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ALLZINE
CINE ASIÁTICO
Danny Lee Sau-yin
Atravesar los tiempos de la Shaw Brothers, ser Bruce Lee, atrave-
sar la convulsa primera mitad de los ochenta, reinvenciones del
cine de acción, atravesar junto a los grandes la edad del oro de
ese cine, estar junto a Ringo Lam o John Woo, atravesar la cate-
goría III, estar con los clásicos, sobrevivir a esos noventa finales,
de cambio de nación y ánimos, atravesar el nuevo siglo como
un fantasma… Todo eso sólo estaba reservado a una persona:
Danny Lee.
El caso es que cuando se quiso dar cuenta andaba con una ca-
rrera de docenas de producciones a su espalda y viendo su fil-
mografía, una cierta confusión mental, hasta que los primeros
ochenta le hacen encontrarse en los primeros clásicos del cine
de acción hongkonés, como Coolie killer, y el mismo vendría a
aportar al género alguna de sus bases con una película como
Law with two phases, que protagoniza, escribe y dirige bajo la
productora de Frankie Chan y Guy Lai (Always good films), al igual
que The law enforcer, dos películas que constituyen la base de
una manera de hacer las cosas. Danny Lee perfila el papel de
policía enfrentado no sólo a la delincuencia sino también a la
propia sociedad (Law with two phases) o a las leyes, que les
dejan maniatados y casi a las ruedas de los criminales (Cops in
the town). Un policía íntegro, humano, implacable (en su cons-
tancia), y una visión de la sociedad hongkonesa nada amable (el
policía de Law with two phases vive en casa de su madre, una
sola habitación (un loft que diriamos ahora… pero en pobre), en
un barrio desolado, durmiendo en el sillón,…), sin despreciar el
lado de la acción propiamente dicha, seca y contundente, en-
frentado a seres igualmente extremos (como ese extraordinario
Bad Brain interpretado por Shing Fui-On).
Lee, pues, pone sobre la mesa todas las cartas que más le gus-
tan. Un policía sin estudios en un ambiente miserable, con un
sentido de la ley personal, enfrentado a la incomprensión, pero
que sabemos que es justo, y que es ley y justicia no son lo mismo
para él, pero que sin embargo no es ningún liquidador, lo cual le
lleva a vivir con sus contradicciones. Un tono moral indiscutible
que no evita posicionarse, y una película que nos muestra un
Hong Kong nada simpático, de pandillas callejeras cuya única sa-
lida es intentar algo grande, de drogadictos, de violadores, en el
que la tragedia está a la vuelta de la esquina… (Silien)
Cop of the Town (1985)
A estas alturas de su carrera y tras Law with two phases (un año
antes), Danny Lee ya empezaba a tener claro lo que quería hacer
y frente a él se adivinaba un extenso futuro en películas policiales
en las que él, como no podría ser de otro modo, sería el policía.