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Diseño de participación de aprendizaje

La Republica dominicana es uno de los países que está siendo afectado por la gran taza de
embarazos en las adolescentes, por lo que podemos observar según las investigaciones
realizadas que en nuestro país ocupa el quinto lugar en  tener embarazos de niñas
y adolescentes entre los países de América Latina y el Caribe. Según la Encuesta Nacional de
Hogares de Propósitos Múltiples en el (2009) un 22% de las adolescentes entre 15 y 19 años en
el país han estado embarazada.
Podemos afirmar que un gran números de adolescentes han quedado en embarazas desde muy
temprana edad. Es algo por lo cual el país y la sociedad ha sido muy afectada por a situación que
se está viendo actualmente.
Por lo que Las tasas de fertilidad adolescente en la región de América Latina y el Caribe no han
descendido en la misma proporción que las de a nivel global. De hecho, la División de Población
del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas prevé que serán las
más altas del mundo y se mantendrán estables entre 2020 y 2100. Las niñas que quedan
embarazadas antes de los 18 años rara vez pueden ejercer sus derechos a la educación, la salud,
la protección y un nivel de vida adecuado. Pierden su niñez, asumen obligaciones de adultas y no
siempre disfrutan de todos sus beneficios. Este estudio refleja las complejidades asociadas al
embarazo adolescente. Entre los motivos por los que muchas adolescentes quedan embarazadas
están la falta de información o de oportunidades, la voluntad propia, las expectativas sociales y
también la violencia sexual. Las soluciones a largo plazo deben ser abordar los problemas
subyacentes, como una cultura machista persistente a pesar de grandes avances para las niñas y
mujeres en la región, la consecuente desigualdad de género, las actitudes negativas de los niños y
los hombres hacia las niñas y mujeres, las normas que perpetúan la violencia y la impunidad, la
pobreza que obliga a las niñas a tener relaciones sexuales con hombres mayores como estrategia
de supervivencia y la protección inadecuada de los derechos humanos.
América Latina y el Caribe es la región con mayor fecundidad adolescente en el mundo después
del África subsahariana. Proyecciones recientes plantean que la tasa de fecundidad adolescente
en América Latina será la más alta del mundo y que se mantendrá estable durante el período
2020 – 2100. En la región, una tercera parte de los embarazos corresponden a menores de 18
años, siendo casi un 20% de estas menores de 15 años. En estas edades, el embarazo en
adolescentes suele ser producto de violencia sexual, dado que las adolescentes están expuestas a
condiciones de alta vulnerabilidad, entre ellas a varios tipos de violencia y riesgos. Unido a ello,
el riesgo de morir por causas relacionadas al embarazo, parto y postparto se duplica si las niñas
quedan embarazadas antes de los 15 años de edad. La evidencia empírica indica que entre los
factores asociados a la maternidad precoz se encuentran las características del hogar de la
adolescente: el ingreso de sus progenitores, sus niveles de educación y la condición de pobreza
del hogar.

En este informe, como en los documentos por país, las discusiones han girado en torno a la
evidencia de que el embarazo en la adolescencia no solo se ha incrementado en número sino que
se constituye en un problema social que atañe al Estado y a la sociedad en su conjunto; que si
bien al presente hay avances en las políticas públicas (salud, educación, trabajo, entre otras)
orientadas a la prevención y atención del embarazo adolescente, estas todavía son insuficientes,
fragmentadas, poco integrales y no se implementan efectivamente; que las construcciones
sociales y los significados culturales de la adolescencia y la sexualidad desde la familia.
Entre los otros factores asociados a la maternidad temprana se encuentran las características del
hogar de la adolescente: los ingresos de sus progenitores, sus niveles de educación y la condición
de pobreza del hogar. Pero también hay factores contextuales relevantes, como el acceso a
educación sexual y reproductiva, a los distintos métodos de planificación familiar y, sobre todo,
a la garantía del ejercicio de sus derechos Cada vez se reconoce mucho más claramente que los
determinantes del embarazo adolescente tienen que ver ante todo con factores sociales,
económicos y culturales que van más allá del ámbito de la salud.
América Latina y el Caribe es la región con mayor fecundidad adolescente en el mundo después
del África subsahariana. Durante la década de los noventa aumentó el porcentaje de madres entre
las adolescentes en la mayoría de los países que la componen, en contraste con la caída sostenida
de la fecundidad total.
Dada su incidencia, implicaciones y consecuencias, los gobiernos de la región han incluido al
embarazo y la reproducción adolescentes definidos en términos operativos como los que
acontecen antes de los 20 años de edad 7 entre sus prioridades en materia de salud. Los esfuerzos
y los recursos para prevenir el embarazo en adolescentes se suelen enfocar en niñas de 15 a 19
años.
De manera general, el embarazo y la maternidad adolescentes no han tenido una respuesta
apropiada desde las políticas educativas, de salud, de infancia y de juventud. En ese sentido,
algunas voces postulan que la maternidad adolescente es relevante como asunto de política
pública, cuando la maternidad no es una decisión tomada libremente por las jóvenes madres y
cuando reduce su nivel de escolaridad (Banco Mundial, 2012).

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