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Acequias

Deja que te observe los ojos,

lentamente,
como el humo que se escurre entre tus labios.
¡Sabe el dios del río
en que hechizo lo embaucaste,

que bajó de su reposo en lluvia serena


purificadora!
Flor

resignada
emprende rumbo al ocaso,
en gloria efervescente,
desde zenit de tu ombligo
tu voz a un solo paso
luz de luna en mi garganta.

Arrulla la noche
melodías impronunciables,
el silencio de un beso mezquino
floreciendo orquestas en los arboles
acalla el cemento, el caucho,
un piano que no cesa,

un violín, un arpa.
Las cuerdas de tu risa, reptando hacia lo más húmedo del claro,
hojas, ramas y pasto,
sobre el lecho del mundo
tu dedo
incandescente
urga en mis colmenas
destapando mis ansias
chorrillos de libertad.

17 de Enero de 2018

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