tallos de la planta con media taza de agua, la dejamos
en reposo durante 24 horas o más. Colamos, mezclamos con cuatro litros de agua, añadimos media
taza de café soluble y una cucharadita de jabón de castilla. Se debe aplicar una o dos veces por
semana. Se usa tanto como método curativo como preventivo.

Control natural de enfermedades


Vinagre de sidra de manzana: se usa en el control de manchas foliares, mildius, roñas o cancros.
También es muy eficaz contra la mancha negra del rosal (Diplocarpon rosae).
Preparación: mezclamos tres cucharaditas de vinagre (al 5%) en cuatro litros de agua. Aplicamos
por la mañana en las plantas afectadas.

Bicarbonato de sodio: se utiliza en el tratamiento de antracnosis, tizones, manchas foliares, mildius


polvosos y, en general, como funguicida.
Preparación: mezclamos una cucharada de bicarbonato y 2,5 cucharadas de aceite vegetal por cada
cuatro litros de agua. Batimos la solución y le añadimos media cucharadita de jabón de castilla. Se
aplica cada cinco o siete días.

Cebolleta: se emplea para el control de roña del manzano (venturia inaequalis), mildui de las
cucurbitáceas (pseudoperonospora cubensis).
Preparación: cogemos un manojo de cebolletas picadas y las echamos en un recipiente de vidrio,
añadimos un litro de agua hirviendo, dejamos enfriar, colamos y aplicamos dos o tres veces por
semana.

Maíz y ajo: se usa para prevenir infecciones provocadas por todo tipo de hongos.
Preparación: licuamos un manojo de hojas de maíz, hojas de parrilla (clematis vitalba) y una buena
cantidad de hojas (las que asemejan papel) de ajo. Incorporamos agua hasta obtener una solución no
viscosa. Dejamos que repose alrededor de una hora, colamos y aplicamos.

Saúco (sambucus nigra): se emplea en el tratamiento de manchas negras y mildius.


Preparación: hervimos 250 gramos de hojas de saúco en medito litro de agua durante 30 minutos, sin
dejar de remover. Colamos y añadimos una solución compuesta por una cucharada de jabón de
castilla en medio litro de agua.

Aceite de ajo: se usa para controlar manchas foliares y mildius.


Preparación: mezclamos 85 gramos de dientes de ajo machacados con 28 gramos de aceite mineral.
Dejamos en reposo durante 24 horas y colamos. Luego, mezclamos una cucharadita de emulsión de
pescado con medio litro de agua, y añadimos una cucharada de jabón de castilla. Finalmente,
combinamos el aceite de ajo con la solución de emulsión de pescado. Si la mantenemos en un
recipiente hermético puede aguantar varios meses. Para aplicar el preparado, debemos mezclar dos
cucharadas de solución con un litro de agua.

Rábano picante (armoracia rusticana): se utiliza para prevenir cualquier infección fungal.
Preparación: picamos finamente una taza de rábanos, y los mezclamos con medio litro de agua.
Dejamos reposar 24 horas y colamos. Después, añadimos a la mezcla medio litro de agua y
aplicamos.

Peróxido de hidrógeno o agua oxigenada: este compuesto evita que las esporas se adhieren a los
tejidos de la planta. No causa daño a las plantas pero, con todo, debemos evitar utilizarla en plantas
recién transplantadas o en semillas recién germinadas. Se usa en la prevención de infecciones por
hongos y bacterias.
Aplicación: el peróxido de hidrógeno al 3% se aplica directamente sobre el haz y envés de las hojas;
una vez por semana en el verano y dos veces por semana en invierno.

Leche: se emplea para combatir los mildius de las cucurbitáceas, asteráceas, etc.
Preparación: mezclamos medio litro de leche con medio litro de agua. Se aplica cada 3 o 4 días ante
el primer signo de enfermedad o, también se usa como método preventivo.

Pautas de aplicación

a. Las aplicaciones se deben realizar durante las primeras horas de la mañana y/o antes de que
anochezca. No debemos aplicarlas a temperaturas superiores a 25 ºC porque las plantas
pueden sufrir quemaduras, provocadas por esas altas temperaturas.
b. Antes de utilizar cualquier preparado, debemos realizar una prueba en un área pequeña de la
planta. Esperar 24 horas para observar algún efecto negativo y proceder si no observamos
ningún daño.
c. Si no hemos obtenido buenos resultados, no debemos aumentar la dosis de los remedios sin
probarlos primero.
d. Es importante delimitar el área de aplicación y evitar dañar a los enemigos naturales.
e. Debemos proteger las partes descubiertas de nuestro cuerpo. Algunos de estos ingredientes
pueden ser muy irritantes para los ojos, piel y mucosas, especialmente el ají o chile.

También podría gustarte