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1. Los elementos del sustrato hist6rico 1 Espacio y tiempo 1.1 Elmedio fisico 41.1.1 El espacio geografico: aproximacion regional Ladenominacién «Pr6ximo Oriente Antiguo» incluye dos enidades geogrifi- ra, africana, La primera engloba practicamente cas distintas: una, asic; la o toda Asia Anterior o la que los historiadores suelen entender por tal: el tert rio comprendido entre iin yel Mediterrineo, de EO. y ene e Causey el Golfo Pérsico, de N. a S. La segunda, mas pequeiia, corresponde a Africa nororiental, desde Libia y Egipto por el. hasta ‘Sudén y Btiopia por el S. Nannaimente, este amplio espacio ffoasatico suele subdividirse en re- siones naturales con earacersticas eeosrficas ehistricas similares de wna parte, Mesopotamia, Golfo Pérsic Arabia, Sitia-Falestina, ‘Anatolia, Asia Menor, de ota pare, Lida, Egipt, Mar Rojo, Sina deseros i, arabigo y sahariano, Nubla. A su vez cada una de estas egionesincluye cespacloo: his- torgos dferenciedos por desigual nivel de desarrollo y or su protagonism Fe eae de su comin historia, Esta evclucion es partcularmen- teclaraen Mesopotamia y Epito, donde Tos dmbitos egionales desempeia- ron un papel importante fo largo de su historia: Mesopotamia baja o rein historiea de Babilonia; Mesopotamia media o region de Asiria, y Mesopota- nia algo sislo-anatblica; por su parte, Egipto 0, mejor dicho, «el pais del 29 de Ss Poh, del Walley ga como Bstad0 1 ajo Egipto» y las ioe Nilorse con en nama «ieee ens ga volun ; tamia y Egipt0, CON Sus analog, istorico proximo-orienta 4.) el proceso hist - clave de gos pueblos ¥ estados del irea.o gen,” en p protagonismo. Pero él CONSENSO es tot. tas dos reas, en fechas similares; Es a stad, ‘en un comtext 41.1.2 ELparadigma ecol6gico 1.1.2.1 Mesopotamia Enprinipio las condiciones naturales del espacio: mesopotimico no son favo, ‘bles alasentamiento humano, hasta el punto de que la propia civilizacién pave haber surgido precisamente aqui como solucién a un problema ecol6gico, ‘se quiere, como reto ante elementos negativos del «medio» como el clima, lees tetilidad del suelo o los desbordamientos de los rios, entendiendo la ecolog como el estudio de las interrelaciones de los seres vivos entre si y con el mei que los rodea (Hughes, 1981, 17). Este enfoque supone un analisis de como ss ‘comunidades humanas existentes se relacionan con el territorio, cémo resue'vei _ roblems dela iam de terreno cultivable, se enfrentan a las adver dates dela ys endmenosamosferios en general. Ello exige unc ‘gi matzo —y no so de ls tpicos al uso— acerca dels parca domanieninients ya _ — i ri habitat determinado, de sus posibilidad#* nes tibia en rgen deh eaten pare su desarolo ler por elementos negativos, surgi leh ‘mera civilizacié enn 1978) Nose ue equivale a decir que «comenz6 la his (Kramer, 1978), “ co como ape sees sBuMentos permiten definite legiado» en el contexto del ambito asistion Fe . +h ‘yPaleagenminacin que cubre el arco territorial estrilidad de lag tla Cuyo suelo debid ser considerado Seog 5u propio nar cesettcas vecinas, En segundo ust", za por AaB. Esto hing TeBO nica («pais entre rios») USP Disco ert densidad uaact P2rdGjicamente, en una 00, ‘meat es eMC aoe (0 mas de 200 mm) PO spon lads y got 2° ua fluvial no conrolada que 27 9) yalgunog de 55 argos riggs destruccin del habitat voi i 30 Principales a a 3.297km el Bufrates ¥ 2.130 ¥ Pe Sopotamia baja hatiheteate : 3s principales significativa tendenci de Erica Ura troy ness Pszamiento hacia zona ms septentonaes Ia actual Bagdad Tae a) ata Jemdet Nast, en ls proximidades de ciudad de Nippur, dase embed la Mesopotamia mei, on tena a constryeron hace ake is obras hrulicas fueron mis importantes: se actos pases conten, aceauies y anes de disci, cae- Mos deena ne desnivees del teen, Gneralmente se ditngen dos eres a go stibuié, de gran anchura— hasta 20m-— y longi Serle Zid am de igacion, mis pees, dispuesos de forma tans ¥ 3s a regar el terreno cultivable. No obstante, a amenaza de jesbordamiento e inundaciones en esta irea no debe generalizarse por ms auc haya sido uno de los elementos clave y radicionalmente asumidos del pa radigma ecol6gico mesopotimico. Algunas matizaciones resultan imprescin- dibles para entender por que se producia este fendmeno y, sobre todo, por qué las primitivas comunidades eligeron enclaves en los que peligraba su propia ssupervivencia y no otros en los que esta amenaza era menor. La respuesta ala primera cuestidn es geografica; la de la segunda, en cambio, histirica, En efecto, se ha repetido hasta la saciedad que Eufrates y Tigris son rios torren- ciales que aumentan notablemente su caudal ordinario, sobre todo en deter- minadas épocas del aiio como consecuencia del deshielo de las montaias ve ‘inas a sus cauces. Este fendmeno es debido al clima extremadamente ido del apais», que sobrepasa fcilmente ls 50°C en verano, Pero la tortenci Sad destructiva tiene también un fundamento geolégico. La planicie mesopo- {émica es una Ilanura aluvial formada mediante sucesivas sedimentaciones al término de un proceso de geosincinal, en el que la presion de la Meseta Ira- via tras el desierto arabigo hizo surgit, de un lado, los Montes Zagros,y de bio, la depresién mesopotimica, Mis tarde esta depresin natural seria col- aan aceaiante materiales arrastrados por Is crvientes de agua exstentes, Pero el poder erosivo de Tigris y Eufrates ha sido diferente, Mientras que el Trans te abiert un profundo cain, que hacia dif eldesboramient, el Fee ne a epositado los materiales de arrasie en ambas margenes y en su i Geperjo gue en algunos ames el nivel del aguaera incluso supe propio lecho, Por 0 de Jos a uno y otro lado de su cauce. En estas condi- rior al de los terrenos Bit jon era mayor y el agua desbordada formaba alli aoe cc riesgo de inundacion era mayor y el agua des é zonas pantanosas de mal drenaje, Wve desecaci6n por evapora a anes cane Pace de salinizacion del suelo hasta proporciones poco, SaIAS LSTA. 31 Gtabilidad, dadas las condiciones ade a ts deagb9 POH, he Ts primeros enclaves bans Sy demuestra la preferencia de las marge. » Tigris, respectivamente. Este dato esre- “perfil disimétrico de ambos rios, en los see en terrazas permite cultivos de cierta ‘temente incrementada —hasta 16 Protohistoria. Pero no es necesa- itivable haya sido el resultado de ras» al mar, que habria retroce- aria (Contenau, 1977, 8). Por el Resse pee tein SES aseans ci Se arcesarion aura poblacin fi ‘veces de! $000 al 4000— del Neolitico a. la rio suponer que Is ampliacin del suelo cul ‘un improbo esfuerzo milenario de «ganar tie 200 km de la linea de costa origin 1 coanares olga ‘gedlogicos recientes demuestran que la Tinea costera en esta zona apenas ha variado desde el 5000 a. de C. (Hughes, 1981, 55), aun- ‘que si parece probable que la formacién de algunas terrazas —en la Mesopo- ‘amis media, en torno a Mari—no remonte a época histérica (ca. finales del TV milenio), y que, desde entonces, hayan observado variaciones notables (Margueron, 1991, 22). En consecuencia, el control del agua y no la modifi- \ cacién de las condiciones naturales fue el método utilizado por los antiguos ‘mesopotimicos para crear un habitat que garantizara su supervivencia. En pocos siglos, el mbito bajo-mesopotémico pasé de ser una regién inhéspita a Cee aan pam en asi vesiun oe eco, de las montafias préximas ¢ incluso de pueblos mis alejados que, de forma periddica, intentaron imponer su control sobre esta drea. Pero a ello contribu- yyeron también otros factores, no s6lo los geogriificos 0 ecolégicos. 1.1.2.2 Egipto En cambio ta situacién era completamente distinta en Egipto, donde el Nilo, discurriendo entre desiertos naturales, era considerado un «don» de los dioses 4que permitia fertilzar ls tierras situadas a ambos lados de su largo cauce el Inés largo del mundo, con casi 6.500 km desde su nacimiento en las montafias de Ftiopfa y en la regién de los Lagos de Africa Oriental hasta su desemboca- dura en el Mesiterrneo tras formar un amptio delta, pero con zonas interme- Sas habiabes— Sin embargo, ls condiciones climaticas de Egipto no eran sac rabes que las de Mesopotamia, La baja pluviometia se reforzaba con val yon camPeatura extras —enie los 0° y 50°C en periodo esti To Megat il Pluviosidad peiddica en cl mes de septiembre, en el que el natural entonees uae 8 aumentar asta 0 veces su caudal mis bajo. Era Pavianosso acs Bras te fueranoriginariamente reas = motivos figurativos (pictogra- 1 tess elementos det sustrato historice mas) ) de laser, Jeroglifica, pero que dificultaban sobremanera los posibles : Smuos En. ‘ha acabado suplantando a la geogrifica, que tradi- i a explicar el origen de lacivilizacion en funcién de las cionalmente pretend al En ete sentido sport observa algunas Ghorencias exenciales entre ambas. Mientras que el espacio Fe geet tanto, un término opuestoa «culturas», sino mas bien complement- ‘ode Estas, un estadio mis evolucionado que implica ya un cierto grado ‘Szanizacién social basada en la produccién, control y distribucin de 108 F°= * cursos existentes. Que el salto cualitativo de una a otra forma de: organizacin Drodujera precisamente aqui no es ajeno sin embargo al precoz desarrollo vee pantativo de estas comunidades (Liverani, 1988, 123), especialmente e019 ue se refiere al sistema de numeracién (sexagesimal) que se vincul6 ala 34, 1. Los elementos del sustrato histérico ——__ 1. boselementos det sustrato histérico dias de uso cotiiano (peso, capacida,longitud) ya un complejo sistema de valores, que se apie tanto ala divin social del trabajo com al producto mismo, fuera éste considerado mercancia comereializable 0 servicio pres- tado a la comunidad, A pesar de que estas primeras comunidades urbanas son definidas generalmente como «agricolas», es dificilmente cuestionable que las relaciones de intercambio hayan desempefiado en ellas un importante pa- pel desde los primeros momentos. La ubicacién de la Mesopotamia baja en uno de los més importantes ejes de rutas comerciales de la Antigitedad favore- © cid sin duda este temprano desarrollo. través del comercio la regién del Indo se comunicaba con la del Golfo Pérsico («Mar Inferior» mesopotimico) pa- sando por Persia y la vecina Elam, Desde aqui las caravanas, bordeando el desierto ardbigo, se dirigian hacia el norte hasta el Mediterréneo («Mar Supe~ rior) atravesando Siri y hacia el sur hasta Egiptoy el Mar Rojo. Naturalmen- te, este desarrollo comercial exige la existencia deias de comunicacién in- tercontinental concreta3yque solo se definirian mucho mis tarde. Pero no es menos cierto que a través de ellas, quizd desde tiempos protohistaricos, Me sopotamia recibié los aportes humanos y culturales necesarios para evolucio- nar hacia formas més complejas y avanzadas de organizacién social. 1.2. Elelemento humano: etnias y lenguas En los casi veinticinco siglos de historia «antigua» el Proximo Oriente cono~ ci la llegada de multitud de pueblos de diversa procedencia étnica y-lingiis- tica, distintos grados de desarrollo cultural y econémico que, en gran medida, conforman la imagen de una evolucién en fases sucesivas —més que coexis- tentes—, con la particularidad de que los «centros de interés» histérico pare- cen haberse desplazado progresivamente de S. aN. y de E. a O.,.a pesar de que esta visidn tradicional ha sido denunciada recientemente como prejuicio de «curocentrismo» (Liverani, 1988, 938). En cualquier caso, el mundo asié- tico y afticano antiguos, lo que se denomina genéricamente Préximo Oriente, incluye un mosaico de pueblos y culturas poco comiin en otra reas de civil zacién historica, si bien es cierto que muchos de éstos —aunque no todos— Son asimilables a grupos humanos mas amplios definidos en términos étni- os ya lingiisticos. Todos ellos, no obstante, presentandificultades de iden- tifieacion derivadas tanto de un temprano contacto entre si como de las carac- teristicas comunes a sus peculiares modos de Vida 1.2.1 Elelemento sumerio: la cuestion de su origen a pesar de los recientes avanes de los orenalistas (Soden, 1987) la cuestion ‘paehorigen sumer sige send en cierto modo un enigma tanto dese el pun- rade ct ingistieo como éinico y, en consecuencia, histrico. Muchas son 35 Estados, pueblos y sociedades préxim tones que plantea todavia la historia de esta primera civilizacion de} masa ner 1972), pee sobre todo en 10 auese refers al proseieneing identificacién del grupo humano asentado en Ia Baja Mesopotar dl Sry eat del Hl meno (Kramer, 1972) La primera custin e saber si ajeno al ambito mesopotémico. Aunque la estratigrafia del period sera es, amplia —s6lo en Eridu se han establecido 19 niveles con i 7 1 pane superpuestos (Lara, 1989, 22), la arqueologia no ha aportado hasta el mo- ‘mento una prueba satisfactoria de «ruptura» inequivoca con la cultura mate- rial anterior, por lo que la tesis de la autoctonia ha tenido que ser refutada con argumentos lingisticos no siempre s6lidos, como que los nombres de los co- nocidos rios (Eufrates y Tigris), asi como el de las ciudades del perfodo (Eridu, Ur, Uruk, Larsa, Kish, ete), no tienen una clara etimologia sumeria de la que ~ pudieran derivarse sino que, por el contrario, parecen semiticos. Por esta ra- 6n, durante algtin tiempo se creyé que esta cultura primigenia, que legé la es- critura cuneiforme, no era sino el precedente semitico de los asirios y babilo- nios. Pero el descubrimiento del archivo de Lagash a finales del pasado siglo infundié Ia sospecha de que la lengua hablada por los sumerios no era semiti- a, sino perteneciente a un tronco lingiistico desconocido. El uso cuneiforme ™mostraba peculiaridades no compartias por otros grupos, como el significado bivalente de ciertostérminos («ti» para vida y flecha; «kur» para pais y monta- fia), cuya verdadera acepeién solo es identificable por el sentido del contexto enexpresiones del tipo «Enlil-ti: (el dios] Enlil [te conserve] a vida) o «Kur- gab» (la Gran Montafia, como apelativo referido al propio Enlil), Para algunos investigadores expresiones similares revelan la existencia de una cultura sume- ria en el periodo de Jemdet Nast, ca, 2800 a. deC. (Schmakel, 197,61), porlo que no seria arriesgado suponer que también lo era la del periodo precedente de Uruk VI-IV, ca. 3200-3000 a. de C., la cultura que dejé paso a la civiliza. i6n urbana y que constituye el uso més temprano de la escritura en la historia de la Humanidad, Pero otra caracterstcas lingisticas del sumerio, como la frecuencia de radicales monosilébicos y su caricter de lengua aghutinante (al formar léxico mediante nexos sucesivos), presenta claras analogias con len- {guas orientales mas lejanas, como las dravidicas del Indo, por lo que no puede descartarse este posible origen (Kramer, 1972). Bs bien conocida la atraccidn uc el Este ejercia sobre los primeros pobladores mesopotimicos, recogida en Sites como el del orto heliaco, a menudo implicito en los textos sumerios que aluden al «pais donde sale el sob» o pais de Tilmun, que podria interpretarse Siaae in Sentimiento nostalgico de la tierra de sus ancestros, Pero no debe oF vide que eee mundo milenario, ms legendario que historic hast al ser, en muchos agg ts interpretaciones ideotbgicas oreligiosas no pasan de Tals oad cases: meras conjeturags Mas realista resulta intentar localiza el pais 0, al menos, la regién ala que Pertenecia Tilmun, Una primera hipotesis lo situé en las proximidades del litoral mesopotimico y, concretamente, en 1a isla de este nombre del pequetio archipiglago de Bahrein, en el Golfo PesicO 36 m 41. Los elementos det sustrato histérico ta Mesopotamia por oriental, I que exis nde: ®rigen implicaba que fs sumerios habrian aleanzado cera ae no conradeia su presunta proces Iejana TrncenOtss asia! Timanenacuenea del Ind.con Fee araelena sates comerciales» ye étaépoca (Liveran, 1986), Peo el proximo Elam have eos apuntan asimismo hacia otras regiones desde hanes recientes a za meridional del Mar Caspin en donde exe Ain Tepes cya leseubiero dos teraz esealonaas en Trang Tee ¥ (Desyes, 1970) Cont eer del io «ziggra ‘mesopotarico por ain aha enealmente se considera gta como protatio de aves, Signficria invent es ites ontraia Klima, 1980, 259), logue Mein Cantad ambi stings de a tayectoria ona «desde» incluso con el ‘amie sa —y no viceversa—, que podria corresponderse Mae Mec Seti por ls sumeros hasta su asentamiento la Pie ami: Finalmente, sets arqveolgios popecinan Meas coe Gtuhehumano cuyosrasgosfisondmicos (bj stature, rai cefal fon acho; nar rominent bora equ ete strech) oy Guerian om as aicionaes del grupo serio sno que presen EOS pos tanto de po alpina como de nero ines tanseaudsio nin conservencs, ideniexin eg sumer y el origen de este usb ten cs edie pe eu metas arguolios po ae odo exabrsin interdisiplinar de ar queslogs,historiados 9 ancodlns de un lado, y filblogos y gedlozos, de to) peri sles l te sie ed pre ein de lahis- 41.2.2 El grupo camitico: su identidad ~ Hasta hace tan s6lo unas d&cadas se consideraba que e caricter esencialmen- te alricano de los egipcios se debiaasu vinculaciénal grupo de lenguas cami- ticas habladas por los pueblos del desir affcano desde Somalia. a Lib, Nrsbatante, el earicter originario dela poblacién epipeia no se habria modi- fread por I influencia de oos grupos procedentes tanto dei N:(Gemigs) a1 8. (bios) com del E rabes) lO (ibis), sine ane ms bien Sstos pe es asimilados como elementos de lamintficada ctr pe, ia que sin duda el componente african predominaba soe el siti, sel Oc elemento blanco autdtono,asentado enelN.del pals mismo modo a ere mi moon Revel pet mis acusa rr se entiad del eipsioantguo como una a dt gp s de las formas camitico afric evidentes correspondenc yotueionadas de eserituraeroslfich coneretnmente as denominadas «hie- Ftcan (ea. 2000 a. de C») ¥ EMORY (a. 10 ‘ade C.), con Tas lenguas set fo a pensar que se tra en ra emiticas han inducido a pensa Jidad de una variance del occidental, algunas de cuyas ‘lenguas» como la 1e tronco seit ‘multiform 3 Estados, pueblos y sociedades préximo-orientales saa sion de fuentes de origen diverso(asirio, egipcio, psa) permite esta bleoersineronismossistematios de coe que la cronologia resultante es ~) {lida salvo error tan s6lo de uno o dos afios, vise 2 ca. te 0 de pablemas, Como es sbido, a wadional organiza por dnastias fx de problems con unos 190 farones o reyes) es debida a Maneton, quien an Gn griego una lista real a comienzos del siglo ta. de Cen plena Faere lense, Pero l orgaizacin de la historia espa por perodos de sree eamperios») y declve («periodosintermedios» y crisis ro- a recede el thle sel eset alias rire cin ene i ideado por Maneton: "0 arti ent fa sucestON EHNA Hs Exas a vous 10 00 eS Tega fai real Hh dees poblezas locales 0 PTT TT ginastias eon Felice HN Vth bemente el eitero que eXsTuNe SAAT NIX) ods (ATV VNNK), SEI econo aan fara NAVULS YET rel ve smicaras que la mayeria os rae este mer: A. Ltr te ea XVII. por ejemplo, escede amin pat elds NO UNE vaeilacones radia en cl pmpig ei, eat eS il cute ef qu as fechas se adseibian 3 da reievo eh el pode Hey pondiente al de acceso al trono, por to ue parte, ef sistetia te: Se hecho un nuevo computo, una eueva et Por oa aes 1 AAT A ocncialaportado por os datos arqucotOgicos (el anal «Seu ies Gebido a Petrie) presenta un errr de gus minus 70 aftos, uae Ine cha. ites con frecuentes, segin que se utliee el sistenna argueotiico 0 el cov to astronémico, Por ejemplo, el inicio del «lmperio Medio» se stele [hteet coincidir con el comienzo de la dinastia XI con Amertentat ea, 2000, eC pero sabre labase dl ciclo sotiaco, que sblo cada 1.460 afios colnet et ‘el comienzo del aio solar (en julio, para los egipeios, como apariclit ee lie crecidas» del Nilo), el comienzo de esta dinastla se retvotraerta hast 15) nN de C,, lo que automiticamenteimplicatia rebajar nv de aos wits ¢l inicio de la dinastia I (Hayes, CAH, 1962), lo cual es inadmisible. Otro ejetti- plo ilustrativoes el perfodo que transcurre entre 1786 y 1567, Seyi el way ‘na tradicional, en estos 220 aos se suceden las dinastlas XUIL (1780-1693), XIV (1786-1603), XV-XVI (1674-1567) y XVIL(1630-1567), Por larity, eat ‘ltima comenzaria cuando tedricamente la XII esta todavia ett el poder, La misma coetaneidad se observa en la cronologia de las ditastias XXIIl, XXIV y XXV (945-656). Esta superposicién se explica por nizaties polities He curriendo al argumento de la «anarquia», per puede traarse tah fe MO biernos paralelos en proceso de reunificacién Politica von prodotti alter nativo del Delta sobre el Valle y viceversa. Ent cualquier easo, of bulutoe tel: poral de los lamados «periodos intermedios» en la historia exiset inet hasta nueve dinastias—sobre un total de 20. fae aaa aioe Timadamente 300Gb reeds ee 2 St on a ie do considerado (ca.2200.a6a, 900. des) nt Por went de pet —aCon estas limitaciones de precisign o como en Egipto, es preferible optar por un fine como relacién temporal (de anterior Sire dos hechos conocides, sin peruie incorporadas en el discurso'a fin de situs tonol6gico preciso. Por tanto, cronolegh luyentes sino complementarias y vonsy yea MY wrelativas ns eR) ce cualquier tentativa de perio tlt 42 ronoldgica, tasty en Mesuputiti na «eronologa ative se te: dad, simuttanidad, juster iat itl) © de que las daiaciones Fiabes eet ar hechos y preisomiajes ev ut Hite 1. Los etementos del sustrato histérico 3500 3300 3200 3100 3000 2900 2700 2500 2400 2300 2200 2100 1900 1800 1700 1600 1500 1400 1300 1200 1100 1000 900 800 700 500 300 a. ‘Mesopotamia Protodin Protodin I AcADIO Gat vel Amorreos Isin/Larsa BABILONICO Casitas Mita ‘MEDIO AsIRIO NBOASIRIO NEOBABE Loxico, MACEDONIO, Egipto <25 vi vv, xml XAlL xv XVIKVUKVIL XVI XXVIE XxXVI XXIXIKXX 20 Anatolia Histas Hist Pedel Mar Figios Lidios MACEDONIO, Siria-Palest. Medio-slimico Mitan Sitios Pedel Mar Arameos Caldeos MACEDONIO, Trin Necelimico Poss ERSA AQUEMEN, aceoonso 43 orientales stados, pueblos y ociedades PONT 2 En el umbral dela Historia ‘2.1 Prehistoria, Protohistoria © Historia mmanidad es en oxy euluras de la Human au bos cu era que sel denomnr prota mexocntTe la «prchistorian y c estos tres periods son casi oronot@gicos entre ies eo orentes en cada region, cult o civiliz- nes en oriadores sueler hacer coin- Feria i ne citi comienza def casa generaimente hasta. Ia aparicitn Osa rmienzo de Ta sir erando esta como una fase avanzad de 19> See anas comunidades agveoas, Oto eiteiommenns aio, ‘en principio, ha sido la existencia o no de «eseritura> «que distinguiria las fa- saroparente histriea de ls precedente, aque cuyo testimonio se Saree tos de cultura material no escita, que se corresponderia con so- TFedades y evonomnias menos evolucionadas. Segin este criterio se distin~ cari basicamente dos tipos de sociedades as «grafasy, que no conocie~ Shel «uso» dela escritura,y las «iterarias>-que dejaron ya documentos seestos simbolo de una determinada «civilizaciénn. No obstante, entre sae Sina se situarin precisamente las protohistoricas, sociedades dgra- fa pero con un cierto grado de cvilizaciin, deducible a través de testimo- ‘hos exertos de otras enilizaciones referidos a aquéllas. Con el fin de esta- bicccr diferencias claras entre ambas los historiadores suelen asignar el Concepto de «civilizacién» al conjunto de elementos que permiten recons- ‘ruir los modos de vida caracteristicos de una sociedad hist6rica determin: Sa, mientras que se reserva el de «culturasy para identifiear a un grupo hu- mano en un espacio y tiempo no bien definidos, lo que explica en parte que @ renodo suet sew ners contactors como ae > y«paralelismo» entre unas regiones Ene at dolar cnbcras rosbleircas es clvevar devin Pee fe evlocie se costetra la ccpatznciia social dean dat oe = cone rman mmc ana Gion con el medio yen qué medialosindieadoessocales (tein, een Aldea) econbmicos (aso de metal tipo de produeson vote a | tipo de produccién cerdmica) denotan Ia cexistencia de una comunidad con un (Milone, 1974), ‘on un cierto grado de organizaciin politica La historia temprana de los pu ‘medida producto de su propia «t ‘el momento espacio-tem la «historia. Pero los siempre difusos y, sobre to Por elemental que pueda : Trai Rueda parecer el momento protohistiea se sits en trayectoria nomico que va desde el estadio de «produc én de alimentos», destinados exe Sa Simin, destinado exchusivaente aa subsistencia de co >jetos en serie», destinados a satisfac It demanda de un incipie ipiemte 4mercado», re ido», restringido a las necesidades de 10s elemento ditferen- con el «medio», caracteristicas del gr e 1po humano) la ssiva comple] dad del enramado soil mejor ncus ea anaes ee Braciones» o sinvasiones, cua insdencaen la voli de las om Primitivas no siempre es clara. Por ello, en las tiltimas décadas ha ee terreno el concepto de «aculturacién», con el que se pretende susti- tuir el Iento proceso de adaptacién al medio, por parte de un nuevo erupo hhumano, por otro no menos lento de adaptacin cultural, que puede durar incluso siglos, ; 2.2 De la «revolucién neolitican a la «revolucién urbana» Pocos términos acufiados por la historiografia moderna han recibido mejor acogida que el de «revolucién urbana», propuesto a mediados de siglo por Gordon Childe, pero que ain hoy goza de plena operatividad entre los espe- cialistas (Liverani 198, 107) hasael puto que apenas se ha odifendo ta cronologia del proceso (entre 3500 y 3000 a. de C.) ni el ambito en que se produjo (la Baja Mesopotamia), y particularmente en la ciudad y territorio dominado por Uruk (entre 3200 y 3000 a. de C.), ni mucho menos los facto- ay resins sar uniteaa peooen, Wo aeee Sieemeepeioee alos fundamentos de la tesis childiana (Adams, 1971) 0 a las diversas fases. de urbanizacién (Liverani, 1986) no cuestionan en absoluto el nicleo de la, teoria. En realidad, la afortunada expresién de este historiador marxista preten- de definir un proceso més complejo que la mera urbanizacién del territorio, Io que se conoce generalmente como paso ‘de laaldeaa mi ci un proce- lo que se conoce generrnonan ala Pehistri y us consecuencias mds no- tori Sivieron ‘durante siglos para diferenciar los diversos estadios en la tvolucign de las sociedades: tribales o preestatales (*Sahlins, 1977), civili- Zadas (Trigger, 1985), estatales (*Service, 1984) 0 simplemente urbanas (Adams, 1971) sin distinci6n de émbitos. Por To que se rfiere alas prime tas soviedades proximo-orentales a culminacion de este proceso al fina GEL mln ages tambien cl min dendecs lari arbio radial del met Jon és aprcn del Esta Figo lacs Seer adn in cnbago, cv evident gue ee eevelucign wba nay etn soe Final de wn eo lacscritra, avanee sencia de nuevos elementos (Us0 te sat on érminos de evolu- teenol6gico,divesifieacion eri ros de sus precedentes ign result diel Sep in stados, pueblos y sociedades préximo-orientales prehistéricos. Procesos como el paso del nomadismo a la sedentarizacién, la configuracién de las primeras comunidades agricola ¢ incluso el cam- bio del régimen tribal o de aldea al de ciudad son elementos asimismo cla- ves en lo que se conoce como «revolucién neolitica», que implica ya una cierta ordenacién del territorio con diferenciacion del «espacio habitado» y el «productivo», No obstante, da evolucién cualitativd de estas primitivas sociedades se produjo como consecuencia del desarrollo de las primeras comunidades agricolas, por lo que el surgimiento de las formas de vida ur- bana es en realidad efecto —y no causa— de los cambios operados en la precaria economia de estas comunidades. El problema que ha suscitado esta peculiar evolucién se refiere no tanto al cundo o cémo cuanto alpor quéel salto cualitativo se dio antes en estas sociedades y ambitos que en otros; di cho de otro modo, qué hipétesis, sila demogrifica, teenolégica u organiza~ tiva (Manzanitta, 1986), es determinante en el origen, ritmo y culminacién de este proceso, Recientemente, sin embargo, se tiende a ver en ello los componentes de un mecanismo sistémico de factores interrelacionados de tal modo que el desarrollo de uno proporeiona el impulso paraeel avance de los otros (Liverani, 1988, 108). Pero conviene siquiera enumerar los facto~, res analizados por Gordon Childe a fin de valorar su mayor ¢ menor inci- dencia en el fenémeno genérico de la llamada «revolucién urbana: 1) el ‘uso del metal; 2) el sistema de irrigacién; 3) el conocimiento del calenda- io; 4) el uso de ia escritira; 5) la diferenciacién en grupos sociales; y 6) la organizacién politica. Resulta evidente que si los cuatro primeros pueden ser considerados «innovaciones» los dos iltimos son en realidad elementos institucionales evolucionados de formas més primitivas de organizacién so- cial, en las que atin no existia estratificacién social ni, por tanto, tampoco Estado en cuanto poder centralizador y controlador de los recursos de la co- munidad. Pero es asimismo clato que no son tanto los «sos» cuanto su «di- fasion lo que impulsa cambios cualitativos en la primaria organizacién so- cial. En este sentido se han puntualizado las tesis de Childe (Adams, 1971, 10) con el fin de completar el euadro historico del proceso: a) ampliacién de los asentamientos hasta adquirirproporciones urbanas: b) existencia de un tributo como instrumento de mantenimiento del poder centralizado: e) realizacién de obras piblicas de cardcter monumental; d) invencion de la escritura, como instrumento de control y signo de diferenciacion social €) avance en conocimientos precientificos vinculados al cdleuloy la astrone, mia; f) desarrollo del comercio a larga distanci lo 8) emergencia de una so- edad estratificada en clases; h) divisién social del trabajo, referida @ la produccién de alimentos o manufacturas y los servicios presiados al Esta. solidacién del nuevo sistema social mesopotarn Paes el que todavia durante siglos las relaciones Tells cooisterncon is uence ate eS 05 pr criterios territoriales y econémicos eae oe 46 Los elementos. 2.3 Organizacién de las oo cate as primeras ‘comunidades urbanas: strato histérico a Lanes ie regimen tribal al de «aldew» apenas modificd la onganizacién in- ferna de las comunidades primitivas, Los lazos de parentesco prevalecieron sobre cualquier otro criterio de diferenciacién social y las decisiones toma- das en un «consejo tribab» o familiar pasaron ahora a ser competencia de de~ terminados grupos familiares que defienden intereses comunes: territorio, * suelo cultivable, ganado, bienes, ete. Las relaciones entre estos grupos se for- talecen mediante la prtctica de la endogamia, que genera diversos grados de parentesco ene ls miembros de naan. No obstant, se comietzn are Sonocer algunas diferencias «sociales» en el seno de una comunidad s vestamente homegénea, pero los erterios de dferenciacién se vinculan ala edad (ancianos y jovenes), prestigio (familias viejas y nuevas) o valor (guerreros 0 no) mas que a la riqueza (ricos y pobres). Adem, la comunidad tribal como la de aldea eran autosuticientes en términos econémicos y de de- fensa. Las relaciones con otras aldeas del entorno eran eseasas y se limitaban 4 pactos o alianzas para proteger intereses comunes. Pero el crecimiento de- mogrifico de algunas aldeas, de un lado, y la amenaza de poblaciones veci- nas, de otro, hicieron que las comunidades aldeanas fueran poco a poco con- centrandose en los niicleos mejor protegides y que contaban también con mayores recursos. El origen de la «ciudad, por tanto, es el resultado de un X proceso selectivo en el que algunos enclaves protourbanos fueron abandona- dos en favor de otros que ofreeian mayores posibilidades de mantenimiento y reproduccién, proceso que se conoce generalmente como el de la «primera turbanizaciém|(Liverani, 1988, 141), circunscritaa la regién de la Baja Meso~ potamia a mediados del 1V mitenio, para diferenciarla de Ia «segunda», que vieanzé areas mas septentrionales extendiéndose incluso a Siria y Libano a finales del mismo. Respecto del régimen de aldea, la comunidad urbana supone, en princi- pio,aina extension ‘considerablé de los territorios dominados, pero también, Transformaciones esenciales en su estructura interna. La inmigracién de gru- tos perifricos supuso la ruptua de laperidad originara rial oaldean) de aos rernbros dela comunidad, entre los que fue preciso establecer diversos niveles de relaciones (familiares, econdmicas, politicas), Pero en el nuevo sis~ aie siiccaparecieron las relaiones tiles existentes sino que mis bien tetas pacaron a ser marginale para sufuncionamiento, quedando abso or in estructug superior, mengg homogénes en su interior pero mi ane Fee eiealnea Pad exadapstanio inseparable desde el punto de vis- aacanee nein Fistoria, aunque pueda serlo nel andlisis dela teoria pal i judad-estado). Saintes ye iy precedentes ts primeras conmunidades unas vinculen ono alas esocedes Nea iia ca func tales, presentan una estructura social jerara . monopeliza la toma de doo ode lealdea, aunque ame, seteen eaat ceowenestas eset SSSeae anno seers a eT a una estructura mis diversify el irigide, gobernado 0 contro nde a division so ‘Yel trabajo, que establece diferencias, een Spedutivos(deaimmentes, tmanufacturas) ¥ no Productivos o de seryi, een pel seno de la comunidad el ejercicio de ext, cos (sacendotes, SUSTTET™T ferencias notables de prestigio, riqueza y pode, fanciones divers ge" ea coordinacion y control en aras del bienestay de beso gus es eT aadanos: surge asi el Estado, propiamente dicho oman de todos los cit : 2.6 Historia y sociedades milenarias 2.4.1 Mito e historia: el Diluvio > Silos restos de cultura material permiten fijar con relativa precisi6n la estrati- _grafia de los principales conjuntos arqueolégicos de la protohistoria mesopo- tamica (Eridu, Uruk, Jemdet Nasr, Ur, Kish, Lagash), le informacién escrita referida a este primer periodo (0 Protodinistico) es confusa e incluso contra- dictoria en algunos casos. En los primeros textos literatios sumerios (mitos, himnos) (Lara, 1988) resulta dificil aislar la leyenda y el mito de la realidad historice ala que supuestamente se refieren. De este modo, tradicién e histo- ria se complementan pero también a menudo se contraponen. Segiin esta tra- icién, el «diluvio» ocurrié cuando la realeza «estaba asentada» en la ciudad

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