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Todas las historias tienen una música propia, esta tiene una música azul, roja y verde.

Es
importante decirlo, no es una música extraña como lo es la blanca, es una música que se
ejecuta violentamente al final de un capitulo y posiblemente al inicio del proyecto más
importante en tu vida. Cuando la ejecutan bien es como oír el silencio en las mentes de
quienes te rodean, ver como tu barco de guerra se sumerge en la neblina, y aun así
sentirte excitado por la guerra, no hay mucho más que añadir, esta historia ha estado en
mi escritorio durante 6 años, con una nota más rígida y amarilla por el tiempo, sol y polvo:
- Cada vida incompleta, ya lo ves, cuelga tranquila, rota y remendada. Ni suspiramos
hondo, ni reímos alto, ni —hambrientos, hartos, desesperados— hemos sido felices Aclaro
en segunda ocasión que esta historia, en mi cabeza necesitó de bastante tiempo para que
tomara el valor suficiente de leerla y ejecutar bien la música, la razón es simple, la
cantidad de tiempo, energía, constancia y esfuerzo son abismales, y necesité aprender de
otras historias el camino correcto para leerla sin perderme de nuevo, a diferencia de la
música blanca, esta música sólo la puedes sentir una vez, y mientras dura la historia
cambiará pero no retrocederá, de nuevo.

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