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Con la representación de la obra “Cerebro y Corazón” de la escritora mexicana Teresa

Farias Tassi de Isaías, se inauguró el 20 de mayo de 1915 el Teatro Carmen, en la ciudad de


Tucson, Arizona.

La dueña de este lugar era Carmen Soto Vázquez, una mujer nacida en esa ciudad en 1863,
10 años después de que Tucson quedara del lado norteamericano. Descendiente de familias
con gran arraigo en la ciudad, tuvo una educación muy esmerada. Se casó con Ramón
Vázquez un acaudalado comerciante de Nogales. En 1914, Ramón le mostró los planos de
un terreno que había comprado en la calle Meyer, en el centro de Tucson y Carmen
proyectó sobre él un teatro, en el que se representarían historias y espectáculos musicales y
de vaudeville en español.

El encargado de dar vida al proyecto fue Manuel Flores, quien no era propiamente un
arquitecto, pero si un carpintero reconocido en la localidad por su habilidad para la
construcción. Flores se encargó de construir un edificio de adobe cuya fachada recuerda a
los templos de las misiones de la Pimería Alta. Su interior estaba decorado con suma
elegancia y causaba especial atención su brillante iluminación; su escenario era muy amplio
y tenía capacidad para albergar a 1400 espectadores, repartidos en platea, luneta y galería.

Durante casi 10 años en este teatro se presentaron óperas, zarzuelas, cuadros de comedia e
incluso espectáculos de magia y prestidigitación, en idioma español. Actuaron ahí
personajes como Virginia Fábregas, Esperanza Iris, así como la compañía teatral de los
Soler, La Nacional, de Ciudad de México o la compañía de ópera de Carlota Millanès
Caballè. En él se daba cita la comunidad mexicana de la ciudad y los visitantes sonorenses,
quienes se vestían con esmero y elegancia para acudir a las funciones.

El lugar se convirtió en un símbolo de la cultura mexicana y un punto de encuentro de esta


comunidad en Tucson, la cual estaba y sigue estando estrechamente relacionada con las
familias de Sonora. Sobre la representación de la obra “Pro-patria. La Guerra Europea” que
la compañía de ópera y zarzuela “María del Carmen Martínez” hizo en el lugar en mayo de
1919, el periódico El Tucsonense reportó que: “La piececita es en lo general, una filigrana
de inspiración en donde la verdad campea y en donde con matices de vivo colorido se
destaca el espíritu de nuestra nacionalidad mexicana. Nuestro pueblo que sabe sentir los
borbotones de la sangre azteca al solo recuerdo de la patria o a la sola visión de los colores
nacionales, supo premiar a María Carmen que en gracioso traje nacional representó, en la
obra que nos ocupamos, a México: y la florida verba de nuestro pueblo, puesta en labios de
la inteligente artista, nos hizo recordar una y otra vez, nuestro espíritu bravío y nuestra
nobleza de abolengo”.

AARG

Fuentes: Armando Miguélez, “El Teatro Carmen, 1915-1923” en Mexican-Amecian


Theatre. Then and Now, Nicolas Kanellos, ed., An Arte Publico Press, Houston, 1989, pp.
52-60; Western Women: Carmen Soto's theater was cultural center, Jan Cleere, The
Arizona Daily Star, 6 de noviembre de 2015.

Imagen: Carmen Soto Vázquez. Coloración digital.

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