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POR AGENCIA EFE | 28 ago 2014 16:00

CHICAGO - "Debemos tener en cuenta que se trata de niños vulnerables que han sido víctimas de
violencia y necesitan nuestra compasión y ayuda", declaró en una conferencia de prensa Patrick
Magoon, presidente y director ejecutivo del Hospital de Niños Ann y Robert Lurie.

Por su parte, el senador demócrata Richard Durbin calificó la crisis de los niños de la frontera
como una "tragedia humana" y opinó que muchos de ellos tienen derechos legítimos para reclamar
refugio, porque han sido abusados físicamente o han sido víctimas de "pandilleros o traficantes"
de seres humanos.

"Tenemos la obligación moral de ayudarlos. Somos una nación fundada por refugiados y la forma
como respondamos a esta crisis nos pondrá a prueba", agregó.

A su vez, el gobernador de Illinois, Pat Quinn, dijo que comunicó al presidente Barack Obama que
Illinois está listo para colaborar, porque también considera que los niños deben ser tratados "con
respeto, compasión y dignidad".

En todo Estados Unidos los activistas de la reforma migratoria se movilizaron hoy con el fin de
pedir un freno a las deportaciones que separan a las familias inmigrantes y medidas para proteger
los derechos de los menores centroamericanos que han llegado a la frontera en los últimos meses.

En Washington hubo un acto de desobediencia civil frente a la Casa Blanca con decenas de
detenidos, y las protestas ruidosas se repitieron en otras ciudades como Filadelfia, Las Vegas y
Phoenix.

En Los Ángeles, decenas de jóvenes inmigrantes beneficiados con la Acción Diferida (DACA, en
inglés) se manifestaron por las calles de la ciudad californiana para pedir que los beneficios de
este programa se extiendan también para sus padres y familiares.

Los activistas consideran que la falta de acción del Congreso para aprobar la reforma migratoria
deja en manos de Obama la adopción inmediata de medidas administrativas para otorgar "el alivio
más amplio posible" a las familias de trabajadores inmigrantes.

También le exigen que proteja a los niños centroamericanos, respondiendo a la larga historia de
Estados Unidos de recibir a comunidades en momentos de dificultad.

Oscar Chacón, director ejecutivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y


Caribeñas, exhortó al Gobierno a "repensar su política exterior" en Centroamérica, para adoptar
"soluciones humanas que prioricen el bienestar de sus niños y familias".

La Casa Blanca reconoció en junio pasado que el país vivía una crisis humanitaria debido a la
masiva llegada de cerca de 63 mil menores en los últimos diez meses, la mayoría procedentes de
El Salvador, Honduras y Guatemala, debido a la violencia y situación económica que se vive en la
región

POR AGENCIA EFE | 28 ago 2014 16:02


WASHINGTON DC.-  Las detenciones, cerca de 140 según los organizadores, fueron la
culminación de una marcha que comenzó ante la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas  
(ICE) para pedir a Obama que legalice “a la mayor cantidad de inmigrantes como le sea
posible”.

El director ejecutivo de la organización Casa Maryland, Gustavo Torres, dijo a Efe que el
presidente estadounidense “puede y debe”  detener las deportaciones, que separan a familias
enteras.

“Pedimos a Obama un alivio justo y necesario para las comunidades de inmigrantes en el país”,
subrayó Torres ante unas quinientas personas entre jóvenes, madres, niños y familias enteras.

Convocados por varias asociaciones a nivel nacional, los activistas prorreforma se dirigieron
desde la sede del ICE a la Casa Blanca, donde protagonizaron un acto de desobediencia civil.

Los manifestantes se sentaron frente a la verja que circunda la residencia presidencial y fueron
arrestados entre los aplausos de los centenares de personas que participaron en la marcha.

“Estoy dispuesta a dejarme arrestar porque ya llevo más de una década de estar por la reforma,
de visitar oficinas de congresistas, de estar ayunando en carpas, de estar registrando votantes”,
dijo Susana Sandoval, de la organización “We Belong Together”.

La activista, que viajó desde Chicago y trabaja con una red nacional de mujeres indocumentadas,
afirmó que necesitan “presionar a la Administración para que cambie un sistema que ha
fracasado”.

Identificados con un brazalete negro atado en el brazo derecho, los activistas arriesgaron su
libertad para exigir al presidente que “actúe cuanto antes”  y tome una acción que sea
permanente, como la suspensión de las deportaciones.

Con lemas como “Si se puede”  y “Obama, escucha, estamos en la lucha”, las asociaciones
de activistas unieron sus voces a favor de legalizar a los más de 11 millones de indocumentados
que se calcula que hay en el país, dada su gran contribución económica, enfatizó el portavoz del
sindicato Trabajadores de Estadios Unidos, Larry Cohen.

Así mismo, los activistas recordaron el poder de los inmigrantes en las urnas.

“Ayunamos por la reforma migratoria, marchamos por la reforma migratoria, votamos por la
reforma migratoria”, recordó Rudy López, de Fast for Families, que señaló que “cada día que se
pasa más familias son separadas”

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