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Hay pánico pero no psicosis

Para aludir al miedo irracional o exagerado al COVID-19 muchos medios de


comunicación han elegido la palabra “psicosis”. Hay un pánico terrible, no quedan
mascarillas y la situación es de psicosis. ¿Cómo va a estar uno tranquilo si le hablan de
psicosis?

Hablando de “psicosis” se resta neutralidad al significado de la palabra, que refiere a un


problema de salud. Además, se le da una connotación negativa al término y esto puede
provocar dos cosas: sensacionalismo en los periódicos y estigma de la enfermedad. El
uso de la expresión ni contribuye a tranquilizar al ciudadano ni a erradicar ese estigma.
Los medios tienen que informar y formar y escogiendo el término “psicosis” no hacen
ni lo uno ni lo otro.

Tras haber hecho coberturas periodísticas en temas de salud, he comprobado que, por
ser la salud mental una especialidad temida y desconocida por la sociedad, el cuidado
que hay que tener con sus términos es enorme y su uso, correcto. Por lo tanto, al hacer
uso de este tópico terminamos por arraigarlo como cliché.

La responsabilidad de los medios cae en el olvido en aras del click o de la suscripción.


Emplear esta palabra fuera de su primera acepción puede tener en un lector el efecto de
imaginar al periodista corriendo y gritando “¡que no cunda el pánico!”, mientras agita
los brazos.

Empleando otro término que no sea del que aquí hablo no se oculta información. De
hecho, si se atina con el que tiene un significado más fiel a la situación (y no es
psicosis), se gana en veracidad, pues en las ciudades no hay ni delirios ni alucinaciones.
Lo que hay es un pánico generalizado y un miedo exagerado al COVID-19, que titulares
con el uso improcedente de la palabra “psicosis” no ayudan a paliar.

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