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25-10-2017 ANÁLISIS

FILOSÓFICO E
INTERPRETACIÓN
MÍTICO -SIMBÓLICA
DE LA ODISEA

Andres Felipe Pérez Sánchez


Seminario Provincial San Carlos Borromeo
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SEMINARIO PROVINCIAL SAN CARLOS BORROMEO

ANÁLISIS FILOSÓFICO E INTERPRETACIÓN MÍTICO-SIMBÓLICA DE LA ODISEA DE


HOMERO

ASESORES:

PBRO.: JORGE ESCOBAR CASTELLANOS

LIC.: MARIANA DE CASTRO

ANDRES FELIPE PÉREZ SÁNCHEZ

ETAPA DISCIPULAR II

CARTAGENA DE INDIAS

2017
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RESUMEN

Los mitos, las leyendas y los cultos a los dioses, han sido desde épocas insospechadas los métodos
de comunicación de civilizaciones milenarias. Ya en el antiguo Egipto los dioses eran venerados,
y las leyendas que se contaban sobre ellos los hacían alcanzar la calidad de mitos. Pero sin duda,
cuando se habla de mitología no se pueden olvidar los mitos griegos. Historias como la de Zeus,
Rea, Gea, Cronos o Apolo han dado la vuelta al mundo, y a día de hoy siguen siendo valoradas y
estudiadas. De hecho, su carga simbólica y dramática, y sobretodo, la temática de todas estas
leyendas, hacen que las historias nos resulten aún más familiares. Es por ello, que en esta
monografía, se hablará de uno de los textos latinos que han influenciado el pensar de la humanidad.
La Odisea, atribuida al poeta Homero en el siglo VIII antes de Cristo y cuyo personaje principal es
Odiseo o Ulises y tratar de escudriñar la parte simbólica de las contrariedades que pasa el héroe,
tratando de retornar a su hogar y cuales han sido las repercusiones en la actualidad.

Palabras claves: Amor, Astucia, Cosmogonía, Cultura, Dioses, Estructura, Héroes, Homero,
Lealtad, Lingüística, Mito, Mitologías, Odisea, Paralelismos, Religión, Tradición, Ulises, Viaje.

ABSTRAC

The myths, the legends and the cults of the gods, have been from unsuspected times the methods
of communication of millenarian civilizations. Already in ancient Egypt the gods were venerated,
and the legends that were told about them made them reach the quality of myths. But certainly,
when one speaks of mythology one can not forget the Greek myths. Stories like that of Zeus, Rea,
Gea, Cronos or Apollo have gone around the world, and to this day they are still valued and studied.
In fact, its symbolic and dramatic charge, and above all, the theme of all these legends, make the
stories even more familiar. That is why, in this monograph, we will talk about one of the Latin texts
that have influenced the thinking of humanity. The Odyssey, attributed to the poet Homer in the
8th century BC and whose main character is Odysseus and try to scrutinize the symbolic part of
the setbacks that the hero goes through, trying to return home and which have been the
repercussions at the present time.

Keywords: Love, Cunning, Cosmogony, Culture, Gods, Structure, Heroes, Homer, Loyalty,
Linguistics, Myth, Mythologies, Odyssey, Parallelisms, Religion, Tradition, Ulysses, Travel.
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TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCION

1.1. RESGUARDO CULTURAL


1.2. Cosmogonía
1.2.1. Cosmogonías en la antigüedad
1.2.1.1. Mesopotamia
1.2.1.2. India
1.2.1.3. China
1.2.1.4. África
1.2.1.5. Egipcia
1.2.1.6. Griega
1.2.1.7. Nórdica
1.2.2. Cosmogonías en el nuevo mundo
1.2.2.1. El relato de la creación según el Popol Vuh
1.2.2.2. Chilam Balam
1.2.2.3. Los Aztecas
1.2.2.4. Colombia
1.2.2.4.1. Los Embera
1.2.2.4.2. Los Taironas.
1.2.2.4.3. Muisca
1.3. El mito
1.4. Mitología
1.4.1. Mitología Griega
1.4.2. Mitología Romana
1.4.3. Mitología Egipcia
1.4.4. Mitología Nórdica
1.4.5. Mitología Latinoamericana

2. PARALELISMOS MITOLÓGICOS
2.1. Paralelismo Estructural
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2.2. Paralelismo Lingüístico


2.2.1. La Rapsodia de Homero y Hesíodo
2.2.2. Comparación con los Juglares Vallenatos
2.3. Paralelismo Religioso
2.3.1. Paralelismo Trinitario
2.3.1.1. La Babilónica
2.3.1.2. La Egipcia
2.3.1.3. La Hindú
2.3.1.4. En China y Japón
2.3.1.5. La Nórdica
2.3.1.6. En el nuevo mundo
2.3.2. Jesucristo y Ulises
3. INTERPRETACIÓN SIMBÓLICA DE LA ODISEA
3.1. Contenido de la Odisea
3.2. Estructura
3.3. Personajes destacados
3.3.1. Ulises (Odiseo)
3.3.2. Penélope
3.3.3. Telémaco
3.3.4. Argos
3.3.5. Personajes divinos
3.3.5.1. Poseidón
3.3.5.2. Atenea
3.3.5.3. Eolo
3.3.6. Alegorías a la Seducción
3.3.6.1. Calipso
3.3.6.2. Circe
3.3.6.3. Nausícaa
3.3.6.4. Los Lotófagos
3.3.7. Alegorías de la Violencia
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3.3.7.1. El Cíclope Polifemo


3.3.7.2. Los Lestrigones
3.3.7.3. Los Pretendientes
3.3.8. El Mar
3.3.9. El Arco de Ulises
3.3.10. El Sudario de Laertes
3.4. ¿Muerte de Ulises?

CONCLUSION

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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INTRODUCCION

Al acometer esta investigación referente a los mitos, que, desde el origen del pensamiento humano,
han sido necesarios para explicar ese "algo" extraño a la razón: fuerzas elementales de la naturaleza,
poderes creadores que requieren un nombre, la misma tradición oral que ha ido adoptando una
forma específica de narración y al mismo tiempo se ha enriquecido con la experiencia adquirida
por quien lo cuenta y lo difunde a las generaciones jóvenes.

Y, tomando como referencia la historia contada por Homero en La Odisea, que, detrás de las
palabras de muchos de sus personajes, vibran sonoras respuestas, metáforas e imágenes que
pertenecen al entusiasta que realiza este trabajo, interrogando su propia, pobre, diminuta y
escondida odisea, tratando de aprender acerca de la historia de la obra, realizando una crítica dando
lugar a cada uno de mis argumentos.

Sin embargo, para enfrentar esta odisea, se debe seguir el ejemplo de Penélope, tejiendo hilos
diferentes para crear nuestra propia trama. Un primer carrete de hilos se tomará de las distintas
cosmogonías y mitologías alrededor del mundo, las cuales cuentan de forma similar o diferente el
misterio de la creación del universo. El segundo carrete, de la búsqueda de paralelismos de tipo
estructural, lingüístico y religioso que puede presentar Homero en la obra y corroborado por los
estudios de algunos eruditos en cada uno de estos temas. Y el tercer carrete, de enfrentar estos
paradigmas partiendo de nosotros mismos, de nuestro presente resolviendo lo que significa para
nosotros hoy, emigrar, volver, esperar viajar, enfrentar monstruos, vengarse, abusar, en fin, buscar
la interpretación de la simbología presentada por Homero en la Odisea. Razón por la cual, será mi
propósito el de realizarlo de la forma más breve posible, resaltando lo más preponderante y
omitiendo las tergiversaciones. Si al finalizar logro este cometido, querrá decir que, valió la pena
el haberlo intentado.
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1. RESGUARDO CULTURAL

La identidad cultural en cualquier país simboliza un compromiso para el respeto a la


diversidad cultural y para el ejercicio de los derechos culturales de todos los pueblos del mundo,
sigue siendo esta, el resultado de una lucha histórica por mejorar las condiciones de vida de sus
habitantes y también por ser reconocidos principalmente dentro de su propio territorio y en el
exterior. Un deseo de igualdad puede converger en formas de aislamiento y exclusión de
expresiones culturales distintas, no representativas de una sociedad con o en busca de identidad.

Se define entonces la cultura tradicional y popular, como el conglomerado de


producciones que emanan de una sociedad cultural instituidas en la tradición, transmitidas por un
grupo o por personas individuales y que públicamente manifiestan a los intereses de la sociedad en
cuanto expresión de su identidad cultural, social y religiosa. Las normas y los valores se transmiten
generalmente de forma oral, por repetición o de múltiples formas. Sus representaciones
comprenden, entre otras, la mitología, los ritos, el idioma, la literatura, la música, la danza, los
juegos, las costumbres, la artesanía, la arquitectura ... (Unesco. 1989).

El resguardo se refiere a la salvaguardia de las tradiciones enlazadas a la


cultura tradicional y popular y de sus portadores, en el entendimiento de que
cada pueblo posee derechos sobre su propia cultura y de que su adhesión a esa
cultura suele perder vigor bajo la influencia de la cultura industrializada que
difunden los medios de comunicación de masas. (Íbim).

1.1. Cosmogonía

Es el conjunto de creencias especialmente míticas, aunque también religiosas,


filosóficas, y científicas acerca de la creación del mundo y su evolución posterior. Por tanto, viene
a convertirse en el estudio de las múltiples formas de concebir la visión del universo que cada
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pueblo ha desarrollado a lo largo de su historia cultural. En el sentido religioso como anteriormente


se expuso, todas las religiones conservan una cosmogonía que se puede asemejar con un proceso
de personificación o de creación. Las leyendas y los mitos vienen entonces a crear historias o relatos
en donde la deidad o los dioses se pasan en conflictos y combates para finalmente confluir en la
creación u origen del universo. Así como hoy día tenemos las teorías científicas que nos ofrecen
respuestas a algunos interrogantes, en la antigüedad, eran los mitos y las leyendas los que
proporcionaban las respuestas a las preguntas originadas a partir de dioses, fenómenos naturales y
todas las fuerzas elementales de la naturaleza que condicionan nuestras vidas. (Caldeiro, G. (S.F.))

Estos relatos son procedentes de las primeras civilizaciones y se pueden rastrear en


mitologías como la sumeria, griega y egipcia, y otras más nuevas cronológicamente, como las
nórdicas, romanas o las amerindias. También se puede considerar cosmogonía la interpretación del
universo desde una figura científica. Los anales de la ciencia han dado cuenta de distintas
explicaciones hasta confluir en la vigente teoría del big bang, un lugar de singularidad en el espacio
en el que se dio origen al universo y el tiempo. (Íbim)

1.1.1. Cosmogonías en la antigüedad


La misma humanidad ha precisado más desvelos en construir explicaciones
cosmogónicas, que, en crear modelos cosmológicos, desde la óptica de la ciencia. Por ello, parecerá
presumido colocar en un reducido espacio todos los deseos de conocer y de dar cuenta del origen
universo acudiendo a prácticas cognoscitivas variadas. Ante esta ocurrencia se advierte que este
capítulo sólo pretende ilustrar con fragmentos arbitrarios tomados de obras cuyos autores son
representantes calificados de las explicaciones que exponen.

Es por esto que, parte de esta obstinación por conocer y explicar el origen del universo,
basándose en las explicaciones cosmogónicas antiguas, no basta la razón para tratar de entenderlas,
es necesaria la emoción que les da sentido, pero esta parece haberse perdido para siempre, y con
ella la posibilidad de entenderlas y compartirlas en su auténtico contexto.
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1.1.1.1. Mesopotamia
En la antigua Babilonia, se conserva el poema Enuma Elis, el cual es quizás una de las
más grandiosas producciones literarias de la civilización mesopotámica, el cual, fue elaborado y
aprendido dos mil años antes de nuestra era. Es considerado también como una obra clásica de
poesía científica y religiosa. El poema está confeccionado por siete tablillas y se cree que en su
principio lo integraban unos cien mil versos de los cuales se han recuperado alrededor de 1060.
Sus referencias sin lugar a duda se encuentran en la tradición sumeria cuya complicada teogonía
fue compuesta por los semitas babilonios de acuerdo a particularidades religiosas y políticas. La
representación central del poema es Marduk, al que se le supone la creación del universo y del
hombre. (Íbim)

El Enuma Elis comienza con la presencia de la pareja divina esencial, Apsu y Tiamat,
de la que surgirán otras parejas divinas. Esto ocurre en un tiempo en el que el universo como tal no
estaba. Se relatan también las disputas entre los dioses jóvenes contra Timat y la aparición de
Marduk que después se sentará en el trono como soberano de todos los dioses. Marduk batallará
contra Timat, a quien vencerá y matará. Apoderándose de las Tablas del destino, símbolo del poder
divino y originará el mundo. Ea ha de ser quien cree al hombre siguiendo las órdenes de Marduk.
El primer hombre será compuesto a través de una mezcla de arcilla y sangre divina del dios Kingú,
el cual había sido condenado a muerte. El propósito principal de la creación del hombre es la de
contribuir a los dioses a través de su trabajo y sacrificios rituales. (Íbim)

1.1.1.2. India
Para conocer la cosmogonía de la cultura hindú, hay que remitirse a la lectura de los
textos sagrados de los Vedas. Los estudiosos los datan el surgimiento de esta escritura tres milenios
antes de nuestra era y constituye una verdadera enciclopedia religiosa y tradición literaria quizás
la más antigua del mundo. Este compilado es de origen Ario y por tanto se encuentran escrito en
sanscrito la lengua de los arios y considerado el idioma más rico y difícil.
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Los Vedas son cuatro: Samaveda, que sería el conocimiento de las melodías,
Yajurveda, que viene a ser el conocimiento de los rituales, Atharveda, es el conocimiento de los
poderes mágicos y, por último, el más apreciado de todos Rigveda, que viene a ser el conocimiento
de los himnos sagrados y tiene como tema central el mito cosmogónico según los Arios.
Complementan el acervo de los hindúes libros como el Upanishads, el Mahabarata, el Ramayana
y completa la lista el Bhagavad-Gita o canto del bienaventurado. Cabe resaltar que tanto los Vedas,
los Upanishads y el Mahabarata son de carácter anónimo a diferencia del Ramayana que se le
atribuye al poeta Valmiki Prachetasa. (Colantonio, Paula. 2014)

Hay gran variedad de mitos hindúes acerca de la creación, los más antiguos se
relacionan a un acto de incesto entre padre e hija, que originan directa o indirectamente todos los
demás seres vivos.

En el mito, el dios Brahama, quien de la unión con su hija Vak crea el primer
hombre, Manu. Brahama es garante de cada kalpa, o 4320 millones de años
de la creación del mundo. Cada kalpa es un día y una noche de Brahama. En
el día, Brahama crea el mundo, pero durante la noche, retorna el caos. Por la
noche, Visnú duerme sobre la culebra Ananta, en el mar cósmico. Al alba, en
su ombligo crece un mundo con figura de loto, en el que reside Brahama, el
cual, recrea el universo nuevamente. (Caldeiro, G. (S.F.)).

1.1.1.3. China

De la gran variedad de mitos acerca de la creación de la cultura china, todos coinciden en la


idea del caos preexistente, un universo original sin definir a lo que los chinos le atribuyen el nombre de
Huevo Cósmico y también, la existencia de un ser superior, P’an-Ku, quien creó y ordenó el mundo, y al
quebrarse el huevo, murió. Esta leyenda apareció por primera vez en el libro de Xu Zheng en el período de
los Tres Reinos (220-265 d.C.).

En el principio, el universo estaba contenido en un huevo, dentro del cual, las


fuerzas vitales del yin (obscura, femenina y fría) y del yang (clara, masculina
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y caliente) se relacionan una con otra. Dentro del huevo, Pan Gu o Pan Ku,
formado a partir de estas fuerzas, estuvo durmiendo durante 18.000 años. Al
despertar, se estiró y lo rompió. De ahí que los elementos más pesados del
interior del huevo se fueron hacia abajo para formar la tierra y los más ligeros
flotaron para formar el cielo. Y entre la tierra y el cielo, estaba Pan Gu.

Todos cada día, durante otros 18.000 años, la tierra y el cielo se separaban un
poco más. Pan Gu crecía la misma proporción por lo que siempre se llenaba
el espacio entre ambos.

Al fin, la tierra y el cielo llegaron a sus posiciones definitivas. Extenuado, Pan


Gu, se arrojó a dormir. Y estaba tan acabado que se murió. Su cuerpo y sus
extremidades se transformaron en montañas. Sus ojos, se convirtieron en el
sol y la luna. Su carne, la tierra, sus cabellos, los árboles, las plantas, sus
lágrimas, ríos y mares. Su aliento, fue el viento, su voz el trueno y el
relámpago.

Y por último... las pulgas de Pan Gu... ¡se convirtieron en la humanidad!


(Caldeiro, G. (S.F.))

1.1.1.4. África
El pueblo Fon, relata como la serpiente cósmica, Aida-Hwedo, fue creada al principio
de los tiempos por el Creador, un dios andrógino con dos caras: Mawu, la luna, que representa lo
femenino, y Lisa, el sol, que a su vez representa lo masculino.

Aido-Hwedo contribuyó a la creación al llevar al creador en su boca mientras


se formaba el mundo. Cuando terminó la obra, el Creador vio que era un peso
excesivo para la tierra: demasiados árboles, demasiadas motañas, demasiados
elefantes, demasiado de todo.

Entonces, le pidió a Aido-Hwedo que se enroscase y se colocase por debajo a


la sobrecargada tierra como si fuese un cojín para poder transportarla. Como
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a Aido-Hwedo no le gustaba el calor, el Creador hizo el océano para que


viviera allí.

Al sentir Aido-Hwedo una gran presión sobre sí, tiene que cambiar de postura
para descansar, y lo que sucede en esos casos es que se desatan terremotos.

Aido-Hwedo se alimenta de barras de hierro que forjan unos monos rojos que
viven bajo el mar. Cuando el hierro se agota, del hambre se come su propia
cola. Luego, la tierra, con toda su carga se desequilibra y cae al mar.

Una segunda Aido -Hwedo, la serpiente del arco iris, vive en el cielo y envía
a la tierra los rayos de los dioses. (Caldeiro, G. (S.F))

1.1.1.5. Egipcia
Las distintas cosmogonías egipcias, al igual que las de Mesopotamia y tantas otras,
partían de un principio acuoso común.

Al principio de los tiempos sólo existía el Nun, las aguas cósmicas


primordiales, y todo era silencio, tinieblas y vacío. Era el caos y el desorden,
era el ancestro de todo cuando iba a existir a partir de él. El Nun contenía un
formidable poder donde se encontraba la esencia de la Creación. Esta esencia
era el Demiurgo, el principio creador que sentía la vida dentro de sí. Cuando
éste tuvo conciencia de la vida que llevaba en su seno comenzó a moldearse a
sí mismo hasta alcanzar una forma tangible. Se había producido la separación
entre el Demiurgo y el Nun.

Al sentirse sólo se masturbó con su propia sombra, y de su semilla y saliva


emergieron Shu (dios del aire) y Tefnut (diosa de la humedad). Asi una vez
creados la primera pareja de diferente sexo, enjendraron a Gueb que emergió
convirtiéndose en la tierra y a su mujer Nut que personalizó el cielo. (García,
R. 2010).
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1.1.1.6. Griega
La Teogonía de Hesíodo es la obra más conocida de todos los relatos cosmogónicos
griegos. Fue redactada entre finales del siglo VIII y principios del VII a. C., y es la esencial partida
estimulante de toda la mitología helénica. Hesíodo eligió los mitos religiosos y ordenó la
genealogía de los dioses, resignando, como contenido secundario, la formación del universo, pues,
como él mismo decía en su poema; vivía más cautivado en estudiar el linaje de los inmortales que
el proceso de formación de los elementos cósmicos. (Jiménez, J. (S.F.))

Mircea Eliade, el escritor rumano especializado en mitologías, distingue cuatro fases


en la obra de Hesíodo:

1. La primera habla de la existencia de Caos, y más tarde de Gea, la Tierra, Eros, Urano, el Cielo,
y la primera generación divina.
2. En la segunda se describe la castración de Urano por su hijo Cronos.
3. La tercera expone cómo Rea logra evitar que Cronos devore a su hijo Zeus, quien ya de mayor
toma el poder.
4. En la última se narra la Titanomáquia, es decir, el enfrentamiento de Zeus y los dioses contra
los Titanes. (Íbim)

El rapsoda, que preparó su obra con una invocación a las Musas para que lo inspiraran
y enseñaran, narró la experiencia como un encuentro místico con los dioses, de lo que podría
concluir que quizá tuvo alguna experiencia de tipo religioso en la cual algún ser celestial se apareció
a un mortal y le transfirió determinados conocimientos. A continuación, la descripción de la
creación según Hesíodo.

En un principio sólo existía el Caos como un espacio insondable en el que


surgiría la materia primigenia y el impulso que propiciaría la atracción entre
sus elementos.
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En el Caos se originaron: Gea, la Tierra, como aposento de todos los entes.


Tártaro, el inframundo, situado debajo de Gea. Eros, el principio que
fomentaría la interacción entre los componentes de la materia. Del Caos
nacieron Nix, la noche y Érebo, las tinieblas, consistente en una región oscura
donde habitaba la muerte. Ambos se unieron y engendraron a Éter, la luz y
Hemera, el día.

Gea concibió por sí sola a Urano, el Cielo, para que la cubriera totalmente y
fuera el refugio de los dioses. Más tarde originó a Ponto, el mar, y las altas
montañas, como morada de dioses y ninfas. (Íbim)

Hesíodo narra el mito de la creación según el cual Urano acudía cada noche a cubrir a
Gea engendrando a seis titanes, Océano, Ceo, Crío, Hiperón, Jápeto, Cronos, y seis titánides, Febe,
Mnemosine, Rea, Tea, Temis, y Tetis, así como a los Hecatonquiros, gigantes de cien brazos y
cincuenta cabezas, y a los Cíclopes, gigantes de un solo ojo. (Íbim)

1.1.1.7. Nórdica
Para la cultura Escandinava, la creación no difiere de otras creencias, aunque en los
poemas como la Völuspá y en el relato Gylfaginning el mundo se formó a partir de pocos
elementos.

El caos, la oscuridad y la confusión reinaban en el Universo cuando


surgió, en su centro, un abismo de infinita profundidad, en cuyo interior
existían unas temperaturas tan bajas, que todo cuanto caía en él se
congelaba al instante. El abismo recibió el nombre de Ginnunga y
dividía al Universo en dos partes.
Los dioses pensaron crear unos seres especiales para poblar Midgard y
al encontrar dos árboles caídos, un fresno y un olmo, decidieron que de
ellos nacerían los seres humanos. Odín les dio la vida, Vili los dotó de
espíritu y sed de conocimientos y Ve les otorgo el don de los cinco
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sentidos. El primer hombre, Ask, procedía del fresno y la primera


mujer, Embla, nació del olmo, y los Aesir los colocaron en el Midgard
para que vivieran. (Jiménez, J. (S.F.))

1.1.2. Cosmogonías en el nuevo mundo


De este lado del mundo, también se tiene creencias de cómo fue que se originó el
universo y lo que lo contiene, según los historiadores serían realmente originales o al menos se las
debe tomar como tales, o bien se las puede ubicar en el tiempo, aunque seguramente son
ilustraciones reconceptualizadas de ideas aún más antiguas, cuyas raíces se pierden en el tiempo
prehistórico y en los ancestros comunes a toda la humanidad. Por tanto, las ideas de la creación en
América, son claramente el resultado del sincretismo cultural - religioso, al entrar en contacto el
cristianismo y las ideas autóctonas.

1.1.2.1. El relato de la creación según el Popol Vuh


El texto del libro sagrado, perteneciente a la cultura de los indios quichés de Guatemala,
es básicamente una descripción del origen del mundo que incluye también la historia de los
soberanos. Se identifican en el texto componentes históricos y míticos. Si bien el texto se centra en
las tradiciones mayas, puede observarse una clara influencia del cristianismo, por lo cual, se
especula que el autor habría tenido contacto con misioneros católicos. Se estima que la obra fue
elaborada a mediados del siglo XVI de nuestra era.

Primero todo era silencio, había mucha calma. No había nada que estuviera en
pie en toda la faz de la tierra, solo existía el mar en reposo y un cielo apacible.
Todo era oscuro, solo Tepeu y Gucumatz estaban en el agua rodeados de
claridad. Ellos son los que disponen de la creación de árboles, bejucos,
nacimiento de la vida y del hombre. Se formó el corazón del cielo.
Mediante su palabra ellos hicieron emerger la tierra. dijeron "tierra" y esta fue
hecha. Así sucesivamente surgieron el día y la noche, las montañas y valles,
brotaron pinares. También se crearon las corrientes de agua y los arroyos
corrieron libremente.
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Luego crearon a los animales, los venados, pájaros, leones, tigres, serpientes,
culebras, víboras, guardianes de los bejucos entre otros. Estos fueron hechos
para cuidar a los árboles y a las plantas. Los animales se dispersaron y se
multiplicaron, pero los creadores les dieron sus moradas respectivas, mar,
tierra o aire.
Poco faltaba para que el Sol, la Luna y las estrellas aparecieran sobre los
creadores cuando descubrieron lo que en verdad debía entrar en la carne del
Hombre. El Yac , Utiu , Quel y Hoh fueron los que trajeron la comida para la
formación del hombre. Esta comida se convirtió en sangre, y así entro el maíz
por obra de los progenitores. Los hombres que fueron creados fueron cuatro:
Balam-Quitze, Balam-Acab, Mahucutah y Iqui-Balam.
"Estos son los nombres de nuestras primeras madres y padres." (Caldeiro, G.
(S.F)).

1.1.2.2. Chilam Balam


En el Chilam Balam de Chumayel, texto de finales del siglo XVIII del norte de
Yucatán, la creación inicia con un universo sumiso de los dioses del inframundo, habitado por
abejas. Según el relato, fue una época en que llovió fuego y ceniza, y en que cayeron árboles y
piedras. En un mundo sin Sol, sin noche y sin Luna, los dioses del cielo, resueltos a expandir la
semilla que habían rescatado de ese caos, devastaron todo bajo un diluvio y flecharon a quienes
habían quedado. A partir de ese universo arrasado habría de iniciar la nueva creación: los cuatro
bacab, dioses mantenedores del cielo, colocados uno en cada esquina del mundo, alzaron la tierra
que se había sumergido al precipitarse el firmamento y sembraron una ceiba al centro: axis mundi
del universo maya y camino que conduce al cielo. ((S.A.) (S.F.) Cosmología Maya)

1.1.2.3. Los Aztecas


Según la historiadora Ana Portnoy Los antiguos mexicanos explicaron el origen y la
creación del universo con el relato de los cinco soles.
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El primer sol fue creado por Tezcatlipoca y fue habitado por gigantes quienes
fueron devorados por jaguares. Luego Quetzalcóatl hizo aparecer el segundo
sol habitado por hombres, pero huracanes lo destruyeron, algunos hombres se
convirtieron en monos. El tercer sol fue formado por Tláloc, el dios de la lluvia
y fue destruido por una lluvia de fuego. Algunos hombres se transformaron en
aves y pudieron salvarse. Chalchiuhtlicue creó la nueva humanidad o cuarto
sol, atacada a su vez por grandes inundaciones. Los hombres que se salvaron
se convirtieron en peces. Los mexicas vivían en el quinto sol, presidido por el
dios del sol Tonatiuh etapa en la cual predijeron sería destruido por
terremotos, aparentemente el de 1985 fue la señal de la predicción de la
leyenda del Quinto Sol al cual representaban con un sol en movimiento.

En el primer sol predomina la deidad Tezcatlipoca, aquel que portaba el espejo


de obsidiana humeante. En el segundo tenemos a Quetzalcóatl, sacerdote,
emperador y dios, confundido en su tiempo con el apóstol Santo Tomás. En el
tercero está el dios del agua, Tláloc, luego en el cuarto a Chalchiuhtlique, la
diosa de los lagos y del agua y en el quinto sol está el dios dador de vida, por
ello se conjugan el agua, el viento, el fuego y la tierra. El Quinto Sol fue
precedido por la llegada de Quetzalcóatl y concluirá con una etapa de
purificación, propia del gran juicio final, cuando llegue el dueño de todo y
hacedor de las criaturas. (Portnoy, A. 2012.)

1.1.2.4. Colombia
En Colombia, como en otros países de América Latina, diversos antropólogos
latinoamericanos enfatizaron no sólo la necesidad del contexto histórico social para comprender
las realidades de los pueblos indígenas incluso de la Amazonia, falsamente considerada como una
región cimarrona, incontaminada de la civilización , sino también la existencia, entre los mismos
pueblos indígenas, de relatos míticos de carácter histórico, de historias vernáculas relativas a su
pasado reciente, o más o menos remoto, relacionadas con su encuentro con el blanco.
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1.1.2.4.1. Los Embera


Los emberá consideran a Dachizeze (Tatzitzetze, también conocido como Ankore),
como el ser primordial, masculino/femenino, creador de todos los elementos y los primeros seres.
Engendró a Caragabi quien dio origen a los Emberá y a su mundo, ordenando el cosmos y
permitiéndoles el acceso al agua, al fuego y a los alimentos. (Dogiramá, F. (S.F)).

Trutruica, era el dueño de Armucura (mundo subterráneo), según algunas versiones era
también creación de Dachizeze; según otras nadie le dio existencia, y en ese sentido era semejante
a Dachizeze.

El Universo Emberá está compuesto de tres niveles principales:

1. El mundo de Caragabi. Algunos lo llaman "Mundo de las cosas azules". En él residen


Dachizeze, Caragabi, una serie de seres primordiales y el alma de los muertos.
2. Armucura. Mundo gobernado por Trutruica, debajo del humano, en ellos habitan los jai
(esencias, espíritus).
3. Mundo del hombre, que vive en constante enfrentamiento con los jai y los seres
primordiales. (Íbim)

En un principio, la relación entre el mundo humano y el de Caragabi


era buena, los hombres podían acceder a él por una escalera, pero
cuando no cumplieron con los tabúes, se rompió la posibilidad de
visitar el mundo de arriba. A partir de ese momento, sólo los jaibanás
(chamanes) pueden acceder a los niveles esenciales.

Los jai del mundo de Trutruica, son agentes de la enfermedad y la


agresión, pero también de la curación y protección. Entre los jai están
los "dueños" de cada especie animal, a los que el jaibaná invoca para
propiciar su abundancia o ahuyentarlos. (Íbim)
- 20 -

1.1.2.4.2. Los Taironas


El universo tairona estaba conformado por estratos horizontales superpuestos, con la
Sierra Nevada en el centro. El Sol y la Luna fueron creados por Gauteovan, la "madre de todas las
cosas" para establecer y mantener un orden cíclico en el mundo. ((S.A.) (S.F.) Cosmogonía
Tairona)

Los "naomas" o sacerdotes tenían el control sobre las fuerzas esenciales de la


naturaleza, el ordenamiento del cosmos y las acciones humanas, para garantizar el bienestar
material y espiritual de la comunidad. En su arte se los representa en el trance de la transformación,
como la emblemática figura del hombre-murciélago, señor de la noche y el inframundo. (Íbim)

Peico fue el héroe civilizador, que llegó del mar para enseñarles a
trabajar la tierra, la piedra, el oro y fabricar telas para vestirse.

Rendían culto a las estrellas, adjudicándoles identidades masculina


o femenina y suponiendo en ellas relaciones carnales. Practicaban la
homosexualidad como ritual en los templos y las representaciones
fálicas fueron corrientes, lo que espantaba la mentalidad de los
europeos, al punto de considerarla la nación más deshonesta de
América. (Íbim)

Durante el ritual se recreaba la historia mítica de la sociedad. En un ambiente especial,


y gracias a las sustancias alucinógenas, los participantes se transformaban en los ancestros míticos
para mediar por el equilibrio del universo. En ceremonias de ofrenda fueron depositadas piedras
talladas y otros objetos dentro de templos, viviendas, caminos, cultivos o lagunas, con propósitos
de fertilidad y curación de enfermedades o para obtener protección para la familia y la comunidad.
(Íbim)
- 21 -

1.1.2.4.3. Muisca

Al principio todo era oscuridad. La luz, que estaba "metida allá",


comenzó a salir para iluminar el universo. Ese poder creador
infundía su cualidad luminosa como atributo lúcido y
resplandeciente a las cosas. La esencia creadora, denominada
Chiminigagua, tenía la luz en sí.
Representaban en los astros la diferencia y complementariedad de
los géneros, el Sol (Sua) era masculino y la Luna (Chía) femenina.
Simbolizaban la articulación del matrimonio como conjunción del
poder inseminador de la luz del día y de la noche, y los concebían
como "padres de la gente".
Bachué emergió de la Laguna de Iguaque, con su hijo en brazos,
este al crecer fue su esposo, y su progenie pobló la tierra. Pronto
los muiscas olvidaron a sus dioses, pasaban en día en holganza y
vicio. Entonces Chiminigagua envió un mensajero: Bochica quien
como una encarnación solar apareció por el oriente de la sabana de
Bogotá.
Chibchacum, enojado por la maldad de los seres humanos, había
provocado una inundación juntando las aguas de los ríos Tibitó y
Sopó, provocando la destrucción de los cultivos, con la
consencuente hambruna. Bochica arrojó contra las peñas su vara
de oro, separó la sierra, y desagotó la sabana creando el Salto de
Tequendama. (Meijueiro, Arturo. 2010.)

1.2. El mito

Según el diccionario de la Real Academia Española, etimológicamente deriva del


griego μῦθος, transliterado a mŷthos que viene a significar relato o narración. Es entonces una
narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter
divino o heroico.
- 22 -

Dicho esto, el mito es un relato tradicional que refiere acontecimientos prodigiosos


protagonizados principalmente por seres extraordinarios o sobrenaturales, llámense dioses,
semidioses monstruos o héroes. Vienen pues a formar parte del sistema de creencias de una cultura
o de una comunidad, la cual los considera historias verdaderas. Aunque, por el hecho de ser
fantásticos puede que algunos consideren estos mitos como mentiras y pueda que algunos utilicen
estos dos términos como sinónimos. Sin embargo y como se escribió anteriormente, dichos mitos
solo son entendibles dentro de su contexto. Por tanto, para cualquier persona ajena a este, algunos
de esos mitos les resultaran algo absurdos o inentendibles.

1.3. Mitología

La mitología es la disciplina encargada del estudio e interpretación del mito. Los mitos
son considerados en la mayoría de los casos dentro de las concepciones religiosas puesto que se
refieren a tiempos y situaciones anteriores a los actuales y de carácter extraordinario, en los que
pueden darse procesos sobrenaturales. En cualquier caso, puesto que tratan aspectos totalizadores,
pueden iluminar muchos aspectos de la vida cultural e individual de cada sociedad, y, de hecho,
son tratados desde muchas disciplinas de la ciencia moderna.

La mitología entonces, se convierte en una demostración de hasta qué punto puede


llegar la inteligencia humana en la creación de historias que pretenden ser una explicación racional
del mundo que nos rodea pero que no hace más que desorientarnos.

1.3.1. Mitología Griega

La mitología griega es un conjunto de historias y de leyendas que atañen a los dioses y


fue concretamente bien argumentada desde el siglo VII a.c. Surgieron sobre este período tres
colecciones clásicas de mitos “Teogonía” del poeta Hesíodo, y “La Ilíada” y “La Odisea” del poeta
Homero, siendo esta última, objeto de estudio de esta monografía.
- 23 -

Los antiguos griegos dieron unas explicaciones sobre la elaboración de su mitología.


Euhemeros (330-260 a.c.), narró la idea que los mitos eran distorsiones de la historia y que los
dioses eran héroes glorificados por el tiempo. Hérodoto, historiador griego del Siglo V a.c., creía
que los rituales griegos eran una herencia de los Egipcios. ((S.A.) (S.F.) Mitología Griega).

La civilización griega se desarrolló particularmente durante la edad helenística. (Siglo


IV-Siglo I a.c.), período que se desarrolla desde la invasión del imperio persa en cabeza de
Alejandro Magno al establecimiento de la supremacía romana, durante el que la cultura y la ciencia
griegas dominaron el Mediterráneo y Asia Menor. (Íbim)

La mitología griega también sufrió modificaciones. Nuevas filosofías y la influencia


de culturas vecinas originaron una alteración progresiva de las creencias de los griegos. Sin
embargo, las características esenciales de los dioses griegos y sus leyendas permanecieron intactas.
(Íbim)

1.3.2. Mitología Romana

A lo largo de los siglos, la mitología romana extrae y adapta para sí concepciones


religiosas y culturales de los países de la cuenca mediterránea: en primer lugar, de Grecia, pero
también de Egipto, Frigia o Siria. Pero la mitología romana no posee la riqueza intelectual y poética
de la mitología griega, por ejemplo. ((S.A.) (S.F.) Mitología Romana)

Y es que, aunque los romanos son un pueblo profundamente religioso, sus dioses son,
ante todo, dioses útiles y se espera de ellos acción y eficacia. Llama la atención que los romanos
se consideran los humanos más piadosos y es por eso que son ayudados por los dioses. Los romanos
también invitan a los dioses de los adversarios vencidos a acudir a Roma para ser honrados
- 24 -

correctamente. Así, los dioses de los vencidos dejan a estos últimos, que perderán toda protección,
y se pondrán del lado de los romanos, para ayudarle aún más a ellos. (Íbim)

1.3.3. Mitología Egipcia

El antiguo Egipto es una tierra atiborrada de misterios. Ninguna otra civilización ha


fascinado tanto la imaginación de especialistas y de curiosos. Sus umbrales, su religión y su
arquitectura colosal están envueltos de un aire de misterio.

Los dioses egipcios eran la representación de los elementos naturales, sucesos de la


vida y de las emociones. El Panteón egipcio fue uno de los más solemnes del mundo. Para los
egipcios, los dioses vivían sobre la Tierra, en los templos, y había que glorificar para que
continuaran residiendo allí. Por esto ellos oraban, danzaban, cantaban y les tributaban ofrendas de
alimento y de objetos preciosos. ((S.A.) (S.F.) Mitología Egipcia)

4000 años a.c. Aparecieron las primeras grafías de divinidades. Disipando su carácter
abstracto, éstas se personifican en animales (zoomorfismo), en seres humanos (antropomorfismo)
y una combinación de los dos: cuerpo de hombre y cabeza de animal o viceversa, forma de humano
a la que le emergen cuernos. (Íbim)

La religión jugaba un rol transcendental en la vida de los egipcios. La religión egipcia


no se delimitaba al culto de la muerte, sino que poseía varios ritos diarios: la magia medicinal, la
observación del calendario, el culto de los animales, las peregrinaciones, la interrogación de los
oráculos... Los dioses ocupaban cada instante de la vida de los egipcios. (Íbim)
- 25 -

1.3.4. Mitología Nórdica

La mitología escandinava o nórdica es más desconocida que otras mitologías como la


griega, romana o egipcia, aunque no menos rica en leyendas y mitos que las que hemos especificado
anteriormente. Esto se debe a la fragilidad de los antecedentes que disponemos. Durante muchos
siglos la mitología nórdica se ha transferido oralmente, y no fue hasta el Siglo X, con el arribo de
los primeros cristianos en Escandinavia, que hallamos las primeras referencias literarias. ((S.A.)
(S.F.) Mitología Nórdica.)

Y es que el arribo del cristianismo aportará con ella la llegada de la escritura latina,
permitiendo enseñar a los escandinavos la escritura. Las runas se crearon para ser exclusivamente
grabadas y no se facilitaban a la escritura de textos largos. (Íbim)

Entre el siglo X y siglo XII, solo algunas leyendas serán transcritas. Tendrá que esperar
al siglo XII y a la escritura de la Edda por Snorri Sturluson, para disfrutar una nueva transcripción
quizás más amplia de la mitología nórdica.(Íbim)

La mitología nórdica ubica a la vida en el centro de su sistema. Para ellos la vida está
ideada como una batalla de las fuerzas de creación y de las de disolución.

Cabe resaltar que en la mitología nórdica militan dos clases de dioses: los dioses más
antiguos (Vanir, son los dioses de la naturaleza, de la fecundidad y de la prosperidad) y los dioses
Aesir, incorporados a funciones de gobierno y de guerra. (Íbim)
- 26 -

1.3.5. Mitología Latinoamericana

En las culturas latinoamericanas, como en todas las civilizaciones de Oriente y


Occidente, los mitos juegan un papel importante en la vida cotidiana de sus habitantes, quienes,
desde la más remota antigüedad, dieron origen a una serie de deidades que representan tanto el bien
como el mal.

Los mitos, al igual que las fábulas y leyendas, fueron llevados por los pueblos
primitivos en sus procesos migratorios y transmitidos de generación en generación. El mito no sólo
enseña las costumbres de los ancestros, sino también representa la escala de valores existentes en
una cultura. No se sabe con certeza cuándo surgieron estas fábulas cuyos protagonistas están
dotados de voz humana, mas es probable que fueron introducidos en América durante la conquista
(siglo XVI), no tanto por las huestes de Hernán Cortés y Francisco Pizarro, sino, más bien, por los
esclavos africanos llevados como mercancía humana, pues los folklorólogos detectaron que las
fábulas de origen africano, aunque en versiones diferentes, se contaban en las minas y las
plantaciones donde existieron esclavos negros. Los cuales, a pesar de haber echado por la borda a
los dioses de la fecundidad para evitar la multiplicación de esclavos en tierras americanas,
decidieron conservar las fábulas de la tradición oral y difundirlas entre los indígenas que
compartían la misma suerte del despojo y la colonización. (Montoya, V. (S.F.))
- 27 -

2. PARALELISMOS MITOLÓGICOS

Tal y como se expuso en el capítulo anterior, se ha de entender, que el mito relata unos
hechos ocurridos en un tiempo indeterminable sirviéndose para ello de elementos de la cultura en
que se encuentra, los cuales, combinándose entre sí, forman una estructura.

Así mismo, el mito está integrado además dentro de una cultura en forma armónica, es
decir, no entra en contradicción con ella. Así, el mito refleja la cultura en que se encuentra inmerso
en la medida en que se constituye con elementos de la misma. (Comas, D. 1973, p. 64)

En consecuencia, se ha de identificar con el aporte teórico proporcionado por los


estudios de mitología realizados por Claude Lévi-Strauss. Para este autor todos los mitos son
iguales, es decir, no son más que una variación de una estructura subyacente y “lo que después
viene a ocurrir -un desarrollo multilineal de las primeras oposiciones básicas- es equivalente a un
sistema de transformaciones posibles por medio de la convertibilidad de la estructura básica o
absoluto primero” (Esteva, 1973, p. 232).

No se ha decidido a definir en favor de un método determinado, aunque si se ha


inclinado más en favor de unas teorías y desechado otras. También se ha elegido, en todo caso, el
método que se puede denominar estructural-funcional, mezclando a continuación lo que se entiende
por ello.

2.1. Paralelismo Estructural

El análisis estructural deberá conducir al establecimiento de las reglas lógicas de la


estructura común. Por ello, “se trata de separar no tanto lo que hay en los mitos como el sistema de
axiomas y postulados que definen el mejor código posible, capaz de dar una significación común
- 28 -

a elaboraciones inconscientes debidas a mentalidades, sociedades y culturas elegidas entre las


separadas por distancias mayores” todo esto sin estar asimismo en la conciencia de los hombres
(Lévi-Strauss 1969, p.21).

Esteva, en su comentario a “L'homme un”, destaca la importancia de esta capacidad


del mito en presentar variantes a una estructura común y opina que precisamente “esta
convertibilidad es lo que hace relevante el papel del estructuralismo como método para el hallazgo
de códigos universales, cuya formulación en reglas constituidas por elementos inmanentes sirve
para desarrollar la capacidad de explicar por sí las síntesis originales de cada cultura, en función
de claves o reducciones codificadas que trascienden el universo relativista del marco local” (1973,
p. 233).

Para Levi-Strauss la función del mito consiste en representar las contradicciones


existentes en las premisas de base de una cultura (1969, p. 45), por lo que por medio del análisis
estructural “procura descubrir en su mitología las concepciones o estructuras a partir de las cuales
se desenvuelven los principios de la organización social” (Esteva 1973, p. 232).

Se ha de tener en cuenta, evidentemente, este tipo de análisis objetivo o “desde fuera”,


como dice Esteva (Íbim) en el momento de realizar un estudio sobre mitología. Sin embargo, que
esto no es suficiente. Debe estudiarse, además, la estructura narrativa y la semántica profundas, y
ambas dependen de la cultura en que el mito se encuentra, ya que el universo semántico no es el
mismo en todas las culturas. Ahora, de acuerdo con Esteva en que “el modelo estructural ve en la
razón cultural el marco de referencia que permite formular el modelo de la acción. El contexto
situacional es, así, un contexto de control para el método estructural” (1969, p. 51). En
consecuencia, la formalización estructural que se presenta, se efectúa sobre un conocimiento a
priori de la cultura. Existe, pues, un determinismo cultural que actúa sobre el significado del mito.
Recíprocamente, el mito actúa como un elemento que ayuda a mantener la cultura mediante los
mensajes que transmite.
- 29 -

En este sentido, un análisis estructural ayudará a establecer los condicionamientos y


relaciones entre un mito y su cultura.

En cuanto a la función de transmitir mensajes (sistemas de valores, normas, ...) hay que
estar de acuerdo con Barthes (1957, p. 251) y Dorfles (1969, p. 119) en que el mito puede ser
tratado como un sistema de comunicación. Todo sistema de comunicación implica la existencia de
un emisor, un receptor y un objeto. Se precisa, además, que emisor y receptor utilicen un mismo
código de señales, pues de lo contrario no es posible la comunicación (Malmberg, 1970). Sí se
aplica al mito estas condiciones generales de todo sistema de comunicación, encontraremos que el
emisor coincide con la sociedad, y el receptor con los individuos que integran dicha sociedad. El
mito intenta transmitir un mensaje, que podrá estar integrado por normas, sistemas de valores,
formas de comportamiento, ..., lo cual es el objeto que ha provocado que se inicie la transmisión.
Para que se haga efectiva la comunicación, es preciso que emisor y receptor pertenezcan a la misma
cultura, la cual constituye el código a que ambos se refieren. Es comprensible, que el mito no
cumpla su cometido cuando se traslada a una cultura diferente, ya sea en el espacio o en el tiempo,
porque entonces ya no es aplicable el mensaje que transmite.

El mito intenta, por consiguiente, comunicar ciertas normas y patrones de


comportamiento que sean pertinentes en la cultura en que se encuentra, y que funcionen como
mantenedores de la solidaridad social. Para ello, entre todos los elementos de la cultura, se
seleccionan unos cuantos (paradigma), los cuales se actualizan en el mito (sintagma).

El proceso de comunicación consiste en que el emisor (la sociedad) quiera transmitir


algo (sistemas de valores, normas, ...). Para ello utiliza un código apropiado (cultura) y, realizando
lo que se llama un proceso de codificación, elige del código aquellos signos que le servirán para
sustituir el objeto del mensaje. Una vez hecho esto, el mensaje se transmite de una forma física, En
el caso de un mito, el mensaje puede ser transmitido por medio de las instituciones que la sociedad
- 30 -

asigna para realizar esta función, o bien por medio de una tradición oral o escrita. (Comas, D. 1973,
p. 66).

Con el receptor el proceso es inverso: recibe las señales físicas por medio de la tradición
o de las instituciones pertinentes, y para comprender el mensaje mítico ha de referirlo al mismo
código que emplea el emisor, la cultura. Es realizando una descodificación como puede
comprender el sentido del mensaje. (Íbim).

Se puede esquematizar este proceso de la siguiente manera:

Figura 1. Algoritmo del Proceso de Comunicación.

Como se puede apreciar, El mensaje mítico se constituye por una serie de etapas que
se engendran formalmente hasta constituir el texto final bajo el que lo encontramos. En el mensaje
mítico se pueden distinguir tres niveles de estructuración:

1. Estructura de manifestación. Es la que aparece de forma más superficial. Su


formalización depende en gran manera de las personas encargadas de transmitir el mensaje mítico,
y por ello es susceptible de presentar variaciones respecto a un supuesto original. (Íbim)

2. Estructura narrativa. Presenta al relato como una sucesión de acontecimientos,


realizados por unos sujetos o actores. El análisis a este nivel deberá permitir relacionar estos
- 31 -

acontecimientos y establecer el papel de cada actor. Para relacionar los acontecimientos hay que
dividir el relato en secuencias narrativas, con el criterio de que estas secuencias se correspondan
con unidades de significación, por lo que coincidirán aproximadamente con las frases gramaticales.
Las secuencias se agruparán en esferas de acción, que coincidirán con la división del mito en fases.
Advertiremos que la sucesión de secuencias reflejará un proceso en el que se modificará la situación
inicial mediante la aparición de un elemento que actuará como mediador. (Lévi-Strauss. 1958. p.
252). Los actores se podrán clasificar según la función que desempeñen dentro de esta estructura
narrativa considerada en conjunto. En teoría pueden aparecer los siguientes actantes (Greimas
1970c, 249-270; 1971, 270-275): un sujeto, que protagoniza la acción, la cual se dirige hacia un
objeto, es decir, el fin determinado que se pretende conseguir. Relacionados con ambos se
encuentra el actante-destinador o remitente, el cual dirige y orienta la acción del sujeto, y el actante-
destinatario, que recibe el resultado de la acción. El ayudante es el actante que apoya la ación del
sujeto y ayuda a realizarla, en tanto que el oponente intenta impedir su realización. En el mito
concreto puede suceder que no encontremos alguno de estos actantes, o bien que un actante esté
constituído por varios actores. Ya que este análisis estructural es muy parecido a los análisis que
efectúa la lingüística, nos parece apropiado adoptar una terminología lingüística para denominar
unidades. Tanto los actores como los acontecimientos narrativos son denominados lexemas en el
sintagma, que en el plano paragmático se corresponden con los sememas, unidades de
significación, cuya relación proporciona el significado de la unidad mítica.

3. Estructura semántica. Proporciona el significado del mito, según unas unidades de


contenido, cuyos elementos no se distribuyen en una forma lineal (como sucede en la estructura
narrativa), sino que, por el contrario, se encuentran repartidos por todo el texto. Estos elementos
son las unidades de significación, que ya hemos dicho que se denominan sememas; están
constituidas por rasgos distintivos o semas, y se oponen entre sí por la presencia o ausencia de uno
de estos rasgos distintivos (Baldínguer 1970, p. 78; Greimas 1963, p. 66; 1970a, p. 119; 1970b, p.
189). Los sememas con rasgos distintivos comunes se organizan en unidades de contenido
(paquetes de relaciones para Lévi-Strauss 1958, p. 234). El contexto aparece bajo la forma de
lexemas cuyos contenidos están ya instituídos dentro de la cultura. Se superponen a la narración y
no modifican su estructura (Greimas 1970b, p. 193). Después de haber realizado el análisis de la
- 32 -

estructura narrativa y la semántica, intentaremos establecer las correspondencias que existan entre
ellas: “La interpretación del mito tendrá como fin el establecimiento de la equivalencia entre los
dos códigos (el del discurso y el estructural) y la reducción del conjunto del relato a una isotopía
única. Se puede decir que el análisis del contenido a nivel sémico es más profundo que el que se
sitúa a nivel de los signos: es por consiguiente este nivel el que se debe retener como fundamental”
(Greimas 1970b, 213).

Por otra parte, es conveniente tener en cuenta además del análisis estructural, un
análisis funcional, el cual, consistirá en situar la posición del mito dentro de la cultura, las funciones
que desempeña, sus relaciones con el ritual, con la historia, su simbolismo, ...

Por ende, La posición o valor del mito dentro de la cultura vendrá determinada por la
delimitación de sus funciones, establecida en su relación con otras instituciones. En este sentido,
el papel del mito como elemento integrador y mantenedor de la solidaridad social será más
preponderante y efectivo si guarda una coherencia con las demás instituciones, destinadas a
conseguir una finalidad común, es decir, cuando los sistemas de valores y normas que transmite el
mito coinciden con los intereses de la sociedad en que se encuentra. Si no sucede así, lo cual puede
ocurrir cuando la sociedad cambia por propia evolución o por aculturación, el mito va perdiendo
progresivamente su valor, y es sustituido por otras formas, más acordes con la nueva situación.
(Comas, D. 1973, p. 68).

El ritual contribuye asimismo con el mito a mantener la solidaridad social, ya que los
ritos “dan expresión regulada a ciertos sentimientos vivos y activos. Y a su vez estos sentimientos,
mediante su control o influencia sobre la conducta de los individuos, hacen posible la existencia y
continuación de una vida social ordenada”. (Íbim, como se citó en Radcliffe-Brown, 1968, p. 183).
- 33 -

Además de tener esta función común, el mito y el rito están estrechamente


relacionados: “Hemos encontrado casos en que los mitos han justificado rituales y han aparecido
«después de la realidad del ritual; hemos visto casos en que nuevos mitos han dado lugar a nuevos
rituales. En otras palabras, la conclusión primaria que puede surgir de estos datos es que los mitos
y los rituales tienden a estar muy íntimamente asociados y a influirse mutuamente” (Íbim, como se
citó en Kluckhohn 1968, p. 154). La diferencia entre el mito y el rito reside en que el rito es un
conjunto de acciones, a menudo repetitivas, que expresan simbólicamente las necesidades de una
sociedad, mientras que el mito es un conjunto de palabras también simbólicas, que racionalizan
estas mismas necesidades. Ambos son, por consiguiente, procesos simbólicos con una base
psicológica común, y se refieren a una situación común.

Las funciones que desempeña el mito pueden consistir el transmitir sistemas de valores,
explicar el origen de las instituciones y rasgos culturales que se reflejan en el mito, explicar
fenómenos naturales, ... y, como dice Maninowski, “por lo que se podría llamar la ley elemental de
la sociología, el mito posee el poder normativo de fijar la costumbre, sancionar las formas de
comportamiento, conferir dignidad y peso a una institución”.(Comas, D. 1973, p. 68 como se citó
en Maninowski. 1963. p. 290).

El mito está institucionalizado, el individuo, cuando nace, se encuentra el mito hecho,


y frecuentemente también con un significado establecido, y nada puede hacer para cambiarlo si no
varía al mismo tiempo la propia cultura. Acentuando el carácter establecido que posee el mito ha
de encontrarse con sociedades que mantienen con sus excedentes a cierto número de personas
(sacerdotes), cuya misión es la de ofrecer al resto de la población la correcta interpretación de los
mitos. Estas mismas personas serán las encargadas además de dirigir los ritos. Los sacerdotes son
pocos en número si se comparan proporcionalmente con el total de individuos que constituyen una
cultura. Este hecho contribuye en mayor medida a la unilateralidad de las interpretaciones, por ser
tan reducido el grupo de decisión. (Íbim).
- 34 -

Sin embargo, el mito no existiría si no existieran a su vez las personas a quienes se


dirige, las cuales son históricamente anteriores al mito, lo han ido formando con sus propios
sistemas de valores, y lo actualizan cuando se sirven de él. Por ello, cuando una cultura va sufriendo
cambios, y los sistemas de valores y comportamiento que transmite el mito ya no son pertinentes
en la nueva cultura, los individuos dejarán de actualizarlo, para tomar, si es necesario, otro que
contenga los nuevos valores. Existe, por consiguiente, una relación dialéctica entre el plano del
mito institucionalizado y el plano de los individuos que lo actualizan.

El mito se relaciona con la historia en dos aspectos: por su formación con elementos
históricos y por su justificación de hechos históricos. En cuanto a lo primero, nos dice Lévi-Strauss
(1971c, p. 39): “Lo que es propio del pensamiento mítico, así como del bricolaje en el plano
práctico, es elaborar conjuntos estructurados, no directamente a partir de otros conjuntos
estructurados, sino utilizando residuos y restos de acontecimientos... testimonios fósiles de la
historia de un individuo o de una sociedad”.

Por consiguiente, el mito refleja la historia, pero no toda la historia en su integridad,


sino fragmentos de ella. Pero, ¿qué fragmentos recoge?, ¿se escogen al azar o responden a una
motivación? Esto último parece ser lo más probable, en tal caso los mitos pueden servir para
justificar la existencia de diferencias sociales, el dominio de un pueblo sobre otro, ..., compensando
las desigualdades del presente con la referencia a un pasado en que tales desigualdades se
originaron. De esta forma, el mito contribuye a mantener la solidaridad social, entendida no sólo
como la unidad entre los individuos, sino también como el mantenimiento y aceptación de estos
estados que por sí mismos son divisorios.

Para finalizar, el análisis estructural de los mitos sigue un método parecido al utilizado
por Freud en su psicoanálisis para la interpretación de los sueños. Los contenidos empíricos, los
símbolos, los objetos y personajes que aparecen no significan por sí mismos, sino que, se vuelven
significativos dentro del sistema de relaciones o estructuras que revelan. (Gómez, P. (S.A.) p 3.)
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2.2. Paralelismo Lingüístico

Para conocer los temas mitológicos se ha de acudir necesariamente o a las fuentes


literarias o a las arqueológicas. Las primeras han de dividirse en dos grandes grupos: poemas, y
noticias proporcionadas por los mitógrafos, eruditos y gramáticos, sobre todo de la época
helenística y romana. Homero, y en general la épica primitiva, nos proporciona valiosos datos.
(Alsina, J. (S.F). p. 126)

La Tragedia tiene un valor incalculable como fuente. Con todo, poco es lo que se
conserva de ella. Pero es importante insistir en el hecho de que el mito constituye la base esencial.
En esto coincide con la épica, mientras que en la lírica el mito es a veces secundario y en todo caso
no esencial. Pero la Tragedia ofrece a veces el inconveniente de la fuerte tendencia ática de las
leyendas que presenta. (Íbim)

Los logógrafos, genealogistas e historiadores pueden proporcionar a veces importantes


indicaciones. Heródoto, como es sabido, ha tomado muchos datos de Hecateo. Pero incluso en el
campo del mito, muchas versiones conservadas por Heródoto son auténticas, frente a versiones que
no pueden ostentar esta cualidad. Cierto que el incipiente racionalismo de Heródoto le ha llevado
en algunos casos a modificar las leyendas, como ocurre con la de Helena, en un sentido opuesto a
la tradición. (Íbim)

En la época helenística y romana el tema mitológico era habitual en poesía. Tradiciones


y leyendas (Calimaco en su Hekale y en sus Aitia), metamorfosis (Antonino Liberal, Boios,
Partenio), mitología astral (es la época de los Katasterismoi de Eratóstenes). También los temas
folklóricos de la Odisea alcanzaron en esta época gran difusión. Apolonio de Rodas, empero, es
una muestra de lo que podía dar la época en materia épica. (Íbim)
- 36 -

Por otra parte, la Odisea y la Ilíada quizás los poemas más antiguos de la literatura
griega y de toda la literatura occidental, fechados en el siglo VIII a. de C. y atribuidos a Homero.
Compuestos cada uno de ellos por 24 libros o cantos, que constan de un número de versos entre
450 y 900. Son dos epopeyas, que hacen referencia a relatos de la edad heroica y tienen como
trasfondo la guerra de Troya. Además, están escritos en la medida propia de la épica, el hexámetro
dactílico. El lenguaje de ambos poemas se halla representado visiblemente por el gran papel que
en él ejercen los componentes formulares que se han citado al hablar de la composición oral:
adjetivos tópicos, expresiones invariables y escenas características. (Cabanillas, C. 2003)

Sin embargo, si se toma como base el texto de la Odisea, el cual ha de considerarse


como un comienzo en la expresión cultural de la antigua Grecia, se debe mirar también como una
conclusión de lo que ha sido una larga tradición de la poesía épica anterior al autor, de la que
desafortunadamente hoy no se conserva nada.

Se han de destacar a continuación los cinco versos iniciales, ya que están en hexámetro
como el resto de la obra, porque organizan un legítimo prólogo, cimentado en composición anular,
que contiene un bosquejo de lo que será la Odisea. No ocurre así con la Ilíada, donde la súplica a
la Musa va a continuación casi seguidamente del relato. (Íbim)

Άνδρα μοι ἔννεπε, μοῦσα, πολύτροπον, ὃς μάλα πολλὰ

πλάγχθη, ἐπεὶ Τροίης ἱερὸν πτολίεθρον ἔπερσεν:

πολλῶν δ᾿ ἀνθρώπων ἴδεν ἄστεα καὶ νόον ἔγνω,

πολλὰ δ᾿ ὅ γ᾿ ἐν πόντῳ πάθεν ἄλγεα ὃν κατὰ θυμόν,

Ἀ ἀρνύμενος ἥν τε ψυχὴν καὶ νόστον ἑταίρων.

(Ομήρου, 1938, Οδυσσειάς p. 6)


- 37 -

Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos,

que anduvo errante muy mucho después de Troya sagrada asolar;

vio muchas ciudades de hombres y conoció su talante,

y dolores sufrió sin cuento en el mar tratando

de asegurar la vida y el retorno de sus compañeros.

(Homero, La Odisea Canto I vv1-5)

Sería un error considerar la poesía homérica como una recolección de fórmulas.


Contiguo a lo formulario, a lo antiguo, hay que ver también la inmediatez juvenil, la riqueza léxica
que mana libremente. Por ejemplo, basta para comprender esta riqueza léxica se mira desde dos
ópticas, la primera, el lenguaje homérico cuenta con nueve verbos para la acción de ver, desde la
mirada abierta hasta el espiar precavido, y la segunda, es enorme la cantidad y expresividad de
palabras que designan el mar. (Cabanillas, C. 2003)

Dicha poesía, como se mencionó anteriormente, era de composición oral. Tratándose


de cantos en honor de aquellos héroes de épocas anteriores, considerándose mejor que la época
presente. Además, estos cantos se mantenían vivos gracias a divulgación oral que hacían los
rápsodos o cantores.

2.2.1. La Rapsodia de Homero y Hesíodo

Los rapsodas no contaban con un argumento estipulado, sino que creaban su canción
de nuevo en cada ocasión. El rapsoda está estrictamente equipado de dos cosas: el conocimiento
de las leyendas de su pueblo, y un componente de fórmulas fijas, que incluyen el adjetivo tópico,
expresiones invariables y escenas características que se repiten una y otra vez (bodas, funerales,
preparativos de viaje...). Este componente de poesía épica oral forma la partida de Homero. (Íbim)
- 38 -

Homero y Hesíodo están unidos por la métrica, el lenguaje épico y la tradición


rapsódica, pero son muchos más los elementos que los separan: geográfica y socialmente
pertenecen a ámbitos totalmente diferentes.

Homero, es el más antiguo y el más celebrado de los poetas griegos. Las leyendas que
rodean su origen plantean numerosas dudas incluso sobre su misma existencia y la autoría de las
obras que se le atribuyen. Probablemente fue un rápsodo, y, como tal, conoció algo de mundo, más
un rápsodo íntimamente vinculado a las cortes principescas de su tiempo; no se ha dado la solución
a la contienda de las siete ciudades que aseguran que nació entre ellos, y resulta dudoso si su
nombre originario fue (Μελεσίγενες) Melesígenes y tomó, al quedar ciego, el nombre de (Ομήρος)
Homero. (Íbim)

Por otra parte, el mundo de Hesíodo no es el mundo de los terratenientes nobles, sino
el mundo de los pequeños campesinos y su dura lucha por la existencia. Hesíodo crece en Beocia,
y esta región de Grecia central, con su aislamiento campesino, su riqueza en tradición antiquísima
y su peculiaridad tosca y vigorosa, influyó de manera decisiva en su carácter y su poesía. Conoció
la poesía homérica a través de los rápsodos errantes, aprendió el oficio de los rápsodos, para más
tarde convertirse en uno de ellos. Aunque, si bien no realizó nunca largos viajes, al formar parte
del círculo de los rápsodos, sus poemas fueron transmitidos pronto de manera rapsódica. (Íbim)

Si bien es cierto que, ambos están considerados como los padres y precursores de la
mitología griega. Es gracias a ellos que ésta ha conseguido llegar hasta nuestros días tal y cómo la
conocemos. Pero, aunque sus poemas utilizan el mismo verso y la misma lengua, las diferencias
entre sus obras son notables. ((S.A.) (S.F.) Homero y Hesíodo.)

Según Homero, Zeus es el mayor de los hijos de Cronos (Poseidón lo subraya repetidas
veces en sus obras) y es debido a esa primogenitura que Zeus asegura su poder y su dominación
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sobre los otros dioses. Pero, por el contrario, en la obra poética de Hesíodo, Zeus es el tercer hijo
de Cronos. Y su puesto como dominador de los otros dioses es debido a su victoria sobre su propio
padre. Esta victoria es la que le asegura su dominación sobre los dioses y sobre los hombres. (Íbim)

Otra diferencia notable en cuanto al ordenamiento de los hijos de los dioses en cada
uno de estos autores, se puede apreciar con los cíclopes, los cuales Hesíodo en su teogonía los
coloca en la línea jerárquica de los titanes, nacidos de la unión de Urano y Gea (Teogonía, vv 140)
mientras que Homero los coloca como hijos de Poseidón (nieto de Urano) en unión con la ninfa
Toosis (Odisea, p. 6). Y para mayor sorpresa, en la literatura antigua como en Las Mil y Una
Noches, en el relato de Simbad el marino, Simbad llega, al igual que Ulises, a una isla donde hay
un gigante con un solo ojo que se come a los viajeros. Del mismo modo el gigante es cegado, y al
final, cuando Simbad y sus compañeros escapan, son perseguidos y el gigante, acompañado por
otros, arroja piedras a las embarcaciones.

2.2.2. Comparación con los Juglares Vallenatos

En Colombia, culturalmente hablando, han cohabitado históricamente dos países bien


definidos: el país andino y el país caribe. El país andino es un mundo apegado a los valores
eurocéntricos y devoto de los principios judeocristianos y las tradiciones morales católicas. De la
mano de esos elementos las élites sociales e intelectuales han construido una concepción apolínea
del mundo, que se esfuerza por resaltar las virtudes y esconder los defectos. El país caribe, al
contrario, se rige por una visión filosófica de la vida gobernada por una moral epicúrea, hedonista
y dionisíaca. (Humanez, E. 2014.)

Sin embargo, cuando el tema se analiza en detalle, se puede constatar que los costeños
no son más borrachos, ni más perezosos, ni más machistas o mujeriegos que los del interior. Pero
a diferencia de ellos están dispuestos a ventilar estos temas en público; y cuando lo hacen: para
bien y para mal, se refieren a ellos mismos de manera hiperbólica y absurda, aquello que, por su
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naturaleza, debería ser solemne. En síntesis: el absurdo, la hipérbole y la banalización de lo


trascendental son los elementos básicos del imaginario de la gente del Caribe colombiano, que,
según el nobel de literatura Gabriel García Márquez, es gente mamadora de gallo, tiene mucho
humor y viven en una continua alegría. (Íbim)

De allí que, los trovadores y juglares que compusieron o interpretaron los merengues,
paseos, puyas y sones a lo largo del Caribe colombiano, de pueblo en pueblo, y a lomo de mula,
del mismo modo como sus primeros antepasados castellanos nos legaron el venerable acopio del
que nacen la poesía y el romance en nuestra lengua. De ellos dijo bellamente Meira del Mar que
eran "rapsodas, aedas, trovadores, andariegos de la tierra, portadores en sus alforjas del mensaje
del espíritu". (Gossaín y Samper. 2004)

Y esto es, también, lo que ocurre en la obra cumbre de nuestro nobel Cien años de
soledad, en donde, Gabo, envasó, mitificados y poetizados, los hechos y acontecimientos históricos
ocurridos en Latinoamérica, incluyéndonos, relacionados con nuestra historia primera de
conquistas y colonizaciones extranjeras a la brava, y con la segunda, favorecida por la cómplice
permisividad obsequiosa de los nacionales, con sus secuelas de brutalidad, exterminios, saqueos y
abusos permanentes (porque la cosa no ha parado), viéndose precisado a refundar el mito
cosmogónico en su novela, para hacer inteligible la “real” historia que nos pertenece, partiendo de
la creación mítica de Macondo (del mundo). (Morales, A. 2017). Al mismo tiempo, no cabe duda
de que la imaginería del canto vallenato ha contribuido a la creación de ese mundo habitado por
episodios maravillosos pero reales que García Márquez elevó al mito de Macondo. La deuda de
nuestro Premio Nobel con el universo poético, humorístico y fantástico que ya habían empezado a
amasar los cantos vallenatos ha sido reconocida de manera pública y vehemente. ¿De dónde, si no
de esta fuente, toma García Márquez la arcilla para modelar personajes y episodios que quebrantan
risueñamente las leyes naturales y se acogen a todos los anacronismos sin que nadie se mosquee?
De allí que el propio autor, en un acto de justicia que honra por igual a él y a nuestros juglares,
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haya declarado que Cien años de soledad "no es más que un vallenato de 350 páginas". (Gossaín y
Samper. 2004)

Por su parte, en los llamados “vallenatos”, en especial en los que estimaba sobremanera
Gabo, acontece el mismo fenómeno presente en Cien años de soledad, porque los autores al
“componer” sus canciones no hacían otra cosa que narrar mediante textos poéticos y míticos los
acontecimientos cotidianos de la región (personajes, costumbres, sucesos, …) de donde eran
oriundos, como se percibe con propiedad y diafanidad en las narraciones cantadas del maestro
Rafael Escalona y en la de otros celebrados compositores contemporáneos suyos. (Morales, A.
2017)

Para finalizar, uno de los innumerables misterios que enmarcan los rapsodas criollos,
es decir, nuestros juglares vallenatos es la visión que se tiene frente al ineludible misterio de la
muerte. Así como Ulises no escatima esfuerzos en tratar de evitar la muerte de sus tripulantes y la
suya propia, de encontrarse con su madre y Aquiles ya muertos, incluso de pedirle al mismo
Poseidón que termine con su vida, son muestras de la visión diferente que presenta Homero, en la
cual, por las hazañas realizadas, se llega a la inmortalidad, perpetuando el nombre del héroe. En
nuestros juglares, la muerte no podía ser ajena a los temas de inspiración de los trovadores. Solo
falta leer o más bien escuchar el coro centenario de "El Amor Amor" de autoría anónima (como
los mitos) en el que se propaga el refrescante mensaje de que "cuando estoy en la parranda no me
acuerdo de la muerte". O el son compuesto por Juan Manuel Polo Cervantes en donde la relación
con Dios, que en el país Caribe como se mencionó anteriormente es ambigua e informal, se resume
en los versos sacrílegos de la canción “Alicia adorada”. “Como Dios en la tierra no tiene amigos /
como no tiene amigos vive en el aire / tanto le pido y le pido / y siempre me manda mis males” en
el cual el mismo “Juancho Polo Valencia” como era conocido este juglar es capaz de convertir su
corazón en elegía. Esa percepción escéptica sobre la vida, la muerte y lo que viene después sale a
relucir en una entrevista concedida por el propio Diomedes Díaz a Ernesto McCausland (Ambos
hoy día fallecidos), en la que afirmaba que no quería morirse porque no estaba seguro de que los
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muertos pasaran a un mundo mejor. Según Diomedes, si fuera verdad que la gente tuviera una vida
mejor en el más allá, mucha gente estaría dispuesta a morirse en el momento mismo, pero como
no se sabe qué hay después de la muerte, nadie quiere morirse de ninguna forma, ni siquiera de
viejo.

2.3. Paralelismo Religioso

La presencia de Dios es algo de lo que todo ser humano no puede prescindir, viene en
la esencia propia de cada persona. De esta presencia podemos hablar mucho más a través de la
historia de los pueblos que se ha ido transmitiendo de generación en generación en forma oral y
que en un momento de la línea del tiempo se vio la necesidad de ponerlos por escrito y mantenerlos
en un lugar seguro como respaldo a su identidad propia. (Marín, M. 2010. p. 8)

Si entendemos que un dios es el único recurso para justificar lo inexplicable, podemos


establecer que el nacimiento de los dioses era inevitable porque ellos tienen funciones vitales para
los pueblos:

1. Sustentan el principio de autoridad.


2. Reglamentan, juzgan, premian o castigan la convivencia social de un pueblo.
3. Fundamentan las creencias religiosas porque de ellos parten los conceptos de
bien y de mal.
4. Con el nacimiento de seres superiores nace también en el ser humano la
conciencia de su existencia finita que lo lleva nuevamente a preguntas
existenciales… ¿de dónde vengo? ¿para dónde voy? Frente a un silencio y una
oscuridad permanentes, la persona teme y cómo única respuesta nace la
esperanza en su dios como sostén de su existencia como un modo de trascender
la finitud de su vida. (Íbim)
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Es por esto que, al hablar de mitos y mitologías hay que tener muy en cuenta como ya
se mencionó al inicio de este capítulo, el punto de vista o las creencias del que habla de ellas. Para
el que ha sido educado en una cultura y con unas tradiciones, fruto precisamente de esos mitos,
absolutamente todos los personajes mitológicos y sus hazañas son básicamente reales. En cambio,
para el que las estudia fríamente desde afuera, muchos siglos después de que las culturas inspiradas
por esos mitos hayan dejado de existir, sin que las creencias mitológicas hayan tenido nada que ver
con la propia formación, tales relatos heroicos y leyendas carecen por completo de sentido. Para
un sincero cristiano, Júpiter o Zeus, por ejemplo, con todas sus lujurias olímpicas y extraolímpicas,
y Osiris con sus incestos, son puros artificios, fruto de la mente fecunda de los autores antiguos.
Más, sin embargo, ese sincero cristiano incluso con títulos universitarios oye con devoción los
sabios rebuznos de la burra de Balaam porque ve que su amada Biblia (la palabra de Dios) así se
lo dice expresamente en el libro de los Números. (Freixedo, S. (S.F.) p. 4)

Hoy día el sector más avanzado del cristianismo dista mucho de leer la Biblia al pie de
la letra y ha dejado muy atrás los años en que se veía el dedo de Dios en cada verbo, en cada
adjetivo y en cada coma de los “libros sagrados”. Aunque, en contraste con esta postura inteligente,
hay que decir que en el seno de protestantismo hay una ola creciente de fundamentalismo irracional
y fanático que todavía sigue tragando sin masticar toda la mitología bíblica como si hubiese sido
dictada al pie de la letra, por el mismo Dios en persona. (Íbim)

2.3.1. Paralelismo Trinitario

Uno de los dogmas fundamentales del cristianismo es el dogma de la Santísima


Trinidad. Es decir que Dios, siendo uno en sí, es al mismo tiempo tres personas distintas. Los
cristianos de hoy, lógicamente pensarán que una doctrina tan profunda y tan importante, la Iglesia
la habrá recibido así desde el principio, de labios del mismo Cristo, y creerán asimismo que un
tema tan difícil de discutir e incluso de comprender, no ha tenido sus discrepantes. Pero la verdad
es muy diferente. (Íbim p. 28)
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A continuación, algunas de las triadas que han influido en la formación de la trinidad


cristiana.

2.3.1.1. La Babilónica

La principal es la constituida por Anu, Bel y Ea. Posteriormente vemos a Marduk en


lugar de Bel, porque Ea, su padre, lo quiere así. A Marduk se le llama el Séñor» y es un mediador
entre su Padre y la humanidad. Es además un “redentor” porque lucha contra el poder del espíritu
maligno, y es también llamado “el misericordioso” a quien le gusta ser “resucitado de entre los
muertos”. Posteriormente apareció la tríada secundaria de Sin, Shamash y Adad. Parece que
Hammuirabi no adoraba a una tríada sino a una diada: Anu y Bel. Pero pasados los años, vemos al
propio rey babilonio formando parte de una trinidad. (Íbim p. 30)

2.3.1.2. La Egipcia

En cuanto a cómo los egipcios concebían a la suma divinidad, hay que señalar que la
concebían También como una tríada y de ella nos dice Carl Gustav Jung que era una auténtica
trinidad: Dios-Padre el rey (el hijo), y Kamutef a propósito del cual Preisigke demuestra en su
estudio sobre la idea de Dios en el primitivo cristianismo, que “los primeros egipcios cristianos
aplicaron sin más ni más su concepción tradicional sobre Ka al Espíritu Santo.

Posteriormente todas estas ideas se concretaron en la terna Isis-Osiris-Horus. De Horus


recién nacido y pronunciadas por su padre, leemos: “Ejercerá en este país un reinado de
misericordia, porque mi alma está en él”; y dichas a su hijo: “Eres mi hijo carnal que yo engendré”.
Ambas frases podrían haber sido tomadas al pie de la letra de nuestra Biblia... si nuestra Biblia no
las hubiese heredado de Egipto. (Íbim p. 31)
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2.3.1.3. La Hindú

En el hinduismo se ha de encontrar con una clara trinidad, por ellos llamada Trimurti
que en poco o nada se diferencia de la nuestra. Si no fuese miles de años más vieja que la trinidad
cristiana, caeríamos en la tentación de decir que es una copia de ella.

La trimurti hindú es también un dios en tres personas. El Braman o Alma del Mundo
se manifiesta de tres maneras: La primera persona es Brama, o el Creador, la. segunda es Visnú o
el Preservador y la tercera es Shiva o el Destructor. Los hindúes creen que la Trinidad está
continuamente creando y haciendo que el mundo o los mundos evolucionen. Brama crea, Visnú
mantiene la creación y hace que evolucione, y una vez finalizado el ciclo, que ellos denominan
pralaya, Shiva destruye para que a su vez Brama vuelva a crear. (Íbim p. 31)

2.3.1.4. En China y Japón

Por influencia sobre todo de Buda también se adora a Dios en forma trinitaria. Pero lo
curioso es que allí es al mismo Buda (a quien generalmente llaman Fo) al que después de.
divinizarlo lo dividen en tres: “Fo es una persona, pero tiene tres formas”. En uno de los muchos
monasterios del valle del Pótala en el Tibet, hay una capilla en la se pueden ver estatuas de Fo con
la forma de tres personas. (Íbim p. 32)

2.3.1.5. La Nórdica

La trinidad de los escandinavos, estaba compuesta por Odin, Tor y Frey. Odín era el
dios supremo y Padre Universal; Tor era el primogénito de Odín y Frey el que daba la fertilidad, la
paz y las riquezas. En Upsala, Suecia fue hallada una estatua triforme que representa esta trinidad.
(Íbim p. 32)
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2.3.1.6. En el nuevo mundo

En el Popol Vuh, el libro sagrado de los quichés y cachiqueles centroamericanos se nos


cuenta cuáles eran sus creencias fundamentales, este interesantísimo libro nos encontramos con
que su divinidad suprema estaba compuesta por tres personajes llamados Tohil, Avilix y Hacavitz.
En esta trinidad los tres dioses se encarnaban cuando querían y en un aspecto los tres tenían un
gran parecido con el Yahvé del judeo-cristianismo su gran deseo de sangre humana o de animales.
(Íbim)

Pero no es ésta la única trinidad que nos encontramos entre los mayas. Cuando los
primeros misioneros del Yucatán se encontraron con que los indios adoraban a una imagen de un
hombre crucificado, preguntaron el porqué de aquel hecho tan extraño; y la respuesta fue más
extraña aún. El que estaba en la cruz se llamaba Bacab y era nada menos que la segunda persona
de una trinidad compuesta por Icona ( o Izamma) Dios Padre; Bacab el Hijo (nacido de una virgen)
y Echeuac el Espíritu Santo. Bacab había sido mandado crucificar por un tirano y él se había
sometido voluntariamente al suplicio, aunque podía haberlo evitado. (Íbim)

Todavía hay más trinidades en las infinitas mitologías y creencias religiosas que han
atormentado y entontecido las mentes de los hombres a lo largo de los siglos. Pero bastan estos
ejemplos para caer en la cuenta de que la idea de un Dios-Trino no es exclusiva del cristianismo.
Más bien en este particular el cristianismo quiso seguir viejas pautas trazadas milenios antes por
otros pueblos y otras religiones. (Íbim)

2.3.2. Jesucristo y Ulises

Algunos estudiosos creen que el capítulo del descenso al hades por parte de Ulises,
influyo en quizás uno de los textos más sagrados del cristianismo, el Evangelio de Marcos.
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Tal como lo plantea el escritor Dennis R. Macdonald “es casi imposible subestimar la
importancia de homero para los antiguos griegos”, Marcos era un orador griego, el evangelio está
escrito en griego, me atrevo a decir casi con toda certeza que conocía la historia de la Odisea, de
modo que si hay cosas en el libro de Marcos que nos recuerdan a la Odisea tal vez no sea casualidad.

Si comparamos minuciosamente el evangelio de Marcos y la Odisea revela


paralelismos sorprendentes:

1. Ambas historias giran alrededor de las dificultades que padecen héroes que sufren en este
caso Ulises y Jesús.

2. El pasado de ambos está relacionado con la carpintería, Ulises era un hábil carpintero, que
incluso se construye su propia embarcación para salir de la isla de la ninfa Calipso, así como su
palacio en Ítaca, Jesús, era hijo de un carpintero y en un pasaje del evangelio de Marcos se refieren
a él como “El carpintero” (MC 6,3).

3. Quizás la más grande conexión entre estas dos historias es la visita de Ulises al hades y los
últimos días de Jesús en la tierra. Ambas historias comienzan con un banquete, Ulises y su
tripulación lo celebran en el palacio de Circe, Jesús y sus apóstoles en la última cena. Más tarde,
mientras sus compañeros duermen, ambos sienten el temor y tormento de su inminente encuentro
con la muerte. Cuando Ulises se entera por Circe que tiene que ir al hades a buscar al profeta
Tiresias, se desespera, la razón es dicha por el mismo que ningún mortal ha ido al hades y ha
regresado. Jesús está a punto de morir, tiene una última cena con sus discípulos, pierde la esperanza
porque sabe que tiene que enfrentarse a la cruz.

4. Al final Ulises viajará al hades y volverá, Jesús morirá en la cruz y resucitará.


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3. ANÁLISIS FILOSÓFICO E INTERPRETACIÓN SIMBÓLICA DE LA ODISEA

Después de estar navegando en los mares cosmogónicos y mitológicos de las distintas


culturas en el mundo del primer capítulo, y de realizar paradas continuas por provisiones en las
islas de los paralelismos estructurales, lingüísticos y religiosos del segundo capítulo, se hace
necesario, sumergirse en el mar profundo y misterioso que presenta Homero en su Odisea. Y por
lo tanto, acompañar en este navegar al valiente Ulises, tratando de interpretar la simbología
maravillosa que nos regala Homero, las alegorías de los seres fantásticos y los valores y antivalores
que intervienen en la mentalidad de los griegos para finalmente desembarcar en la elaboración de
esta monografía que será nuestra Ítaca.

En este comienzo de análisis personal respecto a un relato épico que ha marcado a la


propia civilización occidental, se debe pararse a situar correctamente tan excelente obra: “nos
encontramos ante la síntesis de tradición clásica oral épica; ante un relato fantástico sobre la propia
esencia de la vida y su devenir; ante la enseñanza de la moral, del bien y del mal; ante los aspectos
más fundamentales del ser humano, de los seres reales y de los irreales, de los hombres y de los
dioses; ante una representación literaria de un enfoque fantástico, divino, humano y filosófico”
(Delicado, M. 2011).

3.1. Contenido de la Odisea

La Odisea narra básicamente las aventuras de Ulises en su viaje de regreso desde Troya
a Ítaca, así como las peripecias que acontecen en la isla desde su llegada hasta el encuentro con su
esposa, Penélope. El poema comienza con una reunión de los dioses en el Olimpo; Ulises se
encuentra en compañía de la ninfa Calipso, que lo retiene a la fuerza desde hace tiempo. Deciden,
pues, intervenir para que el héroe pueda proseguir su camino. En Ítaca, mientras, cunde la
impaciencia entre los pretendientes de Penélope y la desesperanza entre las personas que aún
confían en el regreso de Ulises. Telémaco, el hijo de Ulises, se hará a la mar en busca del padre.
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Ni en Pilos, en el palacio de Néstor (canto III), ni en el palacio de Menelao en Esparta (canto IV)
tendrán noticias de él. Ulises, mientras (canto V), sufre una terrible tempestad tras abandonar la
gruta de la ninfa Calipso. Naufraga, pierde su embarcación y logra sobrevivir agarrado a una roca.
Un golpe de mar lo arroja al litoral de Esqueria, el país de los feacios. Allí es recogido por la
princesa Nausícaa, quien lo lleva a palacio (canto VI). En presencia de los reyes Alcínoo y Arete,
Ulises escucha cantar al aedo Demódoco el episodio del caballo de Troya (canto VIII). Se echa a
llorar y descubre su personalidad a los feacios, quienes están deseosos de escuchar sus aventuras.
Los cantos IX al XII recogen de boca del héroe toda esa serie de peripecias: el enfrentamiento con
los cicones, el episodio en el país de los lotófagos y el violento suceso del Cíclope (canto IX).
Explica a continuación cómo llegaron él y sus compañeros a la isla de Eolo y cómo hicieron estos
un uso equivocado del odre de los vientos. Llegan al palacio de la hechicera Circe, que los
transformará en cerdos a todos excepto al héroe. Logran recobrar su forma y escapar para ir a dar
al país de los violentos lestrigones (canto X). Vendrá después el viaje más difícil: Ulises (canto XI)
se adentra en el mundo subterráneo de los muertos, donde dialoga con difuntos ilustres. Tras esa
experiencia fabulosa, Ulises sortea los escollos de Escila y Caribdis, hace oídos sordos al canto de
las sirenas, logra abstenerse de comer carne de las vacas sagradas de Helios y llega (canto XII) a
la isla de Ogigia, donde le retiene la bella ninfa Calipso. A la mañana siguiente, Ulises zarpa rumbo
a Ítaca, donde llega sin problemas tras una apacible travesía (canto XIII). Desde aquí hasta el final,
Ulises, disfrazado, se irá dando a conocer a Telémaco (canto XVI) y Eumeo (canto XVII), siendo
a su vez reconocido por Euriclea (canto XVIII), la sirvienta más anciana de palacio. Urdirá con
Telémaco un plan para aniquilar a los pretendientes. Tras el gran banquete de estos (canto XXI),
tiene lugar la prueba de fuego para conseguir la mano de Penélope: tensar el arco de Ulises y
disparar con él una flecha que debe pasar por el ojo del mango de doce hachas puestas en fila. Solo
Ulises lo consigue. Los pretendientes son aniquilados y por fin Ulises descubre la identidad a
Penélope (canto XXIII). El entierro de los pretendientes y la visita de Ulises a su anciano padre,
Laertes (XXIV), cierran el libro.

3.2. Estructura

A continuación, el argumento de los 24 cantos, bajo los que se esconde un innegable


orden interno, que se ha de analizar:
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1. Cantos I a IV: preparación y desarrollo del viaje de Telémaco.


2. Cantos V al VIII: aventuras de Ulises contadas en tercera persona.
3. Cantos IX al XII: aventuras de Ulises narradas en primera persona por él en el país de los
feacios.
4. Cantos XIII al XVI: peripecias de Ulises en Ítaca disfrazado de mendigo, en compañía
del porquerizo Eumeo.
5. Cantos XVII al XX: episodios de Ulises en Ítaca, infiltrado ya entre los pretendientes de
Penélope.
6. Cantos XX al XXIV: matanza de los pretendientes y consecuencias derivadas de ella.

Como se puede apreciar, son seis unidades de cuatro cantos. Bajo esta estructura, se
descubren las tres sagas que, convenientemente ensambladas entre sí, muy probablemente por
Homero, están en la base de todo el poema. Son las siguientes:

1. La telemaquia. El protagonista aquí es el hijo de Ulises, Telémaco. Esta fase, casi con
toda probabilidad, un añadido posterior. No hay peripecias; los lugares geográficos son
reales Pilos, Esparta, Creta. La tensión no está en los avatares del viaje, sino en la
información que Telémaco pueda obtener.
2. Las aventuras de Ulises. Es el núcleo básico del poema. Sin duda, es la saga más antigua,
que guarda semejanzas con otros relatos orales de pueblos orientales; algunos
paralelismos pueden establecerse entre Gilgamés, el héroe babilonio, y el propio Ulises.
La geografía habla de seres y paisajes fantasiosos y exóticos, que se alternan con
descripciones ajustadas al mundo micénico.
3. La venganza y la matanza de los pretendientes. El folclore popular conocía historias
semejantes, en las que un héroe ausente tras una serie de pruebas se da a conocer y
resuelve una situación problemática de forma favorable a sus intereses. Así, mientras que
la Ilíada tiene una estructura arquitectónica, la Odisea responde más bien a una estructura
sinfónica, aunque con matices; puede intercambiarse e orden de los episodios dentro de
cada saga o bloque temático, pero no el orden general del poema; el hijo debe buscar al
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padre antes de que este aparezca. A su vez, los sucesos de los últimos doce cantos exigen
que Ulises haya desembarcado en Ítaca. (Poliareté (S.F.))

3.3. Personajes destacados

La Odisea no presenta una gama tan variada de personajes como la Ilíada, pero ofrece
campo abundante y propicio para un análisis del que se extraen curiosas conclusiones.

3.3.1. Ulises (Odiseo)

Su nombre es una traducción latina de Odiseo. Rey de Itaca es la figura principal de la


Odisea, aunque, tiene papel también en la Ilíada. Se caracteriza por su valentía y sagacidad.
Navegante y náufrago, sus aventuras y personalidad están descritas por Homero en la primera de
sus obras. (González Frías, Federico. 2012)

Único, genial, arrebatador, irrepetible. Lleno de energía, de imaginación, de ingenio y


de habilidad. A veces, sin escrúpulos; a veces, cruel; a veces, tierno. Siempre exigente con sus
compañeros. Siempre en movimiento, activo y dinámico. Él dirige su propia nave, marca su rumbo
y decide adonde quiere ir. No es un vagabundo. Siempre sabe que su meta es Ítaca. Sus peripecias
son escollos que debe superar para llegar al objetivo fijado. Ulises parece ser el único que lo tiene
claro. No así sus compañeros, que se acomodan en la primera isla en la que atracan. La capacidad
para la acción oscurece su lado sensible y sentimental. Ulises siente vergüenza ante Nausícaa y sus
amigos, llora en la corte de Alcínoo y en la gruta de Calipso añorando su tierra. Sin embargo,
aguanta al cíclope y resiste la prueba de la bajada al mundo subterráneo. He aquí la segunda gran
característica de Ulises: su capacidad para resistir, para soportar adversidades, dolores físicos y
dolores morales. Todo el aguante tiene sentido si sirve para salvar escollos y llegar a la meta. Ulises
es modelo de dinamismo, imaginación, energía, resistencia y tenacidad. (Poliarté. (S.F.))
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3.3.2. Penélope

Penélope es la esposa de Ulises, madre de Telémaco, Reina de Ítaca y el objeto de


deseo de cada noble del lugar. También es una mujer fuerte. Esto quizá parezca una tontería para
los estándares actuales (después de todo, deja que su hijo tome el control y está tranquila con eso),
pero esto es la Grecia antigua. Hay que fijarse cómo mantiene a raya a los pretendientes.
Seguramente habría sido más fácil si simplemente se hubiera casado con uno de ellos y hubiera
terminado con todo ese problema, pero Penélope mantiene su posición, y más importante aún, lo
hace con astucia y sumisión (basta apreciar su brillante ardid de tejer y destejer el velo para Laertes)
lo que la convierte en una excelente pareja para Ulises.

Es el paradigma de la esposa fiel y abnegada. Tiene, también, otros valores, como su


tenacidad y su resistencia o su ingenio y su imaginación para engañar y burlar a los pretendientes
como ya se mencionó anteriormente. Además, es una mujer que, en su aparente pasividad, está
activa. Mientras el esposo se mueve por el mar, ella teje y desteje, símbolo de que realmente
comparte todo con él. La sostiene la esperanza, esa idea arraigada en el alma griega. Saca fuerzas
de flaqueza y, aunque está a punto derrumbarse, resiste. Cuando tiene a Ulises frente a frente, lo
ignora; en la distancia, en cambio, se identifica totalmente con él. (Poliarté. (S.F.))

La decisión de Penélope de no casarse de nuevo, demuestra su fortaleza y


determinación. Al mismo tiempo, la eleva como perfecto ejemplo de fidelidad en La Odisea. A
pesar de su largo sufrimiento y la añoranza por su esposo, duerme sola por cerca de veinte años (a
diferencia de su esposo). Pero al final, Homero dibuja el sufrimiento de Penélope con bastante
expresividad: se le ve llorando en su almohada cada noche, deseando el regreso de Ulises. (Shmoop
University. 2017)

Una pregunta interesante es saber si Penélope cree o no, si su esposo está muerto.
Ciertamente es escéptica cada vez que alguien dice que está vivo. Pero solo porque es escéptica no
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podemos decir que ha perdido la esperanza. Justo en el último momento, Penélope deja que su
mente mantenga la fe y la duda al mismo tiempo. En todo caso, esto hace que su fidelidad sea aún
más impresionante (y quizá más impresionante que el rechazo de Ulises a la inmortalidad ofrecida
por Calipso): sin tener la certeza de que Ulises regrese algún día, ella se arriesga a permanecer sola
hasta su muerte. (Íbim)

3.3.3. Telémaco

Telémaco es el hijo de Ulises y Penélope. Se caracteriza por su prudencia y, como nos


lo han dicho varias veces, su claridad mental. Este tipo no se apresura a tomar decisiones sin pensar
primero en las consecuencias. Aunque ciertamente se impacienta ante los pretendientes, quienes
están gastando la riqueza de la familia, lo tratan mal e intentan ganarse a su madre. Esto significa
que nosotros entramos justo en el momento emocionante, que es cuando Telémaco al fin decide
hacer algo al respecto. (Íbim)

Su perfil es el de un joven impulsivo y cariñoso que capta la situación del padre y la


asume como propia y, en consecuencia, presta una colaboración excepcional. Su navegación carece
de incidencias; su perfil se agiganta en Ítaca, donde no duda en pisar un terreno comprometido. Al
igual que sus padres, está siempre en movimiento. Los tres componen un cuadro familiar en el que
ninguna de las tres personas tiene tiempo para el descanso. De ahí que el poema resulte trepidante.

En parte, el lector sigue su crecimiento viendo la interacción de Telémaco con su


madre. Una forma en la que alcanza su madurez es diciéndole a Penélope qué hacer, es decir,
tomando el control de la relación Madre-Hijo. Penélope, lejos de molestarse por ello, estimula este
comportamiento, está claramente contenta de ver a su hijo asumir este rol. Otra forma de ver su
madurez es cuando comienza su viaje sin decirle antes a su madre, esta vez Penélope no está tan
contenta.
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De todos modos, es mucho más fácil rebelarse ante su madre que darles su merecido a
los pretendientes. Después de todo, hasta en sus discursos públicos, el pobre tiembla. Esta es una
de las razones por las que Telémaco está tan ansioso por que su padre llegue, para recibir su ayuda.
Cuando llega Ulises, Telémaco, de repente, gana confianza. Hay que fijarse como comienza a
insultar más tranquilamente a los pretendientes. Ahora puede pelear, sin importar su falta de
experiencia en el combate. Cuando mete la pata olvidándose de cerrar la puerta del cuarto donde
escondió las armas de los pretendientes, podemos ver que todavía tiene mucho que aprender. (Íbim)

En todo caso, el poema transmite que Telémaco madurará. Mucho de esto tiene que ver
con la genética. Después de todo, es el hijo de Ulises. La habilidad de Telémaco para manejar el
arco es ciertamente una marca de su fuerza innata. De nuevo, por su paternidad, Telémaco es
protegido por Atenea, una especie de guardaespaldas de Ulises. Entonces, se puede decir que es
apropiado, en la escena de la retribución, que Telémaco esté al lado de su padre y su abuelo,
repartiendo justicia como un frente unido. (Íbim)

3.3.4. Argos

El perro de Ulises es el símbolo de la lealtad incondicional. Aunque Argos era un


cachorro cuando Ulises se fue a la guerra, muchos años después todavía ama a su amo y le muestra
su afecto moviendo la cola y tratando de estar cerca de él cuando oye su voz. Aunque a menudo es
ignorado y maltratado por la mano que una vez lo alimentó, Argos todavía se pasea en las premisas
del palacio, esperando a que su amo regrese. Luego de verlo finalmente, Argos muere feliz. (Íbim)

Esto, que hoy puede parecer normal por la conciencia de respeto animal, se nos cuenta
en el siglo VII a.C. No es superficial el hecho de que Homero refiera esa lealtad del animal pese a
los años transcurridos. La lealtad de un animal comparada con la de algunas personas denota en
muchas ocasiones un argumento mental, un pensamiento de trascendencia humana, una cábala de
motivación hacia lo que es y no es capaz de ser o hacer el ser humano. (Delicado, M. 2011a).
- 55 -

3.3.5. Personajes divinos

A diferencia de la Ilíada, donde todo el Olimpo está en vilo presenciando los


acontecimientos, la Odisea solo cuenta con la presencia de dos importantísimas divinidades
enfrentadas desde siempre: Poseidón y Atenea. Además, la notable intervención de Eolo en aras de
también ayudar a Ulises.

3.3.5.1. Poseidón

Dios de los mares y señor de los caballos. De allí que, en La Ilíada, los troyanos caen
en la trampa de creer que los griegos tributaran a Poseidón el astuto caballo ideado por Ulises.
Poseidón es hostil a Ulises. Desata tempestades, impulsa vientos, promueve oleaje. En el poema
enmarca todas las fuerzas negativas del mar. El Egeo y el Jónico. Y la violencia del mar es real; el
mar existe en la realidad, no en la imaginación de los navegantes. Poseidón se encarga de recordarlo
a cada instante. No han superado los marineros una adversidad cuando ya se prepara la tempestad
siguiente. En ese sentido, Poseidón resulta implacable, y estará dispuesto a no dejar regresar nunca
a Ulises a su tierra, por dejar ciego a su hijo (Poliarté. (S.F.))

3.3.5.2. Atenea

Diosa griega de la Sabiduría. Se aprecia en la obra que no deja a Ulises ni un momento.


Lo protege y le es de mayor utilidad en tierra firme que en el mar. ¿Qué sentido puede tener que
sea precisamente Atenea la que protege, acompaña y aconseja constantemente al héroe? Atenea -
recordemos su símbolo, la lechuza con los ojos siempre bien abiertos -representa la inteligencia.
Es patrona de tejedoras e hilanderas, pero es, antes que nada, la fuerza de la mente, capaz de
dominar la lanza. Ulises representa el ingenio, la astucia y el sentido común; Atenea completa todo
eso con unas dosis de inteligencia. Con Atenea, Ulises es invencible; sale siempre airoso, siempre
triunfa. (Íbim)
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3.3.5.3. Eolo

El dios de los vientos. Obsequia a Ulises unos odres conteniendo los vientos para que
pueda llegar rápido a casa. Estos, bien utilizado es positivo ya que aviva la marcha de la
navegación, pero mal utilizado, la puede destruir. La navegación tiene su ritmo, la impaciencia, la
lentitud, la pérdida de la fe en la empresa es lo que impulsa a los compañeros de Ulises a hacer un
uso equivocado del odre. Claro que el héroe ha cometido un error, humano como es, dormirse. Y
el que va al frente de la travesía no puede descuidarse ni un instante. Mientras el héroe dormía, los
compañeros curiosos piensan que es oro y riquezas y abren los sacos y se produce tal ventarrón
que aleja nuevamente la nave de la isla natal del héroe que ya estaba a la vista. (Íbim)

3.3.6. Alegorías a la Seducción

Una de las razones por las cuales las divinidades quedaban prendadas de los mortales
era porque según parece los griegos creían que si algo hacia valiosa la vida de los mortales, era
precisamente su precariedad, es decir, al no durar para siempre, la experiencia humana tenía una
intensidad y una viveza que resultaba ajena al mundo de los dioses. Estos son algunos episodios
decisivos de la odisea en donde Homero hace que Ulises se plantee el sentido de la vida.

3.3.6.1. Calipso

Es una Ninfa. Es de una extraordinaria belleza, como diosa, es inmortal y ofrece a


Ulises la inmortalidad. Hacía una eternidad que no había visto un hombre y en cuanto a Ulises se
refiere, apenas si puede resistirse a los encantos de una diosa tan atractiva. Calipso, representa la
comodidad, la vida desentendida, sin complicaciones ni preocupaciones, pero a cambio de la falta
de iniciativa, de aventura, de la vivencia, es decir de la propia vida, entendida esta como una
fabulosa red de posibilidades en las cuales Ulises no disfrutará por estar retenido por alrededor de
siete años. El planteamiento moral de esta parte del relato es muy importante, pues está haciendo
ver que el no afrontar la vida y no aceptar sus retos nos puede llevar a la muerte sin haber vivido
realmente. Aquí cabe subrayar la confrontación del mundo de hoy en día, con su competitividad
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permanente a nivel personal que hace que mucha gente opte por este desentendimiento como forma
escapatoria a una lucha en la que se ven siempre perdedores.

Por otra parte, hay que hacerse la pregunta ¿por qué no acepta el trato Ulises si parece
bueno?, lo que Homero nos dice es que Ulises extraña su tierra natal, y echa de menos a Penélope.
No es la inmortalidad lo que Ulises quiere precisamente, sino, sentirse realizado como mortal. Y
quedarse a vivir como amante de una diosa es un trato desigual, de modo que Ulises se resiste a
Calipso y le dice que en realidad quiere volver a casa, a Ítaca, con su esposa Penélope. Es preciso
señalar que, si durante siete años no tomo esa decisión, es porque evidentemente lo quería todo,
una cosa y otra.

3.3.6.2. Circe

Es una hechicera, La magia de ella, se sitúa en torno al engaño, la apariencia, lo oculto


y lo funesto de la propia naturaleza humana. Circe convierte en cerdos a los compañeros de Ulises
y le rodean otros animales de aspecto fiero pero pacíficos por estar igualmente maleficiados. En
este caso, el amor de Circe hacia Ulises, al igual que le ocurrió a Calipso, consigue que este deje
marchar a Ulises y liberar a sus hombres, no sin antes aprestar su valentía y astucia Ulises en su
encuentro con la famosa maga, impidiendo el efecto de su brebaje, aunque, no por mérito propio,
sino, con la ayuda de los dioses en este caso Hermes.

El amor no correspondido es una cuestión humana habitual, es la desmitificación del


propio Cupido que yerra al acertar sólo en uno de los dos futuros amantes. El amor no es cosa de
dos según nos expone Homero. La decisión amatoria (amante) no se corresponde en muchos casos
con el contrario (el amado), pues este último no ve resarcido su sentimiento de igual forma. Esta
cuestión natural se nos presenta con Circe como amante y Ulises como amado. Amores no
correspondidos pueden producir la nostalgia y la soledad, hecho humano que Homero nos quiere
indicar que es normal que se produzca. En todo caso el amor de Circe no le lleva (al igual que
- 58 -

Calipso) a la venganza por la no correspondencia, muy al contrario, en ambos casos el amor supera
al dolor y hace que ambas le ayuden a conseguir lo que pretende; llegar a su hogar y ser amado y
amar a su esposa Penélope que le espera fielmente desde hace años. En estos casos el amor de Circe
o Calipso para la consecución del reencuentro amoroso de Ulises y Penélope es digno de elogio.
(Delicado, M. 2011.).

3.3.6.3. Nausícaa

Hija del rey de los Feacios, Alcínoo. Es encantadora, pero infantil. Por un instante se
deslumbra, e incluso Ulises parece sentir una cierta atracción por ella. Pero Nausícaa tiene su boda
ya acordada, y Ulises está ya cerca de Ítaca. Las tres mujeres se oponen a Penélope, que es, al fin
y al cabo, el punto de referencia de Ulises. Calipso, Circe y Nausícaa aportan al héroe vivencias,
experiencia, pero le hacen perder el tiempo; eso sí, de buena fe. Ulises tiene ganas y prisa por llegar
a Ítaca, no se encuentra a gusto ni en la gruta de Calipso ni en el palacio de Circe, en la corte de
Alcínoo se relaja porque le es imprescindible, pero entre la maleza frente a Nausícaa se encuentra
en una situación incómoda. Todos los demás personajes son fundamentalmente alegóricos. Homero
la presenta que guiada por Atenea, va a la playa, donde encuentra a Ulises tras haber naufragado y
lo recibe como un personaje distinguido y lo presenta en la ciudad a su padre. (Íbim)

3.3.6.4. Los Lotófagos

En la tierra de los lotófagos se produce una referencia clara a las drogas. El loto como
planta que enlentece y atonta a sus consumidores, se nos presenta como un aspecto vital de la
voluntariedad hacia el desentendimiento de la vida, hacia el alejamiento de los problemas y la
búsqueda de su resolución, y como hemos visto con la ninfa Calipso, la pérdida del disfrute de la
misma vida. Pero si con Calipso se presenta por hastío o despreocupación involuntaria, aquí se
aporta el elemento de voluntariedad como necesario para la lotofagia y por lo tanto es una decisión
personal del individuo frente a la vida. La equivocación se produce por acción voluntaria, no por
inacción. (Íbim).
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Algunos expertos opinan que los lotófagos simbolizaba una plaga real que sufría la
antigua Grecia, el abuso de las drogas. Los griegos conocían el opio y por tanto el Hachís, el caso
es que a los seres humanos les gusta drogarse, en la Odisea, su función es mostrar que la gente
suele perderse cuando intenta volver a casa y eso sí que es humano.

3.3.7. Alegorías de la Violencia

Sin lugar a dudas, Homero muestra en la Odisea, un ambiente sumamente violento,


pero también resaltando la astucia de Ulises, utilizando el cerebro antes que la fuerza, atrapando al
lector en un ambiente similar al utilizado en obras reconocidas como Jack y los frijoles mágicos,
pasajes bíblicos como David y Goliat, y las novelas del oeste de Marcial Lafuente Estefanía.

3.3.7.1. El Cíclope Polifemo

Hijo de Poseidón. Representa el monstruo, la fuerza bruta, la violencia desmedida a la


que no se debe replicar con las mismas armas. Ulises, frente a la violencia que debe ser afrontada
porque no puede ser esquivada, representa la inteligencia, el sentido común. Ni piedras, ni palos;
un simple odre de vino, gran diligencia en la acción y astucia; esas son sus armas.

Polifemo obligará a Ulises a poner en marcha todos sus recursos mentales de astucia,
inteligencia, embuste y valentía, que más tarde se traducirán en una opacidad y consecuencias
funestas por su propia arrogancia al decirle a Polifemo su propio nombre desde la segura nave y a
distancia del cíclope.

Con Polifemo tenemos una referencia del caballo de Troya. En este caso de forma
involuntaria se produce el encerramiento, en el caso de La Ilíada se causa con intención. Pero en
ambas situaciones, la “salida” de una situación crítica es lo que realmente se nos plantea por
Homero. El engaño habilidoso (yo soy Nadie) queda truncado en sus consecuencias por ser
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Polifemo el hijo de Poseidón, y burlar Ulises a este cíclope cuando arrogantemente le dice su
verdadero nombre, lo que ocasiona que la ira de Poseidón vengue mediante el azote marino la
afrenta a su hijo. Ese azote oceánico retrasará a Ulises. (Íbim)

3.3.7.2. Los Lestrigones

vienen a ser una reedición del cíclope. Son personajes gigantescos de cuerpo, pero no
de mente, violentos y agresivos. Arrojan grandes peñascos sobre las naves de Ulises y son muy
numerosos. Por ello, ese grupo debe evitarse. Al personaje violento, si presenta batalla, debe
hacérsele frente con la inteligencia; si es más numeroso y especialmente agresivo, hay que huir de
él con rapidez. Con los lestrigones tenemos otra lección moral para la vida, la precaución. Los
peligros no se deben eludir si nos aportan vitalidad, pero sí debemos ser precavidos. La decisión
de Ulises de atracar su nave fuera del posible peligro de un puerto desconocido, le lleva a que esa
precaución consiga evitar la muerte de él y de todos sus hombres. Ser precavido le hizo no adentrar
a todos en la isla sin saber lo qué había en ella. La falta de precaución de sus otros hombres que
atracaron en dicho puerto y se adentraron conociendo a una niña de tamaño equivalente al suyo,
les hizo no percatarse de que el tamaño de sus padres era acorde a su edad, por lo que el gigantismo
propició la muerte de todos ellos a manos de los lestrigones. (Íbim).

3.3.7.3. Los Pretendientes

Son individuos que no tienen valores, a quienes no les importa la dignidad, la fidelidad
o la lealtad y que quieren enriquecerse enseguida sin trabajar. Homero muestra cómo todos los que
han conspirado contra Ulises, sean enemigos o sirvientes, caerán por la mano de esta venganza.
Aquí la interpretación es clara, quien la hace la paga. Otra cuestión interpretable es si esa venganza
debe ser siempre aplicada. Homero también, muestra el aspecto real de los hechos, es decir que
quien conspira está puntuando cada vez más para recibir esa venganza. La última batalla de Ulises,
termina con los pretendientes masacrados y el héroe victorioso. Ha recuperado su trono, ahora,
debe recuperar a su mujer.
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3.3.8. El Mar

El mar y sus peligros tienen muchas semejanzas con las lecciones de vida que hay en
La Odisea; está lleno de sufrimiento que no puede ser evitado. El mar puede enviar bendiciones
como las brisas marinas para que pueda esquivar obstáculos como las tormentas, Escila y Caribdis,
o las islas traicioneras. El mar es gobernado por Poseidón, y por ello también es una manifestación
de la superioridad de los dioses y su la naturaleza sobre el hombre. (Shmoop University. 2017)

3.3.9. El Arco de Ulises

Es un símbolo de realeza y fuerza; quien logre dominarlo es digno del rey Ulises y
puede tomar el trono legítimamente. La fuerza física era una importante cualidad en la antigua
Grecia, no solo en la guerra, sino que sicológicamente estaba atada a la fuerza política y a la
voluntad de hierro que se necesitaba para gobernar a la gente en los momentos álgidos.

Como era de esperarse, ninguno de los pretendientes está cerca de lograr dominar el
arco, mostrando sus debilidades y sus ansias al competir por la mano de Penélope. Telémaco casi
logra dominarlo, y quizá lo hubiera logrado si Ulises no lo hubiera interrumpido; esto muestra que
Telémaco ha madurado y está casi listo para tomar el puesto de su padre. Claro, que se haya
detenido después de que su padre se lo pidiera, lo que nos recuerda que el hijo mantiene deferencia
hacia los deseos de Ulises. (Íbim)

3.3.10. El Sudario de Laertes

El sudario o velo, es un símbolo de la sumisión femenina. Por ser mujer, Penélope no


tiene mucho poder para resistir a sus pretendientes, como se ve repetidas veces cuando su hijo le
ordena subir a su habitación, ya que todo lo demás es cuestión de hombres. Entonces, como no
puede luchar contra ellos o echarlos de la casa, todo lo que puede hacer es retrasar el día en el que
elegirá a un pretendiente. Así que estira ese tiempo todo lo que puede prolongando el tiempo que
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le toma completar una tarea femenina honorable: tejer el velo de muerte del desesperado padre de
Ulises. Así, la mujer pasa el día tejiendo y la noche deshaciendo lo tejido. El hecho de que Penélope
en realidad no termina el sudario, simboliza su serenidad y su impotencia por no poder tener un
progreso real en contra de sus pretendientes.

3.4. ¿Muerte de Ulises?

Para finalizar, aunque la Odisea no menciona en ninguno de sus cantos la muerte de


Ulises, se podría caer en el error que habría por algún medio alcanzado la inmortalidad, si se sabe
que este héroe rechazo en varias oportunidades ese don.

Una teoría del ciclo Troyano y atribuida a Apolodoro y que se le conoce como
Telegonía:

Por otro lado, Telégono se enteró por Circe de que era hijo de Ulises y
entonces zarpó en su búsqueda. Llegado a la isla de Ítaca se llevó unas cuantas
cabezas de los ganados y cuando Ulises acudió en su defensa, lo hirió con la
lanza que tenía en las manos, cuya punta era una espina de pastinaca y así
murió Ulises. Pero cuando lo reconoció, lamentó profundamente lo sucedido
y condujo el cadáver y a Penélope junto a Circe, y allí se casó con Penélope.
Circe los envió a ambos hacia las islas de los Bienaventurados. (González, F.
2012)

En un detalle final verdaderamente digno de las historias míticas que consideramos, el


primer hijo de Ulises con Penélope, Telémaco, y su segundo vástago, Telégono tenido con la maga
Circe, terminan casándose con sus madrastras respectivas en medio de la horrible historia en la
que su padre había alejado al primero enviándolo fuera a raíz de una predicción que le dijo que iba
a morir a manos de un hijo suyo. Entonces aparece en su reinado un hombre que, por circunstancias
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fortuitas le mata y que no es otro que su propio hijo tenido con Circe y desconocido por Ulises,
que habiendo salido en busca de su padre al que desconoce tiene la desgracia de matarlo por una
disputa menor. (Íbim)

En fin, hay quienes afirman que Ulises fue acusado por los familiares de los muertos
y que recurrieron al juicio de Neoptólemo, que reinaba sobre las islas del Epiro. Este creyendo
que, si Ulises estuviera lejos, podría apoderarse de Cefalonia, lo sentenció al destierro y así Ulises
se fue hacia Etolia junto a Toante, el hijo de Andremón, y se casó con su hija y después de dejar
un hijo de ella, Leontófono, murió ya anciano. (Íbim)
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CONCLUSIONES

Como toda aventura llega a su final, ahora, hay que hacer como Ulises en la tierra de los feacios y
contarle al rey que se pudo inferir de todo este emocionante viaje.

En primer lugar, Homero, muestra cuan equivocados estaban los antiguos griegos al creer que
podían encontrar la felicidad a través de la fama, pero lo que no sabía es que los hombres siempre
quieren más. Quiere explorar una de las cuestiones de estos, al preguntarse ¿qué sucedería si los
hombres fueran como los dioses? Y concuerdo con Nietzsche al afirmar que “en la antigüedad
todos los griegos soñaban con Homero, y que Homero representaba a un griego soñado”, y que
nosotros reconocemos que este es un gran sueño que llega a nuestros días a través de este
maravilloso poema épico.

La palabra Odisea, aun la empleamos para describir un viaje colmado de aventuras, pero también
sugiere un viaje interior, y, de hecho, los antiguos griegos a través de los giros del destino, las
pruebas, y las tribulaciones de la odisea de Ulises, aprendieron a conocerse. En cierto sentido, La
Odisea, es una historia extraordinaria, se podría decir que marca el inicio de la literatura occidental.
Sin embargo, eso por sí solo no hubiera bastado para mantenerla viva a lo largo de 3000 años. La
Odisea es un relato en el cual se aborda la pregunta a la que todos debemos responder ¿De qué trata
la vida? Los antiguos griegos tenían una visión de la vida más bien sombría, hoy vivos, pero, un
día desapareceremos. Envidiaban a los dioses a los que rendían culto porque eran inmortales.
Homero, se enfrentará cara a cara a esta forma de vida, a través del relato de un héroe que regresa
de la guerra.

La travesía de Ulises desde Troya hasta Ítaca no debería llevarle más de una semana, pero, de
hecho, le va a llevar más, mucho más. Homero, se valdrá del viaje a Ítaca para explorar una cuestión
fundamental. Los griegos sabían que no podían ser como sus dioses, que no podían vivir para
siempre como se mencionó anteriormente, pero, ¿y si tuviera sentido otro tipo de inmortalidad, una
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inmortalidad terrena en la cual nuestro nombre pudiera vivir para siempre? La fama, por ejemplo,
sobretodo, la que se alcanza en el campo de batalla. Pero, Homero pensaba que la fama, la
Inmortalidad y la gloria, eran vanas e insatisfactorias y en La Odisea muestra el porqué. Hará que
los dioses desbaraten el viaje de regreso a Ulises.

Asi que, el mensaje de Homero es claro, y no es otro que el de valorar lo que tenemos, vivir aquí y
ahora con plenitud. Los griegos puede que envidiaran a sus dioses, pero, la vida de los mortales es
rica y maravillosa y son los dioses quienes los envidiaban ya que, sin el miedo a la muerte,
indiscutiblemente, no podemos ser héroes, sin el riesgo a perder, no podemos amar de verdad. Todo
esto es un canto a la vida, y para Ulises como lo debería ser para nosotros lo más importante de su
vida es la familia.

En segunda instancia, la tarea de definir qué es un mito no es nada fácil. De hecho, los grandes
investigadores del tema Mircea Elíade, Levi-Strauss, Jan de Vries, E. Buess, Andrew Lang,
Friedric Müller, E. Siecke, C. G. Jung, Goldhammer, ... discrepan entre sí acerca de su significado
sociológico y de su interpretación. Es más, comienzan por hacer grandes distinciones entre lo que
es un mito, una leyenda, una saga, un cuento popular o una tradición, llegando a unas profundidades
psicosociológicas bastante difíciles de entender, que, por otro lado, en nada ayudarían a la mejor
comprensión del propósito de esta monografía. Por eso, sin dejar de tener en cuenta lo que aquellos
autores han dicho sobre las características fundamentales del mito, hay que fijarse más en la idea
general que la gente tiene de los mismos.

Por último, la Tierra es un planeta poblado de mitómanos que no quieren oír hablar de los mitos de
los demás y que están dispuestos a romperse la cabeza en cualquier momento por defender su
propio mito. Y eso es ni más ni menos, lo que se ha estado haciendo repetidamente a lo largo de la
historia: guerrear por nuestras míticas religiones. En fin, Cada loco con su tema.
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