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material recuperado de maestros y colegios waldorf INSTITUCION WALDORF PARA LA ADAPTACION EN MEXICO DE NUEVAS TECNICAS DE ENSERANZA (asociaciow civ, ex roRMACION) BOLETIN DE BMeETODOLOGIA para los presentes y futuros maestros Waldorf. Noe 2 Cetubre de 1970 INDICE Dr. Rudolf Steiner: Lo que singulariza la Escuela Weldor?. Dr. Walter Mihler: Retardacién y Aceleracién Dre. Hildegard Gerbert: La importancia de la "imagen" en la antropologia de udolf Steiner Dr. Rudolf Steiner: Iu agolescencia (Conferencia de? 16 ae junio de 1921) digtalizado por el profanador de de textos material recuperado de maestros y colegios waldorf Muchos de los maestros que intentaban implementar la pedagogla Waldorf en lengua castellana alla por los atios setenta esperaban mensualmente como una ayuda inigualable la llegada del ‘Boletin de Metodologia para los presentes y futuros maestros Waldorf,’ obra de Juan Berlin Johannes Berlin Neubart). Los maestros mds jévenes y los nuevos estudiantes eneralmente han ‘escuchado hablar’ del Boletin. veces han podido acceder a forocopias de forocopias de forocopias, muy deterioradas y a veces incompletas. Como tributo y agradecimiento a Juan Berlin por su tarea, tenemos el agrado de aportar esta version digitalizada, para que cada ‘maestro y futuro maestro” tenga acceso a toda la informacién de una manera ficil de ubicar y en versién (casi) original aclaracién: los los colegios ylo colegios Waldorf que aportaron el material no tienen ninguna relacion con el profanador de textos. corveceipaiesy colaboraciones: por favor, enviarlas a elprofanadordetextos@yahoo.com el profanador de textos Pea (sen ui de tr pe es ae igi kat bidet xe — a i is. lee, posta ge moses san i pe Meg epaed Vx, Seow eae eens a 69a oro lash petty pla 0 ele el ply exc a siding se mee iors foie Feeds ee eta: despa en lo ce. a coms ial srl ees Seren, Seer ak aie ees Malet eons: [ironic pose i och a Skoracregeny rei moiri eb ae ee see siecamematienet cA Los libros yconferencias de Rudolf Steiner se catalagan segun el’ ‘Gesamtausgate' 'Edictn Completa) En todas las cits se ha intentado referr al nlmero de GA para evitarconfuiones las diferencia en las traduciones de ls tule. Se trade lttulo a castellano pata referencia, pero no significa que ebro est traduldo, La cita‘TGAnnn:ccpo significa ‘para pp’ dela ‘conferenca del GA’nnn? am Los Boetines de Metodologa para sens utos aes Wada feron publicados por Juan Bertin desde ico Los articulos son identificados con el mera de boletin yuna letra segin el den de aparicisn en el mismo. La cia "TBMO24q| significa ‘el tecerarticulo (leva o)' del ‘boletin 247 En el caso de suplementos, se usa directamente [ales fom01 1) parrafos Para falar ls referencias ruzadas, los parrafos son identiicados con un niémero_ (2) oun niémero y una letra (23 a inicio del mismo. En todos los casos, ndmero indica el rndmero de ptratocorresponiente a la eicidn alemana. La letra representa una subdvision de sho pai en caso que aude ala mejor dentifcacin de los temas. digitalizado por el profanador de de textos material recuperado de maestros y colegios waldorf Dr. Rudolf Steiner LO QUE SINGULARIZA LA ESCUELA WALDORF fragmento de wna Conferencia pro- punciada en Dornach el 10 de julio de 1920. ++ Hemos fundado la Escuela Waldorf de Stuttgart. Poco a poco van llegando las gentes y quieren observar las clases de la Escuela. As{ es como lo hacen los hombres de los tiempos modernos: cuando les interesa lo uno 0 lo otro, van ahf, lo miran, y luego lo “conocen" lo suficiente para que, dado el caso, se sientan capaces de organizar algo sini- Jer. Asi es como'se ha vuelto la vida. Pero en la Escuela Waldorf, esto no es lo importante; lo que importa es que, an- te todo, uno llegue a participar en la vida intima que es el alma de la diddctica y pedagogia de la #scuela. Lo que inpor- ta es que se capte efectivarente la relacién entre el honvre y el uundo de nanera completamente nueva. Ya saben ustedes que los hombres son munificos eu lo que se refiere al mundo de sus ideas; a nadie le gusta conservarlas para si mismo; prefiere que todos yarticipen de ellas, es decin quiere compartirlas con los demés. £n lo tocante a otros bienes, distintos a las ideas que reparte a todo el mindo, el hombre ya no es tan munifico; prefiere retenerlos para s{- kn esto consiste la diferencia entre el mundo espiritual, por un lado, y el mundo econémico, por el otro, diferencia en verdad radical, si uno quiere verl En el fondo, cuando alquien siente la tendencia de hacerse naes~ tro segin el sistema tradicional, lo tinico que pretende es transmitir a los dem4s sus ideas, cosa f4cil de lograr, por- que los niflos aceptan los regalos de mejor modo que los adultos siempre prestos a critica y resistencia. Desde luego que estas misuas tendencias han de tenerse en cuenta también en la iscuele Waldorf y en sus naestros. Pe- ro shi nos encontrancs ademds, con un elemento nuevo que s61o puede nacer del espfiritu de la ciencia espiritual de orienta- cién antroposéfica- ,Cudl es? Io nuevo es que, en adicién a To que desde siempre ha existido en las concepciones tradicio- nales, esto es, lo post-mortem, viene a agregarse el célido in- terés por lo prenatal: en el nifio que va desenvolviéndose, se va revelando paulatinamente lo que desciende de los mundos e3- pirituales. Tengamos presente que nosotros hemés descendido de esos mundos a determinado tiempos los dioses nos han manda- do acd, y evamos a cabo lo que ellos nos confiaron. Nuestros nifios han deacendido después; se quedaron alld por nds tiempo. As{, nosotros podenos contexplar aquello que resplandece en el alma infantil: es su mensaje. La certera intuicién de que, procedente del mundo espiritual, algo desciende a nuestro presente, algo que, existente en el’nifio,ha de descifrar el digitalizado por el profanador de de textos material recuperado de maestros y colegios waldorf raestr 1s intuiciém de que varos a agrerar un recibir 4 nuestro innate deseo de resalar3 esta intvicién s6lo pueie nacer 1s ciencia espiritual auténtica, ouanuo, en-vivie te sentimiento, la idea de la preexistencia‘llega 4 comple- nentar 14 de 1a postexistenc Este nusvo elenento, incorporado en la pedago a: d4ctica de la Escuela Waldorf, es lo que importa; y este sig nifioa que, en el fondo, 5610 puede coxprender la dscue? ‘aldorf quien haya acogido la ciencia espiritual antroposéfica en su propio corazén, en su_propia alma. %6lo después terir4 vn sentido el que observe clases; de lo contrario, lo finico de 1c que podrd darse cuenta durante las horas que dure su Visita, es de lo que se escriba en el pizarrén, de lo que se hable a los nifios, etc... APRROLLO PULAKC. Retaraacién 5 la mayorfa de ios problesas que erfocan la sociolo. le pedagogia y la medicina actuales, adoleces ue una 3 ficiente del hombre, ya que las ciencias naturales has va no han podido porer de relieve la verdadera diferencia en- tre 41 y el animal, algo solamente rosible cuando 1a ciencia acplie adecuadamente sis rétodos de investigacién. £1 erguido, la facultad del habla y 21 udxiro peso del encéfalo en relacién con el peso del resto del cuerpo, no con m45 que {ntomas que acusan la presencia de aquello que eleva al honbre, vehfculo de un yo, a individualidad. Sin embargo, ese elemen- +0 espiritual no és exteriornente tangible, ni, menor todavia, nedible o pesable. kn el futuro, mucho depenue ue que se in- vestigue, mAs y mds concretanente, el espfritu hurano como prin- cipie agente, y de que se su proyeecién y accién dentro la corporeidad hasta en los tltinos procesos Tisicléicos lo entonces serd cuando también las cif obre 1s pogénesis y la zoogénesia se pre ida lus. erwin Echrédirger, premio Nobel de n lturo "jué vs Ja Vide?" nos Ilana la stencién sovre el’nisterio de la perso- nalidad husana. (N. del %.)- Esta investigacién podré esclarecer tanviér, un euicr para el cuzl la antropologta contempordnes touayia no ofrece ezplicacién: la extrema lei.titua de lex evolucién ud one. £)] necho 23 que el organisno huzano, en coruiciones 161 requiere mis de veinte afios para aleanzer ou plena nadures, eonstituye ur fenéreno cingular frente a 1 4 3 er tie Se digitalizado por el profanador de de textos material recuperado de maestros y colegios waldorf feros, y ha de arvojdrsenm peso de recién nue. tar vino, después de 47 fae, 2 siquiera los cimion rds piSainon bre pueden per el lujo de intereslar, entre la aparicién ve lou dient leche y la denticién definitiva, o entre la secunda denticién y 19 pubertad, wna paucn de varios aflon, deupnés de Los pasarian otros antes del total crecimiento. Con mir fenémeno, asi como a ciertes otros, por ejemplo la falta de un pelaje regular como el que tignen los a el anato~ mista holandés Polk sospechd que ls "cavea de la antrop due una anomelia en el furcioram ecrina. tn rualivad, cin embarzo, No necative es el ar did decisive del que se vale la heturslega para levantar al hombre a ur reine natural qne ne sus propios perfiles incon- fundibles sobre e1 psiquiswo aninal, uci realizar un enno- blecimiento, lec{tino s la vez qne Supreme del proceso creador. £1 profunce sighificale de la lentitnd gue podriaxos llamar “petardaci6n", vinculada eon eran variedad de otros fenémenos que significun contencién, talen coro la regresién en 1s forra~ cién de cuernos, pe zi males perlesiadas en su 3 el ho te akguna :l4ndnia end col y Golsillos de las Pormay a Jigererciseién, es la prolongacién te la juventuéd avtocreatorn *e] horbre en lacién con el animal. 1 concoritanze “mantenerse abierto" y “conservar la plustici- dad" permite la entrada de un yo como wiembro constitutive wut6- nomo en el organismo mamifero. 21 enigndtice "tomarse 31 tiem- ¢ipo" del hombre, que implica dvsvertaja corporal para 1. orga- nizacién infantil en conperacién con 2] animal, y la deja de- samparada, por wr tiempo desproporejonagamente larvo, en la lucha por la existenciu", ef una expresién go la lenta y pro- gresiva interiorizacyén de,]s ontelequia en el 5 whtrate Dio- Tggice ofrecido por 1s corriente heredivaria de los padres. “La penetracién del yo supone que la organizacién se mantiene abierta atin después de 1a prinera infancias pues s6lo asi pue- dala figura humana convertirse patlatinanente en trasunto de Td‘individualidad” (véase Poppelhuum: Norbre y Animal}. Kos encontramos aqui ante vn Lenémeno fundamental, je~ rArquicament? superior 2 todos los preceses fisicos y psiquices de la evolucifn, Sonbmenc que non calidad del aciervo de to Hidas vigor excesiva. lenos de Je pertarlas, sf, pero procurand: que descansensieupre en 10 bue- r0, 10 bello, "10 religioso. ‘Hay que impedir que, en los afigs ingratos, la muchacha vaelyavsnperficial yosucunta atin feluo preciosisie, af digitalizado por el profanador de de textos material recuperado de maestros y colegios waldorf SS como que el muchacho se convierta en mohito petulente. La amenaza existe en dos direcciones, por lo que es preciso, a lo largo de toda la educacién primaria, que nos empefiemos en proveer a la nifia de mohos estimlos para que se incline ha- Cia el bien, lo religioso le cause cierta impresién estética, y al muchacho estimular su sentimiento de divinizacién, simpli mente diciéndole "Mira, si haces esto, se robustecen tus mis- culos, y liegarés,a ser un varén competente” etc. etc. Tas peculiares cualidades que sfloran en la adolescen- cia tienen, efectivamente, una muy delicada raigambre en la naturaleza humana. Ya dije que, en la muchacha, el yo estd Siendo absorbido por el cuerpo astral, afirmacién quizé un po- co radical y extrema, pero que ayuda a que nos entendamos. Es— te proceso de absorcién encierra un elemento an{mico-espiri- tual comparable con el rubor fisico: toda 1a evolucién de la adolescente, la mencionada penetracién del yo en el cuerpo as- tral, es,en realidad, una ruborizacién animico-espiritual. En 1 michacho, la situacién es distinta: su yo es més apdtico, pero no absorbidos situacién que equivale, pues,a un palidecer animico-espiritual que en todos los casos existe. No nos de- jemos engafiar por la apariencia fisica: cuando la jovencita ge pone clorética, asistimos a un rubor al nivel animico-espi- ritual; cuando el ’mchacho se porta particularmente majadero y, por eso, se excita y sonroja, su comportamiento no se halla en contradiccién con su palidez animico-espiritual- Si nosotros, educadores y maestros en presencia de los muchachos y muchachas, asumimos la actitud de dejar incélume aquel intimo y latente sentimientocon tal delicadeza que no al- canza la menor exteriorizacién, nuestra actitud no deja de pro- ducir sus efectos. No hacen falta palabras: se pone en evi-~ dencia el ascendente inefable de un hombre sobre otro si no- sotros en presencia de un grupo de jévenes de esa edad, mante— nemos Ja certeza coneciente de que existe en ellos algo que quieren mantener a resguardo como flor todavia en capullo- £1 mero sostener esta conviccién ya es de inmenso efecto pedags- Bico- Ahora bien, es fascinante darse cuenta de que todas aquellas manifestaciones externas propias de ese perfodo son, en el fondo, y a pesar de todo, sentimiento ergiienza si Dien modificado casi hasta su extremo opuesto- La muchacha que, a causa de dicho sentimiento se ruboriza animico-espiri- tualmente, se presenta agresiva, se exhibe en forma un poco des- carada. Es una peculiaridad de la naturaleza humne que el hombre, exteriormente, realice 10 contrario de lo que se halle predispuesto en su interior. El porte arrojado y gallardo, la ostentacién, el "no dejarse", la insistencia en que se haga jus ticia... [Quien alguna vez ha trabajado de educador en un inter- nado para sefioritas, sabe cémo ellas reaccionan: eso no lo to- leramos... pedimos trato justo... ya saldaremoscuentas con 61.... eso no m4s faltaba....] t joes, en el fondo, digitalizado por el profanador de de textos material recuperado de maestros y colegios waldorf Bis tan s6lo el reverso de aquella especie de sentimiento de pu- dor que late, del todo inconsciente, en lo hondo de su alma. &Y en el muchacho? ;Qué es esa groserfa en la primera fase de la pubertad, esa impertinencis en la segunda, mani- festada con tanta fuerga? No querer revelar al mundo exterior lo que uno es; y, no obstante, se busca el enlace con este mundo. De ahf que uno se porta lo m4s desmafiado posible, se repantiga por dogiiera, se oculta lo que se es, para mostrar otra apariencia. Esto es un detalle que hay que tener muy en cuenta: el adolescente, por sus peculiaridades, no es como pa~ rece; practica la imitacién, si bien todo superficial. En tanto que el nifio de los primeros siete afios es un imitador natural, el adolescente imita ora a uno, ora a otro; seleccio~ na, para imitarlos, sobre todo aquellos rasgos que é1 puede observar los demés que llamen la atencién: camina como si 61 fuera la otra persons; formula lo que dice como si fuera otros es rudo imitando la rudeza ajena; se empefia en el porte dietinguido como otra persona. £n todo trata de buscar el contacto con el mundo, esa biisqueda que caracteriza los afios ingratos. En el fondo, esa apariencia tan distinta de lo que ge es en realidad, se debe a una especie de cohibicién, una intima pena de revelar al mundo la propia esencia, a un retrai- miento al propio interior. El peor desastre es cuando el educador carece de humor frente a todas jas mani ‘taciones de la “edad del pavo"; el adolescente necesita de ese humor que consiste en qu cador, por una parte, no pase por alto la situacién la otra, dé a entender que no 1a tom demasiado en serio. El educador ha de autodominarse para desarrollar los dos carices de su conducta. Si pierde los estribos por el comportamiento del mozalbete, ya est& hundido, como lo esté asimismo aquel que, ante alumos alborotados, empieza a gritar: "si no guar- dan inmediatamente silencio, ies estrellaré el tintero por la cabeza". Porque asi, los nifios le pierden todo respeto. Cuando 1a muchacha exhibe su otro cariz, es necesario hacer caso, con cierta gracia delicada, incluso’a sus peque- fias malcriadeces coquetas, pero luego, figuradamente hablando, volverle la espalda. Repito: registrar la situacién con deli- cada gracia, pero de ninguna manera dar a entender que ella sea motivo de nuestro cuidado. Dejamos que la muchacha, particu- larmente la pizpireta, se desfogue, pero luego la dejamos sole con ese desfogue. Al muchacho, como dije, se presta mayor atencién a su torpeza atolondrada, pero dando a entender que no se le toma del todo en serio, sino que uno se rie un poquito - pero con delicadeza, para que el muchacho no se enfade mayormente. Hemos de desarrollar cierto tino intuitivo de cémo tra- tar a los nifios en esa edad, pues cada uno de ellos es distintos digitalizado por el profanador de de textos material recuperado de maestros y colegios waldorf S19) Los sintomas que salen a luz corresponden, todos ellos, a un sentimiento metamorfoseado de vergiienza que impregna al hombre entero. Y nosotros preparamos al adolescente correctamente para su entrada en la edad adulta, si tenemos en cuenta que du- rante la adolescencia lo subjetivo en conjuncién con el cuerpo astral empieza a seguir su propio desarrollo auténomo. Asi como el cuerpo humano para que no venga zangoloteando, nece- site un sistema seo sano, del mismo modo el cuerpo astral con e1 yo cobijado en 61, tiene necesidad de ideales para su co- rrecto desarrollo a esa edad. Esta afirmacién requiere que se la tome con la mayor ser: ideales, esto es, conceptos que posean virtud voliti’ he ahi lo que he- mos de inserter en el cuerpo astral cual andamio de sostén Se notard fdécilmente que el ado: te, particular- mente el varon, desarrolla la recia necesidad en sentido del célebre: "Cada' cual tiene que elegir a su héroe, en pos del cual se esfuerza en abrirse paso al Olimpo". Y resulta de particular eficacia presentarle al muchacho el ideal en toda su pureza, algin personaje imaginativo, o bien alguna figura mitica cuyos rasgos o elementos se elaboren junto con 61. Una exoureién o un dia de campo, puede aprovecharse para sostener conversaciones individudles de conformidad con 1a peculiar configuracién de cada uno. Les decimos:"{Cémo te imagines ha- cer esto o hacer aquello?" Apuntamos al futuro, e introduci- mos el concepto de finalidad y meta en la vida. En cierto mo- ao, los pensamientos de este tipo sirven de sostén al cuerpo astral, y esta estabilizacién le es muy benéfica. Algo andélogo se necesita también para la muchacha. Si aplicamos los principios sefialados,acentaremos en su educacién, recordando que ellas tienden més bien hacia lo césmico, y los muchachos hacia lo terrenal. Por dicha tendencia césmica, re- sulta que la tarea de orientar a la muchacha hacia el ideal, consiste en que en nuestros relatos de héroes, destaquemos sus hazafias, las acciones y acontecimientos, es decir, los hechos reales de la vida. Al muchacho le interesa més bien la fi- gure humana integrada, la estampa caracterolégica del héroe. Esto es lo que importa, y en este sentido hemos de diferenciar, efectivamente, entre varones y sefioritas. En otro aspecto, no hemos de olvidar que al entrar en la adolescencia hay que dar el paso a la captacién externa de la vida, y esto es de particular importancia para nosotros, ya que dentro de pocos meses, nos tocaré organizar el décimo afio escolar (Nota del traductor: iltimo afio de la ensefianza media © secundaria, segin el sistema alemin). También nuestra en- sefianza habr& que incorporar los elementos que permitan esta- blecer el mencionado enlace entre lo subjetivo y lo objetivo. Y esto no lo lograriamos en manera alguna si nos limitaramos a incluir en nuestro programa tan s6lo le que prescriben los programas para la Secundaria de orientacién humanista o técnico- digitalizado por el profanador de de textos material recuperado de maestros y colegios waldorf oe cientifica, resultados ambos de 1a concepcién intelectualista del mundo. He de insistir en que no conviene que sigamos cultivan- do la formacién orientada hacia lo meramente formalista que se imparte en los Gymnasium (Bachillerato humanista), enriquecida, @ veces, con algunas nociones de las ciencias exactas, ni tam- poco lade los planteles de orientacién técnico-cientifica que también spela en form unilateral a 1a cognicién cerebral. Perpetuar estas tendencias en los programas de nuestra Escuela, seria pecar contra el progreso de la civilizacién. Precisa- mente en el décimo afic conviene que incluyamos en nuestro plan de estudios lo que ayude al mchacho a captar lo préctico, es decir, a relacionarse con el mundo circundante. Por esta ra- zén, en lo que toca al programa de ese afio, procederemos como para hacer justicia a les necesidades de la convivencia » Seguiremos teniendo alumnos de ambos sexos; pero dife- ‘aremos sus actividades sin separarlos: que los muchachos vean 1o que hacen las muchachas, aunque no participen en sus actividades; que les muchachas, a su vez, tengan oportunidad de observar e1 trabajo de sus compafieros} entre ambos ha de existir una atmésfera de comunicacién social. Pero hemos de ineluir en nuestro programa asimiemo las ocupaciones que sir- van para liberar el pensamiento de su atadura al cerebro, es decir, involucrar le agilidad manual, aun cuando se trate de conceptos indoctrinados y teéricos:'que sea una "teorfa de la prdéctica"! De ahi que lo deseable en esa edad es que estudie— mos con los muchachos algunos capitulos de la mecénica. No solamente 1s mecdnica teérica que se estudia en las clases de fisica, sino la pr&ctica que desemboca en la construccién de miquinas. Incluiremos pues, en nuestro programa "Nociones a6 mecdnica industrial", y eso dard muy buen resultado. Para satisfacer las necesidades de la jovencita, le im Partiremos conceptos y destrezas precisas del hilado y tejido: tendrd que estudiar ambas actividades; saber cémo se producen uno y otro; y saber que una tela es producto de un proceso me- cdénico. Hemos de introducirla a que comprenda asimismo la fa- bricacién industrial. He ah{ lo que corresponde a su edad. El adolescente, a su vez, deberd recibir una primera orientacién sobre la geodesia y ¢1 dibujo topogr4fico; adquirir 1a capacidad de trazar el mapa de un pastizal o de un bosque de fronda, por ejemplo. Ie jovencita recibiré una introduccién al cuidado de is salud, primeros auxilios, prdéctica de curaciones y vendajes. Ambos sexos participardén en ambas clases. la introduccién al hilado, tejido, estudio de la salud, se destina primeramente, para las muchachas; los muchachos tendrian también estas acti- vidades, pero mis tarde. las michachas, por su parte, deberén observar cémo los muchachos mane jan ¢1 teodolito. Aqui donde digitalizado por el profanador de de textos material recuperado de maestros y colegios waldorf S8be tenemos ubicada la Escuela, ser4 perfectamente posible deter- minar diferencias de niveles y trazar un pequeflo plano con la sitvacién exacta de las diversas instalaciones. En sintesis, hemos de suscitar en los jévenes todo aquello que contribuya @ gu mejor comprensién de los procesos més importantes para el correcto funcionamiento de la convivencia social. Sin to- do eso, el hombre vive, propiamente, en un ambiente que le es desconocido- 2. Esta es, en verdad, la caracteristica, la ignominiosa caracteristica de nuestro tiempo: el hombre vive en un medio del todo desconocido. Salgan ustedes a la calle y miren a la gente que espera el tranvi: geudntas personas saben cémo el tranvia se pone en movimiento, y cémo actfan las fuerzas para que el tranvia se ponga en marcha? Esta ignorancia ejerce un poderoso efecto sobre la constitucién humana, sobre su espfri- tu, alma y cuerpo. Hay gran diferencia entre andar por la vi- da con o sin conocimiento siquiera de las nociones basicas del mundo técnico en que vivimos. Al nivel psiquico-espiritual, el uso de los medios de transporte, o de otros servicios mecé— nicos, sin conocimiento de sus elementos bdsicos, equivale a estar ciegos. Asi como.el ciego anda por el mundo ignorando los efectos luminosos, del mismo modo la gente de hoy anda cie- gamente por el mundo de la civilizacién moderna: no ve, y esto @s porque no se le ha ofrecido la posibilidad de entender el funcionamiento de las cosas. Aqui existe un defecto psiquico- espiritual: e1 que la gente dizque civilizada sea ciega en re- lacién con lo que la circunda. Otro aspecto todavia: aunque hay quienes aprenden la geodesia y el manejo del teodolito por ejemplo, profesional- mente, no antes de los 19 6 20 afios, no existe hoy oportunidad alguna de informrse, en forma elemental, sobre estas disci- plinas: pasan desconocidas. Sin embargo, es muy distinto para toda la vida posterior el que estos conocimientos se hayan ad- quirido en vez de a la edad de 15 afios, a la edad del adulto de 19 6 20. £m el iiltimo caso, inecorporan a la mente como cosa extrafia; en cambio, a la edad de 15 afios, estas habilide- des se confunden con la mente humana hasta convertirse en pro- piedad realmente personal, no solamente propiedad profesional. Otro tanto puede decirse de las nociones de mecénica y de los temas de educacién femenina previamente mencionados. Es indispensable que introduzcamos en el nifio sensa~ clones y contenidos animicos que luego sigan viviendo como vi- ven las extremidades. Kecoriemos que, también en lo orgdnico, el hombre no recibe, a los tres afids, dos brazos que luego se~ guird4n inmutables, sino que seguirdn creciendo. Asi también, hemos de inculcar conceptos y sensaciones susceptibles de cre~ cimiento posterior. La educacién de hoy se esfuerza afanosa- mente en ensefiarles a los nifios algo:quésnO Vivayssino que siga digitalizado por el profanador de de textos material recuperado de maestros y colegios waldorf 2225 subsistiendo en 61 retequeigualito hasta las iltimas etapas la ancianidad. las cosas han de integrar nuestra propia vida, lo que sélo es posible si se ensefian en la correcta edad. Y @s de inmenso significado que aquel que se introduzca en algu- Ba rama del saber por necesidad profesional, no lo aprenda ten ayunas" sino "por segunda vez": fincar sobre algo que ya se sabe, es de gran significado. Siempre me ha gustado que mi antiguo maestro Hyrtl, profesor de anatomfa descriptiva y topogr4fica, haya insisti- do en que studiantes hubieran leido previamente en sus Livros, my buenos por cierto, los capitutos ecbre fos que 61 iba a disertar: le import6 no afirmar nada que sus oyentes no hubieran le{do antes. Y Hyrtl lo presenté con tanta amabili- dad que hasta los novatos més renuentes le hicieron caso y cumplieron con el requisito de la lectura previa. Lista de obras preparadas especialmente para los colaboradores de la INSTITUCTON WALDORF: Poppelbaum, Hombre y animal Bihler, El’ cuerpo, instrumento del alma Asppli, Mis expertencias précticas en 1a Escuela Woldogt Gabert, EL epertte en la autoeducacién y en la educacién Walsh, Diceién art{stica del nizio Mederh¥user, Dibujo de Formas Grahl, La sabidurfa de los cuentos de hagas Solf, Diddctica de la lengua materna en la escuela primaria Baravalle, La primera ensefianza de le aritmética Slegloch, ‘tevo enfoque dela botdnica Steiner, Metodologfa y Did>ica Steiner, 13 Coloquios pedagégicos Aspectos selectos de ha @ducacién Waldorf (con colaboraciones de Becker-Camhe, ‘Kdmunds, Gabert, Hacbler, Kinig, Moyer, Rudolph, Schwawgeh, Steiner, Thomas O'Neil, von Narthurg) Tnéice tentative para el nfm. 2 de este Bolet{n: Steiner: La entrada al roino de los nifmeros teiner: La triple rolacién ontre alms y ou: rohmann: Los musgos oltzaptel: La legastenia (dislexia) nz Dos cuontos del libro "La cajit: do oro" digitalizado por el profanador de de textos

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