Visigodos y musulmanes mantuvieron siempre una mínima
actividad portuaria, pesquera esencialmente. Solo durante el
gobierno almorávide y almohade la ciudad experimentaría un tímido resurgimiento, dando cobijo a una formidable armada africana allá por el 1181. Pero sería Alfonso X el primero en plantear en serio la posibilidad de devolver a Cádiz su vieja gloria. Aunque estuvo a punto de conseguirlo tendremos que esperar aun varios siglos para que aquel alocado sueño alfonsino diera sus frutos.