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Equipo Víctimas UASD/ CEJA 2019/ Jeanny Ramos

El Estado de Pandora violó los derechos políticos y las garantías judiciales de


Francisco Mendes y otros consagrados en los artículos 23.1 y 8.1 con relación al 1.1 de
la CADH

La República de Pandora vulneró los derechos políticos de Francisco Mendes y otros,


consagrados en el artículo 23.1 literal a de la CADH, que reza: “Todos los ciudadanos
deben gozar del derecho y la oportunidad de participar en la dirección de los asuntos
públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos”, al no hacer
partícipe a la comunidad de Pandora, en particular al Valle de Rhizofora, cuando estos
resultarían afectados de manera directa por el proyecto INTI. No se les permitió debatir
respecto de las consecuencias positivas y negativas que les traería el proyecto para sus
vidas y si Rhizofora era el lugar idóneo para desarrollarlo, sino que el Estado de manera
arbitraria1 lo impuso en el referido Valle, aun tratándose de un sitio Ramsar en la región por
poseer humedales representativos y únicos, a pesar incluso de las graves sospechas sobre el
daño que ocasionaría al medio ambiente contrario al principio de precaución2.

En igual sentido, Pandora vulneró el derecho que toda persona tiene a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable estipulado en el artículo 8.1 de la
Convención, actuando en contra del principio de buena administración de justicia
relacionado con el deber de motivar y que otorga legitimidad a las decisiones 3 de los
Estados. Aun cuando el derecho a ser oído que cubre a cada ciudadano debe ser aplicado
antes de que se adopten medidas que le puedan afectar desfavorablemente4.

Aun cuando la Administración pública es aquella que cumple con las funciones que le son
propias en democracia. Es decir, una Administración pública que sirve objetivamente a la
ciudadanía, que realiza su trabajo con racionalidad, justificando sus actuaciones y que se
orienta continuamente al interés general. Un interés general que en el Estado social y
democrático de Derecho reside en la mejora permanente e integral de las condiciones de
vida de las personas5que habitan en el país.
1
Véase Corte IDH. Caso Yatama Vs. Nicaragua. Sentencia del 23/06/2005, párrs. 144, 153 y 164.
2
Declaración de Río, Principio 15.
3
Corte IDH. Caso Zegarra Marín vs Perú. Sentencia del 15/02/2017, parr. 146.
4
La Buena Administración como principio y como derecho fundamental en Europa, Jaime Rodríguez-Arana,
Revista de Derecho y Ciencias Sociales, 2013, pág. 52.
5
La Buena Administración como principio y como derecho fundamental en Europa, Jaime Rodríguez-Arana,
Revista de Derecho y Ciencias Sociales, 2013, pág. 26.
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Al no proteger el derecho a participar en las actuaciones administrativas 6 (político) y el


derecho a ser oído (garantías judiciales) se violan no solo los artículos de la CADH que los
consagran, sino además el artículo 1.17 de la misma, que establece el compromiso que
asume cada Estado parte al momento de ratificar esta Convención, de respetar y garantizar
los derechos y libertades reconocidos en ella.

En la Opinión Consultiva OC-5/85, la Corte IDH estableció que existe una estrecha
relación entre la democracia y la libertad de expresión, siendo la libertad de expresión el
elemento fundamental para una sociedad democrática 8. Cabe resaltar que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido que el conjunto de los derechos
políticos, de libertad de expresión, de reunión y de libertad de asociación, hacen posible el
juego democrático9 en un Estado.

El ejercicio efectivo de los derechos políticos es un medio fundamental que las sociedades
democráticas tienen para garantizar los demás derechos humanos. Al ejercer los derechos
políticos se logra el fortalecimiento de la democracia y el pluralismo político. Es por ello
que el Estado debe propiciar los mecanismos para que los derechos políticos puedan ser
ejercidos de forma efectiva, respetando el principio de igualdad y no discriminación10.

La Corte IDH ha establecido de manera constante en sus jurisprudencias que: La


democracia representativa es determinante en todo el sistema del que la Convención forma
parte. Es un "principio" reafirmado por los Estados americanos en la Carta de la OEA,
instrumento fundamental del Sistema Interamericano. E1 régimen mismo de la Convención
reconoce expresamente los derechos políticos (art. 23), que son de aquellos que, en los
términos del artículo 27, no se pueden suspender, lo que es indicativo de la fuerza que
ellos tienen en dicho sistema11.

6
La Buena Administración como principio y como derecho fundamental en Europa, Jaime Rodríguez-Arana,
Revista de Derecho y Ciencias Sociales, 2013, pág. 53.
7
Corte IDH. Caso López Álvarez vs Honduras. Sentencia del 01/02/2006, parr. 147.
8
Corte IDH. Caso Ricardo Canese vs Paraguay. Sentencia del 31/08/2004, parr. 82.
9
Corte IDH. Caso Castañeda Gutman vs. México. Sentencia del 06/08/2008, parr. 140.
10
Corte IDH. Caso López Lone y otros vs Honduras. Sentencia del 05/10/2015, parr. 160, 162, 163.
11
Corte IDH. Caso Castañeda Gutman vs. México. Sentencia del 06/08/2008, parr. 140. En igual sentido,
véase Corte IDH. Opinión Consultiva 6-86 del 09/05/1986, parr. 34.
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La comunidad del Valle de Rhizofora en su mayoría son afrodescendientes o descendientes


de los pueblos indígenas12 originarios Carib y Arawak, los cuales habitaban la isla desde
antes del período de la colonia. Como ciudadanos de la República de Pandora y como un
pueblo indígena, ceñido a su cultura, apegados a la naturaleza como su estilo de vida
tradicional, su participación debe ser primordial y más tratándose de un proyecto que
afectaría su cultura y modo de vivir, además de que se construyó en su hábitat, razón por la
que la Corte IDH en los casos Yakye Axa y Sawhoyamaxa estableció: Los integrantes de
los pueblos indígenas y tribales tienen el derecho de ser titulares de los recursos naturales
que han usado tradicionalmente dentro de su territorio por las mismas razones por las
cuales tienen el derecho de ser titulares de la tierra que han usado y ocupado
tradicionalmente durante siglos. Sin ellos, la supervivencia económica, social y cultural de
dichos pueblos está en riesgo. De allí la necesidad de proteger las tierras y los recursos
que han usado tradicionalmente: para prevenir su extinción como pueblo. Es decir, el
objetivo y el fin de las medidas requeridas en nombre de los miembros de los pueblos
indígenas y tribales es garantizar que podrán continuar viviendo su modo de vida
tradicional y que su identidad cultural, estructura social, sistema económico, costumbres,
creencias y tradiciones distintivas serán respetadas, garantizadas y protegidas por los
Estados13.

Pandora conculcó los derechos a la libertad de pensamiento y de expresión y a la


protección judicial consagrados en los artículos 13.1 y 25 en conexión con el 1.1 y el 2
de la CADH

El artículo 13.1 de la CADH expresa que: “Toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y
difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea
oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de

12
Caso Hipotético, parr. 12.
13
Corte IDH. Caso del Pueblo Saramaka vs. Surinam. Sentencia del 28/11/2007, parr. 121.
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su elección”14, Debemos hacer énfasis en la amplitud de este artículo que no solo encierra el
derecho de recibir información, sino también el derecho de difundir información15.

La Coalición por la Madre Tierra por medio de la Fundación Omaticaya ejerciendo su


derecho de acceder16 a las informaciones de interés bajo el amparo del Estado, solicitó
oficialmente al gobierno el 15 de diciembre del 2014 que se publicara en su totalidad el
reporte del EIA realizado para el Proyecto INTI17. Al obtener informaciones vacías de los
expertos quienes se negaban a informar sobre el daño que causaría 18 el Proyecto INTI,
alegando no estar autorizados a darla, procurando que se les proteja a los habitantes del
valle el derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado 19, se presentó el 10 de
enero del 2015, un reclamo administrativo exigiendo la información -en físico y no
digitales, ya que la mayoría de la comunidad del valle de Rhizofora no contaba con
ordenadores personales-, alegando que el gobierno estaba obligado a publicar el EIA
completo, conforme al artículo 85 de la Ley General del Ambiente, que indica: “Las
instituciones de gobierno están obligadas a garantizar el derecho del público de acceder a la
información ambiental que está en su poder, bajo su control o custodia, independientemente
de si la persona solicitante tiene un interés directo en el asunto o no”.

Debemos destacar que si bien la posición de la Corte apunta a los artículos 8 y 25, no ha
desconocido que el acceso a la información del artículo 13 constituye una herramienta
fundamental para llegar a la verdad tanto desde una perspectiva individual a través de las
acciones ordinarias interpuestas por las víctimas (como en el Caso Gomes Lund y otros
(«Guerrilha do Araguaia») vs. Brasil)20.

Para el 15 de febrero del 2015, el mencionado reclamo se resolvió parcialmente a favor de


la Fundación Omaticaya, la resolución establecía que los ciudadanos sí tenían derecho de
revisar los estudios técnicos realizados durante el estudio de impacto ambiental, por lo que
el gobierno debía de proveer dicha información. Pero que el gobierno no tenía que publicar
14
DADDH, art. 4; y Corte IDH. Caso Claude Reyes vs Chile, Sentencia del 19/09/2006, parr. 77.
15
El derecho al debido proceso en la jurisprudencia de la Corte IDH, Elizabeth Salmón y Cristina Blanco,
2012, pág. 63.
16
Corte IDH. Caso Claude Reyes vs Chile. Sentencia del 19/09/2006, parr. 77.
17
Caso Hipotético, parr. 20.
18
Caso Hipotético, parr. 21.
19
Constitución Política de Pandora, artículo 68.
20
El derecho al debido proceso en la jurisprudencia de la Corte IDH, Elizabeth Salmón y Cristina Blanco,
2012, pág. 43.
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el estudio de impacto ambiental en su totalidad, incluyendo las conclusiones finales ni las


predicciones del proyecto de mitigación del daño, ya que esto constituía información
sensible que podía ser malinterpretada por ciertos sectores y esto iría en detrimento de un
proyecto que pretende garantizar la seguridad nacional21. Aún cuando el Estado tiene la
obligación positiva de suministrarla, de forma tal que la persona pueda tener acceso a
conocer esa información22. Se puede afirmar que si una sociedad que no está bien
informada no es plenamente libre23.

Se alegó seguridad nacional, sin ser debidamente motivada la razón que justifique que los
daños que el Proyecto INTI ocasionaría al medio ambiente sea sensible, y al parecer
innecesaria para el conocimiento de la población, pendiendo de un hilo el derecho a ser
informados y el derecho a un medio ambiente sano de los ciudadanos, pudiendo ser
clasificada dicha decisión como arbitraria24. Aun cuando “el deber de motivación es una de
las ‘debidas garantías’ incluidas en el artículo 8.1 para salvaguardar el derecho a un debido
proceso”25, siendo la motivación la exteriorización de la justificación razonada que permite
llegar a una conclusión y que otorga credibilidad de las decisiones jurídicas en el marco de
una sociedad democrática26, y que está sujeta a la correcta administración de justicia27.

La Corte IDH establece que al momento en que una autoridad competente analiza un
recurso judicial que controvierte derechos constitucionales, el mismo no puede reducirse a
una simple formalidad, no se pueden omitir argumentos de las partes, sino que se deben
examinar sus razones y manifestarse sobre las mimas bajo los parámetros de la Convención
Americana28; es que “Todos los órganos que ejerzan funciones de naturaleza materialmente
jurisdiccional tienen el deber de adoptar decisiones justas basadas en el respeto pleno a las
garantías del debido proceso establecidas en el artículo 8 de la Convención Americana
(…)”29.
21
Caso Hipotético, parr. 25.
22
Corte IDH. Caso Claude Reyes vs Chile. Sentencia del 19/09/2006, parr. 77.
23
Corte IDH. Caso Ricardo Canese vs Paraguay. Sentencia del 31/08/2004, parr. 82.
24
Corte IDH. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs Ecuador. Sentencia del 21/11/2007, parr. 107.
25
Corte IDH. Caso Zegarra Marín vs Perú. Sentencia del 15/02/2017, parr. 146.
26
Corte IDH. Caso Apitz Barbera y otros vs. Venezuela. Sentencia del 05/08/2008, parr. 77. Véase también
La Buena Administración como principio y como derecho fundamental en Europa, Jaime Rodríguez Arana,
Revista de Derecho y Ciencias Sociales, 2013, pág. 244.
27
Corte IDH. Caso López Mendoza vs Venezuela. Sentencia del 01/09/2011, parr. 141; y Corte IDH. Caso
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs Ecuador. Sentencia del 21/11/2007, parr. 107.
28
Corte IDH. Caso Cuscul Pivaral y otros vs. Guatemala. Sentencia del 23/08/2018, parr. 187.
29
Corte IDH. Caso Yatama vs Nicaragua. Sentencia del 23/06/2005, parr. 149.
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El Estado les hizo llegar a la Fundación Omaticaya un dispositivo USB 30, el cual contenía
un documento de 2300 páginas realizado en el contexto del EIA. Documento indescifrable 31
y que requeriría el apoyo de científicos y expertos para poder entender las implicaciones de
la información aportada, aun cuando la misma debía permitir conocerla, acceder a ella y
valorarla32; razón por la que la Fundación Omaticaya presentó un recurso de amparo 33 ante
la Corte Constitucional el 05 de marzo del 2015, alegando la violación al principio
precautorio que encierra el artículo 68 de la Constitución Política: “Toda persona tiene
derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Por ello, está legitimada para
denunciar los actos que infrinjan ese derecho y para reclamar la reparación del daño
causado. El Estado garantizará, defenderá y preservará ese derecho”, ya que toda persona
tiene derecho de acceder a los departamentos administrativos procurando informaciones de
interés público34. A la fecha del 20 de abril de 2015, la Corte Constitucional no había
entrado a resolver siquiera el fondo del caso35.

Llegada la fecha del 04 de agosto del 2015 las autoridades de la República de Pandora no
se habían pronunciado respecto al recurso de amparo, habiendo transcurrido 4 meses y 29
días, acción que viola el artículo 25 de la CADH, que establece: Toda persona tiene
derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo 36 ante los jueces
o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun
cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones
oficiales37. Y el artículo 8.1 de la misma, que estipula: Toda persona tiene derecho a ser
oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley (…) para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter.

30
Caso Hipotético, parr. 26.
31
Caso Hipotético, parr. 28.
32
Corte IDH. Caso Claude Reyes vs Chile. Sentencia del 19/09/2006, parr. 77.
33
Caso Hipotético, parr. 28.
34
Constitución Política de Pandora, art. 45.
35
Caso Hipotético, parr. 31.
36
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 2 literal a.
37
CADH, art. 25.1.
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La Corte IDH estableció, que conforme a los artículos 8 y 25 de la Convención, los Estados
están obligados a suministrar recursos judiciales efectivos a las víctimas de violaciones de
los derechos humanos, que deben ser sustanciados de conformidad con las garantías
judiciales, todo ello dentro de la obligación general, a cargo de los mismos Estados, de
garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos reconocidos por la Convención a toda
persona que se encuentre bajo su jurisdicción (artículo 1.1)38. Hay que resaltar que “el
derecho de acceso a la justicia implica que la solución de la controversia se produzca en
tiempo razonable; una demora prolongada puede llegar a constituir, por sí misma, una
violación de las garantías judiciales”39.

Que el Estado de Pandora no proteja los derechos a la libertad de pensamiento y de


expresión y a la protección judicial de Francisco Mendes y otros, es una evidente violación
a los artículos 1.1 y 2 de la Convención Americana, ya que Pandora como estado parte debe
velar por la protección de los derechos consagrados en las mismas y por consiguiente
ajustar las disposiciones internas de ser necesario para lograrlo, que “implica la supresión
de las normas y prácticas de cualquier naturaleza que entrañen violación a las garantías
previstas en la Convención, así como la expedición de normas y el desarrollo de prácticas
conducentes a la efectiva observancia de dichas garantías”40.

Procurando la protección a un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado para toda


la comunidad de Pandora, la Coalición por la Madre Tierra y la Fundación Omaticaya,
siendo objetos de vulneración a su derecho de difundir información (segunda vertiente del
derecho a la libertad de pensamiento y de expresión), se vieron en la necesidad de
denunciar41 los ataques ante las autoridades administrativas y judiciales de Pandora el 18 de
marzo de 2015, preocupados por el aumento de los mensajes violentos que se externaban
contra ellos. Sin embargo la respuesta de las autoridades fue que las cuentas eran difíciles
de rastrear, y que las que sí era posible rastrear solo contenían quejas. Por lo que es más que
evidente que la República de Pandora no posee mecanismos efectivos que garanticen la

38
Corte IDH. Caso Salvador Chiriboga vs. Ecuador. Sentencia de 06/05/2008, Parr. 58.
39
Corte IDH. Caso Salvador Chiriboga vs. Ecuador. Sentencia de 06/05/2008, Parr. 59.
40
Corte IDH. Caso Claude Reyes vs Chile. Sentencia del 19/09/2006, parr. 64.
41
Caso Hipotético, parr. 30.
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protección judicial, aun cuando está llamado a ajustar sus disposiciones internas 42 para
procurar la protección de los derechos consagrados en la Convención Americana.

La Corte IDH se ha pronunciado al respecto, expresando que al tolerar acciones dirigidas


a realizar ejecuciones extrajudiciales, no investigarlas de manera adecuada y no
sancionar efectivamente, en su caso, a los responsables, el Estado viola sus obligaciones
de respetar y garantizar los derechos reconocidos por la Convención a la presunta víctima
y sus familiares, impide que la sociedad conozca lo ocurrido y reproduce las condiciones
de impunidad para que este tipo de hechos vuelvan a repetirse43. En conexión a que el
derecho a la tutela judicial efectiva exige a los jueces dirigir el proceso de modo que evite
dilaciones y entorpecimientos indebidos, que conduzcan a la impunidad, evitando así la
protección judicial de los derechos humanos44.

No solo la Coalición por la Madre Tierra fue atacada, sino que demostrando que no eran
simples quejas, las amenazas de las redes sociales y otros medios de comunicación fueron
en aumento hasta actos de vandalismo y dejar amenazas en la casa de Francisco Mendes,
contra él y su familia, por lo que temiendo por la seguridad de su familia, interpuso una
denuncia penal45 por los actos de vandalismo y amenazas generados en contra de los
mismos, recibiendo por parte de las autoridades falta de interés, alegando que al no ser un
delito prioritario, podría tardar cierto tiempo para ser tramitada su denuncia e investigada,
siendo estas actuaciones contrarías al artículo 25 de la CADH, que establece: Toda persona
tiene derecho a un recurso sencillo y rápido (…) que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención,
aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
funciones oficiales46,

42
CADH, art. 2 y Protocolo Adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos en materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales “Protocolo De San Salvador”, art. 1.
43
Corte IDH. Caso Zambrano Vélez y otros Vs. Ecuador. Sentencia del 4/07/2007, parr. 124; y Corte IDH.
Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Sentencia del 25/11/2003, parr. 146.
44
Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Sentencia del 25/11/2003, parr. 210; y Corte IDH.
Caso Bulacio vs Argentina. Sentencia del 18/09/2003, parr. 115
45
Caso Hipotético, parr. 37.
46
CADH, art. 25.1.
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Este acto es una evidente violación al derecho de protección judicial, como también de
honra, reputación personal y la vida privada y familiar de los representados, que consagra el
artículo 5 de la Declaración Americana de los Derechos del Hombre, estipulando: “Toda
persona tiene derecho a la protección de la Ley contra los ataques abusivos a su honra, a su
reputación y a su vida privada y familiar”, y el artículo 1ro de la DADDH: “Todo ser
humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Además la
Corte IDH estableció que: (…) el Estado deberá utilizar los medios que sean necesarios
para continuar eficazmente y con la mayor diligencia las investigaciones abiertas, así
como abrir las que sean necesarias, con el fin de individualizar, juzgar y eventualmente
sancionar a todos los responsables de los hechos (…)47.

Transcurrido un mes de la interposición de la denuncia penal por parte de Francisco


Mendes, la Fiscalía no había siquiera iniciado el trámite de dicha denuncia 48, violando no
solo la protección judicial que consagra el artículo 25 de la CADH, que estipula que toda
persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido, sino también el artículo 8.1 de la
misma Convención, que expresa: “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente
e imparcial, establecido con anterioridad por la ley (..)”, lo consagra además el artículo 18
de la DADDH al decir: “Toda persona puede ocurrir a los tribunales para hacer valer sus
derechos.  Asimismo debe disponer de un procedimiento sencillo y breve por el cual la
justicia lo ampare contra actos de la autoridad que violen, en perjuicio suyo, alguno de los
derechos fundamentales consagrados constitucionalmente”.

Un recurso al tratar sobre violaciones a derechos humanos, debe ser sencillo y breve, dentro
de un plazo razonable, para poder determinar la razonabilidad del plazo debe ser
observando el agravio que le generaría la duración del procedimiento en la situación
jurídica de la persona involucrada, además de la materia de la controversia. Por lo que se
puede deducir que si el paso del tiempo incide de manera significativa en la situación

47
Corte IDH. Caso de las Comunidades Afrodescendientes desplazadas de la Cuenca de río Cacarica
(Operación Génesis) vs. Colombia. Sentencia del 20/11/2013, parr. 440.
48
Caso Hipotético, parr. 40.
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jurídica del individuo, será necesario que el procedimiento se desarrolle con mayor
prontitud, para que se resuelva en un tiempo breve49.

La Corte IDH ha establecido que los Estados deben observar todas las formalidades que
“sirvan para proteger, asegurar o hacer valer la titularidad o el ejercicio de un derecho”,
es decir, las “condiciones que deben cumplirse para asegurar la adecuada defensa de
aquéllos cuyos derechos u obligaciones están bajo consideración judicial50.

Conforme a las consideraciones precedentes, hemos establecido y demostrado que la


Republica de Pandora vulneró los derechos consagrados en los artículos 23.1 (derechos
políticos) y 8.1 (garantías judiciales) en relación al 1.1 (Obligación de respetar los
derechos), y los derechos contenidos en los artículos 13.1 (libertad de pensamiento y de
expresión) y 25 (protección judicial) en conexión al 1.1 y al 2 (deber de ajustar
disposiciones de derecho interno) de la CADH contra Francisco Mendes y otros, por lo
tanto Pandora es responsable por perpetrar hechos internacionalmente ilícitos contra
nuestros representados.

49
Corte IDH. Caso Cuscul Pivaral y otros vs. Guatemala. Sentencia del 23/08/2018, parr. 185.
50
Corte IDH. Caso Comunidad indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Sentencia del 17/06/2005, parr. 108.
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