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papeles Coronavirus:

CRISTIANISME I JUSTÍCIA

una sola humanidad,


una común
vulnerabilidad
Suplemento del Cuaderno n. 218 de CJ - (n. 253) - Mayo 2020
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Hacia lo interior y hacia lo esencial La muerte, tan ajena a la experien­


cia cotidiana del autoproclamado primer
El coronavirus ha cogido a la humanidad mundo, ha vuelto a ser un acontecimien­
a contrapié. Las preocupaciones antes de to cercano; incluso ha entrado dentro de
la pandemia poco tenían que ver con una la conciencia de posibilidad para mucha
crisis epidemiológica de alcance mun­ gente: «¿Y si enfermo?, ¿cómo reaccio­
dial. Aunque su posibilidad teórica se nará mi cuerpo?».
conociese por advertencias científicas o De repente, el virus nos ha replegado
por representaciones cinematográfica, su hacia el interior, porque el menor contac­
carácter distópico y, en cierta manera, es­ to social (aun teniendo infinitos medios
catológico nos han hecho reaccionar con electrónicos) nos permite estar más con
demasiada lentitud. Es probable que la nosotros mismos y hacia lo esencial por­
prepotencia de Occidente le haya llevado que de golpe se ha desplomado el con­
a pensar: «Esto no nos puede suceder a sumismo. Nos hemos centrado en sobre­
nosotros; las grandes infecciones y pa­ vivir y hemos tomado conciencia de los
rasitosis (malaria, dengue, Chagas, Ébo­ elementos esenciales de nuestra vida: la
la…) acontecen en los países subdesarro­ salud, las relaciones, el amor, la comida
llados». Con la misma autosuficiencia fue diaria… Hemos descubierto que los an­
Goliat a luchar contra el pequeño David. tiguos ídolos que aplaudíamos y venerá­
El mundo entero, que pensaba que domi­ bamos en los conciertos o en los campos
naba el curso de la historia, ha sido venci­ de fútbol no pueden salvarnos. Ahora
do por un minúsculo virus, invisible, ante hemos encumbrado a los y las profesio­
el cual la nueva carrera armamentística se nales de la salud porque a ellos y a ellas
ha demostrado impotente. confiamos nuestras vidas.
Salvados «por los pelos» superado! No habrá un «final» hasta que
no se consiga una vacuna. ¡Cuán difícil
Globalmente, creo que podemos decir es cerrar la herida por la muerte de un
que nos hemos salvado como humanidad ser querido del que no nos hemos podido
«por los pelos». No en el sentido de ase­ despedir y al que no hemos podido llorar
gurar la continuación de la especie, sino en un funeral!
porque, a pesar de los titubeos iniciales Ahora bien, deberíamos encontrar
de algunos países, al final hemos decidi­ maneras para que en los meses venideros
do poner en el centro de nuestras preocu­ esa solidaridad que parece manifestarse al
paciones a las personas mayores y más enfrentarnos juntos a un problema común
vulnerables. Boris Johnson podía con­ no se desvanezca, pues no olvidemos que
siderar fríamente la muerte de 400.000 la enorme crisis económica (tanto nacio­
británicos como algo preferible a parar la nal como mundial) no va a afectarnos a
economía, pero la sociedad que hubiese todos por igual. Y nuestra sociedad solo
escogido esa opción no habría salido con será verdaderamente democrática y justa
vida… humana. Ninguna sociedad po­ si asumimos de forma conjunta –y pro­
dría levantar cabeza después de vivir el gresiva, según la capacidad económica
trauma de dejar morir a tanta gente. de cada uno– los enormes costes en salud
Aun así, el sufrimiento ha sido te­ generados durante estos meses, y si so­
rrible: el de los médicos por ver morir mos capaces de «rescatar» a aquellas per­
de cerca a tanta gente y por enfrentarse sonas que han perdido todos sus ingresos.
a la posibilidad de tener que priorizar a Con todo, para conseguirlo, es pre­
unos frente a otros en los momentos de ciso que los partidos políticos estén a la
colapso sanitario; el de las cuidadoras de altura: que busquen el bien común y no
ancianos, mayormente mujeres, que han la capitalización del descontento general
tenido que afrontar el problema en con­ que producirá la pérdida de poder adqui­
diciones de precariedad; el de los enfer­ sitivo. Quizás sería hora de que Europa
mos que han muerto en la soledad de los se tomase en serio la lucha contra esos
hospitales a pesar de la buena voluntad paraísos fiscales que existen incluso den­
de esos «extraños seres» que por su indu­ tro de la propia Unión Europea. En defi­
mentaria parecían venir de otro planeta; nitiva, es urgente que todos los partidos
el de los familiares que vivían la angustia políticos pacten una estrategia común de
a distancia; el de las personas mayores larga duración para superar la crisis; de lo
con su miedo vital a contagiarse y su­ contrario, serán responsables de su propio
cumbir; el de las trabajadoras de los ser­ descrédito ante la opinión pública, con el
vicios esenciales, con miedo a contagiar consiguiente riesgo para la democracia.
a sus seres queridos; el de gran parte de la
población, con la difícil gestión de la an­
siedad; y, finalmente, el gran sufrimiento Desplazamiento del eje del mundo
de tantos millones de personas que han hacia Oriente
perdido sus medios de subsistencia.
¡Cuán difícil va a ser superar estos No es seguro que la humanidad vaya a
sufrimientos pues no habrá un momento sacar todas las conclusiones que debiera
cercano en el que se diga que lo hemos de esta pandemia. De hecho, sabemos
que solemos ser muy olvidadizos y que petencia de ámbito planetario donde los
aquellos propósitos difíciles que se to­ sectores de ocio, cultura y educación van
man en las crisis a menudo se dejan de a quedar profundamente afectados.
lado cuando vuelve la bonanza.
Pero lo que sí vemos es un desplaza­
miento global hacia Oriente. Si Estados Compromisos ineludibles
Unidos cae en un agujero económico
cuando China ha podido contener la pan­ 1. Lo primero que tendremos que hacer
demia con relativa rapidez, podría co­ será restablecer la confianza entre no­
menzar el sorpasso de China como actor sotros. Ya veremos en qué medida,
principal mundial. Sumado esto al éxito después de que haya acabado com­
de la respuesta a la pandemia por parte de pletamente la pandemia, continuamos
Corea del Sur, Singapur o Vietnam, po­ viendo a los demás como potenciales
dría empezar a situarse el eje del mundo enemigos de nuestra salud. La des­
en esta zona geográfica. Paradójicamen­ confianza que obliga al distancia­
te, si al principio de la pandemia se ha­ miento social podría enquistarse en
blaba de un posible efecto Chernóbil en nuestra cultura.
China, ahora parece que esta sale reforza­ 2. Los países de la Unión Europea debe­
da. La menor protección de la privacidad rían ser capaces de ser solidarios con
de los individuos en estos países podría los países más afectados por la crisis si
tentar a ciertos sectores en Occidente. no quieren correr el riesgo de romper
Ante una competencia global, podría pe­ de manera irreversible la Unión. Cada
dirse aquí que se sacrificara la privacidad país tiene sus propios debates internos
y los derechos civiles para competir con sobre las ventajas e inconvenientes
esos países en eficacia y desarrollo. de pertenecer a la Unión Europea.
Para evitar caer en el dilema «segu­ Hay populismos rompedores en todos
ridad (y dinero) o libertad», deberíamos ellos, pero, después de la humillación
observar los ejemplos exitosos de países sufrida por diversos países del sur para
como Alemania o Portugal, que ni han poder recibir la ayuda de los socios en
aglutinado el poder en una sola persona la última crisis, repetir esa misma po­
ni han sacrificado la privacidad de los lítica podría ser fatal, máxime cuando
individuos. China, sin embargo, se ha nadie es responsable de la expansión
manifestado como un socio no fiable al de la pandemia y cuando los recortes
ser muy poco creíbles sus datos sobre el en sanidad se hicieron para hacernos
número de contagios y de muertes. Es «merecedores» de aquella ayuda.
decir, la opacidad de su sistema genera 3. Occidente no debería olvidar su com­
grandes suspicacias, por lo que parece promiso de justicia con los países del
muy probable que Occidente se replantee sur global. La crisis económica mun­
una cierta «repatriación» de la produc­ dial va a crear emergencias humani­
ción, al menos en productos estratégicos. tarias de incalculable calibre. España
Así, paradójicamente, el replanteamiento e Italia tendrán que recibir un rescate
de la globalización en la producción va a económico, probablemente con for­
ir acompañado de una mayor comunica­ mas más dignas y no tan hirientes
ción digital, y se iniciará aquí una com­ como las de la crisis anterior, pero
¿quién va a ayudar a los países lati­ sin antes evaluar ella misma cuánto
noamericanos y africanos? le importan los ancianos. Después
4. Es urgente elaborar una narrativa glo­ de todo, es la sociedad la que «exter­
bal sobre las causas de lo sucedido: naliza» el cuidado de sus mayores.
a) Es preciso poner de manifiesto Muchas personas dedicadas a este
las causas ecológicas: el ser huma­ cuidado sirven con heroica paciencia
no, al ir ganando terreno a la natu­ a aquellos que nosotros somos inca­
raleza, va entrando cada vez más en paces –¡o no queremos!– cuidar. Ellas
contacto con animales portadores de han estado también en primera línea
nuevos virus para los que no tenemos de riesgo de contagio, puesto que la
protección. Esto es notorio no solo atención a los cuerpos desgastados
en Extremo Oriente, sino también en por el tiempo requiere una cercanía y
el polo Norte con el deshielo o en el un contacto constantes.
Amazonas, cuya deforestación nos va
a exponer a una infinitud de nuevos
virus y bacterias. Conclusión
b) Debemos replantearnos el mo­
delo de globalización y de consumo: Una especie como la humana, que ocupa
no solo consumimos de una manera todo el planeta, lo explota hasta el límite
no universalizable, sino que debemos y está tan interrelacionada, es vulnerable
consumir más localmente. No solo a las pandemias, pero, frente al corona­
consumimos demasiado, sino que virus, hay una esperanza: que nos sinta­
consumimos productos que vienen de mos todos una sola humanidad desde la
demasiado lejos. Estos son aparente­ experiencia de la vulnerabilidad común.
mente mucho más baratos porque ni Todo mal puede, cristianamente, con­
pagamos de manera justa en origen tener una bienaventuranza: el hecho de
ni repercutimos los gastos ecológicos que esta pandemia no solo haya afecta­
del transporte. do a los países del sur nos ha obligado a
c) Hay que elaborar protocolos de movilizarnos con urgencia ante un pro­
actuación para otras posibles pande­ blema que afecta a todos los países, razas
mias y catástrofes. Y, sobre todo, po­ y religiones. Muchas veces, para que al­
tenciar una sanidad pública de calidad guien tenga más, otro debe tener menos;
y la investigación en cuestiones clave. para ser el primero, alguien debe ser el
d) Es urgente evaluar nuestro sis­ segundo. Pero ante un virus planetario
tema de atención a los más mayores: solo podemos ganar si le ganamos todos.
el número de muertos en las residen­ Aun habiendo afectado de maneras muy
cias de ancianos es tan elevado en Es­ distintas, es el primer mal que vivimos
paña que es preciso preguntarse por de manera universal. No son muchas las
la calidad del servicio y asegurarse oportunidades que tiene el ser humano de
de que las reducciones de costes no afrontar un reto común en el que solo nos
son para el beneficio de ciertos fondos salvamos si nos salvamos todos.
de inversión que han mercantilizado
la ancianidad. De todas formas, sería Jaume Flaquer
hipócrita que la sociedad los culpase Cristianisme i Justícia

Imprime: Ediciones Rondas SL - ISSN: 1135-7584 - DL: B-45397-95

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