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21713 DEL 29 DE JULIO DE 2004.

TEMA: CAUSAL DE DESPIDO NUMERAL 15


DEL ART. 7° LITERAL A) DEL DECRETO 2351 DE 1965; INCAPACIDAD MAYOR A
180 DIAS SIN QUE HAYA SIDO POSIBLE LA CURACION DE LA ENFERMEDAD.
FACULTAD LEGAL DEL EMPLEADOR DE CANCELAR EL CONTRATO.
CONTINUIDAD DE LOS DIAS DE INCAPACIDAD.
SALA DE CASACIÓN LABORAL

Magistrada ponente: ISAURA VARGAS DIAZ.

Referencia No. 21713

Acta No. 54

Bogotá, D.C., veintinueve (29) de julio de dos

mil cuatro (2004).

Resuelve la Corte el recurso de casación interpuesto

por el apoderado de JOSE VICENTE URRUTIA, contra la sentencia

proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá el

12 de diciembre de 2002, en el proceso ordinario laboral promovido

por el recurrente, contra la sociedad INDUSTRIAL DE GASEOSAS

S.A. – INDEGA S. A.-.

I. ANTECEDENTES
República de
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2 Expediente 21713

Corte Suprema de
JOSE VICENTE URRUTIA demandó a la sociedad

INDUSTRIAL DE GASEOSAS S. A. – INDEGA S. A.- con el fin que

fuera ordenado el reintegro al cargo que venía desempeñando, así

como el pago de “los salarios dejados de percibir durante todo el

tiempo que permanezca cesante; los aumentos legales y/o

convencionales o que se lleguen a pactar en los Pactos Colectivos y

que se produzcan durante todo el tiempo en que se encuentre

cesante junto con los salarios dejados de percibir hasta el momento

del reintegro; se declare que no hubo solución de continuidad y

condenar al demandado a pagar las costas y agencias del proceso”

(folio 6). En forma subsidiaria se condene a la demandada al pago

de la indemnización por despido injusto; reajuste de las primas

legales y extralegales; reajuste de salarios de los últimos tres años

con todos los factores que lo constituyen; reajuste de vacaciones y

prima de vacaciones; reajuste de cesantías teniendo en cuenta el

último salario promedio mensual devengado; intereses a las

cesantías y su sanción por no pago oportuno; salarios dejados de

pagar; perjuicios morales como consecuencia de la invalidez causada

por el accidente de trabajo; daños materiales; indemnización

moratoria; declarar que el demandante se invalidó médica y

físicamente por el accidente de trabajo por causas imputables a la


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3 Expediente 21713

Corte Suprema de
demandada, quien no informó al Seguro Social; al reconocimiento y

pago de la pensión de invalidez; y lo que resulte demostrado

conforme los principios ultra y extra petita (folios 6 y 7).

Pretensiones que fundó, en síntesis, en que, sin

solución de continuidad trabajó para la entidad demandada

mediante contrato a término indefinido desde el 15 de abril de 1979

hasta el 10 de junio de 1994; que durante la relación laboral, sufrió

diversos accidentes de trabajo que nunca fueron informados a la

división de salud ocupacional del Instituto de los Seguros Sociales;

que en el último de ellos ocurrido el 3 de junio de 1993, se agravó

su salud, siendo remitido a tratamiento e incapacitado por “haber

sufrido lesión en la columna vertebral” (folio 2); que fue tratado por

el Instituto de Seguros Sociales quien le remitió al Instituto

Neurológico de Colombia para saber el diagnóstico; que el Instituto

Neurológico recomendó el 4 de abril del mismo año que fuera

reubicado en un cargo donde no tuviera que hacer esfuerzo físico,

recomendación que no fue acatada por la empresa y por el

contrario, dio por terminado el contrato de trabajo, argumentando

“una justa causa inexistente” (folio 3); que la empresa dispuso que

se fuera a vacaciones, tiempo en el cual se interrumpió la


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4 Expediente 21713

Corte Suprema de
incapacidad; que según documentos del Instituto de los Seguros

Sociales, sufre de una grave lesión que lo inhabilita e incapacita para

desarrollar cualquier otra actividad, con apenas 45 años y un período

superior a 15 años y 4 meses de servicios prestados con la

demandada.

Afirmó igualmente que el contrato de trabajo se

rige además de la ley, por el reglamento interno de trabajo y los

pactos colectivos, en los cuales se establecen los derechos

extralegales, que no fueron tenidos en cuenta para efectos de la

liquidación de las prestaciones sociales correspondientes; que al

momento del despido, él llevaba más de 15 años de servicio, por lo

cual es acreedor de la pensión sanción, además de haber sufrido

perjuicios morales como materiales, que la entidad demandada debe

pagar.

Al contestar la demanda, la apoderada de la

sociedad, INDUSTRIAL DE GASEOSAS S. A. – INDEGA S. A. -, se

opuso a todas y cada una de las pretensiones por carecer de

fundamento fáctico y legal; aceptó ser ciertos los hechos

concernientes a la prestación del servicio, los extremos de la relación


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5 Expediente 21713

Corte Suprema de
laboral, la vinculación a término indefinido, el conocimiento de los

accidentes de trabajo sufridos por el demandante en 1980 y 1985 de

los cuales informó al Seguro Social, el reconocimiento de las

vacaciones e igualmente que se le pagaron los derechos extralegales

aducidos en la demanda; los demás fueron negados.

Sostiene que cada vez que el demandante informó

sobre la ocurrencia de un accidente de trabajo, fue reportado al

Instituto de Seguros Sociales. En cuanto al pago de las acreencias

laborales impetradas fueron pagados de manera oportuna tal y

como lo establece la Ley y el Pacto Colectivo. Interpuso las

excepciones que denominó “Falta de causa”, “inexistencia de la

obligación”, “cobro de lo no debido”, “pago”, y “prescripción” (folio

29).

Mediante fallo del 16 de octubre del 2002 (folios

487 a 495), el Juzgado Trece Laboral del Circuito de Bogotá D. C.,

condenó a la demandada a reintegrar al señor JOSE VICENTE

URRUTIA al mismo cargo que desempeñaba al momento del despido

injusto, al pago de todas las prestaciones sociales compatibles con la


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6 Expediente 21713

Corte Suprema de
reinstalación desde la fecha de la terminación hasta cuando sea

reintegrado, declaró la no solución de continuidad del contrato

laboral. Autorizó a la demandada descontar de las condenas

económicas el valor cancelado por cesantías definitivas. Costas para

la demandada.

II. LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL

Al resolver el recurso de apelación interpuesto por

la parte demandada, con la sentencia aquí acusada el Tribunal

Superior del Distrito Judicial de Bogotá, revocó el fallo de primera

instancia, y en su lugar absolvió a la demandada del reintegro, del

pago de los salarios dejados de percibir, y de todas y cada una de

las pretensiones de la demanda inicial. La condenó a pagar la suma

de Trescientos Cincuenta y Ocho mil Quinientos Diecisiete pesos con

Setenta y Seis centavos ($358.517,76) por concepto de “sanción

moratoria” (folio 519).

En lo que esencialmente interesa al recurso

extraordinario, el Juzgador de Alzada asentó que el demandante

estuvo incapacitado desde noviembre 2 de 1993 hasta mayo 4 de


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7 Expediente 21713

Corte Suprema de
1994, para un total de 182 días, lo que facultaba a la demandada

para dar por terminado el contrato de trabajo con justa causa, ya

que “ de los documentos(...) relacionados, encuentra la sala que los

citados como obrantes a los folios 59 a 70, fueron debidamente

incorporados por el apoderado de la demandada en audiencia

pública y si bien los mismos aparecen allegados en copias informales

la parte demandante no se opuso a ellos y menos los tachó de

falsos por los que se les dará el valor probatorio pertinente (...). El

documento de folio 230 corresponde a una certificación expedida

por el Seguro Social acreditando las incapacidades concedidas al

demandante y con la cual se reafirma lo enunciado en los

documentos antes señalados” (folio 512).

Añade el Ad quem, que a pesar de haberse

concedido al demandante las vacaciones en el lapso en que se

encontraba incapacitado, las mismas no surtieron efectos jurídicos

“debido a que el actor para la fecha indicada por la actora en la

demanda, se encontraba incapacitada y no podía disfrutar del

descanso legal por vacaciones, además el hecho de concederse las

mismas en manera alguna pueden interrumpir el término de la


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8 Expediente 21713

Corte Suprema de
incapacidad médica, caso que si puede suceder cuando estando

disfrutando de las vacaciones se concede incapacidad, evento en el

cual se interrumpen son las vacaciones, por expresa disposición del

artículo 188 del C. S. Del T.” (folio 512).

III. EL RECURSO DE CASACIÓN

Inconforme con esa decisión, el demandante

interpuso el recurso extraordinario (folios 10 a 19 cuaderno 2), que

fue replicado (folios 17 a 20 ibídem), en el que le pide a la Corte que

case la sentencia impugnada con el fin de que, una vez constituida

en sede de instancia, confirme en todas sus partes el fallo del A quo.

Con ese propósito, formula un sólo cargo en el que

acusa la providencia por violación indirecta en el concepto de

aplicación indebida, de los “artículos 21 del Código Sustantivo del

Trabajo; 7, Numeral 15, y 8°, Numeral 5°, del Decreto Ley 2351 de

1965 (adoptado como legislación permanente por el artículo 3° de la

Ley 48 de 1968), como consecuencia de los evidentes errores de

hecho en que incurrió el fallador originados en la errónea


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9 Expediente 21713

Corte Suprema de
apreciación de los documentos que corren a folios 64 y 230 y por la

falta de apreciación de los oficios Nos. 442 y 878 librados por el

Juzgado del conocimiento, visibles a folios 462 y 465,

respectivamente” (folio 14 cuaderno 2).

Quebranto de la Ley que, afirma, obedeció a los

siguientes errores de hecho:

“1. Dar por demostrado, sin estarlo, que el señor José


Vicente Urrutia estuvo incapacitado desde el 2 de
noviembre de 1993 hasta el 4 de mayo de 1994 para un
total de 182 días.
2. Dar por demostrado, sin estarlo, que el señor José
Vicente Urrutia estuvo incapacitado por treinta días a
partir del día 2 de diciembre de 1993.
3. Dar por demostrado, sin estarlo, que la empleadora se
encontraba facultada para dar por terminado el
contrato de trabajo en los términos que da cuenta la
carta de despido.
4. No dar por demostrado, contra la evidencia, que para
el 5 de mayo de 1994 el señor José Vicente Urrutia no
había completado ciento ochenta (180) continuos de
incapacidad para que la empleadora estuviera facultada
legalmente para dar por terminado el contrato de trabajo”

(folio 15 Ibídem).
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10 Expediente 21713

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Afirma que “ Para los efectos del alcance de la

impugnación que se plantea en esta demanda, manifiesto que la

controversia se limita a la circunstancia de haber considerado el

Tribunal que el señor José Vicente Urrutia había completado 182

días continuos de incapacidad” (folio 15 ibídem).

Emprende, entonces, la demostración del cargo

aceptando todos los presupuestos fácticos en la forma como los da

por demostrados el Tribunal, con excepción de los relativos a la

duración de la incapacidad del demandante, habida cuenta que de la

incapacidad que reposa a folio 64 el sentenciador de Segundo Grado

no podía dar por “establecido que el señor Urrutia le fuera concedida

una incapacidad por 30 días a partir del 2 de diciembre de 1993, toda

vez que de su contenido no puede verificarse el nombre del

demandante, el número de afiliación, el lugar de expedición, la fecha

de iniciación de la incapacidad, ni mucho menos la fecha en la que fue

expedida por el Instituto de Seguros Sociales” (folio 17 ibídem).

Agrega que a folio 230 reposa certificación expedida

por Instituto de Seguros Sociales sobre las fechas de incapacidades, la

duración de cada una de ellas y el número del certificado de


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incapacidad, pero “nada expresa respecto de la supuesta incapacidad

de folio 64 por treinta días con la cual el sentenciador de segunda

instancia dio por establecida la continuidad de 182 días de

incapacidad para encontrar justificada la terminación del contrato de

trabajo” (ibídem).

Destaca que el no haberse opuesto el apoderado del

actor a la incorporación del documento de folio 64 a los autos en copia

informal y no haberlo tachado no significa que éste “permita

demostrar en forma indiscutible que el señor Urrutia hubiese estado

incapacitado por 30 días desde el 2 de diciembre de 1993, es decir

que, como lo dice el mismo sentenciador ha debido dársele el valor

probatorio pertinente” (folios 17 y 18 ibídem).

Concluye sosteniendo que el Juez de primera

instancia ordenó reabrir el debate probatorio y “ decretó de oficio que

el Instituto de Seguros Sociales certificara si había expedido al

demandante la incapacidad distinguida bajo el número 125851 por 30

días a partir del dos (2) de diciembre de 1993 y se anexara copia del

aludido certificado de incapacidad” (folio 18 ibídem), pero a pesar de


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que el Instituto de Seguros Sociales recibió los oficios nunca los

contestó.

LA REPLICA

Argumenta, en síntesis, que el Tribunal encontró

acreditada la incapacidad por más de 180 días de los documentos

que aparecen de folios 59 a 70 del expediente y que concluyó de

manera acertada que la incapacidad (folio 64) por 30 días comenzó

a partir del 2 de diciembre de 1993. Igualmente, la Historia Clínica

que reposa al folio 236 “acredita los 30 días de incapacidad que

avala el Seguro Social luego con el documento que obra al folio 64

de la actuación” (folio 19 cuaderno 2).

IV. CONSIDERACIONES DE LA CORTE

El eje central de la controversia radica en dilucidar si

el despido del actor lo precedió el hecho de haber permanecido

incapacitado efectivamente por más de 180 días según los certificados

de incapacidad obrantes a los folios 59 a 70 y de la constancia emitida

por el Instituto de Seguros Sociales sobre la fecha de inicio, número


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de días y valor de los subsidios liquidados al demandante (folio 230),

y en consecuencia INDEGA S.A. estaba facultada para dar por

terminado el contrato de trabajo con justa causa.

La acusación estima “que la controversia se limita a

la circunstancia de haber considerado el Tribunal que el señor José

Vicente Urrutia había completado 182 días continuos de

incapacidad”, al incurrir en yerro manifiesto de apreciación de la

incapacidad de folio 64 y del certificado emitido por el I.S.S. que

corre al folio 230; elementos probatorios que en su criterio permiten

inferir que el demandante no permaneció incapacitado ese lapso de

tiempo.
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Ante todo la Sala aprecia que el “certificado de

incapacidad o licencia por maternidad” (folio 64) con el cual el

Juzgador de segundo grado acreditó que el demandante tuvo una

incapacidad “fecha de iniciación de la misma el 2 de diciembre de

1993, por un periodo de treinta días (30) días” (folio 511) la que

contabilizó para concluir que “sumadas la totalidad de las

incapacidades referidas anteriormente se determina que el señor

José Vicente Urrutia, estuvo incapacitado desde el día 2 de

noviembre de 1993 hasta el 4 de mayo de 1994, para un total de

182 días, lo que efectivamente facultaba al empleador de dar por

terminado el contrato de trabajo” (folio 512), es ilegible,

justamente, en las casillas que hacen relación con el nombre, lugar

de expedición, tipo, fecha de expedición, contingencias, fecha de

iniciación, prorroga, del número de afiliación solamente se

vislumbran siete números, por lo que es evidente que el Tribunal

supuso el contenido de la prueba, habida consideración, que, se

reitera, de ella no se puede inferir, ni haciendo el mayor esfuerzo

visual, ni siquiera con lupa, lo asentado por el Ad quem, en cuanto

a que esa incapacidad corresponde al demandante y que lo fue a

partir del 2 diciembre de 1993.


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15 Expediente 21713

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Ahora bien, en lo concerniente con el certificado

expedido por el Instituto de Seguros Sociales (folio 230), observa la

Corte que el Ad quem lo estimó para corroborar las incapacidades de

folios 59 a 70, y efectuando un parangón en verdad sirve de soporte

a las que reposan a folios 59, 60, 61, 65, 66, 67, 68 y 69; se

registran en esta certificación como nuevas las incapacidades Nos.

D383342, por 21 días, y D135815 por 17 días; pero en realidad en

ese historial o relación de incapacidades reconocidas por el Instituto

de Seguros Sociales al actor, no aparece reflejada, precisamente, la

que reposa al folio 64, que es la que constituye materia de

discusión.

No cabe duda, entonces, que el ad quem sí

incurrió en el yerro de valoración planteado por el recurrente, al

haber atribuido a los documentos de folios 64 y 230 un contenido

que en realidad no enseñan.


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Pero, pese a que el cargo se encuentra

debidamente sustentado y con él demostrado el error protuberante

del Tribunal, la Corte, en sede de instancia, al estudiar sobre el

posible derecho reclamado, no podría llegar a un resultado diferente

al de la decisión aquí atacada por las siguientes razones:

1. Al analizar las inconformidades esgrimidas por

la parte demandada en el recurso de apelación, tendría que tomar

en consideración que, por no haber sido cuestionada en casación,

permanece incólume la conclusión de instancia de haber estado las

partes unidas por un contrato de trabajo a término indefinido entre

el 15 de abril de 1979 y el 10 de junio de 1994; y que el

demandante se desempeñó en el cargo de vendedor con un salario

de $ 425.213.00.

2. Al valorar las pruebas pertinentes recaudadas,

de acuerdo con lo que la parte demandada aduce que el juzgador de

primera instancia “no tuvo en cuenta la incapacidad allegada e

incorporada al proceso visible al folio 64” y además que “ la justa


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17 Expediente 21713

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causa invocada por la empresa demandada para dar por terminado

el contrato de trabajo del actor fue el hecho de que éste mantuvo

una incapacidad consecutiva de 180 días desde el 20 de Noviembre

de 1993 hasta el 4 de Mayo de 1994, aspecto que considera el

juzgador en su sentencia”(folio 497 cuaderno 1), encontraría que,

como quedó dicho, la licencia de incapacidad del folio 64 es ilegible

por lo que de ella no es posible deducir la fecha de iniciación y de

terminación de la misma, como tampoco a nombre de quién se

expidió y del número de afiliación solamente están legibles 7 dígitos.

3. El documento mediante el cual se comunica el

despido fechado el 26 de mayo de 1994, con efectividad a partir de

junio 11 de 1994, expresa que el motivo del fenecimiento de la

relación laboral lo constituye la incapacidad que presentó el actor

desde “el 2 de noviembre de 1993 hasta el 4 de mayo de 1994” ;

ahora bien, la endilgada restricción de aptitud para laborar tiene el

siguiente registro probatorio: a) en los folios 65, 230, 235 vuelto

milita incapacidad a partir del 2 de noviembre de 1993 por 15

días; b) vencida la anterior de manera consecutiva siguió

impedido a partir del 17 de noviembre de 1993 por otros 15 días,

según folios 230, 235 vuelto y 65; c) el folio 236 contentivo de la


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18 Expediente 21713

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historia clínica textualmente registra ”CENTRO NACIONAL DE

REHABILITACION-TELETON-HOJA DE EVOLUCION. FECHA XII-2-

93: se prorroga incapacidad por 30 días” , los cuales

transcurrieron hasta el 2 de enero de 1994; d) los folios 63, 230,

245 y 247 acreditan una prórroga por 15 días de enero 3 al 17 de

1994; e) los folios 244 y 277 expresan la incapacidad de enero 18

a febrero 2 de 1994; f) obra a folio 62 incapacidad fechada el 2 de

febrero de 1994 por 5 días; g) vencida la anterior del 7 al 25 de

febrero del mismo año siguió impedido según los folios 61 y 230;

h) luego por incapacidad del 26 de febrero (folios 60 y 230) se le

prorrogó la anterior por 17 días; i) de manera continua prosigue

en igual estado por 21 días a partir del 15 de marzo, según lo

acredita el folio 230; j) los folios 59 y 230 informan de prórroga

por 30 días desde el 4 de abril de 1994, k) finalmente, la última

incapacidad – folio 230- con fecha de inicio el 5 de mayo de 1994

por 17 días venció el 21 de ese mes y año.

De la anterior reseña cronológica, no queda duda

de que se demuestra mediante estos medios de convicción, en

especial el de folio 236, la continuidad en la incapacidad por más de


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19 Expediente 21713

Corte Suprema de
180 días y esencialmente la correspondiente a la de los 30 días

contados a partir del 2 de diciembre de 1993.

4. Como e6n el recurso de apelación la demandada

basó su argumentación en establecer la continuidad de las

incapacidades por más de ciento ochenta días, con las referidas

probanzas se da por establecido ese hecho, habida consideración

que la enfermedad o lesión padecida por el demandante no fue

posible su curación durante el indicado periodo de tiempo, y no se

encuentra acreditado que se hubiera recuperado para cumplir con

las obligaciones y deberes inherentes al contrato de trabajo; es por

lo anterior que la decisión adoptada por el empleador de dar por

terminada la relación laboral no solamente se torna en oportuna,

sino también en legal por cumplirse con los presupuestos fácticos

que consagra el numeral 15 del artículo 7º, literal a) del Decreto

2351 de 1965, tal y como lo dispuso el Juzgador de la Alzada.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de

Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre


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20 Expediente 21713

Corte Suprema de
de la República de Colombia y por autoridad de la ley, NO CASA la

sentencia dictada el 12 de diciembre de 2002 por el Tribunal

Superior del Distrito Judicial de Bogotá, dentro del proceso

instaurado por JOSE VICENTE URRUTIA contra INDUSTRIAL DE

GASEOSAS S.A. – INDEGA S. A.-.

Sin costas en el recurso extraordinario.

Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase al

Tribunal de origen.

ISAURA VARGAS DIAZ

ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERON GUSTAVO JOSE GNECCO MENDOZA


República de
Colombia
21 Expediente 21713

Corte Suprema de

CARLOS ISAAC NADER EDUARDO LOPEZ VILLEGAS

LUIS JAVIER OSORIO LOPEZ CAMILO TARQUINO GALLEGO

MARIA ISMENIA GARCIA MENDOZA


Secretaria

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