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(Caso 9-2019)
YURI ALDO VILLANUEVA SANTOS, identificado con DNI Nro. 40472515, con
domicilio sito en la Jr. Blas Valera N° 414, Rodríguez de Mendoza, región
Amazonas, señalando domicilio procesal en el Jr Guayabamba N° 517 – A,
interior 01, Rodriguez de Mendoza, Casilla Electrónica N° 40667. A usted digo:
I. PETITORIO
1
Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116, de fecha 16.11.2010
LA DISPOSICIÓN FISCAL N° 07-2019, DICTADA EN LA CARPETA
FISCAL N° 97-2018 POR LA FISCALIA PROVINCIAL PENAL DE
OMIA, QUE DERIVÓ EL CASO A LA FISCALÍA ESPECIALIZADA,
LA DISPOSICIÓN FISCAL N° 01 Y SIGUIENTES, dictadas en la
CARPETA N° 9-2019 por la FISCALÍA ESPECIALIZADA EN CRIMEN
ORGANIZADO DE BAGUA;
en merito a lo siguiente:
PRIMERO (ANTECEDENTES):
SEGUNDO: Los agravios causados al recurrente por la actuación tanto del Fiscal
Provincial Penal de Omia como de la Fiscalía Provincial Especializada Contra
el Crimen Organizado de Bagua, son los siguientes:
ELEMENTO HISTORICO:
PRIMERO.
Señor Juez de Garantias, que la pretensión procesal propuesta en la presente demanda,
conserva como génesis de los hechos materia de investigación, el hecho de haber sido el
beneficiario, sometido a un procedimiento investigatorio gaseoso, vacío, incierto, vulnerándose
así el derecho al debido proceso; y, por ende poder acceder al derecho de defensa; e, igualdad
de armas conforme lo ordena la Constitución Política del Perú, los Derechos Humanos; y, el
Código Procesal Penal en el cuarto del segundo numeral del artículo 71°, lo cual resulta por
demás tendencioso; y, discriminatorio.
V.1. Constitución Política del Perú: Cito específicamente como derechos afectados los
siguientes: Derecho al Debido Proceso; y, Derecho de Defensa consagrados en los
numerales 3; y, 14 del artículo 139° de nuestra Norma Suprema.
“Este derecho se ejerce a través de otros derechos, tales como el derecho a ejercer su
autodefensa material; el derecho a intervenir, en igualdad de condiciones, en la actividad
probatoria; el derecho a utilizar los medios de prueba pertinentes; el derecho a guardar
silencio o abstenerse de declarar; el derecho a no autoincriminarse; el derecho a la
defensa técnica, el derecho a traductor o interprete, el derecho a ser oído, entre otros”.
V.6. De conformidad con el artículo 8.2. b) de la Convención Americana, una vez que se
formula una acusación, ésta debe ser comunicada de manera "previa y detallada" al
inculpado. En sentido similar, el Título Preliminar del Código Procesal Penal en su
artículo IX reconoce que toda persona tiene derecho "a que se le comunique de
inmediato y detalladamente la imputación formulada en su contra". Al respecto, conviene
precisar que en la sentencia del Caso Barreta vs. Venezuela, de 17 de noviembre de
2009, la Corte Interamericana ha precisado que el ejercicio de este derecho se satisface
cuando: a) Se le informa al interesado no solamente de la causa de la acusación, esto
es, las acciones u omisiones que se le imputan (tiempo, lugar y circunstancias), sino
también las razones que llevan al Estado a formular la imputación, los fundamentos
probatorios de ésta y la caracterización legal que se da a esos hechos. b) La información
es expresa, clara, integral y suficientemente detallada para permitir que el acusado
ejerza plenamente su derecho a la defensa y muestre al juez su versión de los hechos.
Esto quiere decir que la acusación no puede ser ambigua o genérica.
V.7. En sentido similar, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la sentencia del Caso
Aygoban y otros contra Turquía, de 22 de diciembre de 2005, precisó que toda persona
acusada tiene derecho a ser informada de los motivos de la acusación, entendiendo por
ellos, tanto los actos en los cuales se sustenta, como su naturaleza, esto es, la
calificación legal de tales actos.
V.10. Se ha violado el artículo Vlll del Título Preliminar del D. Leg. 957, que, en relación con la
legitimidad de la prueba, tiene previsto: 1. Todo medio de prueba será valorado sólo si
ha sido obtenido e incorporado al proceso por un procedimiento constitucionalmente
legítimo. 2. Carecen de efecto legal las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, con
violación del contenido esencial de los derechos fundamentales de la persona. 3. La
inobservancia de cualquier regla de garantía constitucional establecida a favor del
procesado no podrá hacerse valer en su perjuicio. El fundamento de ello hay que
buscarlo en que la función de prevención e investigación del delito no corresponde a los
ciudadanos sino al Poder Judicial y Ministerio Público, consecuentemente, las pruebas
aportadas por las partes, sin intervención del Ministerio Público, o autorizadas por el
Poder Judicial, son pruebas ilícitas.
Así lo dispone el a Artículo IV, del Título Preliminar del D. Leg. 957, cuando sanciona: “1.
El Ministerio Público es titular del ejercicio público de la acción penal en los delitos y
tiene el deber de la carga de la prueba. Asume la conducción de la investigación desde
su inicio, decidida y proactivamente en defensa de la sociedad. 2. El Ministerio Público
está obligado a actuar con objetividad, indagando los hechos constitutivos de delito, los
que determinen y acrediten la responsabilidad o inocencia del imputado. Con esta
finalidad conduce y controla jurídicamente los actos de investigación que realiza la
Policía Nacional”.
V.11. En este caso concreto, se ha violado el artículo IX, del NCPP, que determina: 1. Toda
persona tiene derecho inviolable e irrestricto a que se le informe de sus derechos, a que
se le comunique de inmediato y detalladamente la imputación formulada en su contra, y
a ser asistida por un Abogado Defensor de su elección o, en su caso, por un abogado de
oficio, desde que es citada o detenida por la autoridad. También tiene derecho a que se
le conceda un tiempo razonable para que prepare su defensa; a ejercer su autodefensa
material; a intervenir, en plena igualdad, en la actividad probatoria; y, en las condiciones
previstas por la Ley, a utilizar los medios de prueba pertinentes. El ejercicio del derecho
de defensa se extiende a todo estado y grado del procedimiento, en la forma y
oportunidad que la ley señala. Y como consecuencia de ello, se violó el Debido proceso
y tutela jurisdiccional
V.12. En tal contexto; es necesario tener en consideración que el derecho al debido proceso
despliega su eficacia jurídica en el ámbito de la etapa preparatoria de los procesos
penales; es decir, en aquella fase del proceso penal en la cual al Ministerio Público le
corresponde concretizar el mandato previsto en el artículo 159.º de la Constitución
(defensa de la legalidad y de los intereses públicos tutelados por el derecho. Velar por la
independencia de los órganos jurisdiccionales y por la recta administración de justicia.
Conducir desde su inicio la investigación del delito). Claro está, las garantías previstas
en el artículo 4° del Código Procesal Constitucional (debido proceso y tutela
jurisdiccional), que no son sino la concretización de los principios y derechos previstos
en el artículo 139.º de la Constitución, serán aplicables a la investigación fiscal previa al
juicio oral siempre que sean compatibles con su naturaleza y fines, los mismos que
deben ser interpretados de conformidad con el artículo 1.° de la Constitución, según el
cual "la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de
la sociedad y del Estado".
V.14. Tal consideración ha de estar alejada de las meras presunciones, y fundada en puntos
de partida objetivos y asentada en la experiencia criminalística de que, en pureza, existe
un hecho de apariencia delictiva perseguible -presupuesto jurídico material- atribuible a
una o varias personas con un nivel de individualización razonable y riguroso, para no
cometer injusticias, o despertar sospechas sobre su imparcialidad.
POR LO EXPUESTO:
Al señor Juez pido disponer la tutela procesal efectiva.