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Las conformistas
La mujer de edad mediana puede experimentar una autoestima débil debido a sus muchas
pérdidas durante esta época y también debido a la educación que recibió de niña. La sociedad da
una autoimagen a las niñas que es diferente a la de los varones. A éstos se les anima a ser
atrevidos, independientes y a probarse a sí mismos. En cambio las niñas deben ser conformistas,
sumisas, “buenas niñas”.
En una encuesta realizada a madres de niños de cuatro años se llegó a la conclusión de que las
madres de los varones les permitían hacer cosas como cruzar la calle solos, usar cuchillos o jugar
solos, a una edad más temprana
prana que a las nenas, a pesar del hecho de que las niñas maduran
antes y son menos impulsivas. Esta socialización de una autoestima baja para las mujeres
también continúa en la edad adulta. Cierta vez se pidió a unos estudiantes de ambos sexos que
leyeran y evaluaran un número de artículos. A un grupo se le dijo que esos artículos habían sido
escritos por mujeres; al otro se le dijo que habían sido escritos por hombres. Ambos sexos
calificaron como más valiosos los artículos que se les dijo que habían sido escritos por hombres.
¿Qué es la autoestima?
Muchas veces las palabras autoestima, autoimagen y auto aceptación se usan indistintamente.
Sin embargo, hay algunas distinciones entre ellas que le ayudarán a comprenderse mejor.
Autoimagen es cómo nos vemos a nosotros mismos. Autoestima es cómo nos valoramos a
nosotros mismos. A menudo estos conceptos van unidos. Si la persona tiene una autoimagen
baja, no se valorará mucho a sí misma. Lo contrario también es cierto; la persona que no se
valora mucho a sí mismaa probablemente tendrá un concepto limitado de quién es como
persona.
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Al pensar en estos temas, a menudo los creyentes preguntan en cuanto al orgullo y la humildad.
Orgullo es afirmar que todo lo que somos es el resultado de nuestro propio esfuerzo. Orgullo es
creer que Dios y otras personas no han contribuido a nuestras vidas. Humildad significa que
conocemos correctamente quiénes somos, nuestras capacidades y nuestros defectos. “No tenga
más alto concepto de sí que el que debe tener” (Rom. 12: 3 b).
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uno tiene que actuar y pensar como nosotros si quiere pertenecer a nuestro grupo. La
conformidad se hace evidente cuando surgen ciertos temas: carrera, divorcio y nuevo
matrimonio, aborto, el papel de la mujer en la iglesia,
sia, etc. Si usted no cree lo que “el grupo”
cree, ellos le comunican que usted tiene menos valor como persona, y su imagen puede irse “a
pique”.
Con todos los cambios que le suceden, la mujer de edad mediana puede sentirse devaluada en
muchas áreas. Si no tiene mucha belleza, ni inteligencia, ni dinero en el banco, o si no produce
mucho, su estima personal puede ser muy débil.
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La autoimagen de una mujer puede mejorar cuando se dedica a realizar proyectos simples pero
específicos, tales como una dieta, ejercicios y descanso adecuado.
Tener una imagen fuerte de sí misma significa que debe querer dedicarse a tener momentos de
soledad, a soñar y especular, a considerar sus capacidades, a expresar sus sentimientos.
Usted puede practicar otras actividades internas para mejorar la imagen que tiene de sí misma.
Abandone la autocondenación y comience a aceptar honestamente los aspectos positivos que Dios
ha puesto en su personalidad. Una forma práctica de hacerlo es comenzar a hacer cumplidos a
otras
as personas y a apreciar sus aspectos y valores positivos. Esto le ayudará a pensar de manera
positiva en los seres humanos en general y luego será un paso fácil pensar positivamente de
usted misma.
Como mujer de edad mediana usted también necesita perdonarse rse a usted misma. Algunas
cosas pudieron haber sido diferentes, hubo errores que se cometieron, pero eso pertenece al
pasado. Después de pedir a Dios, y quizá también a otros, que la perdonen, es hora de
perdonarse a usted misma (ver Fil. 3:12-15).
Usted también debe aprender a escucharse a usted misma. Sea sensible a los momentos cuando
aumenta o disminuye su nivel de tensiones. Haciendo esto, usted podrá modificar y
reestructurar su vida hacia las direcciones que produzcan menos tensiones.
Cecil Osborne, en uno de sus libros, sugiere estas maneras prácticas de mejorar su propia
imagen: dé amor y comprensión, aprenda a recibir amor tanto como a darlo, únase a un grupo que
comparta experiencias, comparta su culpa con otras personas, distinga entre
ntre fantasías neuróticas
y metas realísticas, elija metas que estén a su alcance y haga las cosas que la hacen sentirse
mejor.
Desarrollar una autoimagen positiva significa que usted quiere llegar a ser la persona única que
es. Cuando Albert Schweitzer, ell gran médico misionero, era un niño, un amigo le propuso ir a
matar pajaritos. A él no le gustaba, pero, por miedo a que se burlaran de él, aceptó. Llegaron
hasta un árbol donde muchos pajaritos estaban cantando. Los muchachos pusieron la piedrita en
sus hondas. En ese momento se escucharon las campanas del templo mezclando su música con la
de las aves. Para Albert esto fue como una voz del cielo. Entonces espantó a los pajaritos y se fue
a su casa. Desde ese día, la reverencia por la vida fue más importante
te para él que el temor al
ridículo. Sus prioridades eran claras.
Construir una autoimagen positiva incluye considerar lo que usted es, lo que piensa, la gente con
quien se relaciona y el proceso por el que adapta toda la información que llega a su vida.
Estamos convencidos de que una relación personal y vital con Dios ayudará a esta integración
interna que produce una mejor autoestimación. Hay aspectos en los que otras personas no pueden
hacer nada para ayudarle. La relación vital y personal con Dios puede nutrir las profundidades de
su personalidad y ayudarle para que pueda enfrentar las tensiones con confianza.
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El apóstol Pablo habla de la confianza que Dios puede dar en las profundidades de
la personalidad:
“Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? … ¿quién acusará a los escogidos de
Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más
aun, el que también resucitó,… el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos
separará
eparará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia…? Estoy seguro de que… ninguna
otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor
nuestro” (Rom. 8:31-39).
La fuente de confianza
Una confianza firme en Dios viene primero de una relación personal con él. Invite a Jesucristo
a venir a su vida para que le perdone sus pecados. Cambie mentalmente sus debilidades por la
vida y la fortaleza de Cristo. Reciba su justicia mientras él carga sobre sí la culpa suya (2 Cor.
5:2 1).
En segundo lugar, esta confianza viene de saber que Dios se interesa realmente en usted y hace lo
mejor para usted en todas las circunstancias de la vida. Rom. 8:28 dice: “Y sabemos que a los
que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.”
Imagínese a usted
ted misma como una mujer que ha entregado su vida a Dios. Usted ha cambiado
su injusticia, su debilidad, su pecado y sus errores del pasado por la justicia y la suficiencia de
Cristo Jesús. Está profundamente consciente de que Dios la ama y que está haciendo que todos
los eventos de su vida obren para su bien. Mira con expectativa al futuro, al momento de llegar a
ser lo que Dios tiene en mente para usted.
El tercer concepto que le ayudará a producir una autoestimación positiva es que Dios está
trabajando para su crecimiento. Usted tiene su futuro. Dios no ha terminado con usted; su vida
todavía está en desarrollo. Todavía van a suceder cosas maravillosas. Rom. 5: 1, 2 le asegura que
usted está en un lugar de gran privilegio ahora, pero más que eso, algo maravilloso
avilloso va a suceder
en el futuro debido a la actividad sobrenatural de Dios que está obrando en su vida y en los
eventos que le rodean.
El compromiso espiritual con Dios viene cuando usted dedica más tiempo a meditar en lo que
él ha dicho en la Biblia y, en oración con él, a reflexionar sobre estas ideas. Llegará a ser
como las ideas que usted lleva dentro de su personalidad. Esta es la razón por la que la
Escritura dice:
“Todo lo que es verdadero,… todo lo que es justo, todo lo puro… en esto pensad… y el
Dios de paz estará con vosotros” (Fil. 4: 8, 9).
Siempre perfecta
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Para desarrollar una autoimagen positiva, tal vez usted tendrá que enfrentarse a su perfeccionismo.
Perfeccionismo es el tipo de pensamiento que afirma “todo o nada”, “gula o hambre”. Cierto
doctor sugiere algunos ejercicios de trabajo para ayudar a los perfeccionistas a corregir sus
distorsiones.
El primero es instarles a hacer una lista de las ventajas y desventajas del perfeccionismo. Una de
sus pacientes encontró solamente una ventaja. “Puede
Producir un buen trabajo. Me esfuerzo por obtener un resultado excelente.” Luego encontró
seis desventajas.
“Uno, me hace estar tan tensa y nerviosa que a veces no puedo producir nada bueno. Dos,
muchas veces no estoy dispuesta a arriesgarme a equivocarme para llegar a producir algo
creativo. Tres, mí
Perfeccionismo me inhibe de probar cosas nuevas, quedándome siempre con lo seguro.
Cuatro, me hace ser muy crítica conmigo misma y me pierdo toda la alegría de la vida.
Cinco, nunca puedo descansar porque siempre voy a encontrar algo que no está perfecto.
Seis, me hace insoportable ante los demás porque siempre estoy viendo algún error en
ellos.”
Una segunda sugerencia de este doctor es pedir que el perfeccionista dedique un día a investigar
si el mundo puede ser evaluado en términos categóricos.
Al mirar a su alrededor debe preguntarse: ¿Están estas paredes totalmente limpias o totalmente
sucias? ¿Es una persona totalmente atractiva o totalmente espantosa? Generalmente este ejercicio
demuestra que no es razonable pensar con esta forma dicotómica. El universo no se puede
dividir en las categorías “todo bueno” contra “todo malo”.
Otra técnica es confrontar los pensamientos del perfeccionista con la realidad: “Si yo no tengo la
casa siempre impecable, ¿qué me pasará? Creo que mi esposo o mis vecinos van a pensar mal
de mí.” Al preguntar al esposo o los vecinos si esto es verdad, ellos responderán: “De ninguna
manera.”
Otra sugerencia es pensar en establecer metas diferentes en la vida. El perfeccionista siempre
trata de llegar a la meta máxima y ésta es tan alta que resulta casi imposible lograrla. En
consecuencia, nunca produce nada.
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usted se pregunte si tiene algún valor, recuerde que Dios la ama con un amor incondicional
demostrado por los tres miembros de la Deidad.
La edad mediana es una época peligrosa para la autoimagen, porque ésta puede ser triturada por
muchos eventos negativos. Esto también puede ser positivo para la autoimagen, porque da a la
persona la oportunidad de crecer. La media vida es algo semejante
ante al momento cuando la langosta
debe desprenderse de su cascarón para crecer más. Durante el tiempo que sale de su cascarón está
desnuda y es vulnerable. Está a merced de muchos depredadores del mar. Pero sin el
desprendimiento del cascarón no puede seguir creciendo.
Así sucede en la edad mediana. Usted está dejando el viejo cascarón, las cosas que la encerraban
y la limitaban. Ahora usted se está transformando en una persona diferente. Sí, usted ahora es
vulnerable. Puede experimentar los daños en su autoimagen. Sin embargo, Dios está allí y le
dice: “Estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé” (Jos. 1: 5 b).
Dietrich Bonhoeffer, en su poema titulado: “¿Quién soy?” dice:
… ¿Quién soy yo? ¿Este o el otro?
¿Soy una persona hoy y otra mañana?
¿Soy ambas al mismo tiempo?
¿Soy un hipócrita ante los demás, y ante mí mismo un cobarde desalentado y despreciable?
¿O hay algo dentro de mí semejante a un ejército derrotado, que huye desordenadamente
de una victoria que ya se ha logrado?
¿Quién soy yo? Ellas se burlan de mí, estas interrogantes íntimas que me formulo en la
soledad.
Quienquiera que yo sea, tú sabes, oh Dios, que yo soy tuyo.
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos
firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Rom. 5: 1, 2).
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