Está en la página 1de 59
Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil Titulo original: The Second Treatise of Civil Government, An oncerning the True Original, Extent and End e = Government (1690) Disefio de cubierta: JV, Disefio grafico, 8.L. obs edicién, 2010" at i. ae a! S10 Oe ivi Scio! sam 2016 Fos Ess of Civil ESTUDIO PRELIMINAR por Peter Laslett’ L_ LA CRISIS DE LA EXCLUSION (1678-1683): EL DEBATE QUE DIO LUGAR A LA REEDICION DE LAS OBRAS DE ROBERT FILMER Y DEL QUE SURGIRIAN EL PRIMER Y SEGUNDO TRATADO SOBRE EL GOBIERNO CIVIL DE JOHN LOCKE El Patriarca fue redactado en una fecha indetermina- da en la década de 1630, pero lo que Filmer habia escrito para Carlos I y sus amigos de Kent, acabé siendo leido | El trabajo que ahora se ofrece al lector espafiol en forma de es- tudio preliminar, es la suma de dos estudios diferentes de Peter Laslett. De un lado el ensayo originariamente publicado como introduccién a i edcin de la obra de Filmer, Patriarea [and Other Political Works), ckwell’s Political Texts, Oxford, 1949, que aqui se incorpora sélo See seccién I, de este estudio, y, de otra parte, el tra- ij originariamente leido ante la Cambridge Historical Society XX PETER LASLETT por vez primera dentro del circulo de los Sancroq Shaftesbury y Locke hacia 1680. Asi pues, habia tray,” currido medio siglo desde que Filmer formulara los té. minos de su posicién hasta que se produjo la incorpora. cién de sus aportaciones a la tradicién del Pensamienty politico inglés. Sin embargo, cuando en 1680 se proce. dié a imprimir E/ Patriarca, la tesis que contenia adgyj. rié una fuerza extraordinaria que tal vez no hubiera lle. gado a alcanzar nunca de haber sido publicado ep, cualquier otro momento de la historia inglesa. Carlos |], su Corte y los ministros y toda la corriente de opinién que estaba a favor de la continuidad de la Restauracién que actualmente forma parte como paragrafo III de la edicién cri- tica de los dos tratados publicada por Cambridge University Press 1960, que se reproduce en la seccién II de este mismo Estudio. La.razén de este proceder se debe a que la tardia recepcidn en Es- pafia de los muy importantes trabajos de Laslett que estan en el nacimiento de los procedimientos de contextualizacion de los dis- cursos politicos que hoy caracteriza a la Escuela de Cambridge, al- gunos de los cuales tiene ya sesenta afios, aconsejan una seleccién cuidadosa de las principales aportaciones al respecto que permita reconstruir la génesis de la nueva forma de releer el pensamiento politico para facilitar una adecuada comprensién de los autores es- a es eso, se ha preferido traducir dos secciones diferentes ais dlon culos distintos pero intimamente conectados, de manera el primero trae y aboca al razonamiento del segundo, que optat por incorporar lisa y llanamente la introduccién actual de la edicién critica de la Cambridge University P : A sale fialds on ity Press, toda vez que el estudio exhaustivo agiornami ee ees Esiges supone i chitin ete ie! ree de la critica sobre John Locke, forma, se ‘eis aa a de Cambridge. De cualquier Laslett sobre Locke tanto lo que significaron los trabajos de ; © para el conocimiento del autor, como ESTUDIO PRELIMINAR > Al monarquica de 1660, sentian la apremiante necesidad de contrar un argumento que respaldara la idea que soste- nia su legitimidad. Sin ese argumento se temia que la monarquia pudiera terminar siendo barrida de manera definitiva. La oposicion al gobierno de Carlos II, liderada por Shaftesbury y ¢l Country Party, presenté la crisis politi- ca de 1678 bajo la patrafia de una respuesta «patridtica» a una maquinacion previa urdida por los conspiradores papistas. El primer objetivo de estos opositores patriotas, excluir al catélico duque de York, el futuro Jacobo II, de la linea de sucesién al trono. Sus artifices hicieron un uso tan habilidoso de las pretendidas «revela- ciones»y sobre las maquinaciones catolicas contra la mo- narquia y la independencia inglesa que su proyecto de ley de exclusion (Exclusion Bill’) hubiera resultado aprobado por las dos Camaras a mediados de 1679, de no ser por- que primero el rey consiguid posponerlo y luego termino disolviendo el Parlamento: En el otofio de ese aio, el pais se acercaba mas que nunca a la situacién de 1641: pare- cia encontrarse al borde de la misma clase de conflicto civil irreconciliable de larga duracion que habia arrasado Inglaterra treinta y ocho afios atras, un conflicto que sdlo podia dirimirse por la fuerza de las armas. Fue en este momento, cuando la primera edicion re- copilatoria de las obras de Filmer se dio a la prensa deprisa y corriendo, tan apresuradamente que la nume- racin de las paginas estaba equivocada y la pagina de la portada no cuadraba con su contenido. Este volumen recogia todos los ensayos politicos que habian sido im- 2 En el lenguaje parlamentario inglés «bill significa proyecto de ley que esté tramitindose y al que le falta todavia la aprobacién definitiva, [N. del ed.] XXII PETER LASLETT de la vida de su autor, eater ore Po: der de spr La tormenta politica Scie durante 1680, y, cuando se reunio el nuevo Par eure tone ys de ley de exclusion que present un segundo proyecto ee ey ea : fue rechazado por la Camara de los Lores. ese afio se imprimié por primera vez El Patriarca tomando con referente una copia defectuosa. Mientras tanto aparecio una nueva edicion recopilatoria de sus tratados, siendo publicado de manera separada el libro el Poder de los Reyes con un prologo que presentaba a Filmer a sus nuevos lectores, cuyo numero aumentaba rapidamen- te. Por tanto, la mayor parte de sus escritos politicos habian sido dados ya a la prensa y S€ encontraban en manos de los panfletistas y propagandistas de ambos bandos, cuando el tercery ultimo proyecto de ley de ex- clusién resulté aprobado por el tumultuoso Parlamento de Oxford en 1681, y dejado sin efecto en el momento de ser disuelto el Parlamento’. Se sucedieron otros cuatro afios de gobierno perso- nal de Carlos Il —un periodo caracterizado por la accion de un monarca vengativo, represor y reaccionario—, que a su muerte, dio paso al reinado de Jacobo Il. En ak lapso de siete afios, el pensamiento de sir Robert ae Lait sta a la ipsissima verba del siherteditardas recopilacién de sus tratados vol- en 1685 dnatesiog oie ahora‘en un solo volumen, y primera vez £1 Patriarca en una presos a > Talégica constitucional : gia que el primer acto de ne Dislians Vigente en Inglaterra, ¢x!- que se consideraba vinculado, lo que ex!- aprobadas por el Parlamento ee “bea leyes (Acts) ee ye ah ey eet eS ESTUDIO PRELIMINAR XXIII forma aceptablemente completa en la edicién de Ed- mund Bohun. Hacia 1688, por tanto, el culto a Filmer se habia convertido en una parte organica del culto ala jegitimidad de la monarquia y sus principios politicos, y por consiguiente, en un importante obstaculo para la que muy pronto seria lectura whig de la inminente Glo- riosa Revolucion. Pero cuando esta estallo finalmente, cuando en 1689 el monarca legitimo, Jacobo II, se vio obligado a marchar al exilio, y el culto que su causa abanderaba debié retirarse a las casas solariegas de los hacendados tories y a los despachos de los clérigos que no habian aceptado al juramento, las obras de Filmer se fueron con él. Esto explica que pese a todo, la demanda de sus trabajos siguiera siendo tal que en 1696 (y posi- blemente en 1695) volvieron a imprimirse todas, en un solo volumen, incluyendo esta vez El Patriarca junto con e} resto de su obra. Estas dos ultimas décadas del siglo xvi, fueron los afios en los que se asentaron los principios del liberalismo britanico y americano. Y aunque Ilevara muerto treinta afios, el pensamiento de sir Robert Filmer significd la unica argumentacion 1m- portante en condiciones de oponer cara a semejantes principios whigs. Las razones de esta paradoja —que un hombre que habia tenido escaso eco en su propio tiempo adquiriese tanta notoriedad en el: de’ sus nietos— deben buscarse en la posicién que ocuparon durante estos veinte afios los partidarios de Ja tradicion y la corona, 0 fortes Com? terminarian llamandose. Es algo pacificamente admiti- do que en la controversia en torno al bill de exclusion se sitia el origen del muy reputado sistema de partidos inglés: ésta fue la primera vez que se debatio un asunto sobre una division estructurada en torno a dos partidos, XXIV PETER LASLETT y también fue la primera vez que salieron a relucir términos whig y tory. La propuesta que encerrah, bill de exclusién era una cuestién tipicamente de Parti. do porque suscitaba problemas relativos 4 PTINCipigg fundamentales de politica inmediata. Los whig Preten, dian que no se permitiera el acceso al trono de Jaco. bo II porque era evidente que la mayoria del pueblo p, lo queria como rey. En el orden de consideraciones \¢. gico que informaba su pensamiento, era cometido de Parlamento proceder a modificar la linea de Sucesién, porque el Parlamento representaba al pueblo y, por tan. to, le correspondia el derecho de determinar el orden de trasmisién de la Corona, es decir acordar quién deberig ser el rey. Esto implicaba que el gobierno se asentaba en el consenso: de hecho, el argumento whig, era |a conclusién de la premisa original sobre la que descan- saba el fundamento de su concepcién de la politica, Para oponerse a esta politica con eficacia, los tories buscaron un alegato que invalidara el primer principio de la oposicion: la idea de consenso éra la base que so- portaba el gobierno. Lo encontraron en los escritos de Filmer. . 05 el Pero la réplica a los whigs deberia ser algo mas que un alegato a los principios primarios sobre los que ¢! partido adversario sustentaba el gobierno; tenia que re- vestir también la condicién de una argumentacién que resultara susceptible de convertirse en una buena arma de propaganda de la causa tory, La amenaza a la mo- narquia restaurada y el espectro del Parlamento Lar- 80, fueron el producto de una campafia de propagat- 4 rk ' 1 ScpatreComel Oeadely er sheer envoe avypeog e@eF8bes es Ci ESTUDIO PRELIMINAR -XV da extraordinariamente habilidosa del partido tory. Y es que a fin de cuentas, en el lado contario, el hecho de que e! Country Party terminara siendo liderado por lord Shaftesbury se habia debido a razones propagandisti- cas; a que periddicos, panfletos, rumores alarmistas y ardides.., todo el aparato para influir en la opinion pu- blica habia sido puesto en juego por los whigs para pro- mover la exclusién, Lo que buscaban ahora los tories era un contrargumento propagandistico con un atrac- tivo rapido e impactante, a ser posible una apelacion a lo irracional, que proporcionara lemas para organizar una campafia de signo contrario que diera respuesta a los gritos de «No queremos sucesion catdlica» que se propagaban por todo el pais. El patriarcado, como ins- titucién, era exactamente la respuesta propagandistica que buscaban los partidarios de la causa real. Su invo- cacién ala mistica de la monarquia reunia un conside- rable. poder emotivo y Pater Patriae fue un lema efec- tivo, no sdlo contra Shaftesbury, sino incluso capaz de ser efectiva y persistir bastantes anos después de 1688. Al aprovechar la tradicion del patriarcado, los tories dieron con el tono adecuado para la minoria dirigente cuyo apoyo era importante: ellos mismos se considera- ban también a su modo patriarcas, casi hasta el extremo de cuanto lo habia sido el propio sir Robert. Los tories, por consiguiente, necesitaban a Filmer en 1680 porque la corona estaba en peligro, porque sus oponentes habian planteado el problema en los térmi- nos de un debate sobre la obligacién politica, y porque se estaban enfrentando a una avalancha de propagan- da en su contra que parecia arraigar con éxito en lana- ciente opinion colectiva. En cualquier caso, no debe sorprendernos que en los afos ochenta se le ocurriera XXXVI PETER LASLETT esta serie de tratados “rsa ive a alguien que dificultades, porque la reedicigy uesta a sus = : ‘ . fuera la resp tica comin en la historia literarj, rac ; A — oe as controversias politicas de las década, ; a la reedicion, ¥ €n algun, S168 165 ener nae svt y folletos escritos con propositos muy distintos. La obra de Parsons el Jesutta se relmprimig en 1681; Treatise of Monarchy, de Hunton, se impri- mid dos veces en 1689, y 1690 fue el afio en que Cop. vocation Book se publicé por vez primera. No se sabe a ciencia cierta quién pudo ser la persona que recordara lo suficiente a Filmer como para darse cuenta de lo valio- sos que podian llegar a ser sus escritos. Hay varios can- didatos. Pudo haber sido el arzobispo Sancroft: se sabe que manejé algunos de los manuscritos de Filmer y que ayudo a Bohun en la edicién de El Patriarca. Pudo ha- ber sido uno de los nietos o' sobrinos nietos de Filmer: es probable que uno de sus descendientes escribiera la nota biografica en el Poder del Rey de 1680, Incluso pudo haber sido el propio editor, Richard Royston, que to- davia mantenia el cargo de bibliotecario del Rey, y que atienquion, co attor dela recopilacién de 1684. Pero Bs : la reedicion del libro Larrea > Se fue todo un reflejo ahuieiee Pe y perdurable éxito elemento realmente criti la ausencia de cualquier dor de la época, Filmer no tent; on emtO conser pio bando: la mayoria de ‘in ativales setios en su pro- ambiguo de los asertos'g b O8'se contentaba con el mas obre los derechos inderogables, ESTUDIO PRELIMINAR XXXVI] fue Thomas Hobbes, que sufrié toda clase de descalifi- caciones e improperios por ser el lider de los tories par- tidarios de la exclusion. Desde ¢l momento en que las obras de sir Robert Filmer se convirtieron en expresién del principio que sostenia a la dinastia de los Estuardo y a sus leales, resulté inevitable que se hicieran centro de una impor- tante controversia en el pensamiento politico, e inclu- so que la Revolucion de 1688 tuviera que justificarse negando las tesis propuestas en estas obras. A los po- cos meses de publicarse E/ Patriarca, tres de las men- tes mas despiertas del bando whig se pusieron manos a la obra para refutar las tesis patriarcales: el historiador James Tyrell; Algernon Sidney, decano de los defenso- res de la «Vieja Causa’; y John Locke. Es evidente que en la controversia no sélo participaron estos tres personajes, ya que el nombre de Filmer aparece cons- tantemente en los:panfletos y diarios de esos afios. La argumentacién tenia todas las caracteristicas de este tipo de disputas: incluia gran cantidad de peticiones de principio, tergiversaciones e insultos descarados y no llegaba ‘a ninguna conclusidn légica; la mayor parte de estos escritos resulta actualmente ilegible por la cansi- na reiteracién en que incurren. La importancia de este debate, sin embargo, debe cuantificarse en funcion de los principios constitucionales de 1688 y de la influen- cia de: Two Treatises de Locke, que élescribié. Ademas, este debate estuvo marcado por un suceso que afortu- nadamiente ha resultado inusual en la historia de las di- ferencias de opinién de los ingleses: fue una causa que | La Good Old Cause se identifica aqui con los seguidores de la tradicién teublicana de Harrington. [N. del ed.] XXVIII PETER LASLETT de los principales antagonistas e uno 4 contribuy6 a qu a ser condenado a muerte y Algernon Sidney, llegara Si cdiay fue juzgado en noviembre de 1683, cuang, . contra los promotores de as reposting nc maxima. La acusacién . fe traicién y ante e] juez Jeffreys fueron presentadas pruebas que corroboraban la existenc!a de dos actos de traicion distintos. El primero de ellos habia consist. do en reunirse y discutir con los conspiradores de Rye House, en particular con Argyll, en Escocia. El segun. do, la atribucién de la autoria de un «libelo» afirmandy «que podemos cambiar y destituir reyes». En su defen- sa, Sidney mantuvo publicamente que este libro —que era en realidad el manuscrito de sus Discourses— era simplemente una refutaci6n de sir Robert Filmer, pero Jeffreys present6 su recapitulacién en forma de adver- tencia final al jurado: «Si vosotros crecis que éste es cl libro del coronel Sidney, nadie puede dudar de que es culpable de planear matar al rey.» Fue declarado cul- pable y ejecutado el 7 de diciembre de 1683. Sidney entrego en el cadalso una nota al verdugo en la que rea- firmaba su oposicién a Filmer y a las autoridades que habian convertido El Patriarca en las Sagradas Escritu- ras de la obediencia politica. No suele suceder a todos los autores que una reed cién de sus obras termine siendo causa de la muerte. L4 suerte de Sidney afiade una notoriedad casi dramatic al nombre de Filmer. Pero mientras esto sucedia, !0 Publicistas tories gestaban, sirviéndose de sus escrit0® una ortodoxia mucho més extremista y ridicula 4% aquello que el propio autor habia escrito en vida. Es ** bido que sir Robert se sentia un poco avergonzade é habe! mila! names MR BREESE S CRESS S seuyponyeneeseseeg

También podría gustarte