Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
20200483
Los científicos estiman que la cantidad de carbono liberado a la atmósfera desde 1958
hasta 1980 debido al consumo de combustibles fósiles es de aproximadamente 85,5 giga
toneladas Esta cantidad también nos da una idea del uso per cápita de combustibles
fósiles.
Los procesos de difusión controlan la absorción del dióxido de carbono desde la atmósfera
a los océanos. Debido a que los procesos físicos controlan en gran medida esta
transferencia, los científicos son capaces de realizar estimaciones muy aproximadas del
movimiento del C02 desde la atmósfera a los océanos.
El dióxido de carbono se difunde desde la atmósfera hasta las aguas superficiales de los
océanos, donde se disuelve y está sometido a una serie de reacciones químicas,
incluyendo la transformación a carbonatos y bicarbonatos. Si la concentración de C02 en
el agua fuese mayor que la que hay en el aire, el proceso se invierte, y el C02 difundiría
desde la superficie del agua de los océanos hasta la atmósfera.
El dióxido de carbono fluye desde la atmósfera hasta los ecosistemas terrestres vía
fotosíntesis.Para comprender cómo la concentración creciente de C02 en la atmósfera
influye sobre la productividad de los ecosistemas terrestres, se debe entender cómo la
fotosíntesis responde frente a un ambiente enriquecido en C02. Recuérdese que el C02
difunde desde el aire hasta la hoja a través de las aperturas de las estomas.
El C02 de la atmósfera no absorbe con facilidad las radiaciones de onda corta del sol, pero
sí que absorbe las radiaciones de onda larga. La superficie de la tierra devuelve a la
atmósfera la radiación solar absorbida en forma de onda larga o de energía térmica. El
vapor de agua y el C02 atmosférico atrapan esta energía térmica, calentando la atmósfera.
Debido a que atrapa calor, se dice que el dióxido de carbono es un gas invernadero. De no
ser por el efecto de calentamiento del dióxido de carbono, la tierra sería varios grados
más fría.