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La Historia de Noruega se remonta a la Alta Edad Media, que coincide con la irrupción, a

finales del siglo VIII, de los navegantes vikingos en la historia europea a través de
actividades comerciales, de saqueo y de colonización. Se sabe, sin embargo, que el
territorio de lo que hoy es Noruega estuvo poblado desde hace unos 12.000 años.
Los primeros intentos de forjar un reino noruego nacen precisamente en la Era Vikinga, y
es Harald Cabellera Hermosa el primero en ser considerado rey de una Noruega unificada,
al menos nominalmente, desde 872. No obstante, no es sino hasta los siglos XI y XII, una
vez consolidada la organización eclesiástica y monárquica cuando puede hablarse de un
reino noruego plenamente unificado e independiente. Noruega alcanzó un período de
esplendor en el siglo XIII, cuando fue poseedora de un imperio en el Atlántico Norte. A este
esplendor siguió una fase de decadencia al final de la Edad Media, marcado por la
extinción de su dinastía real, la peste negra y las consecuentes crisis económicas y
sociales. Entró en un período de unión personal con Suecia entre 1320 y 1364 y
posteriormente, entre 1397 y 1523, formó parte de la Unión de Kalmar, que integraba la
totalidad de los reinos nórdicos. La debilidad política de Noruega propició que tras el
rompimiento de la Unión el país siguiera un destino al lado de Dinamarca, que perduraría
hasta 1814. Este último año, una asamblea de patriotas noruegos declaró unilateralmente
la independencia del país y redactó su constitución, si bien tuvo que hacer algunas
enmiendas para integrarse en una nueva unión personal con Suecia. La unión con este
país se disolvió pacíficamente en 1905, y un plebiscito se inclinó por mantener
la monarquía constitucional en el seno de un sistema parlamentario. En 1940 Noruega fue
invadida y ocupada por la Alemania Nazi, que apoyó a una dictadura local de
corte fascista. Tras la capitulación de Alemania el 7 de mayo de 1945, Noruega fue
liberada por las fuerzas aliadas. Después del final de la guerra en 1945, se reinstauraron
las instituciones democráticas, y las décadas siguientes se caracterizaron por la
aceleración del crecimiento económico y el establecimiento de un estado de bienestar, del
que Noruega ha sido un referente histórico a nivel mundial.

Índice

 1Era Vikinga
o 1.1Las exploraciones noruegas en el oeste
o 1.2Unificación e intervenciones danesas
 2Edad Media
o 2.1Baja Edad Media
o 2.2La Era de las Guerras Civiles
o 2.3Haakon IV y sus sucesores
o 2.4Los Folkung
o 2.5Unión de Kalmar
 3Unión con Dinamarca
o 3.1La reforma protestante
o 3.2Noruega durante las guerras sueco-danesas
o 3.3El absolutismo
 3.3.1Resurgimiento nacionalista
 4Noruega en 1814
 5Unión con Suecia
o 5.1Industrialización
o 5.2Conflictos políticos y la introducción del parlamentarismo
o 5.3Disolución de la unión sueco-noruega
 6Noruega de nuevo independiente
 7Primera Guerra Mundial
o 7.1Aumento de la desigualdad social
 8Período de entreguerras
o 8.1Polarización política
o 8.2La Gran Depresión
 9Segunda Guerra Mundial
o 9.1La invasión nazi
o 9.2Ocupación
o 9.3Resistencia
o 9.4Liberación y purgas
 10Socialdemocracia e intervencionismo estatal
 11Gobiernos de minorías
 12Véase también
 13Referencias

Era Vikinga[editar]
Artículos principales: Era Vikinga y Reinos vikingos de Noruega.

Réplica de un snekke vikingo.

Leif Eriksson descubre Vinlandia (1000). Pintura de Christian Krohg (1893). Los noruegos fueron los
primeros europeos en llegar a América.

Arqueológicamente, se considera que la Era Vikinga en Noruega se extiende desde


ca. 800 hasta ca. 1100. Históricamente, esta época se limita de una manera más
específica, desde el ataque a Lindisfarne en 793 hasta la batalla del puente
Stamford de 1066.

Las exploraciones noruegas en el oeste[editar]


En Noruega, que no era más que una región geográfica sin unidad política, había en
el siglo VIII estados minúsculos cuyos jefes militares eran llamados jarls. Estos tenían a su
servicio hombres libres, campesinos y pescadores, que además cumplían una función
militar. A su vez, los campesinos eran servidos por esclavos y siervos libres.
Desde el siglo VIII, los jarls comenzaron a organizar expediciones militares fuera de sus
territorios y atacaron Estados europeos por medio de correrías y saqueos. Junto con otros
guerreros procedentes de lo que hoy son Dinamarca y Suecia, serían conocidos
como vikingos o normandos. Las campañas noruegas se dirigieron principalmente al norte
y al oeste, colonizaron la costa septentrional de lo que hoy es Noruega y otros territorios
hasta entonces deshabitados: Shetland, las Islas Feroe e Islandia. Desde Islandia, el
explorador Erik el Rojo partió a la colonización de Groenlandia a fines del siglo X, y desde
ahí, sus hijos viajaron hacia el oeste a inicios del siglo XI y descubrieron la región
de Vinlandia, en América. Desde el norte de las Islas Británicas los vikingos noruegos
atacaron Escocia, el norte de Inglaterra, Irlanda y la Isla de Man, y más al sur, Francia e
incluso la península ibérica.
Se ha discutido bastante sobre el origen de esas migraciones escandinavas y existen
varias teorías que intentan explicarlas. Se sabe que coincidieron con otros eventos
importantes, como el uso del hierro en la fabricación de herramientas agrícolas, que habría
incrementado el potencial productivo y la necesidad de nuevos terrenos para el cultivo.
Otro evento fue el surgimiento, a finales del siglo VIII, de una sociedad noruega organizada
en pequeños reinos cuyos monarcas exigían impuestos. Muchos noruegos prefirieron
emigrar y la manera más próxima de obtener recursos fue el saqueo, actividad que les
valió a los vikingos una mala reputación en Europa. Sin embargo, otros más se dedicaron
al comercio o se asentaron pacíficamente en las nuevas tierras. En las colonias vikingas
de las Islas Británicas, la población celta fue asimilada por la cultura nórdica, como fue el
caso de los reinos vikingos de la Isla de Man y Dublín. También hubo vikingos noruegos
que sirvieron militarmente en las cortes de Nóvgorod y Constantinopla.

Unificación e intervenciones danesas[editar]

La llegada de Olaf Tryggvason a Noruega en 995 supuso el inicio de la cristianización efectiva del
país. En esta ilustración de Peter Nicolai Arbo (1860), es acompañado de misioneros anglosajones.

El rey Harald Hardråde cae en la batalla de Stamford Bridge de 1066. Su invasión a Inglaterra se
considera como la última expedición vikinga de la historia. Pintura de Peter Nicolai Arbo.

En la era vikinga, los jarls locales comenzaron a organizarse por regiones. Los poblados
alrededor del Fiordo de Trondheim se unieron en una liga regida por un
solo ting (asamblea), mientras que en el sur de Noruega ocurrió algo similar. El reino más
estable y fuerte fue el de Vestfold-Oppland Occidental, que contaba con la zona agrícola
más rica de Noruega y la ciudad de Skiringssal, un centro comercial donde confluían rutas
internacionales.
A finales del siglo IX Harald Cabellera Hermosa asumió como rey de Vestfold. Por medio
de alianzas con los jarls de Møre y Håløyg pudo incrementar su poder y derrotar a sus
rivales de Hordaland y Rogaland en la batalla de Hafrsfjord (ca. 872). Esta batalla ha sido
considerada tradicionalmente como el evento que marcó la unificación del país en un solo
reino bajo la autoridad de Harald. Sin embargo, a pesar de ser reconocido nominalmente
en varias regiones, al parecer el monarca no tuvo el control efectivo de todo el país. En
esa misma época, se cree que la región de Noruega Oriental (Østlandet) era vasalla de
Dinamarca, un reino más poderoso.
Los sucesores de Harald I de Noruega no pudieron fortalecer el poder monárquico y las
luchas intestinas de los reyes con los jarls o los pretendientes rivales propiciaron la
intervención de Dinamarca, lo que convirtió a Noruega en un reino vasallo de aquel. El
descontento entre algunos jarls de estar sometidos a Dinamarca fomentó el nacimiento de
líderes locales, que sin embargo serían derrotados por los daneses. El hijo de Harald
I, Haakon el Bueno, fue el primer rey noruego en adoptar el cristianismo, pero no pudo
establecer la nueva fe debido a la reticencia de la población. Olaf Tryggvason, también
perteneciente a la Dinastía Cabellera Hermosa, llegó procedente de un exilio en 995 y
enseguida fue nombrado rey. Inició la conversión de Noruega al cristianismo empleando
misioneros ingleses y en ocasiones métodos violentos, pero no logró el control efectivo del
país y fue derrotado en la batalla de Svolder en el año 1000. Su sobrino, Olaf el Santo,
lograría 15 años después fortalecer la monarquía y la Iglesia y establecer estrictas leyes,
pero sus rivales pidieron nuevamente la intervención de Dinamarca, lograron expulsarlo y
finalmente darle muerte en 1030.
La pronta canonización de Olaf influyó en que su hijo Magnus I ocupase el trono en 1035.
Magnus I llegó a un acuerdo con su rival Hardeknut de Dinamarca: el que sobreviviera al
otro tomaría el poder de ambos reinos. A la muerte de Hardeknut en 1042, Magnus I
heredó el trono danés. Su tío Harald Hardråde regresó de Constantinopla en 1045 y
reclamó una parte del trono. A la muerte de Magnus I, Noruega y Dinamarca se separaron.
Harald Hardråde, el sucesor en Noruega, intentó sin éxito la conquista de Dinamarca y
en 1066 viajó a Inglaterra a reclamar el trono de ese país, pero encontró la muerte en
la Batalla de Stamford Bridge frente a su enemigo Haroldo el Sajón. Con su muerte finaliza
la era vikinga.

Edad Media[editar]

La Catedral de Nidaros, uno de los principales monumentos medievales de Noruega.

Entre 1066 y 1130, el reino de Noruega se había establecido ya sólidamente, pero aún
contaba con un sistema administrativo bastante rudimentario. En la época inmediatamente
posterior a la Era Vikinga, se alcanzó en Noruega un período de paz interna y de
crecimiento económico, pero la carencia de un sistema claro del derecho de sucesión del
trono provocó tensiones y finalmente, tras la muerte de Sigurd el Cruzado en 1130,
una guerra civil.

Baja Edad Media[editar]


Sigurd I de Noruega junto a Balduino I de Jerusalén. Ilustración de Gerhard Munthe.

A finales del siglo XI había aumentado el número de ciudades; entre ellas


florecieron Oslo, Nidaros, Bjørgvin y Tønsberg. El reinado de Olaf III, llamado el pacífico,
conoció un período de paz y properidad. Olaf III fue el primer rey noruego en mostrar gran
interés por la literatura. Al mismo tiempo, se reforzaron los lazos con Roma y Europa, se
consolidó la organización de la Iglesia y se estableció la primera diócesis noruega en
Nidaros (posteriormente elevada a archidiócesis); le siguieron las diócesis de Selja en la
década de 1070 (trasladada a Bjørgvin antes de 1090) y Oslo, en la década de 1090. La
diócesis de Stavanger fue fundada en 1125 y la de Hamar en 1153. Además dependían de
Nidaros la diócesis de las Orcadas y la de las Feroe.
Magnus III, el descalzo, aprovechó la paz en el país para emprender una campaña militar
contra las Islas Británicas, en un intento por recuperar las pasadas glorias vikingas. Logró
la sumisión de las Hébridas y la Isla de Man, pero murió en campaña en Irlanda.
A Magnus III lo sucedieron sus tres hijos, pero sólo los dos mayores gobernaron
conjuntamente de manera duradera. Mientras Øystein I llevó a cabo una intensa labor de
construcción de ciudades, palacios e iglesias, su hermano Sigurd I es recordado por haber
participado en una cruzada a Jerusalén.

La Era de las Guerras Civiles[editar]


Artículo principal: Guerras Civiles Noruegas

Los seguidores de Magnus Erlingsson incendian las casas de sus adversarios. Ilustración
de Wilhelm Wetlesen.

El que hubiera a menudo más de un sucesor al trono se debía a las leyes de sucesión
noruegas, que establecían que todos los hijos varones del rey heredaban el gobierno.
Hasta entonces, los conflictos entre los sucesores no habían pasado a mayores, pero tras
la muerte de Sigurd el Cruzado en 1130 se desató una serie de guerras civiles que duraría
más de un siglo y que sería alimentada por conflictos sociales y económicos.
Por regla general, se trató de conflictos armados intercalados entre breves períodos de
paz. Dos bandos opuestos trataban de imponer a su pretendiente y a la muerte de uno de
ellos, sus seguidores se mantenían aglutinados en torno a un sucesor. Los bandos rivales
mantenían el control de ciertas regiones, lo que resultó en la división territorial del país, si
bien cada pretendiente se asumía como rey de toda Noruega.
La Iglesia intervino en la década de 1160 a favor de Magnus Erlingsson, que sería el
primer monarca noruego en ser coronado. Al mismo tiempo, por influencia de la Iglesia, se
redactó la primera ley de sucesión escrita, que estipulaba la condición de hijo legítimo para
alcanzar el trono. Los opositores a Magnus, el bando de los birkebeiner, mantuvieron una
resistencia marginal hasta que Sverre Sigurdson asumió como su líder. Sverre era un gran
estratega militar que logró controlar una parte importante del país y finalmente derrotar a
Magnus en 1192. Logró coronarse, pero su enemiga la Iglesia lo excomulgó y puso
a Noruega bajo interdicto en 1194. Con el patrocinio del clero, los opositores a Sverre se
unieron en la facción conocida como los bagler. Desde 1208 hasta 1217, el país quedó
dividido por la guerra entre ambos partidos, hasta que se alcanzó la reconciliación y el
rey Haakon IV fue reconocido por las dos facciones en 1217. Algunos opositores se
mantuvieron levantados en armas, pero la última rebelión fue derrotada en 1240.

Haakon IV y sus sucesores[editar]

Haakon IV y su hijo, Magnus el Legislador.

Haakon IV heredó un Estado fortalecido y unificado y su reinado es considerado por


algunos historiadores como la era dorada de la historia medieval de Noruega. El rey
centralizó por primera vez la administración, convirtiendo a Bergen en su capital. Se cultivó
la literatura y las bellas artes y se tradujeron obras de arte del extranjero. En la década de
1260, Noruega alcanzó la mayor extensión territorial de su historia, que incluía
Groenlandia, Islandia, las Islas Feroe y una parte de las Islas Británicas. Su hijo, Magnus
VI el legislador, renunció a las reivindicaciones sobre Escocia y la Isla de Man pero con
el Tratado de Perth aseguró el reconocimiento de la soberanía noruega sobre las Orcadas
y Shetland; promulgó además la primera ley de observancia nacional en 1274,
adelantándose a los demás países europeos.
En el siglo XIII, los reyes noruegos intentaron que Noruega asumiera un papel de gran
potencia en Europa y para ello establecieron contactos diplomáticos con varios reinos.
Hubo alianzas matrimoniales con Castilla y Escocia y el rey Erico II reclamó el trono
escocés para su hija Margarita, la doncella de Noruega, en 1295.
Haakon V, rey desde 1299, trasladó la capital a Oslo, se casó con una princesa alemana e
intentó incrementar la influencia noruega en Escandinavia participando en conflictos
internos en Suecia. Esa política llevaría a la unión de Noruega con sus vecinos por largos
períodos. A su muerte sin hijos varones, fue sucedido por su nieto Magnus VII, de la
dinastía sueca de Folkung, quien ya era rey de Suecia.

Los Folkung[editar]
Sello real de Magnus VII, quien gobernó también en Suecia como Magnus II.

Aunque unidos bajo un mismo monarca, Suecia y Noruega se mantuvieron como reinos
independientes, con sus propias leyes y su propio Consejo. Los dos Consejos acordaron
que se otorgara el trono de un país a cada uno de los dos hijos de Magnus. Éste abdicó la
corona noruega en su hijo Haakon VI en 1362. Haakon mantuvo la influencia noruega en
Suecia e incluso llegó a ser rey de este último país en 1364, y pactó su alianza matrimonial
con la princesa Margarita de Dinamarca, hija de Valdemar Atterdag. Olaf, hijo único de
Haakon y Margarita, se convirtió en rey de Dinamarca en 1375 y a la muerte de su padre
en 1380, también en rey de Noruega. Desde entonces —salvo breves excepciones—
Noruega permanecería unida a Dinamarca hasta 1814.
En 1349 llegó la peste negra a Noruega a través de un barco procedente de Inglaterra que
ancló en el puerto de Bergen. Ese barco habría sido la causa de la propagación de la
peste por toda Noruega, aunque se cree que ya había brotes en Oslo desde 1348,
causados también por un barco que zarpó de Inglaterra. En sólo dos años, la epidemia
costó la vida de la mitad de la población y ocasionó severos daños económicos, sociales y
políticos.

Unión de Kalmar[editar]
Artículo principal: Unión de Kalmar

La reina Margarita I y Erico de Pomerania durante la coronación de este último como rey de la Unión
de Kalmar.

Olaf II murió a la edad de 17 años y con él se extinguió la dinastía de los Folkung en


Escandinavia. Su madre, Margarita de Dinamarca, quien ya gobernaba como regenta, fue
nombrada reina de Dinamarca en 1387 y de Noruega en 1388. Se enfrentó al poder de
la Liga Hanseática e intervino en Suecia contra el gobierno del príncipe alemán Alberto de
Mecklemburgo. Una vez nombrada reina en Suecia, constituyó la Unión de
Kalmar en 1397, así llamada por la ciudad sueca donde se reunieron los consejos reales
de los tres reinos para acordar los términos de la unión. Ésta fue una unión personal bajo
la égida de Margarita, pero los tres reinos se mantenían en los hechos independientes
políticamente.
La unión se mantuvo firme mientras vivió la reina. A su muerte se sucedieron descontentos
en Dinamarca y Suecia por el impopular gobierno de su sobrino y sucesor Erico de
Pomerania, que sin embargo fue apoyado por los noruegos. La debilidad política de
Noruega se reflejó en su pasividad en los conflictos en el seno de la Unión y en el hecho
de que, pese a contar con una monarquía hereditaria, sus reyes eran electos en
Dinamarca y el Consejo noruego sólo los ratificaba.
Al contrario de Suecia, que constantemente se opuso a que un rey danés tuviese el control
de la Unión, Noruega continuó sin sobresaltos al lado de Dinamarca. Una excepción fue la
elección de Carlos VIII de Suecia como rey de Noruega en 1450, reinado que sólo duró un
año y fue sustituido por el de Cristián I de Dinamarca. Este rey cedió a Escocia las
posesiones noruegas de las Orcadas y las Shetland en 1469 como parte de la dote
matrimonial de su hija Margarita.

Unión con Dinamarca[editar]


Tras la ruptura de la Unión de Kalmar, Noruega se mantuvo unida a Dinamarca. Aunque
oficialmente constituía un reino aparte y se mantuvo el uso del noruego y las instituciones
nacionales, Noruega fue gobernada por lensmand (gobernantes nobles) daneses y el
gobernante supremo del país era el rey y el Consejo Real, ambos residentes en
Copenhague.

La reforma protestante[editar]

Cristián III, introductor del luteranismo como religión de Estado.

En 1536 Cristián III se convirtió en rey de Dinamarca tras una cruenta guerra civil en la que
contó con el apoyo de la nobleza danesa. En Noruega había cierta oposición a que
Cristián asumiera como rey, principalmente por su religión luterana y su enemistad con el
campesinado. La oposición estuvo encabezada principalmente por Olav Engelbrektsson, el
último arzobispo católico de Nidaros. Cristián III introdujo en 1537 la reforma protestante
en Dinamarca, y en 1539 en Noruega, tras ser reconocido como rey por el Consejo Real.
Ese mismo año el consejo noruego fue disuelto y el país perdió su independencia política.
La nueva Iglesia seguía las enseñanzas de Martín Lutero y tenía como líder al rey, quien
expulsó a las comunidades monásticas católicas y se adueñó de todas las propiedades de
la Iglesia Católica, que en Noruega alcanzaban cerca del 40% de las tierras. En
Trondheim, el relicario de San Olaf fue destruido y llevado a Copenhague para elaborar
monedas. Los sacerdotes luteranos no sólo predicaban los evangelios, sino también la
obediencia al rey y se cobraban multas a los que no observaban las leyes eclesiásticas.
Como resultado de la reforma, la monarquía se hizo más rica y poderosa.
Noruega fue dividida en cinco provincias principales, y cada una de éstas fue subdividida
en provincias menores. Las provincias eran gobernadas por un lensmand, que en su
mayor parte eran arístocratas daneses y sólo en pocos casos nobles noruegos.
Los lensmand tenían la responsabilidad de cobrar impuestos y derechos de aduana,
reclutar soldados en situaciones de guerra, designar sacerdotes y servir de jueces en los
tribunales superiores. El control sobre estos gobernadores nunca fue el mejor y a menudo
sucedían casos de corrupción.

Noruega durante las guerras sueco-danesas[editar]

Las ruinas de la antigua catedral de Hamar, devastada por la invasión sueca en la Guerra Nórdica
de los Siete Años.

Desembarco de tropas mercenarias escocesas en Noruega, durante la Guerra de Kalmar. Óleo


de Adolph Tidemand.

Tras la Guerra Nórdica de los Siete Años (1563-1570), en la que Noruega sufrió los
estragos de la invasión sueca, el rey juzgó que resultaba difícil gobernar Noruega desde
Copenhague. La comunicación era difícil debido a las montañas y a los fiordos. Por lo
tanto, el rey decidió nombrar al lensmand de Akershus como estatúder de Noruega, que
sería el máximo representante del rey en el país. Si bien el estátuder no tuvo en los
hechos mucha influencia fuera de su provincia, el nombramiento es una prueba de que el
rey danés consideraba Noruega como un reino aparte.
Hacia mediados del siglo XVI había crecido la rivalidad entre Dinamarca-Noruega y
Suecia. Ambos reinos tenían aproximadamente el mismo tamaño y se disputaban el

Coconito 8965555-8965555-8965555

Real vib 8965555-


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