Está en la página 1de 3

FE Y RAZÓN

Introducción

La fe y razón son dos formas de convicción que subsisten con más o menos grado de conflicto, o
de compatibilidad. La fe generalmente es definida como fundamento en una creencia, como una
convicción que admite lo absoluto. Mientras que la razón es fundamento en la evidencia, lo cual
aproxima el objeto de fe a la idea del mito.

En realidad, cada una tiene su propio ámbito de realización. Según San Juan Pablo II, en su
encíclica Fides et ratio (1998), «la fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu
humano se eleva hacia la contemplación de la verdad».

Hablando en términos generales, hay tres categorías de perspectivas respecto a la relación entre
fe y razón. El racionalismo sostiene que la verdad debería ser determinada por la razón y el análisis
de los hechos, más que en la fe, el dogma o la enseñanza religiosa y esta es inútil para la
concepción del mundo. El fideísmo considera que la fe es necesaria, y que las creencias deben
tener cabida sin la evidencia o la razón, aún esté en conflicto con ellas. La teología natural
considera que fe y razón son compatibles, de manera que la evidencia y la razón finalmente llevan
a la creencia en los objetos de fe.

RELACIÓN ENTRE FE Y RAZÓN


El racionalismo, en cualquier caso, no se pronuncia con respecto a la existencia de Dios o a la
validez o el valor de la religión, pero rechaza cualquier creencia basada solamente en la fe. La fe,
por el contrario, no descansa en pruebas lógicas o en la evidencia, sino en la autoridad de Dios.
Existe una armonía entre el conocimiento filosófico y la fe: la fe requiere que su objeto sea
comprendido con la ayuda de la razón y la razón admite como necesario lo que la fe le presente.2
Desde el punto de vista semántico, las definiciones de fe y racionalismo están en lógica oposición.

Las creencias sostenidas por "fe" pueden valorarse según esté sujeto su juicio a relaciones de
orden con la razón:

La fe subordinando a la razón: En esta perspectiva, todo el conocimiento humano y la


razón son vistos como dependientes de la fe: fe en nuestros sentidos, fe en nuestros
recuerdos, y fe en la disposición de sucesos que recibimos por testimonio de otros o del
entorno. En consecuencia, la fe es vista como esencial e inseparable de la razón. Esta
justificación se aplica en gran parte a la filosofía histórica del racionalismo, y menos a las
perspectivas racionalistas contemporáneas.

La fe superordinado a la razón: En esta perspectiva, la fe se presenta cubriendo asuntos


que se consideran reales pero que la ciencia y la racionalidad serían inherentemente
incapaces de tratar. En consecuencia, la fe es vista como complementando la razón, al
proveer respuestas a preguntas que de otro modo serían incontestables.
La fe sin orden a la razón: En esta perspectiva, la fe es vista como esas opiniones que uno
mantiene a pesar de que la evidencia y la razón digan lo contrario. Así pues, la fe es vista
como perniciosa con respecto a la razón, como si impidiera la habilidad de pensar.

LA FE VISTA SOBRE EL ÁMBITO DE LA RAZÓN

La posición que propone a la fe como directora de asuntos que se encuentran más allá del
ámbito de la razón sostiene que la fe es un complemento de ésta, porque supone limitado
el ámbito del conocimiento humano racional.

Esta perspectiva fue pronunciada en la Biblia como sigue:

"Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve."


Hebreos 11:1 (NVI)

"Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces


veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces
conoceré tal y como soy conocido." 1 Corintios 13:12 (NVI)

En esencia, bajo esta perspectiva, la fe corresponde a ideas captadas que, aunque


posiblemente del todo verdaderas, no pueden aún ser completamente resueltas por
nuestra razón.
Algunos han considerado el racionalismo estricto como excluyente de este tipo de fe;
concluye que el pensamiento racional al tener éxito al explicar los fenómenos físicos, hace
ilegítimo aquel conocimiento que viene desde más allá de la esfera del pensamiento
racional. De acuerdo a esta línea de razonamiento: "Nuestra cultura dominada por la
ciencia ha excluido la experiencia religiosa como una clave hacia la realidad; pero, ¿sobre
qué fundamentos? La ciencia en los años 1600 fue tan exitosa en comprender la
dimensión física de la realidad, que la gente en los años 1700 empezó a pensar que lo
físico podía ser la única dimensión de la realidad. Pero el éxito en un área de investigación
no invalida otras áreas. El peso de la prueba está sobre aquellos que excluirían de ser una
fuente de conocimiento a un tipo particular de experiencia."

Bajo esta perspectiva, la fe no es creencia estática divorciada de la razón y la experiencia, y


no es ilegítima como fuente de conocimiento. Por el contrario, la creencia por fe parte de
las cosas que pueden ser reconocidas por la experiencia, y se extiende a cosas que son
verdad, aunque ellas no puedan ser comprendidas, y por lo tanto es válida en la medida
que responde a paradojas que el pensamiento racional oblitera. Como tales, las creencias
sostenidas por esta forma de fe se ven dinámicas y cambiantes, así como uno crece en
experiencia y conocimiento, hasta que la "fe" de uno llega a ser "vista". Este tipo de
razonamiento inductivo se encuentra comúnmente en el misticismo
EL PUNTO DE VISTA RACIONALISTA
Desde esta perspectiva se considera que la fe socava la habilidad para pensar. La fe no
puede sostenerse como creencia en contraposición a su justificación racional. Cuando la
verdad es determinada por fe, dogma, "experiencia intuitiva", "contemplación mística de
lo sobrenatural" o "vista", más que por la razón o el análisis de los hechos, no hay criterio
objetivo para determinar que una declaración sea cierta. Hacerse ilusiones y mantenerlas
como inclinaciones cognitivas resulta en ideas arbitrarias, que siendo aceptadas por
verdaderas o falsas no son silogismos válidos. La incontingencia resultante impide la
síntesis racional de la creencia y al afirmarse en ella sin demostración o evidencia solo nos
parecería cada vez más incoherente o fabulada. Un ejemplo sería la afirmación de que por
fe se obtiene certeza de la "verdad" más allá de la habilidad real para razonarla - de aquí,
una inconsistencia tautológica.

Conclusión

como seres, estamos "naturalmente inclinados" hacia la creencia en Dios y que por lo
tanto la fe es básicamente fundamental y racional, pero la creencia en el Unicornio Rosado
Invisible u otros absurdos lógicos carecen de tal condición, no son básicamente
fundamentales y por eso tampoco racionales. Los críticos responden a esta línea de
razonamiento que aunque podemos estar "naturalmente inclinados" hacia la fe, de esto
no se sigue que la fe es básicamente fundamental y, en consecuencia, racional.
Algunas religiones expresan que el hecho de que el hombre tenga un coeficiente
intelectual limitado y sentidos e instrumentos limitados hace que no se pueda asegurar la
comprensión absoluta de todo lo que existe porque se estaría excluyendo todo aquello
que nos excede. Bajo esta perspectiva el hombre no podría hablar en nombre de "La
Razón" sino de "la razón humana" aplicada sobre "conocimiento humano". Por citar un
ejemplo: una comunidad de monos de la especie más inteligente tampoco podría tener
autoridad de establecer todo lo que existe por el simple hecho de poseer inteligencia
porque la misma es limitada ¡y aún más limitada que la nuestra!, o una especie hipotética
con la inteligencia equivalente a un niño de 6 años por citar otro ejemplo ilustrativo. Por lo
tanto para muchos religiosos el hombre hace atribuciones de sí mismo que son falaces
como si tuviera "inteligencia y conocimiento" en la máxima magnitud posible.

También podría gustarte