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Índice
1 El proceso
2 La reforma económica y los ingresos de la población rusa
2.1 Liberalización de precios en 1992
2.2 Distribución polarizada de los ingresos
2.3 Condicionantes del nivel de vida
3 Consecuencias políticas
4 Véase también
5 Referencias
6 Enlaces externos
El proceso
Durante sus primeros años en el poder, Gorbachov no hizo ningún cambio importante en el plan
económico del Estado aunque dijo que era necesario hacerlo. En 1985, Gorbachov y sus ministros
de economía introdujeron las reformas necesarias de lo que sería conocido como Perestroika.
Para algunos autores como Serguéi Kara-Murzá, este proceso constituyó una revolución desde
"arriba", llevada a cabo por la nomenklatura soviética (grupos dirigentes del partido) que realmente
querían justificar su estilo de vida burgués, puesto que el grupo gobernante gozaba de privilegios
a los que no podía disponer el ciudadano común. Para este autor, el sistema colectivista se había
transformado en un obstáculo, pues no les permitía fungir como una nueva clase social de forma
abierta. En el plano productivo, fue un severo proceso de desindustrialización y privatización a
base de la venta de las propiedades estatales (propiedad de la totalidad del pueblo en su
conjunto) pasando a manos privadas. Un proceso que fue llamado "terapia de choque" por Borís
Yeltsin (primer presidente de la Rusia post-soviética), pasando de un estado socialista basado en
un sistema económico solidario a un estilo capitalista liberal de tipo occidental. Siendo en 1994 el
70% de activos provenientes del sector privado.2
Para inicios de la década de 1990, la Unión Soviética se encontraba sumida en una profunda
crisis económica sin precedentes 3, puesto que no existía a la fecha una teoría o metodología
académica de cómo un estado de economía planificada centralmente, pasa a convertirse en una
economía de mercado libre. Se dislocó completamente todo el complejo entramado industrial y
agrícola de la Unión Soviética, el país virtualmente se paralizó, la inflación se disparó y las
condiciones de pobreza se propagaron, siendo de un 50% de la población rusa en 1993/19952, al
punto que la misma Unión Soviética desapareció como estado y como superpotencia mundial del
periodo de la Guerra fría.
Surgió una clase de nuevos ricos[cita requerida], cuyos ingresos no provenían del trabajo[cita
requerida], y se amplió el número de pobres[cita requerida], en 1993, casi una tercera parte de la
población rusa tenía ingresos que no garantizaban un nivel mínimo de subsistencia[cita requerida].
Aumentaron las diferencias entre las regiones, las de situación más ventajosa han sido las de una
mayor especialización productiva[cita requerida].
La distinción del nivel de consumo no era tan grande como la de ingresos nominales, ya que en
las zonas centrales de Rusia los precios de los productos básicos son menores que en las más
meridionales o en Siberia. Por otro lado, la estructura de los ingresos varió para la mayor parte de
la población: para el 75 % de la población la fuente de ingresos es el salario, para el 20 % la
pensión y para el 5 % los negocios propios. Para la población asalariada la situación es la peor
por la falta de incorporación de la fuerte inflación al salario. El resto de los trabajadores tiene una
situación más favorable; aun así, la gente se ve obligada a buscar fuentes complementarias de
ingresos[cita requerida].
En el campo del consumo, la estructura empeoró en estos últimos dos años, la parte destinada a
alimentos es del 50 %, reduciendo el resto de consumos de productos no comestibles y de
servicios[cita requerida].
Consecuencias políticas
En política exterior, Gorbachov tendía a que se negociara la reducción de armamento y se
pacificaran las relaciones internacionales, por lo que retiró a las tropas soviéticas de Afganistán y
recibió en Moscú al presidente estadounidense Ronald Reagan.
Tras ser elegido presidente del Soviet Supremo, Gorbachov aceleró el programa de reformas
políticas. Fue elegido jefe del Estado (1989) y primer presidente de la Unión Soviética por el
congreso (1990). Se redujo el interés de la Unión Soviética por los países socialistas del Tercer
Mundo y se inició una predilección por los países occidentales y por la democracia, a la que costó
mucho adaptarse.
La reforma, aplicada con mayor fuerza sobre todo a partir de 1987, alcanzaba todas las áreas del
sistema soviético: la ciencia, la tecnología, la reorganización de la estructura económica y los
cambios en la política de inversiones. Para ello se trató de hacer un mejor uso de los medios
económicos de que se disponía. La reforma supuso el saneamiento de una burocracia ineficaz y
con ello se pretendía implicar más al conjunto de ciudadanos en la tarea de reconstruir su
economía.
La Perestroika iba complementada por la glásnost, una política de apertura hacia los medios de
comunicación, con transparencia informativa, permitiendo la libertad de expresión y de opinión, al
contrario que en la etapa anterior, caracterizada por la represión hacia los contrarios al sistema.
Esto fue generando una confrontación política encabezada por las críticas de Borís Yeltsin, que
fue apartado en 1987. En junio de 1988, se celebraron las elecciones más democráticas desde las
elecciones a la Asamblea Constituyente de 1917, las cuales no dieron al PCUS todos los puestos
en el gobierno, sino que se formó una minoría de reformadores entre los que se encontraba
Yeltsin. A finales de 1990 ya existía una verdadera división en el Congreso, con unos 18 grupos
políticos, de los que el más importante era el comunista, seguido del conservador Soyuz.
Hacia el final del mandato de Gorbachov, la Perestroika empezó a recibir críticas, tanto por los que
pensaban que las reformas se aplicaban demasiado lentamente como por los comunistas, que
temían que éstas destruyeran el sistema socialista y llevaran a la decadencia del país.
El 12 de junio de 1990, el Congreso de los Diputados del Pueblo de Rusia aprobó la Declaración
de Soberanía Estatal de la RSFS de Rusia. El 19 de agosto de 1991, los altos cargos del PCUS y
la KGB realizaron un intento de golpe de Estado con el objetivo de boicotear el Nuevo Tratado de
la Unión que permitiría el autogobierno de las repúblicas de la Unión Soviética. Este fracasó
debido a la pasividad de altos dirigentes militares y a la actitud del presidente de la RSFS de
Rusia, Borís Yeltsin. Muchas repúblicas federadas declararon entonces su independencia. El 8 de
diciembre de 1991 los presidentes de la RSFS de Rusia, RSS de Ucrania y RSS de Bielorrusia
(Borís Yeltsin, Leonid Kravchuk y Stanislav Shushkiévich, respectivamente) firmaron el Tratado de
Belavezha que proclamaba la disolución de la Unión Soviética y el establecimiento en su lugar de
la Comunidad de Estados Independientes (CEI). La firma del Tratado fue comunicada por teléfono
al Presidente de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov por Stanislav Shushkiévich.456 Finalmente,
el 25 de diciembre de 1991, Gorbachov renunció a su cargo de presidente de la Unión Soviética.
Yeltsin se convirtió en el presidente de la recién fundada Federación de Rusia.