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Por: Arnold Fabian Diaz Ochoa

Código: 084701142018

Entendiendo el aburrimiento

Solemos asociar a el aburrimiento con trastornos como la ansiedad,


depresión, comer en exceso, ludopatía, comportamientos de riesgo o consumo
de drogas, pero estas situaciones anteriormente mencionadas ocurren en
condiciones crónicas, por el contrario, el aburrimiento en dosis normales es
fundamental para el desarrollo de las personas.

Es normal que siempre se nos aconseje para evitar el aburrimiento


mediante actividades para realizar en el tiempo libre que nos sobra de las
labores cotidianas o simplemente que nos ayuden a sobrellevar el peso que
trae consigo un trabajo monótono, poco interesante y apasionante, no lo
solemos reconocer por el temor a ser juzgados por no invertir nuestro tiempo
en algo ¨productivo¨ y ser catalogados como raros.

En esta búsqueda insaciable por no aburrirnos y percibir nuevas


sensaciones, solemos llegar a extremos que hacen que perdamos el sentido a
los pequeños detalles de la vida, por esta cuestión es importante asumir el
aburrimiento como un espacio donde se pueda innovar, sorprenderse por la
complejidad del mundo derivadas de situaciones tan sencillas, cabe destacar
que en medio del aburrimiento el ser humano a descubierto nuevas maneras
de hacer las cosas y eso es fascinante.

Por ejemplo podemos tomar nuestra situación actual, donde empujados


por un virus que llego desde la lejana China, nos vimos obligados a cambiar en
que invertíamos nuestro tiempo de ocio, de excitación y de actividades
satisfactorias por un confinamiento que nos hizo replantear muchas de
nuestras acciones para poder sobrevivir a esta cuarentena, hemos cambiado
nuestras actividades sociales, de esparcimiento, nuestros hobbies y nos
centramos en reconocernos a nosotros vimos y entender el tiempo, tener
paciencia y no morir en el intento, pues ante la incertidumbre que genera la
actual pandemia que azota la mundo debemos aceptar esta emoción como
legitima y fiel compañera durante el tiempo que dure, y tratar en lo posible de
buscar formas de aprovecharla, en pocas palabras debemos aprender a
aburrirnos.

Hay una creencia que dice que el aburrimiento en una cuestión evolutiva,
relacionada con la necesidad explorar y proceder ante el mundo, esta función
choca con la sobreestimulación sensorial que vivimos en la época
contemporánea ya que asistimos a un sinfín de fuentes de entretenimiento ya
sea la televisión, la internet, los videos juegos, las plataformas digitales,
servicios de streaming, etc. Por tal motivo aun en una cuarentena una situación
que es difícil que ocurra por lo menos a corto plazo, no deja de ser el espacio
perfecto para descubrir lo positivo del aburrimiento.

En línea con lo anterior el aburrimiento también cumple una función


biológica como otras emociones, y esta radica en que el aburrimiento aparece
justo cuando la actividad que realizamos no cumple sus objetivos debemos
reinventarnos (palabra muy de moda en esta crisis del coronavirus) y buscar
una nueva fuente o actividad que si los cumpla.

En resumen de puede decir que el aburrimiento aunque parezca


abrumador, es inevitable y no debemos satanizarlo, es mas puede ser una
señal de que de cierta manera debemos aceptarlo y entenderlo, entonces
queda la invitación para descubrir en la cotidianidad cosas novedosas y
entender que hasta en lo más mínimo existe magia.

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