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CONTRADICCióN Y SOBREDETERMINACióN 79
CONTRADICCióN y SOBREDETERMINACióN
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una cadena sin eslabón débil, las condiciones subjetivas, el medio
• •' la "leccton
.12
. , general"
~
de la revolución
. de 1905, que de asalto decisivo contra ese eslabón débil de la cadena imperialista.
y organzzact?n, 1 1 . es de clase las cristalizó, como ocurre
hizo más eVIdentes ¡s re ~c~n de crisis g;ave y permitió también el ¿Marx y Engels habían dicho otra cosa al declarar que la historia
generalmente en to 0 peno 0 f ma de ~rganización política de progresa por su lado más malo? 18 Debemos entender por ello el lado
" descub nmwn
· · to". de una. nueva teor no es lo menos smgular,
. la " tre- menos bueno para los que la dominan. Entendamos también, sin
las masas: los sovzetsY Fmal~en. 'fo de las naciones imperialistas forzar las palabras, el lado menos bueno para aquellos que ... espe-
gua" inesperada Ju~ el ago a~~~~rse paso" en la historia, el apoyo ran la historia desde el otro lado, los social-demócratas alemanes de
ofreció a l~s bolc e~ques para ur uesía franco-inglesa, que queriendo fines del siglo XIX, por ejemplo, que creían ser' llevados, en corto
involuntano pero eficaz t~ la b gel momento decisivo, el juego a la plazo, al triunfo socialista por pertenecer al Estado capitalista más
desembarazarse del zar, IZf,ben hasta en las circunstancias de poderoso, en plena expansión económica, y encontrándose ellos mis-
revolución. • En. ,poca~ .fa ~ ;asd YRusia frente a la posible revolu-
14
mos en plena expansión electoral (existen ciertas coincidencias ... ) .
.detalle, la sltuacwn pnvi ~m . ~ e exasperación tales de las contra- Creían, evidentemente, que la Historia avanza por el otro lado, el
ción se debe a una acum ~cton Y.d0 · ·nteli 'bles en todo otro país "bueno", aquel del más grande desarrollo económico, de la más
dicciones históricas, que hubier~ s~ ;~~ vezg; en retardo de por lo grande expansión, de la contradicción reducida a su nufs pura purifi-
que no hubiera estado, ~~mo usila, d · 'perialista y al mismo cación (la del Capital y el Trabajo). Olvidaban que todo ello ocurría
menos un siglo en relacton con e mun o tm ' en una Alemania armada de un poderoso aparato de Estado y que
tiempo, a su catez;: Lenin en numerosos textos/s los que Stalin contaban con trua burguesía que, desde hacía mucho tiempo, se había
Todo esto o Ice t' 1 ente claros en sus conferen- tragado "su" revolución política a cambio de la protección policiaca,
'd t' ·nos par ICU arm ' . burocrática y militar de Bismarck y luego de Guillermo, a cambio
ha resumi o en ermi 16 L d . ldad del desarrollo del capita-
cias de abril de 1924. d la esiguad 1914 en la Revolución rusa de los beneficios gigantescos de la explotación capitalista y colonia-
. . través e a guerra e ' . . 1 lista, rodeada de una pequeña burguesía chauvinista y reaccionaria.
hsmo termma, a . ,odo revolucionano abierto a a
debido a que Rusia ,era, ~n ~~~1.f~~ la cadena de Estados imperia- Olvidaban que esta purificación tan simple de la contradicción era
humanidad, el eslabon ~as e fdad de contradicciones histó- simplemente abstracta: la contradicción real se confunde de tal modo
Zistas; porque acun;ulaba a m:~~~ c:f ~ismo tiempo, la nación nufs con estas "circunstancias" que no es discernible, identificable ni
ricas entonces posible; podrqu t' d'cci'ón gigantesca que sus clases manuable sino a través de ellas y en ellas.
l nufs avanza a, con ra I 1
atrasa da Y a , . tam oco resolver. En otras pa a- Intentemos captar lo esencial de esta experiencia práctica y la
dominant.es no podmn ~ludir r~~~~do fr~nte a la revolución burguesa reflexión que inspira a Lenin. Pero digamos, en un principio, que
bras, Rusm se encontra a er . , proletaria· gestando, por lo tanto, esta experiencia no fue la única en aclarar a Lenin. Antes de 1917
y a la vísp~ra de .una revo ucw~ster ando ~na, de contener la ~~· existió 1905; antes de 1905, las grandes decepciones históricas de
dos revolucwnes~ mc;p~zd_aun 1? n ~sta situación excepcional y sm Inglaterra y de Alemania; antes de éstas, la Comuna; aún más lejos,
Lenin no se eqmvoco a ~s~emu e) 17 1 s condiciones objetivas de la el fracaso alemán del 48-49. Todas estas experiencias habían sido
salida" (para las clases dmgei_Ites ' a tido comunista que fue reflexionadas en el camino (Engels: Revolución y contrarrevolución
revolución en Rusia, y al for¡ar, en ese par
en Alémania; Marx: La lucha de clases en Francia; El 18 Brumario;
· f t'l " op cit p 375.
Lenin, "La enfe1meda d m an ~ · · · .~ · · ., · 313-314.
La guerra civil en Francia; La crítica del programa de Gotha; Engels:
12
13 Lenin, "La Troisieme Intemationa~e ;, ob. cit;~sPli' XXIV, PP· 135-136 (ed. francesa). La crítica del programa de Erfurt, etc... ) directa o indirectamente, y
14 Lenin "Conférence de Pétrograd-v!lled, . feuvt'l ' ;, op. cit.. "La Troisieme Inter• habían sido puestas en relación con otras experiencias revolucionarias
1
' · 1 "La enf=eda
15 Véase en parbcu ar: . , m an ••• •
•t. "Cartas desde ' leJOS.
• (P nmera
· carta) •
, ' · "N estra revolución , 0 P· CI ., . 2 25 35· "Lettre anteriores: las revoluciones burguesas de Inglaterra y Francia.
nationale , op. Cit.; u . 1 ·ó " Obr.as escogidas, t. • PP· • '
La rimera etapa de la pnmera revo ucl n ' 396 ss etc. • Cómo rest.mir entonces estas experiencias prácticas y sus comen-
d'aleu aux ouvriers suisses", Oeuvres, t. x~~· PP· d ~revolución ("La enfermedad m- tarios teóricos, sino diciendo que toda la experiencia revolucionaria
La notable teoría leninista de las cond)¡cio~es erf~ctamente los efectos decisivos de la
fantil. .. ", op. cit., PP· 42~-427, 435-437 cu re pe . marxista demuestra que, si la contradicción en general (que está ya
situación específica ~e Rusia. . . Ediciones Sociales, México, 1941 (t~d?cCI~? especificada: contradicción entre las fuerzas de producción y las rela-
1s Stalin Cuestiones del Iemmsmo, C "S b los fundamentos del 1emmsmo ,
según la undécima edición rusa de 1939)~b1C:P~ pC:arr~e su sequedad "pedagógica".
9-98. Textos en muchos aspe;,tos no . 18 Mise1ia de Ia filosofía, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, pp. 116-117.
PP· 17 Lenin, "Nuestra revolución , op. Cit., P· 818 ·
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ciones de producción, encarnada esencialmente en la relación entre
dos clases antagónicas) es suficiente para definir una situación en la ya. . no, se
, puede1s· hablar más de la única virtud ,simple de la "co nra~ t
que la revolución está "a la orden del día", no puede, por simple vir- elICCIOn ge?era . m duda, la contradicción fundamental que domina
tud directa, provocar una "situación revolucionaria" y, con mayor todo est_e tiempo (en el que la revolución está "a la orden del d' ")
es t' t t d " Ia " '
razón, una situación de ruptura revolucionaria y el triunfo de la p a ac 1va en o as .esas contradicciones" y hasta en SU "fUSIOn ·' .
revolución. Para que esta contradicción llegue a ser "activa" en "ero n~_se_puede, sm embargo, pretender con todo rigor que esas
el sentido fuerte del término, es decir, principio de ruptura, es nece- c?ntra ICCI~nes" y su "fusión" sean su puro fenómeno ya que las
sario que se produzca una acumulación de "circunstancias" y de "Circunstancias" o las "corrientes" que la llevan a cabo s'o '
· 1 f ' n mas que
"corrientes", de tal forma que, sea cual fuere su origen y sentido (y su puro y ~1mp e enomeno. Surgen de las relaciones de producción
muchas de entre ellas son necesariamente, por su origen y sentido, q~e son,. sm duda, uno ?~,los térm~nos de la contradicción, pero aÍ
paradójicamente extrañas, aún más, "absolutamente opuestas" a la :n1smo .tiempo, su. condzcwn de exzstencia; de las superestructuras,
revolución), puedan "fusionarse" en una unidad de ruptura: lo que mstanc1as
. . que
. denvan de ella' pero
. que t 1'enen su COnSIS · t encia
· y
ocurre cuando se logra agrupar la inmensa mayoría de las masas eficacia prop1~s; ~~ la coyuntura mternacional misma que interviene
populares para derrocar un régimen cuyas clases dirigentes son im-. como determmacwn y desempeña su parJel específico 20 Ello ·
d · 1 "d'f · , · qmere
potentes para defenderlo.19 Esta situación supone, no solamente la ec~r que as 1 erencws que constituyen cada una de las instancias
"fusión" de dos condiciones fundamentales en una "crisis nacional en ¡uego ~Y que se ~anifiestan en esta "acumulación" de la que
única", sino que cada condición misma, tomada aparte (abstractamen- habla Lemn), al fundirSe en una unidad real , no se "d'zsz·pan " como
te ), supone a su vez la "fusión" de una "acumulación" de contra- un puro fe~omeno en la unidad interior ele una contradicción sim-
dicciones. ¿Cómo es posible de otra manera que las masas popula- ple. La umdad que constituyen con esta "fusión" de t
1 · · 21 l . rup ura revo-
res, divididas en clases (proletarios, campesinos, pequeños burgueses) UCI~nana, a constltuyen con su esencia y su eficacia propias
puedan, consciente o confusamente, lanzarse juntos al asalto general partir ?e lo que son Y según las modalidades específicas ele su acciÓna
del régimen existente? Y ¿cómo es posible que las clases dominan- Constttuyendo esta unid~d, constituyen y 11evan a cabo la unidad
tes, que saben después de tan largas experiencias y. con tan seguro fundamental que las amma, pero, haciéndolo indican también 1
instinto sellar entre ellas, a pesar de la diferencia de clases ( feuda- naturaleza ele dicha unidad: que la "contradi~ción" es inseparabl:
les, grandes burgueses, industriales, financieros, etc.), la unión sa- ?e la estructura del cuerpo social todo entero en el que ella actúa
grada contra los explotados, hayan podido ser reducidas así a la ~nsepar~ ble ~e las condiciones formales ele ~u existencia y de la~
impotencia, destruidas en el instante supremo, sin que contaran con msta~cws mismas que gobierna; que el~a es e11a misma afectada, en
una solución ni dirigentes políticos de relevo, privadas de sus apoyos lo m~~ profund~ ele su ser, por dichas mstancias, determinante pero
de clase en el extranjero, desarmadas en la fortaleza misma de su tamb1en determmada en un solo y mismo movimiento y d t ·
aparato de Estado y hundidas de repente, por ese· pueblo que ellas d 1 1· · , e ermt-
na _a por os e 1vers~s mveles Y, las diversas instancias de la formación
habían tan bien sometido a través de la explotación, la violencia y so~Ial_ 9ue ella amma; podnamos decir: sobredeterminada e
la impostura? Cuando en esta situación entra en juego, en el mismo prmpzpzo.22 n su
juego, una prodigiosa acumulación de "contradicciones", de las que . No me aferro especialmente a este término de sobredetermina-
algunas son radicalmente heterogéneas, que no todas tienen el mis- czón (sacado de otras disciplinas), pero lo empleo a falta de uno
mo origen, ni el mismo sentido, ni el mismo nivel y lugar de apli-
uno se plantea el problema de saber cómo el pueblo ruso, tan gene- pensar
., d 1
en estas condiciones la unidad el e 1a ef'ICactae . SigUiente: ¿cómo.
real 1
roso y orgulloso, ha podido soportar en una escala tan vasta los crí- t na, e as superestructuras y del - . . d . ' pero re a-
menes de la represión staliniana; más aún, cómo el partido bolche- instancia de la economía? :có pnnCipiO etermmante en última
vique pudo tolerarlos -sin hablar de la última interrogación: ¿cómo cacias distintas? ¿Cómo ·fu~da;n: pe~sar l~dr~ación entre estas efi-
un dirigente comunista pudo ordenarlos?-, es necesario renunciar a instancia" de la economi'a?· Resn pues el papel
estaa udme Ea ngels. "E de "última
toda lógica de la "superación", o renunciar a decir la primera pala-
bra. Pero aun allí es claro que, teóricamente, queda mucho por
hacer. No hablo sólo de los trabajos de historia, que dominan todo:
mutuo de acciones y reacciones entr
a través de toda la muchedumbre i: d . s un iuego
i~t~s estos fa~ores, en el que
de cosas y acaecimientos cuya trabaz~n . t de casualtdades (es decir,
pero, ya que lo dominan todo, me refiero a aquello que domina hasta difícil de probar que podemo . zn erna es tan remota, o tan
los trabajos de historia que se consideran marxistas: el rigor, una con- hacer caso de ell~) acaba siem sr;~nszder~;la como inexi~tente, no
cepción rigurosa de los conceptos marxistas, de sus implicaciones y movimiento econó:nico " He p , z~ponJe~dose como necesidad el
de su desarrollo; una investigación y una concepción rigurosa de lo - sos elementos de la s;perestr~d~r:" roo ,e o explicat.ivo: "los diver-
que les pertenece propiamente, es decir, de lo que los distingue para sobre los otros, producen una in . 'd dactuan y reacciOnan los unos
asimilables a una infinidad de fznz a (de ef~ctos. Estos efect<?s: son
siempre de los fantasmas.
Más que nunca es necesario ver hoy día que uno de los primeros unión íntima es tan le ·a na d~res su nu~e~o. es infinito, y su
fantasmas es la sombra de Hegel. Es necesario un poco más de luz que puede dejársela de )lado[' a tr he,ch~, :an dificil de ser conocida
sobre Marx, para que este fantasma vuelva a la noche o, lo que es lo económico se abre paso. E;tos e~~~~os es~s cuales "el ~ovimiento"
mismo, un poco más de luz marxista sobre Hegel mismo. Sólo a este movimiento económico es la necesidad n hec~~s acCid~ntales,. el
tante de lado el modelo: azar-necesidad su necest ad. DeJO un. ms-
precio escaparemos de la "inversión", de sus equívocos y confusiones.
lar en este texto es el papel atribuido ? s~~ supuestos. Lo smgu-
superestructura. Todo ocurre como ~ os I~ersos elementos de la
ANEX0 30 vez desencadenado entre ellos el sistem estu~eran e~?argados, una
la infinita diversidad de los efecto ( a acczo~-reacczon, de fundar
Quisiera detenerme un instante en el pasaje de la carta a Bloch que
dejé de lado, deliberadamente, en el texto que precede, ya que este· entr~ los cuales, como entre otros t~nt~~s:s y ~chos, dice, Engels ~
su via soberana Dicho de otr zares, a economia trazara
estructura tiene~ sin duda una a f?Ia~era, los elementos de la super-
pasaje, que concierne a la solución teórica que Engels da al problema
del fundamento de la determinación "en última instancia" por la . e Icacia pero esta eficac· d'
en czerto sentido al infinito, en la inÍi 'el d Ia se Ispersa
'm a de l~s efectos, de los
economía, es, de hecho, independiente de las tesis marxistas que En-
azares, cuyas relaciones íntimas
gels opone al dogmatismo "economista". se haya alcanzado el extremo d P?dr.a~ s~r consideradas, cuando
(demasiado difíciles de demost~a!} mfmJtesn~al,dcomo i?int~Iigibles
Se trata, sin duda, de una simple carta. Pero como constituye
La. dispersión infinitesimal tiene 0 Y en raz?I_l e ello z:zex~tentes.
un documento teórico decisivo en la refutación del esquematismo y
del economismo, como ha desempeñado y puede desempeñar en este
sentido un papel histórico, es mejor no disimular que la fundamen-
mzcroscópica. la eficacia recono .J
r etecto diSipar en la mexistencia
tencia macroscópica Sin d d CI a a ~s s~peres.tructuras en su exis-
tación del argumento ya no responde a nuestras exigencias críticas. (se puede "consid~ar como~' a? es~at mexisltencia es epistemológica
La solución de Engels hace intervenir un mismo modelo a dos
niveles diferentes de análisis. :e~t:t~~~u:e,n~o:C''t;e.'~n~nq~e
cópi~; infinit.esimal, _la
es
mexis ente a relació 1·
pa';;, ";!':~~~:
inexistente n
necesid~d mac~~~~ó~fc:s;~e~;~~sidad mic~os
' ·
esta explicación puede tener un valor crítico (en la medida en que, acabo de decir en relación al más acá: o bien permanecemos en el
como era el caso en el siglo xvm, estaba destinada, entre otras cosas, interior del problema que Engels plantea a su objeto (las volun-
a rechazar toda intervención divina), pero desde el punto de vista tades individuales), pero entonces caemos en el vacío epistemoló-
del conocimiento es vacía. Se da a sí misma un infinito sin con- gico de la infinidad de paralelogramos y de sus resultantes, o bien
tenido, una generalización abstracta y apenas programática. damos simplemente la solución marxista, pero entonces hemos de-
jado de fundarla y ya no valía la pena buscarla.
Segundo tipo: Sin embargo, al mismo tiempo Engels ha~e interve1_1ir El problema que se plantea, por lo tanto, es el siguiente: ¿por
un tipo de explicación marxís~a, c~ando, si~úa entre las .mc~nstancias qué todo está tan claro y tan bien organizado al nivel de las volun-
infinitas (que son por esencia microscopicas) determmacwnes a la {ades individuales, y por qué todo llega a ser vacío o tautológico más
vez generales y concretas como ~as circunsta?c~as so~iale.s y las_ cir- acá y más allá de ellas? ¿Cómo se explica que el problema, tan bien
cunstancias económicas (determmantes en ultimo termmo). Pero planteado, correspondiendo tan bien al objeto dentro del cual es plan-
esta explicación no responde a su objeto, ya qu~ representa en su teado, sea incapaz de dar una solución en el momento en que uno
origen l~ solución misma q~e s~, trata d,e produsrr ~ de fundar (la se aleja de su objeto inicial? Problema que continúa siendo enigma
generacion de esta determmaCI?n en ultimo termmo). Resumo: de enigmas mientras no se advierta que es su objeto inicial el que de-
0 bien permanecemos en el ob¡eto y el problema que se plantea termina a la vez la evidencia del problema y la imposibilidad de su
Engels, y entonces estamos frent~ a lo .infinito, ~ la indet~rminación solución.
(en consecuencia frente al vaciO . epistemológic?); o bien retene- Toda la demostración de Engels está en efecto limitadá a ese
mos, desde ahora, como origen mismo, la solucwn (llena de con- objeto muy particular que son las voluntades individuales puestas
tenido) que está justamente en cuestión. Pero entonces ya no en relación en el modelo físico del paralelogramo de fuerzas. Allí
estamos más dentro del objeto ni del problema. se encuentra su verdadera premisa tanto metodológica como teórica.
Aquí, en efecto, el modelo tiene un sentido: puede dársele un con-
Más allá. Nos encontramos en la misma alternativa. Ya que, una tenido, puede manejársele. "Describe" relaciones humanas bilatera-
vez planteado el primer paralelogramo, no obte1_1e~os sino una resul- les de rivalidad, de contestación o de cooperación aparentemente
tante formal que no es igual a la resultante defimhva. La resultan~e "elementales". A este nivel uno puede tener la impresión de volver
definitiva será la resultante de una infinidad de resultantes, es decir, a tomar en unidades reales, discretas y visibles, la infinita diversidad
el producto de una proliferación infinita de paralelogramos. Nueva- anterior de las causas microscópicas. A este nivel el azar se hace
mente aquí o bien se confía en el infinito (es decir, en lo indeter- hombre, el movimiento anterior se hace voluntad consciente. Es
minad~ es 'decir en el vacío epistemológico) para producir en la aquí donde todo comienza, y es a partir de aquí desde donde se pue-
resulta~te final l~ resultante que se quiere deducir: aquella que coin- de comenzar a deducir. Pero, desgraciadamente, este fundamento
cidirá con la determinación económica en última instancia, etc., es tan seguro no funda absolutamente nada, este principio tan claro no
decir, que se confía en lo vacío para producir lo pler:~, (y por ejem- desemboca sino en la noche, a menos que se permanezca dentro de
plo si se utiliza el modelo formal puro de la composiciOn de fuerzas, él y que se repita, como prueba inmóvil de todo lo que se espera
no 'escapa a Engels que las fuerzas en presencia pueden anulars.e, o de él, su propia evidencia. Es necesario reconocer que esta eviden-
contrapesarse)... en estas condicione~,¿quién n?~ asegura, por e¡em~ cia no es sino aquella de los supuestos de la ideología burguesa
plo, que la resultante global no sera nula, qmen ase7~ra que ser~ clásica y de la economía política burguesa. Y ¿de dónde parte esta
aquella que se quiere, la económica, y ~o otra, la p~hhca o 1~ re}l- ideología clásica si no es justamente -trátese de Hobbes en la com-
giosa? A este nivel formal no se posee mnguna segundad de mngun posición de los "conatus"; de Locke y de Rousseau en la genera-
tipo sobre el contenido de las . r~sultantes, de ninguna resu!tante. ción de la voluntad general; de Helvecio o de Holbach en la pro-
Entonces, o se desliza subrepticiamente en la resultante fmal ~l ducción del interés general; de Smith o de Ricardo (los textos
resultado esperado, o se vuelve a encontrar simplemente las determi- abundan) en los comportamientos del atomismo- del afrontamien-
naciones macroscópicas (la economía) que se habían deslizado desde to de estas famosas voluntades individuales, que no son en absoluto
el principio entre las determinaciones microscópicas, en el condicio- el punto de partida de la realidad, sino un punto de partida para
namiento de la voluntad singular. Me veo obligado a repetir lo que una representación de la realidad, para un mito destinado a fundar
104 CONTRADICCióN Y SOBREDETERMINACI6N ANEXO
105
(eternamente) en la naturaleza (es decir, eternamente) l~s objeti~
vos de la burguesía? Si Marx criticó tan bien en esta premi~a explí~ anónimas ~ fuerza de ser singulares, y el hecho histórico como tal.
cita el mito del horno oeconomicus, ¿cómo pudo Eng~ls tan mgenu~ Es necesano plantear (¡por una vez!) el problema al revés 0 mejor
mente hacerlo suyo? ¿Cómo puede representarnos, si no es a traves de .ot~a man~ra~ Jamás, en .efecto, se podrá dar cuenta de un acon:
de una ficción tan optimista como la de la economía burguesa, por tec1m1~nto hrs.tonco -aun mvocando la ley que cambia la cantidad
una ficción que se encuentra más cerca de Locke y de Rousseau en cahdad- st s~ ~r~tende engendrarlo de la posibilidad (indefinida)
que de Marx, que la resultante de las volu.ntades individuales Y. la d~l ,h~cho no-hrstonco. Lo que hace que tal acontecimiento sea
resultante de estas resultantes tiene efectivamente un contemdo htStonco, no es que sea un acontecimiento, es justamente su inser-
general, encarna verdaderamente la determinación en última ins- ción en las formas históricas mismas, en las formas de lo histórico
tancia de la economía (pienso en Rousseau, que querí~ a toda fuerza como tal _(las formas de la estructura y de la superestructura), formas
que de un voto bien conducido, de voluntades p~rtlculares .separa- que no tienen nada que ver con ese falso infinito al que se aferra
das las unas de las otras, y luego combinadas, saliera esa milagrosa Engels cuando .ha abandonado la proximidad de su modelo original,
Minerva: la voluntad general)? Los ideól?gos del si?lo xvm ( exclu- por el c.ontrano formas perfectamente definibles y cognoscibles
yendo a Rousseau) no pedían a su premisa produCir otra cosa que ( cog~os.ci~les -~1ar; .lo ha dicho y Lenin después de él- a través
ella misma. Le pedían simplemente que. fundara los valores, que ~sta de diSCiplmas Cienhficas empíricas, es decir, no-filosóficas). Un
premisa encarnaba desde ya, y e~to explica que la tautolo~w tuv:era hecho que cae bajo estas formas, que posee aquello que le permite
para ellos un sentido, vedado evidentemente a Engels, qmen qutere caer ba¡o estas formas, que es un contenido posible para estas for-
encontrar lo contrario de la premisa misma. . mas, que las afecta, que las concierne, que las refuerza o las per-
A ello se debe que Engels reduzca a muy poco sus pretensiOnes turba, ~ue las prov?c~ o qu~ e!las provocan, escogen o seleccionan,
he aqm un acontectmtento hzstorico. Estas formas son por lo tanto
en su propio texto. ¿Qué nos qued~ entonce~ de est.e esquema y de
las que determinan todo, las que poseen por adelantado la soluci6~
esta "demostración"? Esta frase: dandose todo el s1stema. de. ~esul
tantes, la resultante final contiene algo de las voluntades mdlVldua- del fal~o pro?lema que se plantea Engels, las que, para decir la ver-
dad, m siqmera poseen la solución, ya que jamás ha existido otro
les originarias: "todas contribuyen a la resu~tante y se hallan, por lo
tanto incluidas en ella". Éste es un pensamiento que en un contexto problema q~e a~~el que Enge!s s~ planteó a partir de premisas
pura~ente rdeologr~a~, ya que ¡amas ha habido un problema.
completamente distint? puede tr~nqu.ilizar a los espíritus inqui~tos
,Ciertamente, e~Isba la apariencia de un problema para la ideo-
acerca de su influencia en la histona, o, una vez . muert~ ~~os,
inquietos acerca del reconocimiento d~ su personalidad histonca. logw ~ur~~esa: sahr al encuent:o del mundo de la historia a partir
Llegaría a decir que es un buen ~ensamiento desesperado, que pued~ d.e ~n.netpws ( horr:o oeconomw~s y .sus metamorfosis políticas y
alimentar desesperanzas, es deCir, esperanzas. (No es un azar Sl ftlosoftcas) que, le¡os ?e ser pnncipiOs de explicación científica,
eran, por el contrano, Simple?lente ~a ~royección de su propia ima-
Sartre basándose en el mismo "problema" de Engels, en el pro-
blem; del "fundamento" y la génesis de la necesidad ':sin autor" gen del mundo, d~ sus propias a~pirac10nes, de su programa ideal
de la historia, persigue el mismo objeto, con argumentos Igualmente .(u~ ~mndo reduc!1ble a su esencia: la voluntad consciente de los
mdlVlduos, sus. acc10nes y sus empresas privadas ... ) . Pero una vez
filosóficos, aunque de otra inspiración.) .
que Marx barnó con esta ideología, ¿cómo puede existir todavía el
¿Qué nos queda aún? ,UI_Ia frase donde la resul~ante ft~al no es
problema que planteaba, es decir, cómo puede existir todavía un pro-
ya la determinación economica de lar~o ~l~ance, smo . . . el acon- blema?
tecimiento histórico". Las voluntades mdlVlduales producen por, lo
tanto acontecimientos históricos. Pero cuando se m1ra de cerca solo Par~ terminar este largo comentario, permítanseme aún dos ad-
se puede admitir, al extremo, que el esquema permite la posibil~dad v~r~enc1as: una advertencia epistemológica y una advertencia bis-
tonca .
del acontecimiento (cuando los hombres se afr~nt~n: ocurre Siem-
pre algo o nada, que también ~s. ~m acontecimien~o:. espera; a . Pen~an~~ en el modelo de Engels' debo señalar que toda disci-
Godot), pero en absoluto la posrbthdad. d~l a:ontectmten!o . h~stó plma cienhfica se establece a un cierto nivel, precisamente al nivel
rico en absoluto la razón que permite distmgmr entre la mflmdad en que sus conceptos pueden recibir un contenido (sin lo cual no
de ~osas que le ocurren a los hombres en sus días y sus noches, son conce~tos .de, ~ada, es decir, no son conceptos). Tal es el nivel
de la teona htStonca de Marx: el nivel de los conceptos de estruc~
106 CONTRADICCióN Y SOBREDETERMINACióN
[ 107 J