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El fenómeno del ciudadano en el quehacer público: despojo ideológico del trabajador

La modernización irrumpe en nuestras vidas desde variados ámbitos, a temprana


edad desde que nacemos hasta el último día de nuestra existencia estamos inmersos en
sociedad y por este motivo nos afectan los procesos que se suscitan en ella, es debido a la
convergencia de los fenómenos sociales que se forma queramos o no nuestra propia
identidad como pueblo y por ende como individuos.

“El concepto de modernización se refiere a una gavilla de procesos acumulativos que se


refuerzan mutuamente: a la formación de capital y a la movilización de recursos; al
desarrollo de las fuerzas productivas y al aumento de la productividad del trabajo; a la
implantación de poderes políticos centralizados y al desarrollo de identidades nacionales;
a la difusión de los derechos de participación política , de las formas de vida urbana y de la
educación formal; a la secularización de los valores y normas, etc.” (Vargas-Hernández,
José, pág. 2)

En el comienzo de la modernidad se instaura el concepto de sujeto, como aquel


hombre racional conocedor y hacedor del mundo en el cual vive. Este individuo era
perteneciente a una clase social y su clasificación dependía principalmente de su capital y
rol en la producción de bienes, es decir, que lugar ocupaba en las relaciones de
producción.

Producto de las revoluciones del siglo XIX surgen nuevas clases sociales
antagónicas entre sí: proletarios y burgueses, los primeros dueños solo de su fuerza de
trabajo y los segundos dueños de los medios de producción.

La clase obrera adquiere un carácter de clase en sí y para sí, es decir, consciente de


sus condiciones precarias impuestas violentamente por el nuevo sistema económico
imperante: el capitalismo, comprende que la opción para sobrevivir es la organización de
clase para vencer a su enemigo principal: el capitalista.

Con el transcurso de los años, el rol demarcado que tenía el obrero se ha ido
desdibujando producto de las nuevas formas de producción. La división del trabajo no solo
es nacional sino internacional, la burguesía se ha vuelto monopólica y traspasado las
fronteras de sus naciones para invertir su capital principalmente en países tercermundista,
ya que, en estos países las medidas proteccionistas son mínimas o inexistentes tanto en el
ámbito de legislación laboral como ambiental, basta recordar el royalty minero que el
gobierno de Chile cobra a los empresarios extranjeros por extraer nuestras riquezas
mineras.

"(…) La división internacional del trabajo, la economía mundial capitalista, el sistema de


estados-nación y el orden militar mundial son las dimensiones de esta globalización. En los
procesos de globalización, el capital se globaliza, mientras que el trabajo se localiza.
(Vargas-Hernández, José, pág. 15)

Ejemplo de esta situación podemos mencionar a la empresa textil en la India,


donde sus operarios/as realizan sus labores en condiciones paupérrimas; sueldos de
sobrevivencia, subcontratados, con extensas jornadas de trabajo, etc. El producto de su
quehacer le es arrebatado y vendido por las transnacionales de la moda, a través del retail
por todo el globo.

El proletariado que profesara Marx, se ha desdibujado y en su lugar ha aparecido un


nuevo sujeto: el ciudadano. Despojado de su condición clasista, desconoce las
herramientas necesarias -utilizadas por sus antepasados- para hacer frente a las injusticias
sociales, se resiste a pertenecer a la masa, como si fuese a perder su preciada identidad.

“(…) La globalización exalta el individualismo de las personas, las convierte en meros


instrumentos homogéneos de producción y consumo, y las reduce a simples mercancías,
que se compran y venden, sin que las diferenciaciones sociales sean obstáculo.” (Vargas-
Hernández, José, pág. 11)

Sin embargo, la libertad que el sujeto puede creer que ostenta es una mera ilusión,
porque ha perdido poder, ha retrocedido en las batallas sociales reivindicativas ganadas
en la década del 70. Antiguamente quería tomar el poder económico, arrebatárselo a la
clase dominante y así realizar transformaciones sociales profundas a la estructura del
Estado, dado que perseguía el bienestar de las amplias masas.

La crítica social hoy se ve reducida a demandas de la pequeña burguesía (legalización de


cannabis), y muchas veces sometida a la coyuntura social.

El acceso a la información globalizada

“La globalización se perpetúa en los contenidos de la información y la comunicación. Este


proceso excluye cada vez a mas individuos, que quedan fuera de los beneficios de la nueva
cultura y de la identidad global.” (Vargas-Hernández, José, pág. 18)

El ciudadano promedio accede a la información principalmente a través de los medios


masivos de comunicación oficiales, entiendo a estos como garantes del conocimiento
mediático. Sin embargo, los dueños de estos medios entregan una información
seleccionada según sus propios intereses económicos, señalando a los individuos-
telespectadores normas de comportamiento, delineando incluso la identidad de un país.
En su parrilla programática encontramos desde las últimas tendencias de la moda, uso de
nuevas tecnologías, hasta quienes son los líderes de opinión de una sociedad,
determinando y marcando quienes son los enemigos del buen vivir social, es decir, que no
se ajustan a sus propios intereses.

Tal es el caso de los marginados, fruto de esta globalización. En esta línea están los
estudiantes, los pobladores que luchan por el derecho a la vivienda, campesinos pobres y
mapuches y cualquier grupo social que atente con remecer los cimientos de la actual
sociedad.

No obstante, existe otro medio para acceder a la información y cada vez son más las
personas que se informan por canales alternativos por medio de la red. Existe una
atmosfera de sospecha entre quienes cuestionan el sistema capitalista como única forma
de organización valida.
Tal vez no todo está perdido, y debemos tener una mirada victoriosa con respecto al
futuro, cabe recordar las últimas movilizaciones de los trabajadores de unos de los retail
más grandes y poderosos de este país propiedad de la familia Solari: sodimac, si bien es
cierto que no finalizo con el cumplimiento de las demandas solicitadas por el sindicato, y
en este sentido podríamos hablar de fracaso, es necesario recordar que el aprendizaje se
adquiere haciendo y esto implica muchas veces errar en este camino.

La alcaldía ciudadana

Las pasadas elecciones municipales arrojaron como victorioso a un personaje emergido de


los movimientos sociales y con pasado de dirigencia estudiantil de la comuna de
Valparaíso: Jorge Sharp. En una competencia con partidos oficiales que durante años
ostentaron el poder del municipio, perdieron el sitial dando paso a esta “nueva forma de
gobernar”. La propuesta no parece descabellada: Crear una alcaldía ciudadana, donde
todos puedan hacer y participar de la organización del municipio a través de diferentes
ámbitos y realidades, es decir, mayor participación de los ciudadanos.

Sin embargo, cabe preguntarse, ¿Quiénes son los ciudadanos actualmente? ¿Esta
propuesta en válida para hacer frente a las transformaciones sociales o es un mero
maquillaje de una política desgastada?

Sharp milita en el Movimiento Autonomista, el cual integra el denominado Frente Amplio,


organización que respalda al nuevo alcalde, emergiendo como nueva propuesta política,
renovada y más a la izquierda, está conformada por 12 partidos y movimientos políticos.
Entre sus filas se encuentran los diputados Jackson y Boric, con amplio respaldo de sus
partidarios.

El Frente Amplio, da cabida a la ciudadanía, con un discurso que impulsa a las


organizaciones sociales a fortalecer a las mismas y participar de las demandas sentidas por
la población, con la finalidad de disputar el poder político existente hoy.

No obstante, este movimiento pretende desmarcarse del gobierno, sin embargo, entre
sus filas partidistas, la constante ha sido justamente respaldar el actual gobierno, ya sea,
llamando a sus militantes a votar en segunda vuelta por la candidata del gobierno
(Bachelet), como el 2013 lo hizo Jackson, ya sea, por Marco Enríquez Ominami en el caso
del partido Humanista. 1

El concepto de ciudadano se contrapone en cierta manera al concepto de proletariado, se


ha señalado que la lucha de clases entendida por Marx, ya no existe, que ha perdido
vigencia, porque el obrero hoy en día se viste de traje y corbata, y no va a la fábrica, pero
¿han cambiado realmente las condiciones sociales? ¿Han dejado de existir los explotados
y los explotadores?

A modo de conclusión, podríamos señalar por una parte, que el concepto de ciudadano
alberga a todos los que vivimos en una nación y cumplimos con los requisitos para
obtener dicha categorización, desde los integrantes de las familias más ricas de Chile
(Luksic, Angelini, Matte, Solari, Piñera) hasta aquel sujeto marginado por la sociedad;
mujeres, pobres, indígenas.

Parece irrisorio entonces querer formar una colectividad bajo el concepto de ciudadano
como referente político con una ideología lo suficientemente fuerte, coherente y justa,
que pueda hacer frente a las demandas sociales, ya que, el ciudadano está desprovisto de
una ideología que muestre el camino de su accionar, este individuo no se define, apuesta
por los liderazgos personalizados especialmente de la juventud, sin profundizar más en las
propuestas políticas que sustentan dicho sujeto.

Como unirse entre todos los ciudadanos para organizar la sociedad para el bien común, si
cada uno tiene sus propios intereses, no podría siquiera imaginar al ciudadano Luksic,
participando del movimiento social denominado no mas AFP, o a Matte y Angelini,
reconocer los derechos ancestrales del mueblo mapuche sobre la tierra que habitan.

1
Extraído el 19.05.2017 de http://www.24horas.cl/politica/elecciones2017/primarias2017/conoce-quienes-
conforman-el-frente-amplio-2374951

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