El lazo de unión entre la filosofía y el arte consiste esencialmente en lo
siguiente. La obra de arte proporciona al pensamiento una imagen pura y
definida del mundo interno. Gracias a esta imagen, la mirada penetra más allá de las apariencias con que el entendimiento reviste el fenómeno, y el filósofo se encuentra en contacto con la esencia intima e invisible de las cosas. De la misma manera que la lógica, la psicología, la metodología, etc. han sido fundadas sobre la base de las matemáticas y las ciencias naturales, así también la metafísica más, elevada necesita del, arte para llegar a los más profundos conocimientos.
Schopenhauer nos dice que: "Toda obra de arte se dirige propiamente a
mostrarnos la vida y las cosas tal como son en realidad. Pero esta realidad no todos pueden comprenderla inmediatamente, porque se halla cubierta por el velo de los accidentes objetivos y subjetivos. Y el arte levanta este velo ... (El gran valor y la importancia del arte consisten en que nos proporciona en esencia lo mismo que obtenemos por el mundo visible, pero de un modo más condensado, más completo, por medio de la elección y de la reflexión ... Las obras de arte plásticas y dramáticas contienen toda la sabiduría ... La filosofía ha tardado tanto tiempo a manifestarse porque se procuró fundamentarla en el terreno de la ciencia, en vez de escoger el del arte.