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Muchos peatones escolares, peatones adultos, pasajeros, ciclistas y conductores carecen de conocimientos

elementales en estos temas y es por ello que incurren en frecuentes conductas contrarias al Reglamento


Nacional de Tránsito que ocasionan graves accidentes de tránsito con consecuencias fatales y no fatales.

La existencia de la Ley General de Transporte y Tránsito Terrestre y su Reglamento Nacional de Tránsito o


Código de Tránsito, y sus modificaciones, son insuficientes si estos no se conocen; por lo que, urge educar y
culturizar a todos los usuarios de la vía pública, mediante la difusión adecuada y actualizada de los dispositivos
en materia de tránsito y las buenas prácticas para la protección del medio ambiente.

Conducirnos adecuadamente en la vía pública es vital y constituye el eje fundamental para proteger nuestra
vida. Terminemos con tantos accidentes de tránsito.

La seguridad vial en el Perú es un problema complejo que está en


crisis y se debe actuar en cuatro frentes: la infraestructura, la
institucionalidad, el equipamiento del parque automotor y el
comportamiento humano para combatirlo

En nuestro País existe un encarecimiento de cultura en las personas; en el sentido que


se tiene el pensamiento erróneo en el cual “el más vivo gana”.
En esta investigación nos enfocaremos en el tránsito, en cómo el peruano es inculcado
de tal manera que busca evadir las reglas viales, cómo maneja como si estuviese solo en
la calle, ocasionando accidentes por doquier y sin conciencia alguna, en el tránsito y en
diversos factores que afectan el bienestar del libre tránsito y la seguridad vial.
Podemos separar el problema vial en tres grandes categorías: la cultura del conductor
al manejar en la ciudad, la excesiva cantidad de automóviles y la falta de una adecuada
distribución e infraestructura en el país. Ambos radican en un desorden descomunal y
en el excesivo tiempo que toma llegar de un destino al otro.

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