☞ Una ventana abierta al alma de un apóstol

Cuando el apóstol escribe 2ª a los Corintios nos dejó un registro

autobiográfico es decir una carta muy personal que nos revela

cosas de sus vida personal, en esta carta encontramos expresadas

las profundas emociones de un alma transparente pero también

frágil como humano que era…

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,

Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el
cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para
que podamos también nosotros consolar a los que están
en cualquier tribulación, por medio de la consolación
con que nosotros somos consolados por Dios. 2Co 1:3
-4

Hermanos lo que realmente significan esas palabras es: QUE

CUANDO SUFRIMOS ESO NOS CAPACITA PARA CONSOLAR

PERSONALMENTE A LOS DEMÁS. Por ejemplo, con todo respeto

yo pregunto: cuántos de ustedes han perdido la muerte de su

señora madre?... entonces ustedes como yo, ya sabemos lo que es

ese sufrimiento lo cual nos capacita para consolar personalmente

cuando nos encontremos con alguien que sufre por esa razón, si

usted ha sido victima de una enfermedad grave, si ha llorado la

pérdida de un hijo, etc, cualquiera sea el sufrimiento que usted

haya vivido eso le hará capaz de consolar con el mismo consuelo

con el cual Dios le ha consolado a usted cuando atravesó ese

sufrimiento. Mas adelante en la carta Pablo se pone aún más

personal y dice lo siguiente…

“Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra

tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados

sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun

perdimos la esperanza de conservar la vida”. 2Co 1:8

A ver, a ver, hermano Pablo nos puedes repetir lo que dijiste?...

“Porque hermanos,… la vida”, si hermanos como lo oímos, Pablo

uno de los hombres mas usados por Dios en toda la época cristiana,

un día perdió la esperanza de seguir con vida, sabía usted que hubo

mas de una vez en las que el apóstol sufrió depresiones tan

tremendas que no quiso seguir viviendo?, muchas veces pensó que

ya no podía seguir.

Pero Dios no permitió que Pablo se desquiciara, dice Pablo… “Pero

tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para
que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios
que resucita a los muertos” 2Co 1:9

El apóstol dice que cuando ya había perdido la esperanza de vivir…

“aprendía a confiar y Dios me mostró su extraordinario poder, el

poder de su resurrección”.

Pero el tono triste del apóstol sigue, pues que tal lo que dice en 2ª

Corintios 4:8-11…
“…estamos atribulados en todo, mas no angustiados;
en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no
desamparados; derribados, pero no destruidos;
llevando en el cuerpo siempre por todas partes la
muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros que
vivimos, siempre estamos entregados a muerte por
causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestra carne mortal” 2Co 4:8-11