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Este versículo no describe una separación real entre el Padre y el Hijo porque Jesús es el

Padre. Jesús dijo, "Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:30).

 La Biblia indica que "Dios estaba en Cristo conciliando consigo al mundo" (2ª Corintios
5:19). Jesús era Dios el Padre manifestado en carne para reconciliar consigo mismo al
mundo.

 A el señor le toco asumir esa responsabilidad ya que no había nadie justo


en la tierra

 No era una persona de la Deidad que fue abandonada por otra, sino que la
naturaleza humana sintió la ira y el juicio de Dios sobre los pecados de la
humanidad.

 No había dos hijos uno divino y otro humano, sino dos manifestaciones, la
divina y la humana fundidas en una sola persona.

 Pero en su agonía de muerte, Jesús sufrió los dolores de nuestros pecados.

 "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” era que Él había
tomado el lugar de hombre pecador en la cruz, y por tanto sufriría el castigo
completo por el pecado. No había disminución del sufrimiento debido a su
Deidad

 Y de acuerdo al versículo (Romanos 3:23) = la paga el pecado es muerte

 Cristo tomó nuestro lugar y sufrió la muerte que merecíamos

 Nadie que vive en la tierra ha experimentado esta clase de muerte espiritual en


su grado más profundo. Aún el ateo goza de muchas cosas buenas tales como
la alegría, el amor, y la vida misma. Cada cosa buena viene de Dios

 entonces la naturaleza humana de Jesús clamó en la cruz al tomar sobre sí el


pecado del mundo entero y al sentir el castigo eterno de la separación a causa
de aquel pecado

 El Espíritu divino dejó el cuerpo humano de Jesús solamente en la muerte;


Hebreos 9:11 dice que Cristo se ofreció a sí mismo a Dios por medio del
Espíritu Eterno.

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