desconcertado el poi,
Ah, est bien, te vay a pedir wn fovor: lémate una ambulancia ahorita
eyo me eae, forge e me pasé la mano com gy que ett exe
ert decastigns.. queria dar su deacon
Est bien, Joc arate Name? Bn na he ius.
Logue ro qi es qu span ue fi bane la mano 0.990
sabes qu yo me pongo mano cntgn Ta sabes: nome has vita Pas
la tej y legé al portin grande de sald, otro custodio abre, y
Ue dice:.N omar maflan.
Y¥ sale ala calle, Inmestatamente se va al estaconaiento
yy busca la siete, que era el niimero de camioneta del policia
tninistera,saca as Haves de la chamarr, la abrey, adeno,
nel sill, ve la pistola calibre 45 del Jet, Ia agarra, verifica
ave tga balas regresa al portn, toca y le grita al cumodio,
Abrens, lide lg. poica muy quitado de la pena le abre
¥ entonces, Joe, sin més ni mis, descarga la pistola en su
hhumanidad, AL terminar, e baja el ierre del pantaldn, se saca
‘pene y lo orina. Lego se drige hacia la camioneta, se sabe,
cearer en las holes dela chamarra, encuentra cigars, saca
uno, lo prende, enciende Iara, le sube al vlumen,arranca
1a camioneta marcada con el nimero siete, mete primera,
acelera y se va.
lass Eduardo, Viagues Gascén (53a
peneonce al grupo Las poctas del vinta,
te Herminio Martinez Ortega, cromina de
Celaya, Guanajuato. Ha publicado en AY ot
1 by In Ang de ose ria
seribe microcuentes a cinco leas, poemas,
refladone, evento, canciones
‘amuezal@hotmalcom
2
Mauricio Vega Vivas
Me preacupaba ms la tensibn de las euerdas y la consecuente
desafinacin de los instrumentos, que el calor inclemente que
encontrariamos en La Edonca, camino arriba de Paricuaro,
\deando Ios cerros; en los confines de Ja Sierra Madre
Occidental
A Mateos, en cambio, lo mortificaba mis el dato a las
cajas de resomancia, La madera, exageraba, podia rajarse en
‘cualquier momento por elefeero combinado de la temperatura.
y la humedad cuando tcedsemos, bajo el inclemente sol de
il, ka Pgueta Serenata Nocturna de Macart, el Danubio Azul de
Strauss.
‘Yo me empeciné en tmer también bajo el brazo a Chopin
‘ya Manuel M. Ponce, aunque, ciertamente; las versiones para
‘everdas no offeciesen a nuestro ignoto auditorio la sonoridad
del piano; timbres musicales inseparables del Nictumo ot
‘ni mayor, el Opus 9, de Frédéric, y, desde Inego, del famoso.
Intermezzo de Ponce.
Ala.ingent Oliva, por su part, le angustiaba més nuestra
seguridad, Nadie que conneiérames habsta aceptado de buena
ana semejante encomienda,
1
preparatives, en traernos ala memoria los ecos vatconcelistas
de las misiones culturales de los afios veintes del siglo pasado,
para persuadirnos de que la nuestra no era una empresa del
is, en cambio, siempre optimista, se ocupé ya, desde lestodo descabellada
Durante el viaje a Za Estancia, de hecho, mantavo atsba
4 inimo de tos cinco por un buen rato, narrindonos la
epopeya de su bisabuelo paterno llevando los textos cisicos