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¿CÓMO ESTUDIAR CON BUENOS RESULTADOS?

No basta con ser inteligente para conseguir un alto rendimiento y resultados satisfactorios en el
colegio o la universidad, también es necesario tener unos eficaces métodos de estudio. Por lo
tanto, quien desee destacarse académicamente debe adquirir y poner en práctica las
principales técnicas de estudio: tomar apuntes, repasar, elaborar planes y horarios y preparar
los exámenes.

De acuerdo con Harry Maddox, autor del libro Cómo estudiar, la clave del éxito está en la
eficiencia. Por eficiencia se entiende la adquisición del máximo de reconocimiento con el menor
gasto de energía y esfuerzo, sin que los procedimientos de estudio se reduzcan a una rutina
mecánica.

La primera tarea, antes de empezar a estudiar, es elaborar un plan de actividades y establecer


un horario para aprovechar el tiempo libre fuera de la clase y acostumbrarse a estudiar con
regularidad. Así se obtiene un ahorro de tiempo y esfuerzo. La principal ventaja del plan y el
horario es que se tiene la seguridad que se realiza la labor en la mejor hora posible y se
adquiere la confianza derivada del trabajo regular.

Por otro lado, se reconoce como adecuado un promedio de cuarenta horas semanales de
estudio. Sin embargo hay que evitar la costumbre de empezar a trabajar bien entrada la noche,
mientras los demás duermen, con la disculpa de que a esa hora se adquiere tranquilidad. A esa
hora el cuerpo y la mente se encuentran cansados y casi nunca se consiguen las metas
esperadas.

Otro punto que los estudiantes deben tener en cuenta es que después de largos periodos de
estudio (alrededor de dos horas) la precisión del trabajo mental disminuye y el aburrimiento y la
capacidad de distracción y la ansiedad empiezan a hacer mella en la persona. Por lo tanto, es
conveniente hacer frecuentes pausas, de cinco a diez minutos, de cinco a diez minutos, para
relajarse y adquirir nuevos ímpetus.

Una vez que se ha elaborado el plan de actividades y se ha establecido un horario adecuado,


hay que asumir una actitud positiva para emprender el trabajo. En otras palabras, se debe tener
intención de aprender. El aprendizaje se ha logrado cuando hay interés, capacidad y decisión.
Es necesario por lo tanto, erradicar los malos hábitos de estudio, dejar atrás todas las
preocupaciones y apartarse de los elementos que puedan causar distracción. Cuando se logra
esa disposición, se está listo para empezar a estudiar.

Para aprender los nuevos conocimientos y almacenarlos en la mente de modo que se puedan
recordar fácilmente, es necesario tener un método de estudio. Entre los muchos que hay,
Maddox propone en su libro un sistema denominado EPL2R, que significa explorar, preguntar,
leer, recitar y repasar.

El Primer paso explora, consiste en hacer un reconocimiento del material que se va a estudiar
(libro, articulo, ejercicios), con el fin de hacerse a una idea general sobre su contenido. En otras
palabras, se trata de averiguar todo lo que se pueda acerca del material y su propósito.

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El segundo paso, preguntar, implica recorrer rápidamente el material, haciendo énfasis en los
apartados o capítulos en que está dividido, y anotar las preguntas que se ocurran. La utilidad
de esta etapa es que el lector se ve obligado a pensar y ordenar los conocimientos que ya
posee.

Enseguida viene la lectura, que debe ser lenta y completa. Aquí cabe también hacer
anotaciones sobre las ideas principales o acerca de las dudas que van surgiendo. Sin embargo,
como nunca es suficiente una sola lectura el paso siguiente es recitar. Pero no se trata del
anticuado método de recitar palabra por palabra hasta aprenderse de memoria el texto; por
recitación se entiende la elaboración de un resumen de la esencia del pasaje. Esta síntesis
proporciona la base para un posterior repaso, y puede ser completada después.

La última etapa del método EPL2R es, precisamente, el repaso. Este debe ser, más que la
única alternativa para pasar “raspando” los exámenes, una práctica regular que permita retener
los nuevos conocimientos y relacionarlos con los adquiridos anteriormente.

El seguimiento de un adecuado método de estudio es, sin duda, la clave del éxito. Sin embargo
el estudiante debe saber que hay estrategias o trucos que le ayudarán a estudiar mejor. Estos
son la lectura, las notas de clases, la discusión, el trabajo en grupo y el ambiente del sitio de
estudio.

La lectura es la práctica de mayor importancia en el estudio. Su objetivo es captar las ideas


principales expresadas en un capítulo o en un párrafo. Por lo tanto, saber leer y extractar la
información importante es fundamental para el éxito en el estudio.

Otro de los instrumentos necesarios para estudiar es el cuaderno de notas de clase, donde se
consignan los aspectos más importantes de la exposición del profesor. No se trata de copiar al
pie de la letra todo lo que dice el docente, porque esa tarea la puede cumplir más fácilmente
una grabadora.

El estudiante debe asistir a clase con una actitud positiva, abierta y, sobre todo, dinámica. Es
decir, su tarea no es “tragar entero”, sino extraer las partes fundamentales de la información
expuesta por el profesor y elaborar una cadena de pensamientos que permita que los nuevos
conocimientos sean relacionados con los adquiridos anteriormente.

Otra estrategia que ayuda mucho a aprender es el trabajo y la discusión en grupo. Quienes
piensan que es suficiente con las sesiones privadas cumplen únicamente con la mitad del
proceso, es decir, adquirir la materia prima. El resto, una vez se tienen los datos
fundamentales, es interpretarlos, referirlos a los conocimientos previos, ordenarlos y
sistematizarlos.

Para este proceso es indispensable discutir con otras personas, con el fin de cambiar falsas
concepciones y solucionar dudas.

Tomado del El Tiempo, jueves 25 de enero de 1990, p. 6B

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