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141-153
DOSSIER
RESUMEN
En el artículo se presenta la violencia doméstica como violencia política de género mas-
culino. Se señalan el individualismo, la naturalización y el sexismo en el tratamiento de la
violencia y la agresión así como de la identidad, por parte de la psicología tradicional,
como factores que dificultan las intervenciones en la violencia doméstica. Los prejuicios,
valores y estrategias de la sociedad patriarcal continúan influyendo en ellas. Desde la psi-
cología crítica feminista se propone :
a) una comprensión de la subjetividad, la diferencia sexo-género y la violencia como
construcciones sociales;
b) intervenciones menos autoritarias y que no participen en la reproducción del orden
social;
c) la incorporación de las resistencias desarrolladas, y
d) un análisis basado en las relaciones de poder y las prácticas discursivas.
PALABRAS CLAVE
Violencia doméstica, Feminismo, Sistema sexo-género, Relaciones de poder, Subjetivi-
dad, Psicología crítica, Discurso.
ABSTRACT
In this article, domestic violence is shown as a politic violence of male gender. Individua-
lism, naturalization, sexism in the treatment of violence and aggression by traditional psy-
KEY WORDS
Domestic violence, Feminism, Sex-gender system, Power relations, Subjectivity, Critical
psychology, Discourse.
1 Los he sacado de Carra, Pat (2001) Bombas de Risa. Ed. Horas y horas, Madrid.
2 Término controvertido, pues reproduce la escisión público/privado.
el conocimiento científico, con carácter de res en una sociedad patriarcal, así como
“verdad” (Rose, 1985), que se insieren en del papel que la “privacidad” y la “norma-
lo social y configuran las redes de signifi- tividad” han jugado en el silenciamiento
cación de estos problemas. Creo que las o el reconocimiento como violencia.
consecuencias son muy importantes,
puesto que actúan a un doble nivel: el de A este significativo título, sólo añadi-
los mismos profesionales que participan ría, por una parte, un “apellido” a la vio-
en los distintos niveles de estos procesos lencia de género, ¿qué género? Pues el
y en la producción de ideas sobre los MASCULINO, y un camino (o mejor un
seres humanos y sus relaciones, que cruce) de lo privado a lo social: el POLITI-
marcan patrones de comprensión y expli- CO; en el sentido de las relaciones de
cación en términos de “inevitables” cau- dominación y poder que configuran
sas ya sean de origen biológico, instintivo nuestra sociedad y que abarcan las rela-
o aprendido, de difícil intervención. Estos ciones personales, institucionales y
desplazamientos y las subsecuentes des- sociales. Sin intención de cerrar, sino
socializaciones tanto de la violencia como más bien continuar, con el indispensable
de las”identidades”, dificultan transfor- debate sobre qué término es más apro-
mar el actual estado de cosas. piado elegir, ya que conviene contemplar
los distintos niveles y relaciones que se
Además, existen otras violencias no producen, encuentran y potencian en las
nombradas que se traducen en unas vio- situaciones de violencia doméstica. Tam-
lencias excesivamente focalizadas. Por bién esta última denominación ha sido
ejemplo, ahora se puede nombrar una objeto de hasta qué punto es adecuada o
parte de esta violencia, la agresión y mal- no ( Mullender, 1996).
trato en las relaciones de pareja, pero no
tanto lo que la hace posible. Combatirlas, Uno de los principales objetivos del
requiere no caer en un reduccionismo dossier que presentamos y de este artícu-
individualizador y buscar otras explica- lo, es mostrar que para abordar la violen-
ciones más complejas, puesto que atacar cia doméstica necesitamos modelos de
los fundamentos, las raices de las violen- comprensión de su origen, desarrollo y
cias, pocas veces se concluye con atacar mantenimiento, distintos a los habitual-
a algun@s de sus realizadores sino en mente manejados en la psicología en
operar transformaciones de carácter más general. Empezando por asumir que pro-
estructural. cede de una sociedad estructurada desi-
gualmente para la diferencia sexual y de
Partiremos de reconocer la necesidad género, que partiendo de una separación
de una visibilización y una toma de con- publico-privado y otras de las dicotomías
ciencia social, tal como citaban Bosch y del pensamiento de la racionalidad
Ferrer (2000), en un monográfico dedica- moderna positivista, tan importantes
do por esta misma revista a la Violencia como masculino-femenino, cultura-natu-
de Género, en un artículo cuyo título raleza, etc. ha conseguido invisibilizar y
resumía muy bien uno de los aspectos silenciar su propia constitución. Estas
básicos que debemos tomar como punto dicotomías configuran los fundamentos
de partida para cualquier intervención: básicos del conocimiento psicológico
“La violencia de género: De cuestión pri- dominante tanto como constituyen el tipo
vada a problema social” . Estas autoras de subjetividades generizadas (masculina
planteaban la necesidad de analizar sus y femenina) y las relaciones interperso-
causas y desarrollar actuaciones a partir nales que son útiles o funcionales a la
de introducir la relación entre violencia reproducción del orden social. Pero aquí
doméstica y la violencia contra las muje- mantenemos que constituyen prácticas
2 Se puede ver una interesante revisión del caso de Kitty Genovese, citado como ejemplo en diversos manuales de
psicología social, que desarrollan Doménech e Iñiguez (20002), a partir de la reinterpretación en clave de relaciones
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