Sujeto: participante que realiza la acción denotada por el verbo. Primer
argumento del verbo. Se identifica en la oración porque concuerda con el verbo en número y persona, y porque nunca lo precede una preposición. Objeto directo: participante que recibe la acción denotada por un verbo transitivo. Segundo argumento del verbo. Cuando se refiere a un persona o cosa personalizada, lo precede una a. Sus pronombres son lo, la, los, las. Objeto indirecto: participante que recibe el daño o beneficio de la acción denotada por el verbo. Aparece duplicado por su pronombre (le, se) y la preposición a. Siempre es persona. Complemento circunstancial: alude a las circunstancias que rodean la acción denotada por el verbo. No es argumental. Puede ir o no introducido por preposición. Tradicionalmente se reconocen cinco: lugar, modo, tiempo, instrumento y compañía.
Oraciones coordinadas
Se relacionan una con otra en el mismo nivel sintáctico. Tienen
diferentes tipos de enlaces, pero ninguno llega a hacer que una oración “pese” más que la otra”. Es una relación de iguales. Copulativas: expresan adición. Pueden aparecer sin nexo (Además de trabajar, estudia) o con los nexos y (Estudia y trabaja), ni (Ni estudia, ni trabaja). Adversativas: expresan oposición. Ejemplo: Fui a buscarla, pero había salido. Sus nexos son: pero, mas, empero, excepto, salvo. Ilativas: implican una consecuencia de la oración anterior. Ejemplo: Tenía miedo, así que huyó. Sus nexos son: así que, por consiguiente, luego, por tanto, de modo que, de manera que. Disyuntivas: una acción excluye a la otra. Ejemplo: Entregas el trabajo o te repruebo. Su nexo es: o.